Hidrocarburos y Relaciones Internacionales en Asia Central

 

 

I.3. Población

 

Como sus economías, la población de los países de Asia Central experimenta muy diferentes tipos de problemas.

Más de la mitad la población de Uzbekistán, Turkmenistán y dos tercios de la población de Tadjikistán vive en áreas rurales. Como una gran superficie de estas repúblicas está cubierta por inmensos desiertos y altas montañas, las altas densidades de población en los valles y áreas habitables constituyen serios problemas económicos, ecológicos y sociales para los tres países.

Los tres Estados mencionados tienen poblaciones que crecen rápidamente a una tasa que supera el 2.5% por año. Si esa tendencia continúa, posiblemente la población se duplique en aproximadamente 30 años. “Alrededor del 40% de la población tiene menos de 18 años y en el plazo de las próximas dos décadas su total casi se habrá duplicado y alcanzará unos 60 millones, en su mayoría musulmanes”59  pues el reavivamiento del Islam ha modificado los programas de planificación familiar. En Kazakhstán y Kirguizstán, la mayor proporción de rusos nativos en la población atenúa la posibilidad de una escalada en el crecimiento de la población.

 

I.3.1. El Islam

La religión es un elemento particularmente importante para comprender la situación de las Repúblicas Centrales Asiáticas. La cuestión musulmana se suscita entre dos versiones de estado islámico: el secular y occidentalizado de Turquía y el radicalizado de Irán, Afganistán y Pakistán. Ambos constituyen el cisma más evidente, más antiguo y quizás el más duradero del Islam: es el que existe entre los predominantes sunnitas -Turquía, Afganistán y Pakistán- y los chiítas -Irán-. La Cumbre de Ashkabad, celebrada el 9 de mayo de 1992 confirmó el enfrentamiento de las dos tendencias: panturquismo y panislamismo. Las posibles alianzas con las naciones fronterizas musulmanas, representadas por Irán y Afganistán, y a través de ésta con Pakistán, significa un elemento de presión para Moscú y también para la población mayoritariamente sunnita de las Repúblicas Centrales Asiáticas -y especialmente para sus presidentes-. La sola idea de una “República Islámica” que incluya a estas cinco naciones -que podrían ser seis con Azerbaiján-, preocupa también a Occidente. El enfrentamiento entre los principales grupos estuvo bien representado en la guerra civil de Tadjikistán.

Occidente está muy preocupado con el Islam. Sin embargo durante la época soviética, el conocimiento y práctica del Islam eran tan reducidos que para la gran mayoría de la población eran parte de la identidad cultural y no una activa ley religiosa. La mayoría de la población de adultos está poco familiarizada con los mandatos islámicos. Esto probablemente cambiará: se han abierto miles de mezquitas y centenares de escuelas musulmanas y universidades durante los últimos años y la literatura religiosa está ahora extensamente disponible. Muchos jóvenes reciben instrucción musulmana y asisten regularmente a las mezquitas. Algunas mujeres han tomado voluntariamente el hejab (pañuelo) y otras -no demasiadas- el paranja entero (velo de la cabeza a los pies). Hay sin embargo, grandes variaciones regionales. Los creyentes devotos predominan en el valle de Fergana. En otras partes de Asia Central la adhesión activa al Islam es mucho menos evidente.

En Turkmenistán, por ejemplo, en los años ochenta había sólo cuatro mezquitas, hoy hay unas 20060 . En Uzbekistán de 300 en 1989, en 1993 superaban las 5.000. De la misma manera proliferaron las mezquitas en las otras repúblicas61 .

La asistencia a las mezquitas se incrementó inmediatamente luego de la independencia, pero luego disminuyó notablemente. Aunque el Islam todavía juega un papel relativamente restringido en la vida pública, la velocidad con la que reafirmó su influencia sobre los jóvenes despertó temor de que pronto pueda volverse una fuerza política. Las élites asiáticas centrales rusificadas, así como las comunidades de inmigrantes, están profundamente perturbadas por la posibilidad de politización de los movimientos islámicos.

El primero y más fuerte de éstos fue el Partido del Renacimiento islámico (IRP). Fundado en Astrakán en 1990, su objetivo original era oponerse a la norma soviética en toda la Unión. No fue exitoso en este objetivo, pero funcionó al contener a varias agrupaciones regionales independientes. Hay actualmente dos centros en Asia Central, uno en el valle de Fergana (principalmente en Uzbekistán, con influencia en Kirguizstán meridional), el otro en Tadjikistán. Es difícil de calibrar el apoyo popular con que cuentan, pero parecería ser muy limitado salvo al sur-oeste de Tadjikistán y en el área de Andidzhan-Namangan de Uzbekistán. Las autoridades estatales han respondido con sospecha y hostilidad a estas señales nacientes de conocimiento político islámico independiente.

Las medidas más estrictas se han introducido en Uzbekistán, donde los grupos religiosos sospechosos están bajo vigilancia por los servicios de seguridad y se llevaron a cabo muchas detenciones de adherentes62  a la resistencia musulmana wahhabita -credo con raíces en Arabia Saudita- es la mayor fuente de preocupación para el gobierno. En Uzbekistán se utiliza el término wahhabita para referirse a todos aquellos que se oponen a los estrictos controles que se ejercen contra el Islam. Está prohibido enseñar religión sin permiso oficial, se persigue a organizaciones religiosas que no posean licencia y prohíben vestimentas religiosas en público63 . El presidente uzbeko, Karimov, piensa que la cuestión es de tal gravedad que en mayo de 1998 firmó un pacto con los presidentes de Rusia y Tadjikistán para controlar el movimiento islamista y luego urgió a Rusia a reforzar el control sobre Asia Central. También es fuente de preocupación en esta República la influencia de Pakistán, pues se estima que a través de las madrassahs o escuelas religiosas de ese país se está influyendo en la población uzbeka, especialmente en la región de Fergana. Cientos de jóvenes de Asia Central estudian en Pakistán. Karimov sostiene que están siendo entrenados para actuar en Afganistán y que serían los autores de varios atentados perpetrados en su país. En julio de 1998 los gobiernos vecinos de Uzbekistán se unieron contra los wahhabis.

El presidente de Kazakhstán advirtió a los islamistas que no permitirá el arraigo de la militancia musulmana en el país64 .

Mientras la posibilidad de un movimiento fundamentalista en Asia Central no puede ser completamente excluida, históricamente el Islam en esta región nunca ha sido fanatizado. Más bien, ha mostrado una capacidad considerable para la adaptación a los diferentes regímenes. Sin embargo hay condiciones bajo las cuales podría volverse una fuerza política. Una sería la aparición de tensiones interiores (por ejemplo los severos ajustes económicas) o de presiones externas (una amenaza a la integridad del Estado), en cuyo caso la religión puede ser una fuente alternativa de legitimidad. Otra posibilidad es que los grupos de oposición dentro de la región utilicen al Islam como medio para expresar su enojo y frustración.

Hay dos factores que podrían favorecer semejante desarrollo. Uno es la naturaleza represiva de los regímenes actuales, que considera a quienes difieren con la línea oficial como elementos subversivos, e incluso –por ejemplo en Tadjikistán- como rebeldes. El otro es la crisis económica bajo la cual grandes sectores de la población se sienten marginados y traicionados. Hay una tendencia creciente a identificar las causas de tal crisis con el imperialismo occidental, lo que genera xenofobia y una búsqueda de soluciones islámicas a la crisis de la sociedad. Los grupos intelectuales urbanos con aspiraciones políticas y los damnificados por la transición económica y social, están empezando a hacer causa común. Si esta tendencia continúa podría haber confrontaciones musulmanas al estilo egipcio o argelino y se podrían desarrollar gobiernos musulmanes radicales.

 

I.3.2. Los grupos étnicos

Si bien todos los Estados de Asia Central son multiétnicos, el balance cambia en cada uno de ellos65 . Las minorías pueden ser inmigrantes de otros Estados de la ex URSS o pueblos pertenecientes a la región que quedaron separados por los actuales límites. Los primeros son los más numerosos, con mayores proporciones de eslavos en Kazakhstán, Uzbekistán y Kirguizstán.

En general la relación entre los diferentes grupos fue armoniosa hasta la década del 90. Los enfrentamientos más serios -fuera de Tadjikistán- ocurrieron en 1989-91 en el valle de Fergana entre uzbekos y meskes (pueblo georgiano) y entre uzbekos y kirguises. Las causas aparentes fueron la competencia por tierras, empleo y posiciones en el poder local. En el segundo caso, los enfrentamientos étnicos con Uzbekistán se produjeron por cuestión de tierras en la ciudad fronteriza de Osh, que cuenta con la mayor factoría de seda del Asia Central (diez mil residentes uzbekos se congregaron para protestar en el campo de una granja colectiva frente a unos 1.500 residentes de Kirguizstán). Se produjeron desmanes e incendios y el ejército frustró nuevos intentos de organizar manifestaciones nacionalistas. Bishkek, capital de Kirguizstán fue escenario de manifestaciones de estudiantes nacionalistas rápidamente dispersadas. Pedían que los pobladores de Osh, a 325 km de la capital, se unieran en la batalla contra los uzbekos. Estos constituyen un importante porcentaje de la población y se alzaron al ver que se estaban otorgando tierras para viviendas a los kirguises. La vivienda es gravemente escasa en las regiones densamente pobladas de Asia Central66 .

Los no nativos suelen sentirse discriminados -especialmente en cuestiones relativas al empleo- y las leyes sobre los idiomas oficiales complican la situación, pues pocos inmigrantes eslavos hablan la lengua nacional y es difícil que la aprendan en los lapsos establecidos -entre 5 a 10 años-. Los siguientes porcentajes en la composición de la población son muy tenidos en cuenta por los actuales gobernantes a la hora de tomar decisiones67 .

República
% nativos
% rusos
Otros (%)
Kazakhstán
50,6
37,8
alemanes 5,8, ucranianos, uzbekos, tártaros
Kirguizstán
52,4
21,5
uzbekos 13, ucranianos 3, kazakos, tadjikos y alemanes del Volga, uighurs
Tadjikistán
63,3
7,7
uzbekos 23,5, tártaros, kirguises
Turkmenistán
72 - 77
9,5 – 6,7
uzbekos 9,2, kazakos, tártaros
Uzbekistán
71,4 - 76
8,3
kazakos, tadjikos, karakalpakos, tártaros

 

I.3.3. La población de origen ruso

El presidente turkmeno Niyazov ha sido muy cauto respecto a la situación de las minorías rusas: Turkmenistán fue el primer Estado de Asia Central en garantizar la doble ciudadanía en forma gradual a los rusos étnicos –las fuerzas armadas turkmenas son asistidas por Rusia-. De todos modos el éxodo de población étnica rusa en los años 1993 y 1994 fue masivo y trenes repletos partieron rumbo a otras repúblicas en esos años -a principios de la década constituían el 12% de la población-. El precio a pagar fue elevado pues la mano de obra más capacitada era de ese origen, produciéndose un desmejoramiento de la situación industrial, académica y científica.

La república con mayor éxodo de rusos fue Tadjikistán, pero muchos eslavos también abandonaron Kirguizstán (solamente en 1994 unos 100.000 sobre una población rusa total en 1989 de 916.500), Uzbekistán y en menor cantidad -pero sustancial- Turkmenistán. En 1994, más de 400,000 personas emigraron de Kazakhstán, -250.000 rusos, casi 90.000 alemanes, 30.000 ucranianos y casi 11.000 tártaros68 . El éxodo de rusos, germanos y tártaros parece haberse detenido a mediados de la década del 90 y algunos que partieron entre 1992-94 están retornanado, si bien les resulta difícil readaptarse a las condiciones actuales y están preocupados por las perspectivas futuras69 .

La situación más polarizada es la de Kazakhstán, donde los cosacos -de origen ruso- demandan alguna forma de autonomía. También desean que el ruso sea restaurado como lengua nacional, siendo al presente considerado como “lenguaje de comunicación interétnica”70 .

Desde diciembre de 1997 la capital de Kazakhstán, Alma Ata, fue trasladada a Astana -antigua ciudad de Akmola y luego Tselinogrado-. Astana fue el centro del proyecto de las «tierras vírgenes» de Nikita Khrushchev, destinado a activar la autosuficiencia soviética cerealera a comienzos de 1954. Trenes enteros de rusos, ucranianos y bielorrusos con tractores arribaron para roturar 243.000 km2 de pasturas. Si bien se atribuye el traslado de la capital al alto grado de contaminación y al riesgo de movimientos sísmicos, evidentemente la proximidad de Alma Ata a las problemáticas regiones de Afganistán y Tadjikistán ayuda a comprender mejor la causa profunda de este traslado a la región septentrional, principalmente poblada por rusos étnicos71 .

La elección de Astana fue muy criticada debido a la insuficiencia de su infraestructura, de su situación geográfica en pleno desierto y de su clima muy duro en invierno y canicular, húmedo y con invasión de mosquitos en verano. Alma Ata sigue siendo el centro de los negocios y embajadas occidentales72 .

 

 

I.3.4. Los pueblos turcófonos

La mayoría de la población de Asia Central está estrechamente relacionada históricamente y culturalmente. Con la excepción de Tadjikistán, la población de todas las repúblicas habla idiomas de raíz turca (los tadjikos son persáfonos) y la mayoría es musulmana sunnita (algunos tadjikos son musulmanes chiítas). El idioma ruso se está eliminando en la función pública, creando ansiedad en los ciudadanos eslavos73 .

En Uzbekistán, al afirmar su reciente independencia, las mayorías nacionales adoptaron políticas vistas por muchos rusos étnicos como discriminadoras o amenazantes. La república cuenta con representantes de más de 100 nacionalidades y etnias, donde los uzbekos superan el 70% del total de la población. La nueva Constitución de Uzbekistán hizo del uzbeko, hablado por el 75% de la población, el idioma oficial. Un decreto presidencial de septiembre de 1993 ordenó el reemplazo del alfabeto cirílico por el turco-latino. También en Turkmenistán el presidente tomó esta decisión, que espera ver cumplida -muy optimista- para el 2000.

Existen movimientos panturcos en Asia Central que promueven una identidad común entre los cuatro Estados donde se hablan idiomas de ese origen (Kazakhstán, Kirguizstán, Turkmenistán, y Uzbekistán). La mayoría de los analistas concluye, sin embargo, que en el futuro previsible Asia Central se referirá más a una área geográfica de identidades y aspiraciones compartidas.

En la Declaración final de la 5º Cumbre de jefes de Estado de países turcófonos74 , celebrada en Astana el 9 de junio de 1998, los presidentes de las repúblicas de Azerbaiján, de Kazakhstán, Kirguizstán, de la República de Turquía, Suleyman Demirel, el presidente del Mejlis de Turkmenistán -Sahat Muradov- y el presidente de Uzbekistán, declararon que, fundados en la existencia de una cultura, de una lengua y tradiciones comunes forjadas por la Historia, aspiran a profundizar las relaciones constructivas y fructíferas que se multiplican entre sus países en todos los dominios75 . Atentos a la importancia que reviste la realización conjunta del programa de restablecimiento de la Ruta de la Seda, los jefes de Estado reconocieron que esta iniciativa dará un fuerte impulso a la economía de la región y que reforzará la cooperación económica en interés de todas las partes. Y más elocuente aún: los jefes de Estado subrayaron la necesidad de la explotación y puesta en marcha de los ricos recursos naturales de la región, principalmente del gas natural, el petróleo y los recursos de energía hidráulica; y recomendaron que se proceda rápidamente a la instalación de oleoductos ....a través de Turquía hasta la costa mediterránea y hacia Europa.

A fin de aumentar el conocimiento de los pueblos turcófonos y de popularizar su patrimonio histórico y cultural, los jefes de Estado preconizan el desarrollo de intercambio de información y la cooperación entre los medios de comunicación de los Estados turcófonos y de las organizaciones no gubernamentales, subrayan los esfuerzos desarrollados por los Estados de Asia Central en vías de reformar radicalmente su sistema educativo y se pronuncian por el sostén de las reformas en todos los planos y el intercambio de experiencias en este campo.

 

I.3.5. Pueblos y límites internacionales

Las fronteras de Asia Central no reflejan la distribución étnica ni los límites naturales, contribuyendo al potencial para el conflicto territorial e interétnico y amenazando las posibilidades de alianzas regionales económicas y de seguridad.

 

Mapa 7: Grupos étnicos en las Repúblicas Centrales Asiáticas

 

El fecundo valle de Fergana está arbitrariamente dividido entre Tadjikistán, Kirguizstán y Uzbekistán y sus poblaciones están ampliamente entremezcladas a lo largo del valle. Gran cantidad de tadjikos -persáfonos- reside en las ciudades históricas de Bukhara y Samarkanda en Uzbekistán y un millón o más en Afganistán. Los uzbekos constituyen minorías regulares en Afganistán, Kazakhstán, Kirguizstán, Turkmenistán, y sobre todo en Tadjikistán, donde constituyen aproximadamente el 25% de la población.

Algunos pueblos de Asia Central han exigido la reformulación de las fronteras nacionales para incorporar áreas habitadas por sus etnias respectivas en otros Estados a lo que los presidentes respectivos se oponen. Tal es el caso de Tadjikistán que requiere la incorporación de territorios poblados por tadjikos en Afganistán y Kirguizstán y las «tierras perdidas» de Samarkanda y Bukhara, donde ocurrieron incidentes graves. En el interior de Tadjikistán las montañas elevadas frustran su integridad.

En Uzbekistán se reclama la incorporación de territorios de Kirguizstán, Turkmenistán, Tadjikistán y tierras afganas76 . Lejos de la región de Fergana, la desecación creciente del lago Aral deja en estado de pobreza extrema a la región Karakalpak –tercio occidental de Uzbekistán- reforzando la intención secesionista de la misma.

Más turkmenos residen en Irán y Afganistán -unos tres millones- que en Turkmenistán.

Muchos kirguises y tadjikos viven en la provincia china Xinjiang. En abril de 1996, los presidentes Nazarbaev, Rakhmonov, Boris Yeltsin y Askar Akaev viajaron a Shanghai para firmar un tratado con el presidente chino Jiang Zemin a fin de lograr la solución de conflictos fronterizos y la desmilitarización de esas zonas. China ha usado el tratado de Shanghai para comprometer la ayuda de los Estados centrales asiáticos a fin de impedir el separatismo de los uighurs de su provincia Xinjiang y su incorporación a Kazakhstán. En el artículo 5º de la declaración común de la reunión ministerial Cooperación-Seguridad del grupo de Shanghai77 , celebrada en Alma Ata en julio de 1998, sus integrantes reconocen unánimemente que “toda manifestación de separatismo nacional, de intolerancia étnica y de extremismo religioso es inaceptable. Tomarán las medidas para luchar contra el terrorismo internacional, el crimen organizado, el tráfico ilícito de armas, el tráfico de estupefacientes y de sustancias psicotrópicas y otras formas de actividades criminales internacionales y por impedir el uso de sus territorios para la organización de actividades que atenten contra la soberanía, la seguridad o el orden público de alguno de los cinco Estados”. La cuarta Cumbre se celebró en Bishkek en agosto de 1999 y en ella se acordó reforzar las medidas adoptadas con anterioridad referidas a la seguridad y cooperación internacionales78 .

 

I.3.6. La sociedad: los clanes

El legado de grupos étnicos entremezclados y vagas identidades nacionales ofrece serios problemas a la estabilidad en todos los estados centrales asiáticos. En muchos casos, un retorno a la identificación primaria con tribu, clan, familia y región aumenta el potencial para el conflicto.

Durante el período soviético, el esfuerzo de las autoridades centrales por inculcar una transcendente identidad «soviética» encontró escasas respuestas entre la mayoría de los habitantes de Asia Central. Más significativo era el impulso dado por las repúblicas al crecimiento de las identidades nacionales kazakas, kirguises, tadjikas, turkmenas y uzbekas. Un ejemplo durante la etapa soviética fueron los clanes que incrementaron su poder en el corazón del Estado uzbeko, especialmente el clan de Samarkanda que logró extenderse a Tashkent, la capital. Con el derrumbamiento de la Unión Soviética, las identidades nacionales en Asia Central se redefinieron pero reteniendo básicamente sus características y reforzando sus identidades con su tribu, clan, familia y región.

Las tensiones sociales, exceptuando en Tadjikistán, acusan menos señales externas de las esperables dada el magnitud de los cambios. Esto se debe a la estructura conservadora de los clanes que, ante amenazas externas, busca la consolidación en lugar de la fragmentación. Este conservadorismo es apuntalado por el respeto absoluto a los mayores, la posición social y el poder administrativo. Tradicionalmente, la generación más joven ha tratado a sus superiores -que normalmente también lo eran en poder y prestigio-, con deferencia incondicional.

A medida que los jóvenes (35 años y menos) asumen mayores posiciones, el respeto hacia la experiencia de grupos de edad más avanzada está empezando a disminuir. Las normas tradicionales también están variando debido a la denominada “cultura de la Coca-Cola”. Los productos, películas y anuncios occidentales están influyendo sobre los jóvenes, sobre todo en áreas urbanas. La presencia de extranjeros los confronta diariamente con ejemplos de un estilo de vida muy diferente. Las actividades de misioneros extranjeros, no sólo musulmanes sino cristianos evangélicos, Hare Krishna y otros, así como la presión política de grupos que trabajan por los derechos humanos y la democratización, también están teniendo un efecto gradual. Así, mientras la apertura de Asia Central está introduciendo nuevas ideas y ensanchando los horizontes, también está minando las características que en el pasado ayudaron a mantener la cohesión social y la estabilidad79 .

La estructura en clanes implica alguna forma de relación entre ellos -ya de cooperación, ya de enfrentamiento- y los presidentes de cada una de las Repúblicas Centrales Asiáticas.

En Kazakhstán, además de las fricciones mencionadas entre las poblaciones de cosacos eslavos que predominan en el norte con las de kazakos en el sur, la animosidad ha reaparecido entre la Horda Grande (una confederación tribal), en poder durante varias décadas, y la Horda Media80 . Algunos analistas sostienen que la rivalidad entre las tres confederaciones tribales tradicional de kazakos (las Hordas Grande, Pequeña y Media) es una fuente potencial de peligro, pero esta visión no es compartida en forma unánime81 .

En Uzbekistán el poder se rotaba entre los clanes de Bukhara, Fergana (Kokand), Samarkanda, Khorezm (Khiva), Karakalpak y Tashkent (parcialmente reforzados tribalmente) y el presidente tiene el soporte de las mayores facciones.

La etnia turkmena es mayoritaria en Turkmenistán, que es vista por muchos analistas como una confederación tribal en lugar de una nación. Las tensiones han crecido entre las tribus y clanes basados en Merv (Mary), Ashkhabad, y regiones de Chardzhou, posiblemente amenazando su integridad futura. Los turkmenos, sin embargo, niegan esto. El clan dominante es el Ahal-Tekke, pero las divisiones internas del mismo son importantes82 . La cuestión de la rivalidad entre el Yomut y Ahal y el levantamiento de las tribus de Tekke fue preocupante a mediados de la década del 9083 .

En Kirguizstán, las tensiones han aumentado entre los clanes septentrionales actualmente en el poder y los clanes del sur.

La más artificial de todas las creaciones de la URSS fue Tadjikistán, donde las divisiones étnicas, en clanes y regionales contribuyeron a la guerra civil. Y si bien difícilmente otros Estados desean repetir la tragedia tadjika, el peligro potencial los acecha.