Anuario de Relaciones Internacionales, Año 1997 DOCUMENTOS

 

ORGANIZACION DE LAS NACIONES UNIDAS
Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (F.A.O.)

Cumbre Mundial sobre la Alimentación

 

(Roma, Italia; 13 al 17 de Noviembre de 1996).

 

Objetivos: Disminuir el número de personas sub-alimentadas.

Documentos aprobados: Declaración de Roma - Plan de Acción.

La Cumbre Mundial sobre la Alimentación tuvo como lugar de encuentro la ciudad de Roma (Italia), desarrollándose a lo largo de nueve Sesiones Plenarias realizadas en la sede de la FAO entre el 13 y el 17 de Noviembre de 1996.

La iniciativa del encuentro tiene origen en la Conferencia de la FAO del 31 de Octubre de 1995, donde se aprobó, por la Resolución 2/95. La sugerencia del Director General de convocar a una Cumbre Mundial donde poner a consideración de los participantes la Declaración de Roma y el Plan de Acción; documentos elaborados por el Comité de Seguridad Alimentaria quien tuvo a su cargo, además, la organización del evento.

Dentro del marco de la Sesión inaugural, se escucharon las palabras del Sr. Jacques Diouf, Director General de la FAO, quien más allá de los saludos de bienvenida y agradecimientos de rigor, destacó «la necesidad de medidas concretas para poner en práctica las decisiones y los compromisos de la Cumbre». También se dirigieron a la concurrencia el Presidente de la República Italiana, Sr. Oscar Luigi Scalfaro, y el Sr. Boutros Boutros-Ghali, Secretario General de las Naciones Unidas.

Presidente del encuentro fue elegido por consenso unánime, el Sr. Romano Prodi, Presidente del Consejo de Ministros de la República Italiana. El Comité General quedó constituido, además, por los representantes de Bangladesh, Camerún, Canadá, Cuba, Sudán y del Reino de Tonga, en calidad de Vice-presidentes.

Tanto la Declaración de Roma como el Plan de Acción fueron aprobados por unanimidad por las delegaciones presentes; iniciándose a posteriori el debate general del cual participaron los Jefes de Delegaciones de 176 países y de la Comunidad Europea, un Estado Observador, 19 Organizaciones de las Naciones Unidas, 23 Organizaciones Intergubernamentales y los voceros de 13 reuniones de dirigentes de Organizaciones no Gubernamentales. En la reunión también se recibieron los informes de las reuniones celebradas en forma paralela a la Cumbre: El Foro de ONGs, una reunión de Parlamentarios y el Foro Internacional de la Juventud.

De la Cumbre participaron un total de 186 países, representados por sus jefes de estado, en forma directa, o por funcionarios de alto nivel.

Declaraciones:

El Papa Juan Pablo II recordó en su discurso que «más de ochocientos millones de personas sufren aún de desnutrición», apelando a la necesidad de buscar juntos soluciones para que «ya no convivan personas hambrientas y personas que viven en la opulencia, personas muy pobres y otras muy ricas, personas que carecen de lo necesario y otras que derrochan mucho», ya que «la humanidad no soporta este contraste entre la pobreza y la riqueza».

En otro momento de su discurso puntualizó que «nada cambiará si los responsables de las naciones no lleven a la práctica los compromisos escritos implementando políticas basadas no sólo en los beneficios sino también en la participación solidaria».

Su Santidad instó a «compartir más equitativamente los recursos que no faltan y los bienes de consumo» y afirmó que es necesario «renunciar al sofisma ser numerosos, significa condenarse a ser pobres, dado que «mediante sus intervenciones el hombre puede modificar las situaciones y responder a sus crecientes necesidades». Sostuvo que sería ilusorio creer que una estabilización arbitraria de la población mundial... o su disminución podrían resolver directamente el problema del hambre...»

Juan Pablo II recordó que «si muchas poblaciones están cometidas a condiciones de inseguridad alimentaria, ésto se debe, con frecuencia, a situaciones políticas que les impiden trabajar y producir normalmente»; mencionando, entre otras, a las generadas por conflictos que afectan a distintos países y por las deudas externas «que gravan el destino de muchas naciones», acotando que consideraba que éstas últimas debían reducirse a la mitad o condonarse.

Finalmente el representante de la Iglesia Católica afirmó que «la seguridad alimentaria será el fruto de decisiones inspiradas en una ética de la solidaridad y no sólo e1 resultado de operaciones de ayuda».

Por su parte, el Presidente de la República Italiana, Sr. Luigi Scalfaro, destacó en su exposición que si bien la Cumbre era una Asamblea política, su verdadera importancia no radicaba en ese plano, sino en «el de la conciencia humana», recalcando la importancia de que en esta Primera Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno, el tema de la seguridad alimentaria sea reconocido como «derecho natural de la persona humana, del cual se deriva el deber común de tutelarlo, de hacerlo realidad, para que no quede reducido a una proclamación inútil y vacía», que el «compromiso de un organismo internacional no se convierta en una burocracia vacía de contenido». Remarcó la importancia del Foro de ONGs, reconociendo y agradeciendo a las personas que voluntariamente y desde el anonimato dedican su tiempo y su esfuerzo trabajando para satisfacer las necesidades de los más desfavorecidos. También mencionó al Foro de la Juventud, que obliga a recordar no sólo los deberes para con el presente, sino «los que tenemos para con las generaciones futuras».

Consideró a la paz como «bien supremo para todo ser humano, para todos los pueblos...» y que «El hambre no se vence por sí sola, ni una vez vencida confiere por sí sola la libertad y la dignidad a las personas». Destacó los miles de personas que sufren y mueren por las guerras, el hambre, la miseria... y dejó flotando un interrogante: ¿Representamos nosotros la civilización, el progreso, el ejemplo de libertad y de democracia que hay que imitar?

Finalizando su exposición afirmó que «... no puede haber paz si existen injusticias que se hacen sentir en la conciencia de todo verdadero hombre pidiendo venganza', no puede haber paz sin libertad, sin el respeto pleno de todos los derechos».

El Secretario General de las Naciones Unidas, Sr. Boutros Boutros Ghali, manifestó que la Cumbre debía «reafirmar la imperiosa necesidad de garantizar la seguridad alimentaria para todos». Hizo pública su gratitud al Papa Juan Pablo II «ya que nos recordó que el problema del hambre no es sólo una cuestión económica, social o política, sino también una cuestión ética y moral».

Afirmó que «El hambre es un insulto a los valores fundamentales de la Comunidad Internacional», reconociendo «que quedan por realizar muchos esfuerzos» porque «perdura el escándalo del hambre». Planteó que era inadmisible que hoy, una de cuatro personas padecieran hambre, ochocientos millones sufrieran desnutrición crónica y, mientras se desarrollaba la Cumbre, doscientos millones de niños menores de cinco años padecieran malnutrición y carencias alimentarias; mencionando que el Continente Africano era el más afectado por este flagelo y hacia allí se orientaban principalmente las acciones de Naciones Unidas.

El representante de Naciones Unidas, sostuvo que «el problema del hambre no es sólo un problema de producción. Es también un problema de distribución». y se mostró confiado en que la realización de la Cumbre « posibilite una movilización general contra el hambre y la malnutrición», recalcando que la seguridad alimentaria es un derecho reconocido como tal en la Declaración Universal de Derechos Humanos.

Jacques Diouf, Director de la FAO, hizo mención al iniciar su discurso al hecho de que todos los presentes pertenecían a un mismo género humano; dentro del cual, citando al escritor argentino Jorge Luis Borges «un hombre cualquiera es todos los hombres».

Recordó que la Declaración de Roma asienta sus contenidos «sobre fundamentos éticos», pero aclarando que «una ética que no tenga el respaldo de una praxis conduce al formalismo y la abstracción...»; resultando «imprescindible que los principios morales se completen con un plan de acción concreto».

El Sr. Diouf consideró que «es en el plano nacional donde está el centro de las decisiones operacionales», por entender que es el ámbito privilegiado para realizar los cambios que permitan alcanzar la seguridad alimentaria, implementando modelos de desarrollo que conserven los recursos naturales «y garanticen la equidad social en la distribución de la riqueza generada por el crecimiento de la agricultura». A tal fin, aclaró, la FAO colabora con 1os Estados Miembros de las Naciones Unidas; extendiéndose, a continuación sobre los alcances del Programa Especial para la Seguridad Alimentaria y sus objetivos.

Valorizó el proceso participativo desarrollado durante la organización de la Cumbre, proceso del que participaron gobiernos, parlamentarios, el sector privado, ONGs y los jóvenes. Se mostró optimista al creer que la sensibilización llevará a la toma de conciencia y al cambio de actitudes de los «estados ricos» para con la situación dramática «de quienes, además de no tener pan, a menudo tampoco tienen voz»; y presentó como gran desafío alcanzar la seguridad alimentaria mundial, considerando que, en caso contrario, el Tercer Milenio «podrá ser el de las guerras por el agua y los alimentos».

Finalmente, instó a las delegaciones para que «la profesión de fe y los compromisos de esta Cumbre se traduzcan en actos» y destacó la importancia del acontecimiento, por tratarse de la I Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno reunida para tratar el problema del hambre en el Mundo.

Por su parte, el Presidente de la Cumbre, Sr.Romano Prodi, expresó su agradecimiento por la designación y consideró que la Cumbre de Roma forma parte de una serie de encuentros convocados por Naciones Unidas para tratar problemas importantes a nivel mundial. Manifestó su deseo acerca de que surjan del encuentro «compromisos precisos, encaminados a conseguir resultados de largo alcance». Definió a la seguridad alimentaria como un problema de gran complejidad que sólo puede ser abordado a nivel mundial, considerando que el tema de la seguridad alimentaria ocupa un lugar central en al ámbito del desarrollo sostenible y que el mismo debe ser considerado por todos «como un objetivo prioritario e ineludible de la Comunidad Internacional».

En otro momento de su discurso puntualizó que los tres componentes de la seguridad alimentaria son: disponibilidad de alimentos, estabilidad en dicha disponibilidad y accesos a los alimentos, destacando que ellos deben ser el sustento «no sólo de toda política de desarrollo, sino también de cualquier programa de equilibrio social, de estabilidad política y de dignidad de la existencia de cada persona, destacando la responsabilidad de los países en este aspecto.

Por último, destacó la importancia de los aportes de los participantes de la Cumbre en la búsqueda de soluciones, como así también la participación de más de doscientas ONGS y setenta países reunidos en el Foro. Además recordó que la eliminación del hambre y la desnutrición es un derecho inalienable, en base al cual se fija el objetivo de reducir para el año 2015 el número de personas desnutridas a la mitad, aclarando que «es un compromiso que adquirimos ante la historia en aras de nuestras obligaciones para con las generaciones futuras».

Dando un cierre al momento de apertura del encuentro, se dirigió a los presentes el Alcalde de Roma, Sr. Francesco Rutelli, quien dio la bienvenida a los participantes con las siguientes palabras: « Ustedes que se han reunido aquí en Roma, pueden hacer un llamamiento a los seres humanos de todo el mundo, para que compartan un mensaje común de responsabilidad por el pan, la vida, el desarrollo, la autosuficiencia alimentaria y la cancelación de la deuda de los países más pobres. La pobreza absoluta es el escándalo del mundo al final de este milenio. El hambre que padecen muchos de nuestros hermanos y hermanas tiene que ser erradicado de la tierra y gracias a la tierra que pertenece a todos. Doy, pues la bienvenida a todos Ustedes a Roma».

Reservas y Declaraciones Interpretativas:

En general los países que plantearon reservas o presentaron delaraciones interpretativas, lo hicieron adjudicándose el derecho de interpretar y aplicar las resoluciones en el marco de sus creencias, tradiciones culturales, valores religiosos y leyes nacionales.

Los aspectos más cuestionados fueron los referidos a las políticas demográficas y salud reproductiva. Algunos países, como Argentina, Malta, Emiratos Arabes Unidos, Nigeria; al igual que la Santa Sede, se opusieron absolutamente a que dentro de las propuestas se incluyera el aborto.

Otros países, entre los que pueden mencionarse a Siria, Líbano e Iraq, expresaron sus reservas acerca del texto de la Declaración y el Plan de Acción, proponiendo modificaciones en el párrafo referido a la cooperación regional en la utilización de recursos hídricos nacionales e internacionales.

 

Informaciones de los acontecimientos paralelos:

Foro de Organizaciones no Gubernamentales, 11-17 de Noviembre/96.

«Queremos una tierra para vivir»

Los representantes de más de 12.000 organizaciones de alrededor de 80 países, afirmaron que la seguridad alimentaria es posible, sosteniendo que el alimentarse es un derecho humano fundamental y que ni los alimentos ni el hambre pueden ser utilizados como armas políticas, tanto a escala nacional como internacional; insistiendo en que los gobiernos son los responsables primarios y máximos de la seguridad nacional y mundial.

Entre las causas de la inseguridad alimentaria citaron:

- La globalización de la economía mundial que, unida a la falta de control sobre las grandes transnacionales y los patrones de consumo excesivo, incrementa la pobreza y se caracteriza por el desempleo, salarios bajos, destrucción de las economías rurales y la quiebra de la agricultura familiar.

- Las políticas del F.M.I. y el Banco Mundial que obligan a los sectores más vulnerables a hacerse cargo del ajuste estructural y el pago de la deuda externa.

- La corrupción de muchos funcionarios públicos.

- La proliferación de las guerras y los conflictos civiles.

- La agricultura industrial, la cría intensiva de ganado y la sobre-pesca; con la consiguiente sobre-explotación de recursos.

La propuesta del Foro de ONGs propone «un modelo de descentralización económica y política como desafío al actual y a la concentración de riqueza y poder que el mismo ha creado hasta amenazar la seguridad alimentaria mundial, la diversidad cultural y los propios ecosistemas que sustentan la vida en nuestro planeta».

Proponen seis elementos que deben considerarse para resolver el problema del hambre y los pasos necesarios para alcanzar la seguridad alimentaria.

Los elementos son:

1) El refuerzo de la capacidad de la agricultura familiar; con inclusión de mujeres, pueblos indígenas y jóvenes.

2) La inversión de la concentración de la riqueza y el poder, previniendo su ulterior concentración

3) El cambio por un modelo basado en la agricultura ecológica los actuales sistemas de producción de alimentos, que afectan adversamente al ambiente.

4) La responsabilidad primaria de los gobiernos en garantizar la seguridad alimentaria

5) El refuerzo y profundización en todos los niveles la participación de organizaciones populares y ONGs.

6) El derecho internacional como garantía del derecho de alimentos. Los alimentos no pueden considerarse como mercancías, dada su dimensión social y cultural.

En referencia al último elemento, se exigió una Convención Global sobre Seguridad Alimentaria y un Código de Conducta en materia de Derecho a la Alimentación.

 

Foro Internacional de la Juventud, 15-16 de Noviembre/96.

«Pedimos a las empresas multinacionales que dejen de explotar los recursos naturales y humanos de los países subdesarrollados»

La Declaración del Foro de la Juventud fue el fruto del trabajo de los jóvenes pertenecientes a más de 130 países del mundo. En ella se resaltó la importancia de 1a educación y sensibilización como herramientas para concientizar a todas las personas del mundo acerca de temas estrechamente ligados con la seguridad alimentaria. Entre ellas se destacan:

- La necesidad de la diversificación biológica.

- El fomento de los recursos locales de los países subdesarrollados.

- La importancia de la educación ambiental.

- La necesaria igualdad entre los sexos.

- La revalorización de la agricultura tradicional.

- Una mayor inversión estatal en educación pública.

Los jóvenes solicitaron, además, la creación de un Comité Internacional de Mediación que se esfuerce par lograr la cancelación de las deudas de los países pobres y en desarrollo para el final del presente milenio» y políticas que posibiliten la participación de los jóvenes en los diversos sectores de la sociedad.

 

Declaración de los Parlamentarios, 15 de Noviembre/96.

«El hambre es una afrenta para la dignidad humana, una lacra social y una amenaza para la democracia».

En su Declaración, los parlamentarios manifestaron su preocupación por la Situación actual donde «cerca de 800 millones de personas en todo el mundo padecen desnutrición crónica», considerando que si bien la inseguridad alimentaria reconoce muchas causas, la pobreza es la de mayor importancia.

Afirmaron que el factor decisivo para garantizar alimentos suficientes es el aumento de la eficiencia de la producción agrícola y alimentaria, aunque reconociendo que no hay desarrollo económico y social sostenido en ningún país sin paz, justicia social, democracia y un ejercicio del poder transparente y responsable.

Plantearon la necesidad de eliminar obstáculos a la producción agrícola. y que la misma debe ser inocua para el medio ambiente; proponiendo que la seguridad alimentaria cuente con el esfuerzo constante a nivel internacional y de la asistencia oficial, como así también de la inversión privada en el sector agrícola.

Finalmente, se comprometieron a promover la aplicación del Plan de Acción en sus Parlamentos, lograr que los sectores esenciales para la seguridad alimentaria (especialmente el sector agrícola) cuenten con mayores fondos públicos y brindar un marco legal que favorezca su desarrollo de modo no perjudi.cia1 para el ambiente.

 

Declaración de Roma sobre la Seguridad Alimentaria Mundial

Tanto en la Declaración de Roma como en el Plan de Acción, la comunidad internacional se compromete a convertir en realidad el derecho humano a la alimentación. Ambos documentos fueron aprobados por la Cumbre Mundial de la Alimentación, por consenso.

Los objetivos de las resoluciones de la Cumbre, apuntan a alcanzar la seguridad alimentaria tanto a nivel individual, familiar, nacional, regional como mundial; proponiendo que, a más tardar pera el año 2015, se reduzca a por lo menos la mitad, el número actual de personas sub-alimentadas, que ronda los 1.000 millones de personas.

Se destaca que el cumplimiento de los objetivos enunciados requiere de una fuerte voluntad política y un serio compromiso nacional e internacional. Entre los aspectos más salientes de los documentos se destacan:

-La imposibilidad alcanzar una seguridad alimentaria sostenible si no se garantiza la existencia de un entorno pacífico y estable y se erradica la pobreza; siendo de vita1 importancia la responsabilidad de los Estados en este aspecto

-Son requisitos esenciales para garantizar la seguridad alimentaria: la democracia, la justicia, una buena gestión de gobierno y el respeto a los derechos humanos. Se reconoce la importancia del derecho al desarrollo y a la alimentación que requieren de medidas concretas para su plena vigencia.

-Es posible alcanzar la disponibilidad de alimentos suficientes para todos. En la actualidad los 5.800 millones de personas que habitan el planeta, disponen, en promedio, de un 15 % más de alimentos «per cápita» que hace veinte años. Este aumento en la producción de alimentos, no obstante, no impide que 800 millones de personas en el mundo sufran de sub-alimentación, especialmente en Africa y Asia del Sur. Se debe incrementar aún más la producción de alimentos para dar una respuesta al aumento demográfico y mejorar la alimentación por medio de una ordenación sostenible de los recursos naturales; invirtiéndose en investigación, catalogación y conservación de los recursos genéticos.

La acelerada migración hacia las zonas urbanas tiene como principales causas: la pobreza, el hambre y la mal nutrición. Es necesario abordar estas problemas adecuadamente y determinar las poblaciones en mayor riesgo para mejorar su situación.

- Un eficiente aprovechamiento de suelos hará posible un incremento en la producción de alimentos, con una utilización de recursos y tecnología que no ponga en riesgo el ambiente y contribuya a disminuir la emigración rural. Deben promoverse la agricultura sostenible y ecológica, un mayor aprovechamiento de la agricultura pluvial y la explotación racional de los recursos pesqueros.

- Es necesario considerar en los modelos de desarrollo políticas demográficas y asumir el compromiso de garantizar a todas las personas la atención médica, incluyendo la salud reproductiva a través de servicios de planificación familiar.

- En todas las áreas se debe garantizar la igualdad de derechos para hombres y mujeres, en especial, y en relación a la alimentación, debe asegurarse a las mujeres igual derecho para acceder a la propiedad rural, asesoramiento y créditos; considerando, además sus experiencias y conocimientos en materia de agricultura, pesca y administración de recursos naturales.

La necesidad de ejecutar reformas agrarias que reconozcan y protejan los derechos a la propiedad y al agua, entre otros, cuidando de que los pobres y las mujeres también sean beneficiados. Se considera que un acceso seguro a los recursos naturales es de gran importancia para una agricultura sostenible.

La conservación y el empleo sostenido de recursos fitogenéticos se debe propiciar promoviendo la realización de ensayos que amplíen las bases genéticas de las especies cultivables, cuidando de distribuir los beneficios resultantes de manera justa y equitativa entre todos:

- Debe priorizarse la producción agrícola de los cultivos alimentarios tradicionales, en estrecha relación con las costumbres alimentarias regionales.

- Es necesario reforzar los centros nacionales e internacionales de investigación, estimulando la cooperación del sector privado y mejorando la coordinación y cooperación entre las distintas instituciones.

Los gobiernos y la sociedad civil deben crear reservas alimentarias de emergencia a nivel local y regional, como así también cuerpos de voluntarios para afrontar situaciones de emergencia.

Los alimentos no pueden utilizarse como elementos de presión económica y política. Se debe fomentar la solidaridad y cooperación internacionales y rechazar toda medida unilateral que ponga en riesgo la seguridad alimentaria.

El comercio desempeña un destacado papel en la alimentación mundial al posibilitar producir más alimentos que los que se consumen, limitar las variaciones en la producción y el consumo y mitigar sus efectos por medio de políticas de almacenamiento.

Los países exportadores de alimentos deben reducir las subvenciones a la exportación. Todos los países, tanto los industrializados como los subdesarrollados, deben dar prioridad a los sectores económicos que contribuyen a la seguridad alimentaria, promoviendo inversiones extranjeras y nacionales. Se recomienda contemplar la posibilidad de condonar la deuda a los países subdesarrollados a cambio de que dirijan esos recursos a proyectos de seguridad alimentaria.

 

Conclusiones:

Es importante destacar que la Cumbre de Roma trató sobre las personas, no sobre los alimentos. Se discutió sobre el problema ético y moral que representa el hambre y la desnutrición de millones de seres humanos. Se trató sobre la vida, sobre el derecho a la alimentación y también sobre la necesaria voluntad política para resolver el problema del hambre. Se propusieron múltiples soluciones que van desde asegurar paz, justicia social, respeto a los derechos humanos hasta la implementación de agriculturas eco1ógicas y sustentables, la implementación de políticas demográficas y nuevos modelos de desarrollo.

El problema del hambre no puede ser resuelto desde una declaración de buenas intenciones ni a partir de la aplicación de «recetas técnicas». La seguridad alimentaria requiere de condiciones sociales, económicas,» políticas y ambientales que garanticen que las soluciones no se tranformen en «pan para hoy y hambre para mañana». Resulta imprescindible asegurar el pleno respeto a los derechos humanos, la libertad y la justicia social como así también garantizar que la producción y distribución de alimentos sea producto de modelos de desarrollo que aseguren el acceso a una alimentación adecuada a las generaciones presentes y futuras sin poner en riesgo el ambiente.

La injusta concentración y distribución de bienes y riquezas determina contrastes intolerables. El hambre de tantos es consecuencia del derroche de unos pocos.

Por tres días, en Roma, los representantes del planeta buscaron soluciones al problema del hambre. Por tres días estuvieron juntos los países desarrollados y los subdesarrollados. Durante esos tres días se barajaron propuestas, soluciones, se determinaron causas.

Finalmente como dice Joan Manuel Serrat en sus versos»...vuelve el pobre a su pobreza, vuelve, el rico a su riqueza y el Señor Cura a sus misas...» con maletas repletas de buenas intenciones y compromisos El desafío está planteado, los alimentos de papel deben convertirse en realidad.