Anuario de Relaciones Internacionales, Año 1996 Documentos

 

31a Cumbre de la Organización de la Unidad Africana (OUA)

 

Declaración Final

 

(Etiopía, 26 y 28 de Junio de 1995)

 

La Conferencia de los Jefes de Estado y de Gobierno en su 31º sesión ordinaria celebrada entre los días 26 y 28 de junio de 1995 en Addis Abeba, Etiopía,

Habiendo examinado el informe de la decimoséptima sesión extraordinaria del Consejo de ministros que tuvo lugar entre los días 25 y 28 de marzo de 1995 en El Cairo, Egipto,

Consciente de la necesidad de fortalecer los esfuerzos realizados por Africa con miras a su desarrollo económico y social,

1. Decide adoptar el documento que se intitula: Reactivación social/económica en Africa.: Programa de acción de El Cairo,

2. Exhorta a los Estados miembros a apoyar y ejecutar en todos sus puntos el Programa de acción de El Cairo que se anexa con la presente resolución;

3. Solicita a la secretaría conjunta OUA/CEA/BAD ayudar a los Estados miembros y a las organizaciones regionales a ejecutar el Programa de acción de El Cairo;

4. Solicita, además, al Secretario General que convoque a la brevedad al ECOSOC de la OUA para asegurar el cumplimiento del Programa de acción de El Cairo;

5. Solicita al Consejo de ministros que evalúe regularmente según el informe del Secretario General, el avance en la ejecución del Programa de acción de El Cairo y que redacte un informe a la Conferencia de Jefes de Estado y de Gobierno;

Hace un llamado a la Comunidad internacional para que apoye los esfuerzos de Africa, las prioridades y los programas tales como se definieron en el Programa de acción de El Cairo.

 

Reactivación del desarrollo económico y social del Africa: Programa de acción de El Cairo.

 

Preámbulo

 

Nosotros, los Jefes de Estado y de Gobierno de la Organización de la Unidad Africana, reunidos en la trigésimo primera sesión ordinaria del 26 al 28 de junio de 1995 en Addis-Abeba, Etiopía, hemos procedido a un análisis detallado y crítico de la situación política, económica y social de nuestro continente tal cual fue presentado en el informe del Secretario General en la sesión extraordinaria del Consejo de ministros sobre los problemas sociales y económicas en el desarrollo de Africa.

Desde el inicio de los años 90, se produjeron numerosos cambios en el mundo, particularmente en los ámbitos político, económico y social. Se trata, entre otros, de una tendencia creciente, en particular de los países desarrollados, a crear, fortalecer y ampliar los grupos económicos bajo la forma de bloques comerciales, tales como el Mercado Unico Europeo, la conclusión de los acuerdos de la Ronda Uruguay, la creación de la Organización mundial del comercio y los recientes progresos realizados en las ciencias de la información y en la tecnología de la producción. Estos acontecimientos han sido apoyados por el predominio del sistema económico de libre mercado basado en la competencia, la eficacia y la producción. Estos criterios han sido reforzados en las condiciones tanto como en el plano bilateral como multilateral de los programas de ajuste estructural. En consecuencia, Africa debe tomar nuevas medidas para llegar a ser un socio activo del sistema económico mundial. A este respecto, Africa debe adoptar una nueva visión para su desarrollo y llevarla a cabo en programas apropiados. Este acercamiento permitirá a Africa participar plenamente, como un socio creíble, en el sistema mundial. Con ese nuevo espíritu, Africa podrá promover sus intereses fundamentales y resolver sus preocupaciones.

Durante muchos años, hemos adoptado individual y colectivamente, a nivel nacional, regional y continental, planes de estrategias y programas para el desarrollo de nuestros países. Desafortunadamente, estos planes y estos programas, no se ejecutaron de manera apropiada en la mayoría de nuestros países y en algunos casos se paralizaron por completo debido a los incesantes conflictos civiles y a las catástrofes naturales. Para revertir esta situación, los países africanos deben tomar medidas eficaces en un período determinado para asegurar, de manera satisfactoria, la ejecución y la continuación de las decisiones que hemos tomado para el desarrollo del continente.

En este contexto, los pueblos deben constituir la base y el objeto del desarrollo en nuestros países. Para esto, los gobernantes deben velar por la participación de los pueblos en la concepción, ejecución y control de planes, programas y proyectos de desarrollo. Se debe poner el acento en la plena participación de las mujeres en los esfuerzos de desarrollo social y económico. No debemos economizar esfuerzo alguno para captar y conservar la experiencia africana e impedir el éxodo de aptitudes fuera de nuestros países.

A nivel internacional, numerosos planes y programas han sido adoptados por la Asamblea General de las Naciones Unidas y de otras instancias con la intención manifiesta de proveer mayor asistencia al desarrollo de Africa. Desafortunadamente, las realizaciones en este ámbito no fueron suficientes en razón particularmente de falta de recursos externos requeridos.

Estamos profundamente preocupados por el hecho que la situación socioeconómica de Africa haya permanecido precaria a pesar de los considerables esfuerzos que nuestros países han desplegado individual y colectivamente, con el objetivo de establecer bases sólidas para el desarrollo de Africa. En todas estas tentativas, nos hemos guiado por el principio de autosuficiencia colectiva a fin de realizar el desarrollo autónomo de nuestros países. Reafirmamos nuestro compromiso con este principio.

Todos estos hechos recientes y otros nos incitaron a reunirnos en sesión extraordinaria en El Cairo. Es esta una ocasión oportuna para que examinemos seriamente y evaluar nuevamente las causas profundas de los problemas económicos y sociales con miras a recomendar medidas de enderezamiento y soluciones durables que deben ser aplicadas por los gobiernos y los pueblos africanos, con el apoyo de la comunidad internacional.

Hemos examinado estos problemas, estamos convencidos que el subdesarrollo de Africa puede ser resuelto. Africa es un continente que posee mucha tenacidad. De hecho, Africa es un continente en transición. Esta dotado de enormes recursos humanos y naturales. Con una firme voluntad, más determinación, planificación y visión, podemos hacer de Africa una verdadera potencia económica.

Reafirmamos que el desarrollo de Africa incumbe ante todo a nuestros gobiernos y a nuestros pueblos. Estamos decididos a establecer una base sólida para un desarrollo equitativo y duradero centrado sobre el hombre, sobre la base de políticas económicas viables, de justicia social y de autosuficiencia colectiva a fin de lograr la transformación estructural acelerada de nuestras economías.

Sobre la base de estas condiciones, reafirmando totalmente nuestro compromiso con el Plan de Acción de Lagos, adoptamos el Programa de Acción de El Cairo que formula recomendaciones a examinar por nuestros gobiernos y nuestros pueblos así como por la comunidad internacional para la reactivación del desarrollo económico y social de Africa.

 

Lo que podemos hacer por nosotros mismos.

 

Democracia, gestión de los asuntos públicos, paz, seguridad, estabilidad y desarrollo duradero.

 

Reconocemos y convenimos que la democracia, la buena gestión de los asuntos públicos, la paz, la seguridad, la estabilidad, el desarrollo duradero y la justicia, figuran entre los factores más esenciales para el desarrollo socioeconómico de Africa. Sin paz, la democracia y el desarrollo no son posibles y sin desarrollo, la paz no es duradera. Al respecto, recordamos la pertinente Declaración sobre la situación política y socioeconómica en Africa y los cambios fundamentales que sobrevinieron en este mundo, adoptada el 11 de julio de 1990 por la Conferencia de Jefes de Estado y de Gobierno de la OUA. Por consiguiente, nos comprometemos a tomar las siguientes medidas:

- Lanzar programas con miras a promover especialmente, gracias a políticas de inclusión, la unidad nacional, una cultura de tolerancia a nivel de los diferentes estratos sociales de nuestras poblaciones y en los países africanos, sobre la base de los principios del respeto a los derechos y a la dignidad del hombre, las elecciones libres y regulares así como también el derecho a la libertad de prensa, de expresión, de asociación y de conciencia.

- Asegurar la promoción rápida de una buena gestión de los asuntos públicos caracterizada por la responsabilidad, la probidad, la transparencia, la aplicación equitativa de la primacía del derecho y una clara separación de los poderes como objetivo y condición de un desarrollo rápido y duradero en las sociedades africanas. Una política de regionalización y de descentralización se revela necesaria para garantizar la plena participación de todos los pueblos, particularmente de las poblaciones rurales a nivel comunitario, para su propio desarrollo, y para desarrollar en ellas mismas un sentimiento de pertenencia.

- Definir claramente el rol del gobierno y del sector privado en el desarrollo. Los gobiernos son llamados a desplegar esfuerzos especiales para alentar la participación del sector privado en el proceso de desarrollo.

- Tomar medidas que apunten a erradicar las causas profundas del problema de los refugiados y de las personas desplazadas en nuestro continente, su repatriación y su reubicación rápidas en sus países de origen así como también activar la búsqueda de soluciones durables para este problema.

- Contribuir con el mayor apoyo político y financiero al mecanismo de la OUA para la prevención, gestión y solución de conflictos para sus operaciones de instauración de la paz haciendo participar a todos los estratos sociales de la población y movilizando recursos públicos y privados adecuados por el Fondo de la OUA para la paz.

 

Seguridad alimentaria.

 

Africa es un continente esencialmente agrícola y pastoral. Sin embargo, la producción alimentaria y agrícola ha bajado considerablemente desde los años 60. En consecuencia, la mayoría de nuestros países son importadores netos de productos alimenticios. Aunque las guerras civiles, la sequía, la desertificación y otros factores ecológicos han contribuido a la baja en la producción alimenticia, las políticas no han otorgado suficiente importancia a los cultivos, lo que explica en gran parte esta situación.

Una mejora del rendimiento agrícola es necesario para proveer los víveres esenciales para un mejoramiento de las normas nutricionales y de alimentación de una población que aumenta rápidamente sin dependencia excesiva de fuentes externas. Los beneficios del crecimiento económico deben extenderse al conjunto de la población, en particular a las zonas rurales donde la pobreza está más concentrada. Por lo tanto:

- La promoción de la agricultura no debe estar centrada sobre los productos de base tradicionales de exportación. Debe darse una atención especial a los cultivos alimenticios, en particular aquellos producidos o consumidos por los pobres.

- Las medidas apropiadas deberán tomarse asimismo para desarrollar la ganadería y la pesca como parte del conjunto de la estrategia de la seguridad alimentaria y en la estrategia regional africana de nutrición (1993-2003).

- Los recursos eficaces y normalizados para almacenar el excedente de productos alimenticios se pondrán ponerse en práctica a fin utilizar ese excedente en caso de hambruna, sequía o cualquier otra situación de crisis.

- Medios apropiados deberán elaborarse en materia de gestión nacional para los recursos hídricos y para la protección del agua contra la contaminación.

- Ejecutar con firmeza programas de reforestación a fin de detener la desertificación de las tierras arables y preservar su fertilidad.

- Deberán finalizarse a corto plazo las actuales iniciativas con el objeto de elaborar y ejecutar un Programa Agrícola Común de Africa (PACA).

 

Desarrollo de los recursos humanos y refuerzo de las capacidades

 

El desarrollo de los recursos humanos es esencial para el progreso duradero y equitativo de Africa. La primacía del desarrollo de los recursos humanos será mantenido en todas las políticas económicas y sociales de los países africanos. En este sentido, los sistemas de educación y de formación que son la clave del desarrollo económico y social, serán adaptados a las necesidades de nuestras sociedades privilegiando la enseñanza técnica, científica y tecnológica para poner la educación de acuerdo con el mercado de trabajo. La prioridad deberá otorgarse al refuerzo de las capacidades de Africa para permitirle realizar sus programas de desarrollo. El desarrollo de los recursos humanos acarrea asimismo la eliminación de la discriminación entre hombres y mujeres. Las legislaciones necesarias deberán ser adoptadas a nivel nacional para suprimir todas las prácticas discriminatorias existentes con miras a asegurar la protección de las jóvenes y mujeres de toda Africa otorgándoles las mismas oportunidades en lo que concierne a salud, educación y otros derechos cívicos. En los mismos términos la situación de los niños debe constituir el objeto de una atención especial conforme a la Carta africana del derecho y del bienestar del niño y al acuerdo de Dakar.

Los Estados miembros deben otorgar, en sus programas de desarrollo, prioridad a las necesidades fundamentales de las poblaciones creando infraestructuras apropiadas como rutas rurales, suministro de agua potable, satisfacción de las necesidades básicas de alimentación, provisión de primeros auxilios, educación y capacitación, creación de empleos productivos y remunerativos, como medios para erradicar la pobreza. Los países africanos deben esforzarse por cumplir con la posición africana común sobre el desarrollo humano y social, la Declaración de la OUA de 1991 sobre la crisis del empleo en Africa, la Declaración de Dakar/Ngor sobre población, familia y desarrollo duradero, con el Programa de acción de la Conferencia internacional sobre la población y el desarrollo (1994), con el Plan de acción de Dakar sobre el desarrollo de las industrias culturales en Africa (junio 1992), con la Declaración de los Jefes de Estado y de Gobierno sobre la salud como base del desarrollo (1987) así como también con la Declaración y el Programa de acción de la Cumbre mundial sobre el desarrollo social de Copenhague (1995). Los países africanos deben poner todos estos programas en marcha para proteger su patrimonio cultural tal como lo establece la Carta cultural africana.

La frágil base científica y tecnológica de Africa es muy inadecuada a las exigencias de los procesos modernos de desarrollo, como la agricultura, la salud, etc. Por lo tanto, urge reforzar las capacidades de Africa en el campo de la ciencia y de la tecnología si es que Africa debe ser eficaz y competitiva en su producción y participar así en el flujo creciente de las tecnologías de punta y en la mundialización de los procesos de producción. Se invita entonces a los Gobiernos africanos a:

- Acordar primordial importancia a los esfuerzos para aumentar las capacidades nacionales y regionales en el campo de la ciencia y tecnología, como base y medio para todas las actividades de desarrollo, creando así las condiciones necesarias para una adaptación y aplicación más rigurosas de la ciencia y la tecnología al servicio del desarrollo duradero. Por lo tanto cada Estado miembro deberá por lo menos destinar el uno por ciento de su PBI para el desarrollo de la ciencia y la tecnología y promover la cooperación entre las instituciones nacionales y regionales. Debe acentuarse en particular la necesidad de reforzar los centros de excelencia y otras instituciones técnicas especializadas ya existentes.

- Formular políticas nacionales eficaces para la educación y la formación en ciencia y tecnología al servicio del desarrollo, poniendo el acento en la liberalización de los flujos tecnológicos, comprendidas en ello las tecnologías de punta, y promover las tecnologías locales. Con este fin, se alentarán a los especialistas africanos a permanecer en el continente y a contribuir al desarrollo.

 

Transformación estructural de las economías africanas.

 

Industrialización: la industrialización es de suma importancia dado que entramos en el siglo XXI. El desarrollo industrial desempeña un papel preponderante en los cambios y en la transformación estructural de las economías africanas, en el aumento de los beneficios y del empleo, en la diversificación de nuestros productos de exportación y en la satisfacción de las necesidades de las poblaciones africanas. La industrialización de Africa se encuentra aún en un estado rudimentario, con procedimientos anticuados y un aporte insuficiente de tecnología y costos de explotación demasiado elevados. Por todo esto, se invita a los gobiernos africanos a que otorguen prioridad a lo siguiente:

- La formulación de un programa para la reestructuración industrial, teniendo en cuenta el cambio de la economía mundial y en particular lo que implican los acuerdos de la Ronda Uruguay, la mundialización de los procesos de producción y la necesidad para Africa de ser competitiva si pretende participar de la economía mundial.

- La ejecución efectiva del programa de la segunda DDIA y el refuerzo de las instituciones subregionales y regionales que puedan mantener nuestros esfuerzos en ingeniería, tecnología, gestión y normalización, así como en ámbitos afines.

- La contribución y el apoyo de la ONUDI a la industrialización de Africa continúan siendo cruciales para nuestro desarrollo industrial. También, las tentativas extranjeras actuales para suprimir la ONUDI y la CNUCED constituyen una grave fuente de preocupación para nuestros países. Por lo tanto hacemos un llamado a todos los Estados miembros para que se opongan firmemente a tales tentativas. En este sentido, se invita a la comunidad internacional a respetar y respetar plenamente los compromisos que se tomaron en la Declaración de Yaoundé adoptados por la 5ta. conferencia general de la ONUDI.

Los Estados miembros que aún no lo hayan hecho, deben formular políticas y programas para el desarrollo y el refuerzo de las capacidades de las empresas locales poniendo un acento particular en la creación de micro, pequeñas y medianas empresas, con el fin de desarrollar la clase media industrial que es la fuerza motriz para un desarrollo industrial duradero.

 

Recursos minerales y energía. Para promover su desarrollo industrial, los países africanos deben aumentar sus medios para la exploración, explotación y utilización de enormes recursos energéticos y minerales del continente y también para formular políticas de cooperación eficaces en este sentido. Se llama a los países africanos particularmente a:

- promover la exportación de minerales de alto valor agregado;

- fomentar las inversiones del sector privado en la extracción mineral y en el tratamientos de los recursos minerales;

- fomentar la preparación especializada en materia de tecnología, en el tratamiento de minerales, mineralogía, metalurgia de extracción , tecnología metalúrgica, ciencia de los materiales y fabricación de metales.

En Africa, un obstáculo mayor al desarrollo industrial es la insuficiencia en los recursos energéticos. El Secretario general de la OUA, en estrecha colaboración con el Secretario ejecutivo de la CEA y el Presidente del BAD debe, entonces, tomar medidas con miras a la creación de la Comisión Africana de Energía, estipulada en el Plan de acción de Lagos teniendo en cuenta, entre otros, el estudio del BAD sobre el Programa africano de energía.

Transporte y comunicaciones. Nunca estará de más insistir sobre la importancia del sector de transportes y comunicaciones. Los países africanos, en el pasado, acordaron prioridad a este sector en sus planes de desarrollo considerándolo como una condición indispensable para el desarrollo social y económico y de integración de los mercados regionales. De todas maneras, a pesar de los progresos substanciales que se realizaron a lo largo de los últimos treinta años de esfuerzos concertados desplegados individual y colectivamente por los países africanos, la capacidad del sector de transportes y de comunicaciones de Africa es todavía insuficiente para sostener un desarrollo duradero. Dada la importancia crucial de este sector especialmente en lo que concierne a la integración regional, se deberán tomar medidas inmediatas en los siguientes ámbitos con miras a ejecutar el Programa del Decenio de las Naciones Unidas para el transporte y las comunicaciones en Africa (UNTACDA II):

- reformar el sector otorgándole autonomía a los operadores y a la institución de competencia a fin de mejorar la eficacia;

- fomentar las inversiones privadas locales y extranjeras brindando particular atención a la extensión de los servicios en las zonas rurales;

- organizar consultas a nivel sub-regional acerca de la coordinación de las operaciones de compañías aéreas como se pidió en la Declaración de Yamoussoukro dentro de una nueva política en materia de transportes aéreos (1988);

- desplegar todos los esfuerzos para completar los últimos tramos que faltan en las rutas transaharianas. Con este fin, se deberán movilizar los recursos necesarios para promover una cooperación y una integración más estrecha en el Sahara. Se otorgará una particular atención al turismo en razón de su potencial de desarrollo;

- crear lo antes posible la administración única de autoridades de las rutas transafricanas para integrar las redes carreteras de Africa;

- intercomunicar nuestros sistemas de telecomunicaciones y el RASCOM así como los otros sistemas y en particular el ARABSAT para participar efectivamente en las autopistas de información;

- los países africanos deben firmar y ratificar en un breve lapso de tiempo la Carta africana de transporte marítimo para que las políticas africanas en todos los ámbitos relacionados al transporte marítimo internacional y a los puertos sean armonizados y coordinados en el menor plazo, comprendiendo esa armonización legislaciones y reglamentaciones marítimas sobre el continente.

 

Comercio. Los acuerdos de la Ronda Uruguay agravaron sin lugar a dudas la situación del comercio con el desmoronamiento de las preferencias de las cuales las exportaciones de Africa se han beneficiado bajo la Convención de Lomé y del sistema generalizado de preferencias así como el impacto negativo de las importaciones netas de productos alimenticios. En efecto, los acuerdos de la Ronda Uruguay no sólo produjeron un impacto en el comercio sino también en los flujos de la tecnología y de las inversiones. Reconociendo las desventajas de Africa, en particular su economía sustentada en productos de base y sus capacidades inadecuadas para participar y beneficiar aumentos previstos del volumen del comercio mundial, y del flujo de la tecnología y de las inversiones, solicitamos a los gobiernos africanos tomar las siguientes medidas:

- evaluar todas las implicaciones de los acuerdos de la Ronda Uruguay comprendiendo en ello sus aspectos políticos, jurídicos y administrativos así como las condiciones de acceso al nuevo mercado para las exportaciones de los países africanos considerados individualmente;

- ejecutar un programa para reestructurar las exportaciones de Africa y activar los intercambios comerciales intraafricanos gracias en particular a la liberalización del comercio. Las comunidades económicas regionales deben cumplir un rol cada vez más importante en este campo;

- fortalecer y utilizar eficazmente el AFREXIM BANK (Banco africano de importación y exportación), en este sentido solicitamos a los Estados miembros y al Consejo de administración del AFREXIM BANK que hagan a este banco plenamente operacional;

- los bancos nacionales también serán dotados de instrumentos de innovación para promover el comercio, y el desarrollo; asimismo deben cooperar entre ellos.

 

Medio ambiente. Son también muy importantes los factores ligados al medio ambiente en el desarrollo de Africa. El ritmo de degradación del medio ambiente en Africa y la pérdida de recursos genéticos y de la biodiversidad amenazan con la supervivencia de algunas poblaciones africanas. El rápido crecimiento demográfico, el aumento de la pobreza, el desplazamiento de los habitantes ocasionados por los conflictos, sin tener en cuenta las sequías frecuentes, exigen una mejor gestión de las políticas de medio ambiente. Se invita a los países africanos a otorgarle prioridad a la elaboración del Protocolo sobre medio ambiente como se solicitó en el Tratado de Abuja, e instalar un mecanismo nacional de coordinación para asegurar la integración de los problemas del medio ambiente a los programas nacionales de desarrollo como se define en la Agenda 21 y la Posición africana común sobre medio ambiente.

 

Movilización efectiva de los recursos y su utilización eficaz.

 

Africa conoce problemas en cuanto a la movilización efectiva de recursos tanto nacionales como extranjeros para su desarrollo. La movilización recursos nacionales y su eficaz utilización no se efectuaron de manera óptima, ocasionando así una importante baja marcada tanto en el volumen como en la productividad de las inversiones en nuestros países.

Para revertir esta situación, los gobiernos africanos deben tomar las siguientes medidas:

- crear un clima propicio para la movilización de recursos nacionales con miras a alentar a nuestras poblaciones a tener mayor confianza en las economías de nuestros países, comprendiendo en ello la ejecución de un sistema de ahorro cuya base sean las capacidades de las poblaciones particularmente en las zonas rurales;

- promulgar legislaciones específicas para reforzar el poder autónomo de los bancos centrales en materia de política monetaria, incluido el control de la creación de créditos y de su aplicación así como la supervisión y la reglamentación de las instituciones y de los instrumentos financieros para garantizar y mantener un ambiente macroeconómico estable ocasionando de este modo la estabilidad de los precios, tasas de interés y tasas de cambio;

- establecer medidas que aumenten los beneficios del sector público, especialmente una recaudación eficaz de impuestos y una mejor administración de los fondos del Estado; y racionalizar los gastos públicos gracias a la adopción de programas presupuestarios y una estricta verificación de cuentas;

- abstenerse de contraer deudas internas excesivas como medio de financiación de déficits presupuestarios, particularmente deudas para financiar actividades especulativas y poco productivas, a fin de conservar una estabilidad fiscal asegurando un crecimiento económico.

A la vista de promover la inversión nacional privada en Africa, deben ser tomadas las siguientes medidas:

- reforzar los programas nacionales de reforma para alentar las inversiones en los sectores productivos y armonizar estos programas y los códigos de inversiones para facilitar el proceso de integración económico regional;

- crear un ambiente propicio que fomente la inversión humana y física y que ayude a retener el capital humano en los países africanos;

- tomar medidas para reforzar las instituciones que se ocupan de los mercados de capitales donde existan, y crearlos allí donde no los haya, para promover la inversión en valores mobiliarios y realizar la movilización y utilización de los recursos nacionales;

- con miras a reforzar la capacidad del sector de finanzas y canalizar de manera eficaz los recursos para la inversión productiva, los gobiernos deben intensificar sus esfuerzos asegurando una monetización total de las economías africanas, aumentar los instrumentos y los servicios ofrecidos por las instituciones financieras y establecer un vínculo eficaz entre los sectores informal y formal.

El porcentaje de las inversiones extranjeras directas (IED) solo representa el dos por ciento de las inversiones extranjeras directas en los países en vías de desarrollo. Para revertir esta tendencia y atraer nuevas inversiones extranjeras directas en Africa, los gobiernos africanos deberán tomar algunas medidas a fin de garantizar un clima favorable a la inversión, a saber:

- establecer procedimientos y reglas claras relativos al registro, protección y transferencia de los derechos de propiedad en todas sus sociedades y a la eficaz ejecución de las obligaciones contractuales por el sistema judicial;

- definir medidas de incitación concretas para los inversores en los sectores de carácter prioritarios de inversiones tales como la transformación agro-industrial, conservación, almacenamiento, mejoras de infraestructuras de transportes y comunicaciones, establecer mejores vínculos en el seno de la industria y entre la energía, los minerales y la industria movilizando en favor de estos sectores prioritarios los recursos externos e internos.

Para corregir las percepciones negativas del continente así como las informaciones erróneas que los inversores reciben sobre Africa, los gobiernos deben esforzarse por iniciar una campaña de información dando a conocer la reforma económica y el crecimiento de nuestros países.

 

Cooperación e integración económica regionales

 

Nuestra evaluación de la situación económica en Africa nos permitió llegar a la siguiente conclusión según la cual los países africanos deben poner en común sus recursos y afianzar la cooperación para concretar la cooperación y la integración económica regionales si desean ser competitivos en el comercio mundial. En este sentido, los países africanos deberán sacar el máximo beneficio que ofrecen las posibilidades de la cooperación Sur-Sur e instituir la coparticipación con los países del sur. Este proceso podrá reafirmarse comprometiéndose firmemente a respetar las obligaciones que tomamos en nuestras instituciones de cooperación continental y regional para ejecutar el programa que adoptamos colectivamente y proveerle la asistencia material y financiera necesarias. Además, se deberán reforzar las Comunidades económicas regionales (CER) ya que constituirían los pilares de la Comunidad económica africana. Para cumplir con este objetivo, se invita a los países africanos a tomar las siguientes medidas:

- acelerar la racionalización del marco institucional para la integración económica a nivel regional;

- a fin de que las comunidades económicas regionales puedan asegurar una fuerte base financiera y garantizar su viabilidad, los Estados miembros establecerán lo más pronto posible para cada una de estas comunidades un mecanismo de autofinanciamiento con el apoyo del Secretariado conjunto OUA/CEA/BAD y un mecanismo de aplicación automático para asegurar el pronto pago de las contribuciones fijadas;

- con el mismo espíritu, los países africanos están invitados a dedicar la asistencia financiera destinada a las actividades de integración económica en Africa, incluido el fondo regional reconocido por la Convención de Lomé para reforzar los programas y proyectos regionales pertinentes y otorgar un interés particular a la integración regional para el mutuo beneficio del desarrollo de los recursos humanos y naturales así como en el ámbito de los transportes, las comunicaciones, las redes eléctricas y las estaciones de producción de energía hidráulica;

- con miras a asegurar una coordinación apropiada de las políticas sectoriales nacionales así como un seguimiento adecuado, una ejecución y un control eficaz de las decisiones regionales y continentales, los Estados africanos que aún no lo hayan hecho, deben crear un mecanismo a nivel nacional que se encargue de las cuestiones ligadas a la integración económica;

- las circunstancias especiales de los pequeños países africanos insulares serán debidamente tenidas en cuenta en los esfuerzos de integración de Africa;

- para que el Tratado de Abuja tenga aplicación, los Estados miembros deben adoptar y ratificar los protocolos prioritarios a partir de hoy y hasta el fin de 1997 como fecha límite y tomar las medidas necesarias a nivel nacional, incluida la integración de los protocolos en sus legislaciones para que puedan ser aplicadas por las autoridades competentes;

- los Estados miembros deben difundir el Tratado de Abuja así como los documentos pertinentes para que las poblaciones africanas sean las verdaderas artífices del proceso de integración y facilitar el diálogo entre los Estados para la realización de los ideales panafricanos. Para este fin, deben asociar todos los medios de comunicación, públicos y privados, a sus esfuerzos para sensibilizar más al gran público con los mecanismos, objetivos y necesidades de la integración económica. A los fines de facilitar los esfuerzos de los Estados miembros, se solicita al Secretariado elaborar y distribuir a los Estados miembros, en el menor plazo, una copia del Tratado de Abuja para su difusión.

Para crear las capacidades de producción regionales indispensables, es necesario:

- acelerar el proceso de integración africana por medio de la ejecución de proyectos conjuntos que puedan constituir un modelo de integración para el desarrollo en vista de realizar un crecimiento económico sostenido basado sobre la realización de intereses comunes y de ventajas mutuas;

- invitar a todos los Estados miembros y grupos económicos regionales a confeccionar listas de proyectos conjuntos susceptibles de atraer inversiones internacionales, nacionales o privadas. Los proyectos y programas para promover por las Comunidades económicas regionales y los Estados miembros se deben realizar bajo la coordinación del Secretario General de la OUA;

- exhortar al Banco Africano de Desarrollo a continuar con el importante papel que desempeña en la financiación de estudios, programas y proyectos regionales.

 

Lo que solicitamos a nuestros socios en el desarrollo.

 

Comprender, apreciar y apoyar los esfuerzos para el desarrollo de Africa.

 

Un nuevo sistema internacional se puso en marcha. Ofrece una ocasión única a la comunidad internacional para ponerse de acuerdo sobre los principios que deben regir las relaciones internacionales. En lo que nos concierne, creemos firmemente que los principios más importantes incluyen la democratización del sistema internacional, el derecho para nuestros países de decidir sus propias prioridades y programas, el respeto y ejecución de los compromisos asumidos a nivel internacional. Los Estados miembros de la Naciones Unidas tiene que abstenerse de tomar medidas unilaterales o que no estuviesen conformes al derecho internacional y a la Carta de las Naciones Unidas, ya que estas actitudes crean los obstáculos a las relaciones comerciales entre los Estados. Se deben incorporar estos principios en la Agenda para el desarrollo de la Secretaría General de la Naciones Unidas.

La ayuda al desarrollo provista no fue siempre utilizada en los programas prioritarios de los países asistidos. Sino por el contrario, asistimos a una tendencia cada vez mayor hacia la instauración de una rivalidad entre los gobiernos africanos y las organizaciones no gubernamentales (ONG). En ciertos casos, los gobiernos africanos son despojados de sus responsabilidades. Las ONG deberían cumplir un rol de apoyo completando los aportes de los gobiernos, pero teniendo en cuenta la fragilidad y la falta de recursos, ellos no pueden asumir la responsabilidad del desarrollo del continente. Por lo tanto es imperativamente necesario que nuestros socios en el desarrollo aumenten substancialmente los flujos de recursos hacia los países africanos, especialmente en forma de ayuda pública al desarrollo (APD) y de inversión directa extranjera.

El nuevo programa de las Naciones Unidas para el desarrollo de Africa (UN-NADAF) no recibió todo el apoyo necesario de la comunidad internacional, particularmente en lo que respecta a la deuda externa y al aporte de recursos. Por ejemplo, el compromiso de crear un Fondo de diversificación de productos de base africanos no se llevó a cabo. Asimismo, es necesario que se apoye a la CEA para que pueda cumplir plenamente su rol de coordinación en la movilización de las instituciones del Sistema de las Naciones Unidas para la puesta en marcha del UN.NADAF.

 

Comercio y desarrollo

 

Las recientes negociaciones comerciales multilaterales de Uruguay así como la creación de la Organización Mundial del Comercio constituyen una nueva etapa en las relaciones comerciales mundiales que afectan gravemente al Africa. Estamos profundamente preocupados por el impacto potencial de esos acuerdos sobre Africa. Nuestra evaluación preliminar del impacto nos lleva a concluir que Africa será la mayor perjudicada dadas las rigurosas condiciones impuestas en los acuerdos que los países africanos no están en condiciones de cumplir. Es necesario velar para que la transparencia en el mercado mundial liberalizado, sin condiciones ni otras barreras tarifarias, sea aplicado de manera universal y duradera. Con el objetivo de atenuar el impacto negativo de los acuerdos que resultaron de las negociaciones multilaterales sobre Africa, convocamos a nuestros socios en el desarrollo para que acepten discutir con nosotros los aspectos de estos tratados que son perjudiciales para el desarrollo de nuestros países. Para esto, las conclusiones de la conferencia internacional sobre las implicaciones de los acuerdos de la Ronda Uruguay sobre Africa, celebrada el 27 de octubre de 1994 en Túnez, deben servir de marco de acción. Mientras tanto se ejecuten las disposiciones del Acta Final, deben adoptarse medidas compensatorias para evitar eventuales efectos nefastos que pudiesen surgir del desmoronamiento de las preferencias especiales con las que cuentan los países africanos en la actualidad.

Invitamos a la comunidad internacional a velar para que el Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo responda a las necesidades urgentes del desarrollo de Africa, uno de los continentes más afectado por el entorno económico internacional actual. Apoyamos los programas de diversificación en Africa y la creación de fondos para la diversificación de productos de base.

 

Deuda externa de Africa.

 

El riesgo de la deuda externa pendiente de Africa y su rápido crecimiento constituyen un freno al flujo de los recursos que no ocasionan una deuda. Esta deuda africana desvía los recursos generados por las economías africanas ya afectadas por el continuo deterioro de los términos de intercambios. A pesar de los esfuerzos hechos por los países africanos adoptando programas de reforma estructural y alentando programas de intercambio con la asistencia de instituciones financieras bilaterales y multilaterales, y a pesar de las diferentes iniciativas (iniciativa de Toronto, iniciativa de Brady, las de Francia y Estados Unidos de América, etc.) el problema de la deuda sigue siendo aú5n uno de los principales obstáculos para el crecimiento económico africano.

La deuda externa de Africa seguirá afectando negativamente en el largo plazo, no sólo la capacidad de la economía africana para hacer frente a las necesidades fundamentales de las poblaciones africanas, sino también a su capacidad de contribuir, de manera significativa , al crecimiento mundial, lo que debería permitir a los países africanos absorber más bienes y servicios del exterior revirtiendo la tendencia declinante de las transferencias hacia Africa.

Ha sido señalada la necesidad de revertir estas tendencias descendientes de las transferencias hacia Africa. También en los países africanos donde se registraron progresos en 1994, se necesitan aportes de recursos para que se produzca un crecimiento durable del desarrollo. Para esto, una acción coordinada sobre la deuda y los aportes de recursos por parte de las instituciones financieras multilaterales es indispensable, particularmente sobre los aportes de recursos a ciertas condiciones favorables a través de la Asociación Internacional de Desarrollo (IDA), del Fondo de Desarrollo de Africa (FDA) y el Fondo Europeo para el Desarrollo (FED) que son las tres principales instituciones multilaterales por las cuales le son acordados los recursos a Africa en mejores condiciones. Conviene además, respetar las reglas que rigen las relaciones internacionales y abstenerse de recurrir a las políticas que tienden a desestabilizar las economías de los países africanos con embargos y bloqueos económicos, congelamiento de los haberes y por la negativa al acceso a la tecnología o privando a ciertos países africanos de los productos de primera necesidad.

Para que las reformas económicas tengan éxito, todos los acreedores incluidas las instituciones multilaterales, deben adoptar medidas más efectivas que la refinanciación de la deuda. El compromiso de la comunidad internacional para la reactivación de Africa se puede manifestar reduciendo la pesada carga que significa la deuda a un nivel en el que cese de afectar las inversiones para el desarrollo futuro de Africa. En este sentido, suscribiendo a la "Declaración de ministros del Movimiento de los países no alineados de Jakarta sobre la deuda y el desarrollo: intercambio de experiencias", Africa invita a sus acreedores bilaterales y multilaterales, incluidos los países de la antigua Unión Soviética, a encarar el diálogo. Africa lanza un llamado a sus acreedores multilaterales y bilaterales para encarar el diálogo acerca las vías y medios posibles para reducir la pesada carga de la deuda del continente y en particular los niveles actuales que alcanza los servicios de la deuda. Especialmente, los gobiernos africanos invitan al Grupo de los 7 por intermedio del Club de París a acordar una disminución suplementaria más importante que la prevista en las "condiciones de Naples" sobre todo para los países con bajos beneficios altamente endeudados. Además, invitamos al G7 a considerar medios prohibidos para tratar la cuestión de la deuda multilateral siguiendo las proposiciones del Reino Unido concernientes a la venta del oro del FMI y a velar para que esta disminución de la deuda multilateral no se efectúe a expensas de la financiación de las subvenciones públicas. En mismo contexto, una asistencia y un apoyo urgente a las instituciones internacionales de desarrollo a los países golpeados por la guerra y las catástrofes naturales son necesarios para pasar de un estado de dependencia con respecto al socorro y a la asistencia humanitaria a un desarrollo duradero. Para este fin, Africa debe, en lo que concierne a esta cuestión, entrar en contacto con la cumbre del G7 prevista en junio de 1995 en Halifax, Canadá.

 

Mecanismo a seguir

 

Las ejecución del mecanismo de la puesta en marcha y continuación de las recomendaciones señala esencialmente la responsabilidad de los Estados miembros en los niveles nacional, sub-regional, regional y continental. A nivel nacional los gobiernos deben tomar medidas para promover el diálogo nacional a fin de conseguir un amplio consenso sobre los objetivos de desarrollo y ver en que medida se alcanzarán los objetivos buscados. Se proponen para esto los siguientes medios específicos:

- que el Programa de acción de El Cairo se presente en los distintos Consejos de ministros de los gobiernos africanos para que todo el aparato gubernamental se vea implicado en su puesta en marcha;

- que los gobiernos presenten el Programa a las asambleas nacionales para un debate a fin de permitir a los parlamentarios discutir las cuestiones de desarrollo contenidos en el programa, permitiendo así hacer conocer el Programa a nivel nacional;

- que los gobiernos movilicen diferentes grupos organizando seminarios y talleres nacionales y regionales sobre el Programa de El Cairo, con la participación de los diferentes estratos de la sociedad, grupos organizados del sector privado, en particular las cámaras africanas de comercio, las comunidades africanas de negocios, las organizaciones de empleadores y trabajadores, las organizaciones políticas y profesionales, las asociaciones de mujeres, las ONG, los docentes, los profesores de universidades, etc.

A nivel regional, el Programa de acción de El Cairo debe ser sometido a las comunidades económicas regionales y a sus responsables respectivos para su ejecución.

A nivel continental, solicitamos al Secretario General de la OUA trabajar en estrecha colaboración con el Secretario ejecutivo de la CEA y el Presidente del BAD como una Secretaría conjunta para atender la puesta en marcha de las decisiones y redactar informes regulares al Consejo de ministros. Más específicamente, la Comisión Económica y Social (ECOSOC) así como las Comisiones técnicas especializadas creadas en el Tratado de Abuja deberán asegurar la continuación de estas cuestiones.

Serán necesarias, para enfrentar efectivamente los problemas económicos y sociales a los que se encuentra confrontado nuestro continente y para hallar soluciones apropiadas, voluntad política y determinación de los Estados miembros. Una continua atención personalizada de los Jefes de Estado y de Gobierno de la OUA es indispensable en la búsqueda de soluciones a estos problemas.