La UCR y la política exterior. Análisis de cien años del discurso radical

 

 

4. A la deriva (II)
Las ideas del radicalismo sobre política exterior (1945 - 1963)

 

Producto del importante cambio social ocurrido en los treinta -además de las decisiones políticas que la conducción alvearista tomó en el período anterior-, y sobre todo por no percibir estos cambios, surgió el peronismo1.

Ante esta situación el radicalismo pierde el carácter mayoritario que hasta ese momento había demostrado en todas las elecciones libres desde la Ley Saenz Peña. En febrero de 1946 la fórmula Perón-Quijano se impuso a la alianza Unión Democrática que era encabezada por los radicales Tamborini y Mosca por una ventaja de 300. 000 votos.

 

4.1. La política exterior del peronismo y las ideas del radicalismo

Este es el primer aspecto por el cual dividimos esta etapa de la anterior, pero también existen motivos desde la dinámica de la política exterior, ya que como señala Rapoport, aquí comienza una nueva etapa para ella:

... Desde principios de 1945 la política exterior argentina dependió casi exclusivamente de la resolución del conflicto político interno y de las relaciones con los Estados Unidos. "2

En este marco Perón trazó la política internacional argentina basada en lo que Puig denomina "la estratégica autonomía heterodoxa. "3 Esta estrategia implementada posee una tensión entre la autonomía propiamente dicha y la inserción, característica de todas las políticas exteriores desde ese entonces. Porque por una parte "era inevitable reconocer el ascenso de Estados Unidos; <y> por otra, no se podía volver a cometer el error de renunciar al desarrollo autonómico. "4

Por ese motivo Perón reconoce el liderazgo norteamericano en Occidente pero en:

... cuestiones que interesaban a Estados Unidos pero que, según la apreciación argentina, no eran cruciales para Occidente, la Argentina mantuvo su posición. Es así como no adhirió a los acuerdos de Bretton Woods, no se plegó al multilateralismo en el comercio internacional que propugnaban los Estados desarrollados occidentales y prefirió una estricta política bilateral en sus intercambios.5

En este contexto aparece el aspecto más original del peronismo en materia de política exterior, la Tercera Posición. Esta, según lo señala Figari, es:

... una actitud tendiente a "ganar" autonomía en la circunstancial situación por la que atravesaba la comunidad internacional, tratando de mantenerse en una posición de intereses equidistante de las dos superpotencias y del alineamiento occidental, mediante la construcción de un juego de equilibrios...6

Esta búsqueda de equilibrios tuvo dos escenarios, el internacional y el regional. En el primero, el país realizó:

... una libre política de intereses, negociando ya con Estados Unidos, ya con la Unión Soviética, o con alguna otra potencia, tal el caso de Gran Bretaña, pero reafirmando la concepción occidental y cristiana de la Argentina.7

Con estas negociaciones se buscaba una inserción en un esquema multipolar, en un mundo donde se privilegiaban los escenarios económicos multilaterales recientemente creados.

Desde el segundo escenario:

... trataba de romper la tradicional política de dirección "geopolítica" o de indiferencia hacia América Latina, especialmente con los países limítrofes, en pos de una posición más solidaria y cooperativa.8

Esta relación bilateral en el ámbito americano buscó "promover la unión económica"9 para potenciar la autonomía.

Es decir, la política de Perón osciló entre estas dos actitudes, la autonomía y la inserción con EEUU. La primera surgió de:

... la generalizada convicción de que el carácter periférico y dependiente del país respecto de las grandes potencias no era una "condición natural" sino una traba histórica que debía ser superada.10

Pero cuando el modelo reformista "reveló los límites de su programa", dió lugar a la segunda actitud que produjo "cambios importantes en su política internacional. "11

Un dato significativo es que en 1949 con la firma de la última prórroga del convenio con Gran Bretaña se marcó el fin del bilateralismo profundizado de la década de 1930 y la apertura a esta nueva realidad internacional.

Mientras tanto, en el radicalismo existen cambios internos. Tras la derrota electoral la cúpula alvearista es desplazada por los miembros del Movimiento de Intransigencia y Renovación, como Balbín, Frondizi, Lebensohn, Del Mazo, entre otros.

La llegada de este grupo significó, entre otras cosas, una confirmación del rumbo ideológico del partido, ya que muchos de ellos eran lectores de importantes autores socialdemócratas, como "Laski y propugnaban un socialismo a la europea"12 y así lo mostraron en la "Declaración de Avellaneda", la "Profesión de fe doctrinaria" y las "Bases de Acción Política". Estos documentos pasaron a ser el eje por el cual se definieron los lineamientos ideológicos del partido radical hasta hoy.

Dada su trascendencia nos parece un ejercicio importante comparar las plataformas para las elecciones de 1946 -la de la Unión Democrática-, y la partidaria de 1952, con las propuestas impulsadas por este nuevo grupo.

En el programa de la Unión Democrática -que era una alianza electoral de la UCR con otros partidos como la Democracia Progresista, el Socialista y el Comunista-, el pensamiento del radicalismo tuvo un lugar central, por ello esta propuesta tuvo "una clara identificación con las posiciones ideológicas del radicalismo de 1937. "13 Esta plataforma en su punto 10 sostiene con respecto a nuestro tema:

Política internacional fundada en la estrecha cooperación argentina con los países de clara orientación democrática. Colaboración efectiva con los demás pueblos de América. Cumplimiento sincero de los pactos suscriptos. Solidaridad con el pueblo español que lucha contra la tiranía que lo oprime. Relaciones diplomáticas y comerciales con la Unión Soviética.14

El primer dato importante es la cooperación con naciones democráticas, este punto es más un resabio de lo ocurrido en el mundo en los treinta que una percepción de la nueva realidad internacional. Aquí también encaja la solidaridad con la República Española y en contra del franquismo. Continúa con el planteo de una política hacia América Latina -como ya lo había hecho Yrigoyen y estaba planteado en los documentos analizados en el otro período-. Con respecto al "cumplimiento de los pactos suscriptos" debe leerse como una clara alusión a las "Actas de Chapultepec" -que trataremos específicamente-. La referencia a las relaciones con la URSS tiene como objetivo final una política de apoyarse en varios puntos para contrarrestar las presiones norteamericanas.

Aquí se registra el cambio percibido en la década de 1930 al confirmar el estado de dependencia de nuestro país. Pero existe además una clara estrategia de inserción continental como base de la multilateralización de las relaciones internacionales de la Argentina. Todos estos aspectos bien pueden considerarse como realistas.

El conjunto de documentos impulsados por la nueva conducción, es importante por que fija los preceptos básicos de la política exterior. Estos reafirman una estrategia autonómica en un marco multipolar de inserción de nuestro país en el mundo.

En la Declaración de Avellaneda encontramos la afirmación que la base de nuestra política exterior "es la soberanía política y económica del país, armonizada con nuestra condición de miembros de la comunidad americana y de la comunidad de naciones civilizadas" 15. Es decir, es necesaria la legitimidad del gobierno -como representante de la soberanía popular- para hacer legítimos los derechos soberanos como país. En esta situación nuestra Nación:

... está dispuesta a contribuir con los esfuerzos comunes, para asegurar en el mundo la paz, la libertad y la democracia; y su solidaridad con todos los pueblos que antes, durante y después de esta Guerra Mundial luchen por esos principios.16

Lo importante de esta declaración está en el hecho de que afirma la soberanía política y económica del país, en el marco del funcionamiento democrático de sus instituciones, que le permita la afirmación de su personalidad ante el mundo en sintonía con los valores pregonados tanto hacia el interior como al exterior.

En la Profesión de fe doctrinaria se reiteran los compromisos con nuestro continente. Pero como rasgo significativo allí se declara que:

... El radicalismo cree que sólo una cruzada de honda pulsación humana por la liberación del hombre contra todas las formas degradantes del imperialismo y del absolutismo en todos sus aspectos, podrá salvar al mundo de su grave crisis, así como renueva su fe en el destino de los pueblos de nuestra gran hermandad continental, unidos en su libre soberanía y luchando por conquistar juntos los instrumentos de la liberación política, el sistema de garantías sociales, contra todos los privilegios económicos que ahogan la libertad y niegan la justicia.17

Aquí se muestra la sucesión ideológica del forjismo, pero con un elemento que ellos no incluian, la lucha contra "las formas del absolutismo en todos sus aspectos" haciendo una clara alusión a los regímenes totalitarios. Lo interesante está en que la búsqueda de los instrumentos para combatirlo se realizará con el conjunto de los países americanos a través de un sistema socio-económico, el Estado de Bienestar, que permitirán su liberación política.

En el último documento, las Bases de Acción Política, son mucho más específicas:

X - Política tendiente a la cooperación económica mundial, a la unidad económica con los países vecinos y progresivamente con el resto de América. Creación de organismos internacionales que armonicen los planteamientos económicos nacionales.

XI - Sostenimiento de la política internacional de Yrigoyen. Defensa de la soberanía política, económica y espiritual del país, igualdad jurídica de las naciones en la organización mundial. No participación en Bloques políticos, económicos y militares.18

Cada uno de estos puntos responde a propuestas para los ámbitos económico y político, siendo la ratificación de lo señalado en los otros documentos. Desde lo económico se propugna la integración económica y la creación de instrumentos que permitan el desarrollo de las economías nacionales en el marco internacional. Desde la política, se sigue sustentando el ideal yrigoyeniano de la igualdad de las naciones en la ONU y el rechazo a una política de bloques.

Existen puntos de contacto con los planteos realizados en esos años por la Internacional Socialista (IS). La IS propugnó, desde la Declaración de Francfort en 1951, la búsqueda de una democratización total de las relaciones políticas, económicas y sociales produciendo un quiebre con su tradición anterior. Desde el punto de vista de las relaciones exteriores los socialdemócratas propugnaban una "democracia internacional".

Existen aspectos en los que ambos pensamientos están más en consonancia y otros en los que no. En líneas generales los signos del acercamiento de ambas posiciones son claros. Esa organización internacional señala que:

Los socialistas luchan por un mundo de paz, en libertad, por un mundo que proscriba la explotación y la dominación de los hombres por los hombres y de los pueblos por los pueblos, por un mundo en que el desarrollo de la personalidad del individuo sea la condición del fecundo desarrollo de toda la humanidad.19

En este punto la sintonía es total. En este párrafo se encuentran ecos de la fórmula yrigoyeniana de "los hombres deben ser sagrados para los hombres y los pueblos para los pueblos". Incluso los demás puntos allí señalados están en absoluta consonancia, como por ejemplo, lucha por la paz, contra el imperialismo y el totalitarismo, a favor del desarrollo del individuo.

Pero no seríamos absolutamente sinceros si no señaláramos una discrepancia de los socialistas que declararon: "Debe ser superado el sistema de la soberanía nacional ilimitada. "20 Aquí existiría un punto de conflicto con el ideal de no intervención propugnado por el radicalismo, lo que podría justificar el hecho de que, éste "mostró cierta adversión por las internacionales y se recostó en un perfil puramente "nacional". Arturo Illía y Ricardo Balbín, por citar a dos históricos, no querían ni sentir hablar de ellas. "21

En cuanto a la cuestión del principio de no intervención, éste era relativizado por algunos diputados radicales, como Frondizi cuando sostuvo:

En política internacional hay dos grandes realidades: en primer término la Nación y el concepto de la soberanía nacional que están íntimamente ligados; y en segundo término los demás países que integran el concierto universal. La síntesis de la política internacional en esta hora de crisis del mundo no podrá estar dada por un concepto cerrado de soberanía, pero tampoco podrá estarlo por la renuncia total de este concepto en favor del concierto universal de naciones.22

Algunos podrán argumentar cierto pragmatismo en esta declaración, lo cierto es que fue dicha y ningún otro diputado radical la rechazó, fijando una elasticidad a los duros términos en que era interpretado el pensamiento yrigoyeniano.

La otra causa del rechazo está en la confrontación nacionalista -también indicada para el peronismo-, que era un tanto contradictoria ya que los radicales planteaban que para solucionar los problemas nacionales era necesaria una respuesta regional.

En la Plataforma para las elecciones de 1952:

... no <se> innova mayormente en la rectificación de la política internacional tradicional: soberanía e igualdad jurídica de las naciones, americanismo activo y lucha contra los pactos que llevan a la guerra. En este último aspecto, la referencia directa es el pacto de Chapultepec, al que se había opuesto el radicalismo por su naturaleza militarista.23

En este programa, a diferencia del anterior, aparece claramente la definición de interés nacional, producto del desarrollo ideológico, y se fundamenta en la defensa de la soberanía política y económica aunque aquí también se traba con una percepción idealista, como por ejemplo los reclamos de igualdad jurídica de las naciones.

Es en el debate sobre el Pacto donde podemos puntualizar cómo se visualizó la relación con América Latina, con Estados Unidos y el nuevo orden mundial. Este Pacto fue iniciado por el gobierno militar, del cual Perón fue protagonista, y puede ser caracterizado así:

... El gobierno <militar> se comprometió a declarar la guerra al Eje y aceptó reingresar al Sistema Interamericano, lo cual sería propuesto en la Conferencia de Chapultepec. En cambio, Estados Unidos abandonaría las restricciones que se habían impuesto a la Argentina. El arreglo había sido tan completo que en la Conferencia de Chapultepec el representante estadounidense anunció que su gobierno estaba dispuesto a conseguir el ingreso de la Argentina como miembro originario de las Naciones Unidas, lo cual en efecto, ocurrió...24

Estas Actas fueron tratadas en el Parlamento durante el primer gobierno de Perón, allí los diputados radicales de la Comisión de Asuntos Extranjeros:

... habían presentado un despacho en minoría en el que propiciaban la aprobación de los documentos, pero con una cantidad de reservas e interpretaciones. En torno de esa posición se alineó parte de la bancada, pero hubo voces de fuerte acento crítico, precisamente las que poco después lograrían la hegemonía en el partido.25

El diputado radical Ernesto Sammartino, representante del unionismo -nombre que adquirieron los alvearistas por su apoyo a la Unión Democrática-, primero impugnó la política realista llevada a cabo, diciendo que la Argentina "debe tener una política internacional clara, definida e idealista. Ni los cueros, ni el trigo, ni las carnes deben reemplazar a las ideas en la política exterior del país. " 26

Para llegar a indicar con respecto al tema que:

... Las Actas de Chapultepec no son el parte de la victoria, sino el acuerdo libre y pacífico de los pueblos de América acerca de normas morales, jurídicas y económicas destinadas a regir la vida común y a preservar la paz mundial. Su carácter regional no conspira, como lo establecen concretamente diversas disposiciones de ese instrumento internacional, contra el principio de la universalidad.27

Existe una mala lectura del significado de estas Actas, sin lugar a dudas son parte de la victoria y del nuevo orden de posguerra más que de la libre concurrencia de los pueblos americanos. Otros diputados, que -como el caso de Frondizi- representaban a la intransigencia, sentenciaron que nuestro país "no puede suscribir sin reservas ni el pacto de las Naciones Unidas, ni las Actas de Chapultepec. Hay allí obligaciones de todo tipo que la Argentina no podrá cumplir. " 28

Sumado al hecho de que con su firma se incorpora a la Argentina una política de bloque:

... Quiero la fraternidad Argentina no solamente con los pueblos de latinoamérica y con los Estados Unidos de Norteamérica, sino con todos los pueblos de la Tierra. Y en eso, señor ministro, no estoy solamente cumpliendo el deseo de un texto constitucional sino que estoy sirviendo a una política de identificación en los ideales humanos que debe ser consubstancial con la postura espiritual de todos los argentinos.29

Es decir que se rechaza la búsqueda de una relación privilegiada con Estados Unidos, sentando un planteamiento multipolar y no de subordinación aunque también se observa que esta alianza tiene sus beneficios, ya que "tanto el concepto político y económico, el panamericanismo tienen un extraordinario sentido estratégico. "30

El rechazo a EEUU. se fundamenta en los dos grupos más importantes, esta percepción es un arrastre de los análisis idealistas que los lleva a no valorar adecuadamente la situación del poder global. Pero no por ello se desestima la necesidad de generar un poder nacional para el cual se tiene muy en cuenta la realidad regional.

Producto del deterioro del modelo reformista implementado que tuvo consecuencias en la economía e inmediatamente se tradujo en un aumento de la represión a la oposición, se generó un rechazo al régimen peronista. Esto motivó la caída de Perón, el 16 de septiembre de 1955 y se instauró un gobierno militar llamado "Revolución Libertadora". Aquí los militares iniciaron un proceso de alejar al peronismo de la realidad política argentina. Esta situación generó una gran inestabilidad institucional que perduró hasta 1983.

Este gobierno produjo cambios con la política exterior anterior, que pasa de la política bilateral a una multilateral. Para Puig este cambio significó salir de la autonomía heterodoxa para ingresar "a una alineación incondicional con el bloque occidental, y especialmente con Estados Unidos."31

 

4.2. El discurso radical ante la división del partido y el gobierno de Frondizi

En el radicalismo en este período ocurre una división en dos partidos: la Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI) que seguiría a Frondizi y la Unión Cívica Radical del Pueblo (UCRP) que seguiría a Balbín. Como dice Rouquié ambos partidos nacen claramente "del combate en torno a la persona de Arturo Frondizi" y que el radicalismo intransigente "se presenta claramente como el instrumento de éste último en la lucha por el poder. "32

En tanto la UCRP quedó conformada por "la Intransigencia de la Provincia de Buenos Aires, el unionismo y la Intransigencia Nacional de Córdoba. "33

Con la exclusión del peronismo del juego político "los dos partidos radicales abarcaban toda la gama de las fuerzas electorales representativas de fines de la década del cincuenta y comienzos de la del sesenta. "34 Esto ha llevado a muchos a sostener que el radicalismo con su división:

... perdió la oportunidad histórica de convertirse en el gran partido argentino, en el momento en que estaban dadas las condiciones para que -una vez llegado al poder- obrara como conciliador de la antinomia peronismo-antiperonismo.35

Por otro lado:

... Ninguno de los partidos radicales se atrevió a desafiar frontalmente las proscripciones impuestas por las fuerzas armadas, con lo cual hubiesen contribuido a fundar un sistema verdaderamente democrático.36

Creemos necesario a continuación realizar una comparación de ambas plataformas -la de la UCRI y la UCRP-, en los aspectos relacionados con la política exterior.

El programa de la UCRI estaba contenido en el "Mensaje a veinte millones de argentinos" donde para la política exterior se planteó "el mantenimiento de una política internacional de defensa de la libertad, de la democracia y de la autodeterminación de los pueblos. " 37 Como lo señala Rouquié, este "programa tan electoral en sí (fue) mucho menos importante (que) en comparación con la carta de Avellaneda"38.

En cambio la plataforma UCRP, sigue con mayor precisión los lineamientos históricos del partido, como se ve a continuación:

Afianzamiento del prestigio internacional de la República, adoptando una firme posición democrática en materia de relaciones exteriores y dando fiel cumplimiento a los compromisos suscriptos. Decidida afirmación de la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas y territorios antárticos, tendiente a su recuperación. Jurisdicción absoluta sobre el mar epicontinental. Política exterior inspirada en el pensamiento de Yrigoyen "Los hombres deben ser sagrados para los hombres y los pueblos para los pueblos. " Lucha contra los pactos que llevan a la guerra. Concertación de convenios que garanticen la prohibición del empleo de armas nucleares. Sostenimiento del principio de igualdad jurídica de las naciones. Participación fraternal en la tarea de construir un mundo libre y democrático exento del temor, de la ignorancia y de la necesidad."39

Si bien esta plataforma y la de la UCRI poseen los mismos lineamientos básicos, se observa una mayor precisión en el caso del radicalismo del pueblo, y allí está la diferencia. Las dos hacen hincapié en la defensa de la democracia, la libertad y el principio de no intervención.

La segunda tiene elementos que la acercan a los lineamientos históricos del partido, ya que se reivindica como continuadora de los principios yrigoyenianos, sigue rechazando los pactos de bloque y sostiene el principio de igualdad jurídica de las naciones. Como novedad aparece planteada la cuestión de Malvinas que fue un aporte de la gestión de Illía, y los pactos contra la proliferación de armas nucleares.

Dejamos para el final de este análisis aquellos puntos que fueron obviados por la UCRI y que fueron tenidos en cuenta por el radicalismo del pueblo vinculados con los aportes ideológicos hechos en la década de 1940. Creemos que el pragmatismo de Frondizi lo llevó a no ser muy profundo en sus propuestas, como una manera de congraciarse con los grupos de poder, ya que aparecía como más a la izquierda que el candidato del radicalismo del pueblo, Ricardo Balbín. Y aquí encontramos el comienzo de la adaptación del programa intransigente a las ideas desarrollistas que terminaron más en esto último que en ideas radicales, y que se evidencia en la Declaración de Chascomús de 1960 con el definitivo abandono de las propuestas socializantes de fines de los cuarenta.

Para las elecciones de 1958 Frondizi realizó una alianza con Perón -que estaba proscripto-, y esto le permitió ganar las elecciones, sumando unos 4 millones de votos contra 2.5 millones del candidato de la UCRP, Ricardo Balbín.

Por lo que hemos señalado al gobierno Frondizi no lo hemos considerado dentro de los gobierno radicales aunque mucha bibliografía lo incorpora al desarrollo ideológico del radicalismo40.

No hemos incorporado a este gobierno como radical porque desde lo ideológico su propuesta aparece despojada de los elementos históricos y los elementos socializantes de la Declaración de Avellaneda y, en segundo lugar, los grupos que lo acompañaron eran sustancialmente distintos a los que históricamente estuvieron vinculados al radicalismo.41

En una descripción general de su política exterior podemos señalar que "la Argentina acompañó a Estados Unidos en sus planteos estratégicos, tanto en el mundo como en la región, por diversas razones a veces las relaciones fueron antagónicas."42

Poseyó las mismas perplejidades del gobierno de Perón, entre la autonomía y la inserción. Como dice Acuña:

La diplomacia desarrollista fue audaz, relativamente independiente y mostró una orientación progresista por la cual habría de pagar el máximo precio político. Si bien algunos hechos de la política exterior del gobierno de la UCRI... se insertan perfectamente en la concepción modernizante e industrialista del desarrollismo, existen otros hechos que denotan un serio intento de consolidar una posición independiente de la Argentina en el concierto mundial.43

El caso cubano es el más significativo de la gestión, por ello lo trataremos aparte. Profundizó la relación con América latina, y los Acuerdos de Uruguayana con el Brasil son un buen ejemplo de ello, estableciendo un sistema de consulta entre los gobiernos. Existió también una preocupación fuera del ámbito regional ya que Frondizi "recorrió Europa y Asia, con una importante escala en la India, en la cual enfatizó la tendencia neutralista de la Argentina. "44

Como dijimos, el tema clave de esta administración fue la situación de Cuba en la OEA. El triunfo de la revolución de Fidel Castro y la adopción del socialismo por ese país causó conmoción en el ámbito americano. Y en nuestro país tuvo implicancias internas y externas que afectaron al gobierno desarrollista.

Aquí "el gobierno trató de mediar entre las partes (Estados Unidos y Cuba)" rechazando la hipótesis norteamericana de que era un problema hemisférico. La posición se sustentaba en tres puntos que como lo determina Lanús, son los siguientes:

... a) no se quería romper con Cuba, b) las sanciones, en este caso, violaban el principio de no intervención, c) eran ineficaces, porque si lo que se quería derribar a Fidel Castro se obtendría el resultado contrario.45

Esta posición trajo como consecuencia el enfrentamiento con Estados Unidos, vista por Puig como una:

... contradicción latente (que) se corporizó en la Octava Reunión de Consulta (Punta del Este, 1962) en la cual la Argentina, juntamente con Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Haití y México, se abstuvo en la resolución por la cual se excluia a Cuba del sistema interamericano, aunque con posterioridad rompió relaciones con el gobierno de Fidel Castro.46

A pesar de su pragmatismo, el gobierno desarrollista mantuvo el principio de no intervención. Es por ello que el radicalismo del pueblo lo acompañó en esa posición, como lo demuestra el proyecto de declaración presentado por el entonces diputado Luis A. León, que en sus fundamentos sostenía:

... Los argentinos tenemos la más honda convicción de que todos los países tienen derecho, un derecho inalienable, de vaciarse en sus propios moldes; de realizar su destino en propia conformidad, con sus experiencias y anhelos.47

En el debate del referido proyecto en la Cámara de Diputados de la Nación, sostuvo León:

... que la Argentina defienda en Chile la unidad latinoaméricana; que la Argentina defienda en Chile los principios tradicionales de la no intervención, que generalmente respetan las grandes potencias cuandos les conviene y que olvidan cuando hay pueblos que quieren vaciarse en el molde de su propia personalidad; que la Argentina defienda en Chile la organización americana, que tiene un destino cierto y que es, en el seno del mundo una estructura definitiva de paz, de solidaridad y de justicia.48

Existe aquí por un lado la afirmación de principios y por otro una critica a la actitud norteamericana al no dejar al pueblo cubano que busque su propio destino, planteo similar al del gobierno.

Producto del debilitamiento del acuerdo con Perón, de los constantes planteos militares y de la respuesta ante el caso cubano, Frondizi cayó en 1962, siendo reemplazado por Guido que llamó a elecciones en 1963.

Para recapitular, en este período el radicalismo pierde su condición de partido mayoritario y luego desaprovecha la oportunidad al dividirse tras la caída de Perón que, por un lado, le hubiese permitido volver a esa condición, y por otro, integrar al peronismo en un juego democrático, ganando en estabilidad institucional la República y alejando a los militares del juego político.

Desde el punto de vista de la política exterior se sostiene una política multipolar y de no alineamiento para poder constituir una estrategia autonómica. Es decir el interés nacional es definido por una variable interna -la soberanía política y económica de la nación-. Por otro lado, existe una confirmación del rumbo ideológico con la adopción de ideas socialdemocrátas, aunque con algunos reparos, presentes en los documentos de Intransigencia y Renovación. Incorporando al análisis de la situación internacional no sólo el aspecto político sino, y fundamentalmente, lo económico y social que era necesario para producir un máximo de autonomía en un juego razonable de inserción.