Terceras Jornadas de Medio Oriente, 9-10 de noviembre de 2000
Estados Unidos y el Medio Oriente después de la Guerra del Golfo.

Departamento de Medio Oriente
Instituto de Relaciones Internacionales
Universidad Nacional de La Plata, República Argentina


 

DEMOCRACIA: ¿UN VALOR UNIVERSAL?
(Abstract)

Alejandro Bartoletti

 

El derrumbe de los gobiernos de corte comunista que gobernaban los países de Europa del Este (figurado con la caída del Muro de Berlín), y el Golpe de Estado del año 1991 en la ex - U.R.S.S. que aparejó la desaparición del sistema político hegemónico que gobernaba en ella, favorecieron para que la democracia, que ya había comenzado a instalarse en las diferentes regiones del mundo, amplíe su universo.

Tanto era el entusiasmo de sus sostenedores y tanta la confianza en que sus bondades beneficiarían a todos los Estados que la adoptasen, que fue elevada a la categoría de "valor universal" por las potencias occidentales.

La región que nos ocupa, desde siempre estuvo plagada de características que la distinguen de otras áreas del mundo, y ésta vez no fue la excepción, ya que la perdida de hegemonía política de la U.R.S.S. sobre sus ex - países aliados, como su desguace territorial o el dinamismo que adoptó la democracia para imponerse en los diferentes Estados a nivel mundial, le ha sido totalmente ajena, ni siquiera hubo cambios en las elites gobernantes.

Tal hecho se repitió aún después de la Guerra del Golfo, la cual ocurrió en su seno. Por lo tanto, nos abocaremos a examinar en que grado la democratización de la vida política ha sido una variable de cambio asumida por las elites gobernantes o un condicionante externo.

Observando la realidad de los Estados de la región, develamos que existe al menos un elemento que la torna diferente en esencia respecto de otras sociedades, este es el papel que le cupe a la religión en la idiosincrasia de los ciudadanos y de las instituciones.

En este trabajo intentaremos escudriñar si el elemento mencionado ejerce alguna influencia en las posiciones que adoptan los gobernantes de estos países y los Estados Occidentales (EE.UU. y Europa Occidental) respecto de promover una mayor libertad política, incentivar la constitución de partidos políticos independientes, estimular el diálogo con los movimientos religiosos, favorecer la alternancia en el poder, pregonar a favor de elecciones democráticas y libres, acicatear la proliferación de medios de prensa fuera de la órbita estatal, etc.

Partiendo de la base que el elemento religioso se erige como elemento aglutinador y como concepto motriz para estas sociedades, se nos plantea la necesidad de ahondar respecto de su potencial relación con la democracia.