Hidrocarburos y Relaciones Internacionales en Asia Central

 

 

Conclusiones

 

Se han analizado muchas rutas posibles de exportación de hidrocarburos para las Repúblicas Centrales Asiáticas y, si bien no agotan todas las posibilidades598 , son las que representan intereses regionales y extra regionales lo suficientemente poderosos como para hacerlas realidad. La magnitud e importancia estratégica del recurso, la lucha por la hegemonía de las potencias y el ejercicio de la soberanía por las Repúblicas Centrales Asiáticas, hacen que se destaquen particularmente algunos actores.

El éxito de las presiones económicas de Rusia y los avatares y dilaciones en las decisiones sobre gasoductos impidieron –por ahora- la secesión de Turkmenistán respecto de la CEI. Ahora la carta de triunfo de esta república podría ser el gasoducto por Afganistán a Pakistán. Eso si ningún “incidente” –como una nueva lluvia de misiles, sanciones económicas u otro tipo de medidas de retorsión- cierra las puertas de estos países a empresas occidentales. En cuanto a Turkmenistán, a pesar de la existencia de efectivos rusos en el país, no es Chechenia. Además se encuentra protegida por su status –ya mencionado- de país neutral.

Mientras se debaten las demás opciones y sus costos, Rusia sigue construyendo su oleoducto a Novorossiysk. Con él da garantías a las empresas de EE.UU. que trabajan en Kazakhstán y en otras repúblicas para que exporten su producción, atrae el petróleo de Bakú, se asegura el control del fluido y principalmente de su “área de influencia”.

Kazakhstán eligió la cooperación con Rusia, que entre otras ventajas ya le permitió liberar la explotación offshore en el Caspio. El oleoducto hacia el océano Pacífico deberá pasar por Kazakhstán, pero la firma de todos los convenios deberá tener el visto bueno de la Federación. Esta impondrá sus condiciones a cualquier empalme procedente de Turkmenistán. Tanto EE.UU. como la Unión Europea favorecen la reconstrucción de la Ruta de la Seda. Indudablemente tendrá efectos benéficos. Pero en cuanto a la ruta de gasoductos y oleoductos, seguirá siendo un recurso en manos de Rusia.

La ruta a través de Turquía a Ceyhan ha sido la favorecida –solo rechazada por Rusia-, pero su costo y particularmente sus riesgos están obligando a repensar la ruta transcaucásica. Pero hay que estar en Estambul cuando pasa un superpetrolero por el estrecho de Bósforo para comprender el peligro potencial que representa cada barco que lo atraviesa. Y si bien Europa es un buen mercado, es insuficiente para embarcar todo lo producido en el Caspio –además de lo que exporta la Federación por esta vía-en puertos en el este del mar Negro. Utilizar como países de tránsito a uno o varios Estados Europeos alzaría las voces de las organizaciones ambientalistas, entre otras. Tal vez la ruta a Alexandroupoulis en Grecia....

Uzbekistán perdió, por el momento, la credibilidad de los inversionistas internacionales. Es la más mediterránea de las cinco repúblicas y realiza esfuerzos para erigirse en potencia “moral”, mientras observa el rumbo que toman las tuberías de exportación de sus vecinos.

Kirguizstán y Tadjikistán son pobres en hidrocarburos y dependen de sus vecinos para su aprovisionamiento. En diferente grado y por distintos motivos, Rusia tiene una presencia tangible en ambas.

Estados Unidos defenderá la independencia y soberanía de las repúblicas y en cada oportunidad que se le presente intentará obstaculizar la influencia de la Federación, pero su primer objetivo –luego de excluir a Irán del juego- será proteger a sus propias industrias en el Caspio y alrededores. Donde estas empresas no puedan entrar, intentará seguir impidiendo que otras lo hagan.

Irán, excluida por EE.UU. de muchas oportunidades, intenta con bastante éxito mantenerse en contacto con los gobiernos de las Repúblicas Centrales Asiáticas. A pesar de la construcción del pequeño pero estratégicamente emblemático gasoducto con Turkmenistán, Irán estuvo limitando las compras a este país a lo indispensable como para amortizar su construcción. Su estrategia pareció complementaria de la rusa para bloquear las exportaciones que tan decisivas eran para Turkmenistán.

En muy evidente que no habrá juego si Rusia no es invitada a la mesa. Para Rusia un lugar en la mesa significa participación equitativa tanto en la construcción y operación de oleoductos como en el desarrollo de proyectos petroleros.