Anuario de Relaciones Internacionales, Año 1997 CRONOLOGIA DOCUMENTAL

 

CRONOLOGIA DOCUMENTAL
N
aciones Unidas

Informe del Comité de Derechos Humanos.

 

Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte (Hong Kong).

El Comité se mostró complacido por el compromiso asumido por Gran Bretaña y Hong Kong a fin de garantizar la plena aplicación del Pacto de Derechos Civiles y Políticos.

Celebró la promulgación de la Carta de Derechos en 1991 y de una ordenanza que prohibe la tortura, como así también la amplia difusión en materia de derechos humanos en los distintos ámbitos de la sociedad.

Acogió con agrado el proyecto para la creación de una Comisión de Igualdad de Oportunidades para el primer trimestre de 1996, tendiente a eliminar la discriminación por razones de sexo o discapacidad.

Observó con preocupación que la Carta de Derechos confiere protección a violaciones a los derechos humanos cometidas sólo por funcionarios gubernamentales.

Advirtió la falta de reglamentación en los trámites de urgencia y la preocupación por la vaguedad del concepto "actos de gobierno", sobre los cuales debe intervenir el Tribunal de última instancia. Asimismo, repudió la denegación de justicia frente a denuncias que involucran al Estado o a sus funcionarios y recomendó la participación de miembros no pertenecientes a la policía en el Consejo Independiente de Reclamaciones contra la Policía, órgano encargado de la recepción de denuncias de esa especie.

Sugirió la creación de una Comisión de derechos humanos, como así también la adopción de medidas tendientes a eliminar los rasgos discriminatorios que contienen las ordenanzas, en particular, aquellos que afectan a la mujer.

Instó a tomar medidas tendientes a mejorar las condiciones de vida de los niños y de los refugiados vietnamitas, como así también de los deportados que no son vietnamitas.

Por último consideró que el actual sistema de elección del Consejo Legislativo de Hong Kong es discriminatorio por razones de patrimonio o fortuna de sus miembros, por lo que recomendó la adopción de medidas tendientes a adecuarlo al Pacto.

Suecia.

Expresó su agrado por la ampliación de facultades otorgadas al Ombudsman contra actos de discriminación étnica, confiriéndole función de litigante en los procedimientos del Tribunal de Trabajo, tendiente al logro de la igualdad de remuneración entre hombres y mujeres.

Destacó la incorporación al Código Penal del concepto de circunstancias agravantes para los delitos cuyos móviles fueren religiosos, étnicos, raciales u otros análogos.

Recibió satisfactoriamente la creación de la Oficina del Defensor del Niño, la amplia protección de éstos contra actos de abuso sexual y el sistema de vigilancia de la adopción internacional.

Celebró la extensión de la asistencia jurídica gratuita para las víctimas de delitos de violencia y delitos contra la integridad física.

Recomendó la adopción de medidas tendientes a garantizar la operatividad, en el ámbito interno, de los derechos consagrados en el Pacto, como así también el establecimiento de un mecanismo de aplicación de los dictámenes emitidos por el Comité, en virtud de lo dispuesto por el Protocolo Facultativo del Pacto.

Instó a combatir los brotes de xenofobia y de racismo de algunos sectores suecos, mediante la implementación de campañas educativas en materia de derechos humanos.

Por último, consideró necesario el reconocimiento al derecho de revisión, frente a decisiones de detención, expulsión o denegación de la inmigración o el asilo.

Estonia.

Expresó su satisfacción por los esfuerzos realizados por el Estado, tendientes a crear un mejor marco político, constitucional y jurídico a fin de garantizar el respeto por los derechos tutelados en el Pacto, frente a los vestigios de un pasado totalitario.

Acogió con agrado el reconocimiento de la competencia del Comité para la recepción y examen de las comunicaciones de particulares, en virtud del Protocolo Facultativo.

Celebró la incorporación con jerarquía constitucional de los tratados sobre derechos humanos, al igual que los principios y normas universalmente reconocidas de derecho internacional, si bien consideró que todavía debía definirse si frente a una disposición nacional contraria a una disposición del Pacto, la primera podría ser declarada nula y sin efecto.

Consideró favorable la adopción de una Ley de Tribunales, a fin de garantizar la competencia e imparcialidad del Poder Judicial.

Recomendó la modificación de una disposición en virtud de la cual se fija la obligación de prestar juramento solemne, como requisito para acceder a cualquier puesto al servicio del gobierno de un organismo de la administración local, por considerarla discriminatoria.

Consideró profundamente negativa la aplicación de la pena capital a casos que no revisten excesiva gravedad, como así también la ampliación del número de casos en los que procede. Por tal motivo, instó a acelerar el proceso de promulgación del nuevo Código Penal en el cual se prevé la abolición de la pena de muerte.

Recomendó la ampliación del concepto de minorías, el cual alcanza solamente a los nacionales, y también el reconocimiento del derecho de libre asociación en distintas esferas, incluso la política.

Solicitó la revisión de todas las disposiciones de carácter interno que sean discriminatorias, especialmente en razón de nacionalidad y de idioma, situaciones estas padecidas especialmente por los rusos.

Instó a la reglamentación de las indemnizaciones debidas a las víctimas de violaciones a los derechos consagrados en el Pacto, tanto por parte del Estado como de sus funcionarios.

Pidió encarecidamente la presentación de informes sobre la situación de la mujer, al igual que la implementación de políticas de educación a fin de conseguir la igualdad entre ambos sexos.

Creyó necesaria la ampliación del concepto de tortura, haciéndolo extensivo no sólo a la violencia física, sino también a la coacción y a la tortura psicológica.

Solicitó la adopción de medidas tendientes a garantizar el debido respeto de los procesados y condenados, mediante la eliminación de las condiciones de hacinamiento que estos padecen.

Invitó al Estado a colaborar con el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, con miras a la regularización de las solicitudes de asilo, y a considerar la posibilidad de adherirse al Estatuto de Refugiados de 1951 y al Protocolo de 1967.

Finalmente, recomendó la capacitación en materia de derechos humanos de todos los sectores de la población, en especial para los funcionarios judiciales y penitenciarios.

Mauricio.

Manifestó su agrado por la abolición de la pena de muerte, reemplazándola por la condena a cadena perpetua.

Destacó la preocupación del Estado por reformar su legislación a fin de disminuir la duración de los procesos judiciales y por examinar el sistema de Asistencia Letrada.

Asimismo, se mostró complacido por la creación de una dependencia de derechos humanos, cuyo fin es la presentación de informes a los órganos de Naciones Unidas y por el establecimiento futuro de un Instituto de Derechos Humanos para la zona del Océano Indico.

Observó satisfactoriamente la promulgación de la Ley de Protección de Menores de 1994, si bien tomó nota con preocupación de la violencia en los hogares, por lo que instó a tomar medidas a fin de revertir la situación.

En materia de discriminación, recomendó que fuesen contemplados todos los motivos que consagra el Pacto y que se establezcan planes de educación a fin de erradicar especialmente la ejercida contra la mujer.

Solicitó finalmente el establecimiento de la Junta Independiente para las denuncias contra la policía y solicitó se garantice un mecanismo mediante el cual se brinde asistencia letrada en casos de apelaciones al Consejo Privado.

España.

Manifestó su beneplácito por la adhesión al Protocolo Facultativo en lo relativo a la abolición de la pena de muerte, como así también por el interés demostrado a fin de ampliar la difusión de los derechos humanos en escuelas y otros ámbitos.

Consideró de importancia la promulgación de la Ley Orgánica de Protección Jurídica del Menor, ya que permite la futura aplicación de la Convención sobre los Derechos del Niño.

Celebró los progresos en la promoción de la igualdad de oportunidades de la mujer en todos los sectores, al igual que la incorporación al Código Penal de disposiciones que sancionan actos de discriminación y xenofobia.

Sintió profunda preocupación frente a la presentación de informes que denotan la imposición de tortura y malos tratos por parte de los miembros de las fuerzas de seguridad, y asimismo, expresó su inquietud por el reconocimiento de pruebas obtenidas bajo coacción como medios aptos en procesos judiciales.

Se alarmó por la violación del derecho al debido proceso a los sospechosos de pertenecer a grupos armados y por la prolongada duración de las prisiones preventivas.

Recomendó la adopción de procedimientos transparentes y equitativos para la investigación de las denuncias sobre abusos cometidos por la autoridad y la formación de estos funcionarios en materia de derechos humanos.

Solicitó el reconocimiento del derecho de apelación de los fallos de la Audiencia Nacional, en virtud de lo establecido en el Pacto.

Exhortó finalmente a la modificación de la legislación que determina el momento en el cual puede oponerse la objeción de conciencia, facultando a hacerlo antes o después de ingresar a las Fuerzas Armadas.

Zambia.

Consideró un gran progreso la adopción de un gobierno pluripartidista, el establecimiento de una comisión para examinar la Constitución del Estado y la implementación de medidas encaminadas a consolidar el imperio del derecho.

Se alarmó profundamente por las detenciones sufridas por periodistas, en clara violación al derecho de libertad de prensa y expresión consagrados en el Pacto.

Otro aspecto que despertó inquietud fue la falta de independencia del Tribunal Supremo, demostrada por el hecho de que la elección de magistrados es facultad del presidente, la cual está sujeta a la ratificación de la Asamblea Nacional en caso de destitución de los mismos.

En relación a la situación de la mujer, recomendó la abrogación de ciertos artículos de la Constitución, a fin de eliminar todas las formas de discriminación de las cuales son objeto, especialmente en lo referente a la educación, la política y el trabajo. Solicitó también la adopción de una política de protección frente a actos de violencia y a disminuir la tasa de mortalidad derivada de los abortos.

Instó a las autoridades a velar por la eliminación de los malos tratos, las detenciones ilegales y la imposición de tortura.

Recomendó tomar en consideración la posibilidad de abolir la pena de muerte, así como la ratificación o adhesión del Estado al 2º Protocolo Facultativo del Pacto.

Consideró necesario el reconocimiento del derecho de revisión de las sentencias y el aceleramiento de los juicios, a fin de reducir el número de reclusos.

Por último, exigió el cumplimiento de las cláusulas referentes al tratamiento de las personas privadas de su libertad, especialmente por parte del personal penitenciario.

Guatemala.

Consideró como un factor de entorpecimiento de la aplicación del Pacto, la existencia del conflicto armado, el cual ha dado lugar a graves violaciones de los derechos humanos.

Asimismo, manifestó que el sometimiento del pueblo civil al militar, la gran disparidad económica y social, la pobreza y el analfabetismo, la falta de oportunidades y la discriminación contra los indígenas, son factores que contribuyen a la violación de estos derechos.

Expresó su satisfacción por el avance del diálogo con miras a poner fin al conflicto armado y a establecer el estado de derecho. En este contexto, tomó nota de la firma del Acuerdo Global de Derechos Humanos, de la misión de las Naciones Unidas en Guatemala, así como del Acuerdo para el reacentamiento de las poblaciones desarraigadas por el enfrentamiento armado.

Acogió con agrado la intención del gobierno de conseguir una paz firme y duradera, por medio de medidas tales como la suspensión del servicio militar obligatorio, que contribuyeron a la desmilitarización.

Se celebró la creación de la Oficina del Procurador de Derechos Humanos y la Comisión Presidencial coordinadora de la política del ejecutivo en materia de derechos humanos.

Consideró también como puntos positivos, la aprobación del nuevo Código Procesal Penal, la promulgación de una nueva ley orgánica del Ministerio Público para la investigación y el castigo de las violaciones a los derechos humanos, y la reciente legislación que hace de la tortura, las desapariciones y las ejecuciones extrajudiciales delitos punibles, con miras a reducir el poder de los Tribunales Militares y a reforzar la autoridad de los funcionarios libremente elegidos.

Observó con gran preocupación la ausencia de una política estatal destinada a combatir la impunidad y los atrasos y deficiencias de los procedimientos judiciales.

Lamentó el hecho de que se continúen cometiendo violaciones a los derechos humanos, en especial los referidos a la vida, a la libertad y a la seguridad de las personas, frente a casos de desapariciones, torturas, castigos inhumanos, arrestos o imposición de penas de muerte sin cumplir los requisitos legales.

Se lamentó por ciertas costumbres y tradiciones que discriminan a la mujer, al igual que el cuadro de violencia dentro de la familia que afecta no sólo a la mujer sino también a los niños.

Se inquietó por las restricciones al derecho de asociación en lugares de trabajo y por el empleo de intimidación a los miembros de los sindicatos.

Se alentó un profundo análisis del marco jurídico para la protección de los derechos humanos e instó al gobierno a investigar y a poner a disposición de la justicia los responsables de tales actos.

Recomendó el aumento de recursos y la ampliación de la jurisdicción de la Oficina del Procurador de los derechos humanos para que pueda desempeñar eficazmente sus funciones. Además, solicitó la tolerancia y el respeto de los derechos humanos y de la dignidad.

Solicitó que se adopten medidas de seguridad a fin de proteger a diversos sectores de la población, tanto del poder judicial, de la policía o de los sindicatos a fin de poder desarrollar su tarea sin intimidación alguna.

Ordenó la adopción de medidas inmediatas en cuanto a la situación de los niños de la calle, la violencia en el hogar padecida por la mujer, legislación referente a la conservación de la identidad cultural y religiosa de los indígenas, imposición de la pena de muerte solo en cumplimiento de una sentencia definitiva de tribunal competente.

Nigeria.

Se agradeció al gobierno la decisión de presentar su informe, cuyos temas fueron examinados en dos etapas.

En su primer informe se abordaron temas referidos a la protección de la vida, la libertad, la seguridad, la igualdad de las personas frente a los tribunales y también los casos de tortura y malos tratos.

Luego del examen se observaron incongruencias básicas entre las obligaciones contraídas por Nigeria de conformidad con el Pacto y el respeto por los derechos en él contenidos. En particular la supresión del hábeas corpus, el establecimiento por decreto presidencial de tribunales especiales que excluyen la libre elección de un defensor, carencia de disposiciones para apelación, entre otros. Esto motivó la privación arbitraria de la vida de varios acusados y la falta de una investigación sobre denuncias de torturas, malos tratos, y condiciones indebidas de detención.

Se recomendó la revocación de todos los decretos por los que se establecen tribunales especiales, violando la garantías constitucionales. Solicitó también la suspención de juicios iniciados frente a los tribunales en cuestión a fin de garantizar un proceso imparcial.

En virtud del segundo informe, el Comité tomó nota de que la continuación del régimen militar, en particular la suspensión de garantías constitucionales, así como la violencia interétnica y religiosa, han impedido la plena aplicación del Pacto.

Se reiteró la grave preocupación por la imposición de la pena de muerte a delitos que no son considerados como los más graves, al igual que por el elevado número de desapariciones, casos de tortura, prolongadas detenciones y las pésimas condiciones penitenciarias.

Observó con preocupación las restricciones a la libertad de expresión manifestadas por la supresión de periódicos, y a la libertad de asociación por la intimidación a los miembros sindicales.

Repudió la actuación del servicio de seguridad del Estado el cual impidió el ingreso de una organización no gubernamental a la sesiones del Comité.

Recomendó la inmediata adopción de medidas tendientes a reinstaurar la democracia y la efectiva protección de los derechos tutelados en el Pacto por parte de los tribunales nacionales.

Solicitó que se tomen medidas a fin de garantizar igualdad de derechos y libertades a la mujer, su participación en todos los sectores de la población y la abolición de ciertas costumbres como la mutilación genital femenina y los matrimonios forzados.

Recomendó que se considere la posibilidad de abolir la pena de muerte y las ejecuciones arbitrarias, que se conceda la libertad a presos detenidos sin acusación y que se aceleren los procesos judiciales.

Se pidió la revisión y modificación de la política ablativa, el respeto a la libre expresión y a asociación.

Solicitó que se permita la participación de las organizaciones no gubernamentales en las sesiones del Comité.

Por último instó a la adopción de una política educativa en materia de derechos humanos.

Brasil.

Recibió con agrado el empeño del gobierno en garantizar la protección de los derechos humanos, mediante la puesta en marcha del Programa Nacional de Derechos Humanos, destinado a acelerar el respeto y la observancia de los mismos.

Se consideraron de interés las iniciativas propuestas para reinstaurar y fortalecer el Consejo de Defensa de derechos humanos y el establecimiento de la Oficina del defensor del pueblo, permitiendo que el Fiscal general presente los casos de violaciones de derechos al Sistema Federal de Justicia.

Manifestó su preocupación, teniendo en cuenta la vastedad del territorio, por la dificultad para asegurar que los gobiernos estatales y locales protejan efectivamente los derechos consagrados en el Pacto.

Observó con preocupación los casos de ejecuciones sumarias y arbitrarias por parte de las fuerzas de seguridad y escuadrones de la muerte, en especial en niños de la calle, los campesinos sin tierra, los pueblos indígenas y los dirigentes sindicales, como así también los actos de violencia ejercidos sobre los prisioneros y las condiciones inhumanas de detención.

Se tomó especial nota sobre la situación de la mujer, la cual es objeto de discriminación y sometida a trabajos forzados. Lamentó asimismo, la admisión de la prisión por deudas y los graves problemas del trabajo y la prostitución infantil.

Instó al gobierno a completar el proceso de demarcación de tierras de los pueblos indígenas como medio para garantizar los derechos a esta comunidad.

Reconoció el compromiso asumido por el gobierno federal de adecuar la legislación interna a fin de respetar los derechos en él contenidos.

Instó al gobierno de Brasil a adoptar medidas educativas a fin de prevenir y combatir la violación de derechos.

Se recomendó poner fin a la impunidad imperante mediante la investigación de las denuncias, el juicio y correspondiente aplicación de pena a los responsables, como así también adoptar medidas a fin de acelerar los procesos judiciales.

Exhortó a que se prohiban los trabajos forzados, el trabajo de los niños, la prostitución infantil, y a que se impongan penas severas a quienes fomenten estos actos.

Finalmente se recomendó la adhesión a los dos Protocolos del Pacto.

Perú.

Consideró que aún cuando el Estado tiene el derecho y el deber de proteger a su población de toda actividad terrorista, disturbios internos y violencia, debe asimismo, velar por la vigencia real de los derechos consagrados en el Pacto.

Fue considerada muy satisfactoria la creación de la Defensoría del pueblo y del Registro Nacional de Detenidos.

Otros motivos de agrado fueron la aprobación del decreto ley que modificó de 15 a 18 años la edad para fijar la responsabilidad penal, la derogación de la Ley del arrepentido y el establecimiento del hábeas corpus, así como la adopción de medidas para proteger a las comunidades indígenas.

Se deploró la amnistía otorgada a agentes militares, policiales, y civiles en razón de actos cometidos durante la guerra contra el terrorismo, ya que consideró que creaban una atmósfera de impunidad incompatible con la obligación del Estado de investigar las denuncias recibidas, además de establecer la imposibilidad de impugnar ante los tribunales la legalidad de la misma.

Se expresó profunda preocupación por la definición amplia del delito de terrorismo, y el establecimiento de un sistema de juicios con jueces sin rostro, en el que el acusado no sabe quien lo juzga, situación dada especialmente en juicios por delitos de traición a la patria. Por tal motivo se tomó nota de la carencia de un sistema de revisión de sentencias pasadas en autoridad de cosa juzgada.

Se alarmó por la extensión de los casos a los cuales puede corresponderle pena de muerte y prestó atención a la situación penitenciaria, la cual admite el confinamiento solitario, canal directo para la imposición de tortura y todo otro trato cruel, inhumano o degradante.

Exhortó, por último, a garantizar el debido proceso judicial, la imparcialidad e inamovilidad de los jueces y a la creación de un órgano independiente encargado de recibir y examinar las denuncias por violaciones de derechos cometidas por las fuerzas de seguridad militares o civiles.