Anuario de Relaciones Internacionales, Año 1995

 

ISLAS MALVINAS

UNION INTERPARLAMENTARIA MUNDIAL.

 

1.-89a. Conferencia de la Unión Interparlamentaria Mundial, Nueva Dehli, 12 al 17 de abril de 1993.

El Senador Eduardo Menem, que presidió la Delegación Parlamentaria Argentina, intervino en el debate general sobre la situación política, económica y social en el mundo de la 89a. Conferencia de la Unión Interparlamentaria Mundial que tuvo lugar en Nueva Dehli del 12 al 17 de abril de 1993. Refiriéndose a la Cuestión de las Islas Malvinas, dijo que "el grupo parlamentario argentino viene una vez mas a poner a consideración de esta Unión Interparlamentaria la justa causa de la soberanía de la República Argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur. Reiteramos este planteo no solamente con el convencimiento de los legítimos derechos que nos asisten, sino por entender que el mantenimiento de situaciones coloniales no se compadece con el nuevo orden internacional que entre todos estamos tratando de construir".

 

2.-90a. Conferencia Interparlamentaria Mundial.

(Canberra, Australia - 17 de setiembre de 1993).

Discurso del Senador argentino Hipólito Solari Yrigoyen en la 90a. Conferencia Interparlamentaria Mundial. Canberra, Australia, 17 de setiembre de 1993.

"La República Argentina tiene una política Internacional comprometida con la paz mundial. Todos sus esfuerzos están dirigidos a afianzarla, a prevenir los conflictos y a tratar de resolver los existentes.

Nuestra actitud pacifista nos lleva a colaborar estrechamente con las Naciones Unidas. Las tropas argentinas y observadores argentinos integran los escuadrones de cascos azules y se encuentran en diversas latitudes del mundo. Hay observadores y tropas en Medio Oriente, en la ex-Yugoeslavia, en Angola, en la frontera Irak-Irán, en el Sahara Occidental, en Camboya, en el Salvador, en Mozambique, y hemos ofrecido efectivos para Chipre y Somalia, colaborando en las misiones de paz de la organización mundial.

En el presente año el Senado argentino ha aprobado el Tratado de Tlatelolco y ya antes nuestro país había celebrado con Brasil un tratado de garantías mutuas y salvaguardias omnicomprensivas para la utilización de la energía nuclear con fines exclusivamente pacíficos. Ambos países han firmado asimismo un tratado de salvaguardias nucleares totales con el Organismo Internacional de la Energía Atómica.

En síntesis, la Argentina no constituye una amenaza para nadie, y sí un sólido bastión de la paz. Nuestras relaciones con los países vecinos y con las demás naciones hermanas de América Latina se basan en la cooperación y en el desarrollo de la integración. Un reflejo de tal política es la formación del Mercosur con Brasil, Uruguay y Paraguay.

Somos un país ansioso de tener relaciones amistosas y mutuamente provechosas con todas las naciones del orbe. En 1990 reanudamos las relaciones diplomáticas con el Reino Unido que se habían interrumpido en 1982 con motivo de la guerra de las Malvinas.

Hemos tenido un importante avance en los intercambios comerciales con Gran Bretaña y también en otros aspectos de la relación bilateral, pero hemos encontrado una obstinada renuencia de este país para que reconozca y cumpla con las resoluciones de las Naciones Unidas que disponen negociar para encontrar una solución definitiva para la disputa de soberanía en las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur.

Los Gobiernos constitucionales argentinos han buscado siempre un arreglo pacífico de la disputa con Gran Bretaña, que tenga debidamente en cuenta y respete los intereses de los actuales habitantes de las Islas. Esta posición es mantenida con firmeza por nuestras actuales autoridades.

Sin embargo, el Reino Unido se empeña en conservar estos archipiélagos argentinos, ocupados por la fuerza, como una suerte de reliquia colonial. Tiene en las islas Malvinas un número elevado de fuerzas militares que supera en mucho a la escasa población ahí existente. En fecha reciente el primer ministro Mayorformuló unas declaraciones inamistosas para la Argentina, al afirmar quue no disminuirían sus efectivos bélicos en las Malvinas mientras la Argentina no renunciara a sus reclamos de soberanía.

La República Argentina jamás renunciará a una soberanía que está respaldada por sólidos argumentos históricos, geográficos y jurídicos. El Reino Unido no puede olvidar que interrumpió por la fuerza el ejercicio de la soberanía que habíamos heredado de España, al ocupar militarmente las Islas Malvinas en 1833 y al expulsar a nuestra población y suplantarla por colonos traídos de su país. Desde entonces se ha producído una fractura a nuestra integridad territorial. No cejaremos nunca en nuestros intentos pacíficos para lograr que la misma desaparezca y se reintegren los archipiéllagos ocupados al territorio de la República Argentina.

El Reino Unido alienta y tolera que en el interior de las Malvinas se efectúe una permanente y falaz campaña contra la Argentina continental y su pueblo. Parte de esa campaña está dirigida por el denominado Comité de las Islas Falkland (Malvinas) que tiene su sede en Londres y al que dan apoyo público importantes miembros del gobierno británico.

Existe en las Islas Malvinas y demás territorios australes ocupados por Gran Bretaña una discriminación contra los argentinos. Ellos son los únicos ciudadanos del mundo que no pueden ingresar a las islas bajo ningún concepto, es decir que ni siquiera se permite a los argentinos el tránsito turístico de unos escasos días. Esta discriminación también afecta a los ciudadanos británicos que han nacido en la Argentina. Cuando ellos han solicitado permiso para visitar las Malvinas, pese a residir en Gran Bretaña y tener pasaparte británico, se les ha contestado negativamente por la sola razón de haber nacido en la Argentina.

Las familias argentinas que tuvieron que abandonar las Malvinas al final de la guerra para refugiarse en la Argentina continental nunca han podido reintegrarse a sus hogares. Cuando en el interior de las islas se han efectuado licitaciones internacionales para la venta de tierras o para la explotación de algunos recursos, siempre se coloca la claúsula discriminatoria contra la Argentina.

Esta permanente discriminación contra la Argentina y el impedimento de que existan relaciones humanas y comerciales entre las Malvinas y la Argentina continental está en pugna con las normas internacionales que garantizan la libre circulación y que condenan la discriminación entre razas y naciones. Es una situación intolerable que creemos nuestra obligación denunciar para que la misma cese en el mas breve plazo.

Los parlamentarios argentinos y los británicos hemos sido precursores con nuestros diálogos francos en el seno de estas conferencias inter-parlamentarias, para el restablecimiento de las relaciones bilaterales.

Los parlamentarios argentinos queremos profundizar y avanzar en las relaciones de nuestro país con el Reino Unido. Los sentimientos amistosos que nos unen nos impulsan a pedirles a nuestros colegas británicos que interpongan sus buenos oficios para que cese la discriminación contra los argentinos en las Malvinas y para que su gobierno cumpla con las resoluciones de las Naciones Unidas y se siente a negociar con la República Argentina sobre la disputa de soberanía existente. Sólo así podremos eliminar los problemas que siempre se interponen negativamente en nuestras relaciones.

Si nuestros colegas, los parlamentarios británicos nos acompañan en este pedido, habremos hecho en conjunto una seria contribución a la paz mundial".

 

3.-91a. Conferencia de la Unión Interparlamentaria (Paris, Francia, 21-25 de marzo de 1994).

El Senador Eduardo Menem, que presidió la Delegación Parlamentaria Argentina, realizó un discurso el 24 de marzo de 1994 en el marco de la 91a. Conferencia Interparlamentaria Mundial. El texto es el siguiente:

"Señor Presidente:

Distinguidos colegas:

El Grupo Parlamentario Argentino viene a plantear nuevamente ante la Unión Interparlamentaria Mundial la reivindicación de los legítimos derechos de soberanía de la República Argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur.

Este reiterado reclamo que viene haciendo la República Argentina desde hace mucho tiempo ante la Unión Interparlamentaria Mundial y otros foros internacionales, procura poner fin a la anacrónica situación colonial que mantiene Gran Bretaña sobre una parte del territorio argentino en abierta violación a principios fundamenta

les del derecho internacional y a pronunciamientos expresos del Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, como los del 29 de julio de 1992 y 12 de julio de 1993, según los cuales "el mantenimiento de situaciones coloniales, es incompatible con el ideal de paz universal de las Naciones Unidas".

Cabe recordar además que la Asamblea General de las Naciones Unidas, a través de reiteradas resoluciones (2065; 31/60; 31/49

;37/9; 38/12; 39/06; 40/21; 41/40; 42/19 y 43/25) ha reconocído expresamente que existe una disputa de soberanía sobre los mencionados territorios y ha instado a las partes a reanudar sus negociaciones a los fines de encontrar a la mayor brevedad posible una solución pacífica, justa y duradera.

Pese a tan categóricos pronunciamientos y al tiempo transcurrído desde su sanción, no han tenido comienzo de ejecución sus disposiciones como consecuencia de la obstinada negativa del Reino Unido de tratar la cuestión de la soberanía, lo que motiva la renovación de nuestra protesta ante este elevado foro.

Señor Presidente:

Distinguidos colegas:

Las relaciones de mi país con el Reino Unido se han normalizado. Los avances logrados alcanzan a todas las áreas y se han traducído en un crecimiento sustancial del comercio bilateral, así como un intenso flujo de inversiones británicas hacia la Argentina.

No obstante, me veo en la obligación de señalar que la situación en el Atlántico Sur no ha mejorado en los últimos tiempos. Las decisiones unilaterales adoptadas por el Reino Unido en materia de petróleo en las Islas Malvinas y la extensión de su pretendida jurisdicción alrededor de las Islas Georgias del Sur y Sandwich del Sur, demuestran su falta de disposición para establecer una negociación efectiva con la República Argentina.

En el Reino Unido se ha hecho referencia pública a la existencia de áreas circundantes en las Islas Malvinas de yacimientos petrolíferos superiores a los del Mar del Norte, originando crecientes expectativas sobre la explotación de esta riqueza en ámbitos británicos.

Según un cronograma ya dado a conocer, las autoridades del Reino Unido tienen el propósito de iniciar en breve la etapa de exploración con perforación de pozos.

La Argentina señala este comportamiento unilateral del Reino Unido, que no se condice con lo que debería ser una actitud constructiva de entendimiento y cooperación.

Asimismo, causa preocupación el impulso que toma una propuesta de parlamentarios británicos, para que se instrumente un proceso migratorio desde diversos territorios dependientes del Reino Unido hacia las Islas Malvinas. Esta iniciativa permitiría, según sus autores, solucionar el problema de mano de obra que originará la explotación de hidrocarburos. Para la Argentina este sería un elemento nuevo de inusitada gravedad.

En general, debo decir que esta intransigencia británica en el tratamiento de la cuestión Malvinas, contrasta con el espiritu de entendimiento demostrado por mi país en materia de pesca. Dicho espiritu permitió el año pasado adoptar medidas para la conservación de los recursos de altura al sur del paralelo de 45 grados de latitud sur, particularmente el calamar illex argentinus, que constituye la fuente de ingresos fundamental para los habitantesde las Islas Malvinas.

Asimismo, esta buena disposición se manifiesta en las autorizaciones que da el gobierno de mi país para facilitar el vínculo de las islas con terceros países por vía marítima y aérea, utilizando espacios de jurisdicción argentina.

También debo destacar el ofrecimiento hecho por la Argentina para llevar a cabo el desminado del territorio de las Islas Malvinas.

La República Argentina ha venido teniendo un notorio protagonismo en el nuevo orden internacional que se está instaurando luego de superada la confrontación bipolar Este-Oeste, como lo demuestra su participación activa en foros y organizaciones multilaterales, particularmente aquellas relacionados con el desarme, la no proliferación de armas de destrucción en masa y los derechos humanos.

La presencia de contingentes argentinos en operaciones de mantenimiento de la paz y el impulso de iniciativas políticas globales con el Grupo Río y de integración como el Mercosur, completan este cuadro de participación responsable.

Estos aportes de mi país a un nuevo orden mundial, llevan implícito el reconocimiento al trascendente papel que cumplen las Naciones Unidas, para resolver los problemas internacionales pendientes o los que puedan surgir en el futuro.

En cambio, debo aquí señalar que la actitud británica de negarse a reiniciar negociaciones sobre la soberanía en Malvinas, no solo significa restarle colaboración al importante rol que desempeña la Organización de las Naciones Unidas, sino que además viola abiertamente sus resoluciones acerca de esta cuestión.

Es por eso que el Comité de Descolonización del más alto organismo internacional ha expresado en el citado pronunciamiento del 12 de Julio de 1993:"...Lamenta que, a pesar del amplio respaldo internacional a una negociación entre los Gobiernos de la Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte que incluya todos los aspectos sobre el futuro de las Islas Malvinas, aún no hayan comenzado a aplicarse las resoluciones de la Asamblea General sobre esta cuestión...".

Señor Presidente:

Distinguidos Colegas:

Por lo expuesto quiero expresar una vez mas que la República Argentina continuará reafirmando en todos los foros internacionales y ante todas las naciones del mundo, sus legítimos derechos de soberanía sobre las Islas del Atlántico Sur y su propósito de lograr la restitución de esos derechos por la vía pacífica.

Al sostener firmemente esta posición no solo defendemos los legítimos derechos de nuestro país, sino el ideal de justicia de la comunidad internacional, que se ve agraviado por el mantenimien

to de una situación colonial en Malvinas, originada en la mutilación de la integridad territorial de la Argentina, por parte del mayor imperio colonial de la época, en el año 1833. Este despojo sólo fue posible mediante la fuerza de la agresión armada y el reemplazo de la población existente por otra de origen británica. Situación esta que nunca fue ni será consentida por mi país.

En mérito a ello exhortamos una vez más al Reino Unido a deponer su arbitraria actitud negativa y a dar cumplimiento a las resoluciones de las Naciones Unidas accediendo a las negociaciones sobre la soberanía en Malvinas con la República Argentina.

Expresamos nuestra esperanza de que las autoridades británicas comprendan que su ocupación de territorio argentino no sólo es jurídicamente ilegítima sino que además conspira contra el proceso de integración regional, continental y universal al que aspira la comunidad internacional.

Esperamos finalmente que la tentación evidenciada por el Gobierno de Gran Bretaña para explotar los recursos naturales en nuestras Islas Malvinas, sea contenida por los principios de justicia y de equidad predominantes hoy en el mundo y que constituyen una condición inexcusable para la vigencia de una paz duradera".

 

4.-Declaración conjunta de los presidentes de los grupos Argentino y Chileno a la 91a. Conferencia Interparlamentaria Mundial.

Los Presidentes de los grupos Parlamentarios de Argentina, Senador Eduardo Menem, y de Chile, Senador Sergio Páez, en el marco de la 91a. Conferencia de la Unión Interparlamentaria emitieron el 25 de marzo de 1994 una declaración conjunta que en la parte referída a la "Cuestión de las Islas Malvinas" dice lo siguiente:

"...ambas delegaciones parlamentarias ante la U.I.P. estiman indispensable reforzar sus estrechas relaciones bilaterales, muy particularmente en orden a:

c)Reiterar la solidaridad chilena respecto de los derechos de soberanía de la República Argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, coincidente con la tradicional posición de los Gobiernos de Chile y Argentina, confiando en una solución pacífica de esta controversia.

Declarar que nadie puede arrogarse en esta materia, representación oficial o institucional alguna contraria a la posición adoptada por el Parlamento y el Gobierno de Argentina y Chile."

 

5.-92a. Conferencia Unión Interparlamentaria Mundial.

Discurso pronunciado por el Senador Eduardo Menem en la 92a. Conferencia de la Unión Interparlamentaria Mundial, que se reunió en Copenhague, Dinamarca, el 15 de septiembre de 1994.

"Señor Presidente:

Distinguidos colegas:

La abolición total del colonialismo es un objetivo compartido por la inmensa mayoría de los pueblos del mundo.

Hace más de tres décadas se inició el irreversible proceso de descolonización, a partir de la histórica resolución 1514/60 de las Naciones Unidas, en virtud de la cual están aquí representadas muchas naciones que hasta entonces habían estado sometida bajo el yugo del colonialismo.

Pero ese proceso aún no ha terminado porque existen territorios como las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, que todavía cargan con la pesada herencia de políticas imperiales del siglo XIX.

Gran Bretaña no tiene ningún derecho para seguir ocupando las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur que le fueran usurpadas por un acto de fuerza a la República Argentina el 3 de enero de 1833, situación que nunca fue consentida por nuestro país.

Ese grave acto de usurpación tuvo características particulares que lo diferencian de otros casos de colonialismo, porque los invasores de entonces, desalojaron totalmente a la población argentina que habitaba las islas e impusieron pobladores llevados desde Gran Bretaña.

Esa sustitución de la población nativa efectuada por un hecho de violencia es lo que descalifica la absurda pretensión británica de reclamar la aplicación del principio de autodeterminación, que solamente procede cuando lo invoca la población nativa y no cuando se trata de habitantes impuestos por la fuerza de la potencia colonialista.

En cambio, sí es de aplicación el principio de integridad territorial, consagrado por la mencionada resolución 1514/60 que también sustenta los derechos argentinos, por cuanto el mismo establece que todo intento de quebrar total o parcialmente la integridad territorial de un pais es incompatible con los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas.

Es por ello que el grupo parlamentario argentino viene una vez más a plantear ante este Foro la necesidad de que ponga fin a esta anacrónica situación colonial, basada exclusivamente en la fuerza y que constituye una verdadera afrenta a la conciencia jurídica internacional.

Señor Presidente:

Distinguidos colegas:

Las Naciones Unidas, a través de numerosas resoluciones de la Asamblea General y del Comité de Descolonización, que ya he citado en otras exposiciones ante esta Unión Parlamentaria, ha reconocido expresamente que existe una disputa de soberanía sobre los territorios y aguas circundantes a las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y ha instado a Argentina y Gran Bretaña a efectuar negociaciones sobre esa disputa, teniendo en cuenta las disposiciones y objetivos de la Carta, la resolución 1514 y los intereses de los habitantes de las Islas.

En la última resolución emitida por el Comité de Descolonización, con fecha 13 de julio de 1994, se ha destacado nuevamente el interés de la comunidad internacional en que los Gobiernos de Argentina y del Reino Unido reanuden sus negociaciones a fin de encontrar a la mayor brevedad posible una solución pacífica, justa y duradera de esta controversia de soberanía.

No obstante tan categóricos pronunciamientos y el permanente reclamo de la República Argentina para que se reanuden las negociaciones aludidas, el Reino Unido se ha venido negando sistemáticamente a ello. Más aún no sólo se niega a negociar sino que frecuentemente produce hechos y toma medidas contrarias a esa actitud recomendada reiteradamente por las Naciones Unidas.

En ese terreno obstruccionista debe ubicarse por ejemplo la extensión de la zona de exclusión pesquera adoptada unilateralmente por Gran Bretaña en 1993 en el área de las Islas Georgias del Sur y Sandwich del Sur.

En el mismo sentido cabe mencionar la reciente y unilateral decisión británica de extender nuevamente en 1400 kilómetros cuadrados dicha área de exclusión pesquera.

Por cierto que la República Argentina ha protestado enérgicamente contra esta actitud, que considera como un desacuerdo diplomático serio y ha envíado cartas de disconformidad contra esas medidas a las Naciones Unidas, a las flotas que pescan en la zona de Malvinas y a los países cuyas flotas operan en el área con licencias británicas.

También ha rechazado la República Argentina y enviado las pertinentes cartas de disconformidad, la decisión británica de abrir a licitación y otorgar licencias para la prospección sísmica de yacimientos de hidrocarburos en los espacios marítimos circundantes a las islas en disputa.

No está de más reiterar que todas estas medidas unilaterales adoptadas por Gran Bretaña violan la decena de resoluciones dictadas por las Naciones Unidas instando a negociar la disputa sobre soberanía, en especial la resolución 31/49 del 17 de Diciembre de 1976 que reclama a las partes que:"...se abstengan de adoptar decisiones que entrañen la introducción de modificaciones unilaterales en la situación" hasta que se defina la cuestión de la soberanía de las islas.

Señor Presidente:

Distinguidos colegas:

La República Argentina ha reformado recientemente su Constitución y ha incluído en su texto la cuestión Malvinas, ratificando su legítima e imprescriptible soberanía sobre las islas y los espacios marítimos circundantes por formar parte del territorio argentino.

Asimismo se declara que la recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía conforme a los principios del derecho internacional y respetando el modo de vida de sus habitantes, constituye un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino.

Frente a esta declaración constitucional que tiene un claro contenído jurídico, Gran Bretaña ha contestado con una medida de fuerza, ampliando la zona de exclusión pesquera. Es esta otra demostración evidente de que la fuerza es el único título que pueden exhibir los británicos para seguir ocupando nuestras Islas Malvinas.

La claúsula constitucional sobre Malvinas fue votada por la unanimidad de los convencionales constituyentes y por aclamación, demostrando que todo el pueblo argentino, sin distinción de sectores políticos está y estará monolíticamente unido en la reivindicación de los legítimos derechos de nuestro país sobre los territorios usurpados por Gran Bretaña.

Pero también decimos que la recuperación se efectuará conforme a los principios del derecho internacional, porque ese derecho está de nuestra parte, frente a la ilegítima ocupación basada únicamente en la fuerza.

Y también decimos, con jerarquía constitucional que respetaremos el modo de vida de sus habitantes, porque es esa una posición sostenida desde siempre por la República Argentina que ha acogído en su seno a comunidades de todas partes del mundo, sin hacer discriminaciones de ningún tipo.

Es con este espíritu, con este compromiso y con esta decisión, que hoy dejamos una vez más planteada ante esta Unión Parlamentaria los legítimos e imprescriptibles derechos de la República Argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur.