DEPARTAMENTO DE EUROPA Y CEI

 

Presentación:

Isabel Cecilia Stanganelli, Helena Peralta Calvo.

 

Documentos:

Javier Surasky, Helena Peralta Calvo e Isabel Stanganelli

 

Cronología:

Cronología: Javier Surasky (Unión Europea); Claudia Gómez, Diana Asmat y Natalia Berrino (Europa Occidental), Isabel Stanganelli (Repúblicas Bálticas); Paola Rossi y Pablo Morales (Europa Nórdica y Central); Pedro Tomas (Europa Balcánica) y Alejandro Simonoff (Comunidad de Estados Independientes).

 

Presentación

 

Muchos hechos destacan a 1997 como un año de transición en la extensa área que nos ocupa. Los esfuerzos para el nacimiento de la moneda única europea el 1 de enero de 1999 ocuparon no solo a los especialistas de la Europa comunitaria, sino al ciudadano común que podemos decir que siguió con diferente grado de adhesión tan crucial iniciativa. Y el año culminó con muchas dudas acerca de cuáles Estados podrían –o querrían- lograr que sus guarismos se ajustaran para entrar en el "club del euro".

A pesar de la paz de Dayton que colaboró en la pacificación de la antigua Yugoslavia, las convulsiones siguieron signando tanto a Europa como a la CEI asiática: desde Irlanda del Norte hasta las Kuriles en el Pacífico, desde los atentados con explosivos en Suecia hasta el recrudecimiento de la cuestión Grecia-Turquía en el mar Egeo y en Chipre, pasando por las cotidianas angustias del pueblo español por la cuestión vasca –sin olvidar a catalanes, canarios, etc.-, la Padania separatista en Italia, los movimientos corsos para manifestar su deseo de apartarse de Francia, la violencia desatada en Albania, Chechenia, Tadjikistán, Abjasia, la cuestión de la población étnica rusa nacida en las Repúblicas Bálticas, son solo algunas muestras de que la "unidad" lograda a través de diversos organismos como la Unión Europea, OTAN, etc. no es válida en todos los aspectos de la vida del ciudadano común.

El Departamento de Europa y CEI siguió analizando estas y otras cuestiones del espacio euroasiático, y profundizando su relación con instituciones afines, tales como el Departamento de Europa Oriental del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio y Culto, el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales –CARI-, Embajadas, etc.

En forma conjunta con el Departamento de América Latina y Caribe se están organizando las Jornadas Unión Europea-Mercosur, con la coorganización de la Delegación de la Unión Europea y la Honorable Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires, que se llevarán a cabo la última semana de septiembre de 1998.

En la presentación de esta nueva edición del Anuario del IRI se incluyen comentarios de Isabel Stanganelli - La geopolítica del petróleo en Asia central y la cuenca del mar Caspio-, Alejandro Simonoff -¿Fin de la caída? Las perspectivas de Rusia en 1998- y Helena Peralta Calvo -Hacia una moneda única-.

La Cronología de la Unión Europea fue realizada por Javier Suraski. Claudia Gomez, Diana Asmat y Natalia Berrino elaboraron la correspondiente a Europa Occidental, Isabel Stanganelli la secuencia de Repúblicas Bálticas, Paola Rossi y Pablo Morales se dedicaron a Europa Central y Nórdica, Pedro Tomas elaboró la cronología de Europa Balcánica y Alejandro Simonoff la correspondiente a la Comunidad de Estados Independientes.

 

La geopolítica del petróleo en Asia central y la cuenca del mar Caspio (1)

En el contexto del mundo en el umbral del tercer milenio, la cuenca del mar Caspio y el Asia Central adquieren gran peso económico y político en toda la región transcaucásica debido a su importancia geopolítica particular. Rusia, Turquía e Irán, indiscutibles potencias regionales, comparten límites e intereses con las repúblicas caucásicas de Georgia, Armenia, Azerbaiján, que en conjunto con las repúblicas autónomas próximas pertenecientes a la Federación Rusa forman un área compleja donde la ortodoxia turca y rusa y el Islam hacen sentir su peso.

La región en cuestión, que constituye un espacio postsoviético, está convulsionada por las divisiones étnicas y sociales, por heridas e injusticias del pasado y por su presente geográfico y económico. Los conflictos son muchos, los enfrentamientos frecuentes y sangrientos, los escasos acuerdos suelen caer en letra muerta antes de su firma o puesta en práctica. Este ajedrez incluye valiosos recursos económicos, destacándose los energéticos –principalmente el petróleo- así como los ductos que trasladarán a los mercados del mundo la producción de la región y la proveniente de la no menos importante cuenca petrolera del Asia Central.

De acuerdo a la estimación de los geólogos, los depósitos del mar Caspio no pueden ser comparados con los del golfo Pérsico, pero son considerados como de excelente calidad y capaces de proveer una significativa alternativa energética en el siglo XXI. En particular se estima que todo el mar Caspio es un yacimiento de petróleo y gas natural que comienza en Azerbaiján y continúa en la costa opuesta en el territorio de Kazakhstán y Turkmenistán. Estos depósitos revisten una enorme importancia debido a la posibilidad de agotamiento de los depósitos de Alaska y el mar del Norte para el año 2015.

Azerbaiján tiene una larga historia en la producción de petróleo y gas natural. La explotación del petróleo de Bakú comenzó a mediados del siglo XIX. Primer productor mundial a fines del siglo pasado, Bakú se transformó en una ciudad internacional. A pesar de su antigua producción, Azerbaiján posee considerables depósitos de petróleo que han permanecido inexplotados: las explotaciones en la costa y el mar comenzaron recién a mediados de esta centuria. Debido a que, a pesar de que la industria del petróleo soviético desarrolló exitosamente sus yacimientos en el mar y hasta fue la pionera en esa explotación, operó con medios primitivos y nunca fue tecnológicamente capaz de desarrollar explotaciones en el mar a gran profundidad. Azerbaiján, a través de su gobierno ha invitado a las mayores compañías petroleras que posean la tecnología indispensable, capital y proyectos de organización, para desarrollar sus campos y yacimientos en el mar. Las tres mayores explotaciones azeríes, están siendo desarrolladas por la Compañía Operativa Internacional Azerbaiján, un consorcio de doce compañías que incluyen a British Petroleum y Amoco. Las negociaciones para el desarrollo de estos yacimientos incluyen cuestiones complejas en lo legal, técnico y comercial. Los problemas más importantes son la ausencia de un marco legal para el desarrollo, uso y explotación del petróleo de Azerbaiján y las perturbaciones producidas por los frecuentes cambios de gobierno. En la necesidad de mejorar las perspectivas para inversiones extranjeras, el gobierno de Azerbaiján fundó en agosto de 1992 una compañía pública de petróleo, adoptando las normas de las compañías internacionales modernas asociadas con el petróleo y cuenta con consultores internacionales expertos. Cada negociación con compañías extranjeras es conducida a través de esta compañía gubernamental, mientras se está considerando el desarrollo de empresas conjuntas.

Es evidente que el desarrollo del sector energético tendrá efectos beneficiosos en el futuro económico de Azerbaiján, que espera una producción de petróleo superior a 25 millones de toneladas por año para el 2000 y superior a 45 millones en el 2005, año en el cual la explotación de otros yacimientos en el mar ya habrá comenzado. Puesto que el consumo doméstico previsto no ascenderá significativamente para esa fecha, se espera exportar 21 millones de toneladas en el 2000 y unas 40 millones de toneladas en el 2005.

Kazakstán, segundo luego de Azerbaiján entre los países productores de petróleo de la ex Unión Soviética, también posee abundantes recursos energéticos. Debido a la posición del país, las rutas de tránsito y los oleoductos, Kazakhstán exporta principalmente a la Federación Rusa. El petróleo representa 15% del total de las exportaciones de Kazakhstán. Si el programa de pacificación actúa de acuerdo a lo establecido, las inversiones extranjeras permitirán en 1998 que el petróleo ascienda al 60% de las exportaciones del país.

Kazakhstán ha intentado atraer inversores extranjeros con avanzada tecnología y experiencia para la extracción de sus depósitos. Numerosas empresas extranjeras están trabajando en el país. Las decisionesmás importantes incluyen un acuerdo con Chevrón para desarrollar los yacimientos de Tengiz, en Kazakhstán occidental, y un acuerdo con un consorcio que incluye a British gas, Agip y Texaco, para desarrollar el campo de Karachaganak en Kazakhstán septentrional. Las inversiones de Chevrón en Tengiz comenzaron en 1993 y cuando se completen se espera que asciendan al nivel de veinte mil millones de dólares. El consorcio British Gas-Agip ha invertido una cifra similar. Cuando estas inversiones se completen tendrán importantes consecuencias para las exportaciones de petróleo y el desarrollo económico de Kazakhstán.

Otro problema que enfrentan los inversores extranjeros es cómo transportar el petróleo a mercados del exterior. La mediterraneidad de Azerbaiján y Kazakhstán hace que la cuestión de la selección de oleoductos haya adquirido una significancia geopolítica enorme para el futuro de la región. Los oleoductos existentes desde Azerbaiján y Kazakhstán atraviesan Rusia hacia el puerto Novorossisk en el mar Negro, dando a Moscú una considerable ventaja en el proceso de selección de oleoductos. Ante el acuerdo entre Chevrón y Kazakhstán, Moscú inicialmente rehusó permitir el transporte de crudo a través de su sistema de oleoductos. Luego estableció restricciones en el monto de petróleo que podría ser transportado a través de sus oleoductos e impuso unas serie de altas tarifas. Todas estas maniobras resultaron en un acuerdo que permitió a Rusia ser miembro del Consorcio de Oleoductos Caspianos, que construía un nuevo oleoducto de 2000 millones de dólares de Kazakhstán hacia Novorossisk.

El petróleo de la Compañía Internacional Operativa Azerbaiján está siendo transportado a lo largo de dos rutas que mayormente utilizan oleoductos existentes: la ya mencionada ruta septentrional a través de Dagestán y Chechenia hacia Novorossisk y una segunda, occidental, hacia el puerto de Supsa en Georgia. El petróleo que fluye a lo largo de la ruta septentrional aportó a los chechenos sustanciales ganancias de tránsito. En teoría, los nuevos oleoductos podrían ir en prácticamente cualquier dirección.

Las principales opciones son las siguientes:

1.      La ruta septentrional, preferida por Rusia. De acuerdo a esta opción, Kazakhstán podría extender el oleoducto ya existente para ligarlo a la red de Rusia y Azerbaiján construir un oleoducto desde Bakú hasta Novorossisk. El problema de esta opción tiene que ver con los temores de establecer excesivo control ruso sobre el oleoducto y además con la cuestión de la seguridad, puesto que el oleoducto debería de ir a través de Chechenia.

2.      La ruta occidental, propugnada por Azerbaiján, Turquía, Georgia y los Estados Unidos. Este oleoducto enviaría el petróleo hacia el puerto Supsa, en Georgia, para luego ser embarcado a través del mar Negro y del Bósforo hacia Europa. Turquía insiste en que el estrecho es insuficiente para el creciente tráfico de petroleros y propuso a cambio, construir un oleoducto desde Bakú hasta el puerto de Ceyhan en la costa mediterránea de Turquía. Sin embargo, los excesivos costos -unos tres mil millones de dólares- y serias cuestiones de seguridad -esta ruta pasaría a través del inestable territorio kurdo-, hace a esa opción de difícil implementación. En cambio, el Bósforo podría ser cruzado por un oleoducto que una al puerto de Burgas, en Bulgaria, con el puerto griego de Alexandroupolis.

3.      La ruta meridional. Económicamente esta la opción más viable. Irán tiene un sistema de oleoductos extensivo, y el Golfo es un gran éxito para los mercados asiáticos. Estados Unidos ha rechazado esta opción en forma rotunda.

4.      La ruta oriental. Este oleoducto podría transportar petróleo desde Kazakhstán hasta China. Esta podría ser la ruta más costosa, cubriendo 2000 kilómetros solamente en Kazakhstán, pero los chinos la consideran una decisión estratégica y están dispuestos a su implementación.

5.      La ruta sudoriental. La compañía petrolera americana Unocal ha propuesto la construcción de oleoductos y gasoductos desde Turkmenistán a través de Afganistán hacia Pakistán y luego India. Esta ruta tiene sentido geográficamente pero no políticamente, puesto que debe atravesar la inestable Afganistán y al polvorín indopakistaní.

La decisión final sobre los oleoductos que transporten el petróleo del Caspio deberán ser tomadas tal vez en 1998 y es difícil predecir ante la multiplicidad de opciones e intereses enfrentados. Si se tiene en cuenta la fuerza del soporte americano y ruso sobre las rutas occidentales y septentrionales, estos oleoductos parecen tener ventajas sobre los otros.

Las políticas de los grandes poderes en Asia central.

El yacimiento del mar Caspio ha atraído interés de Estados Unidos por las siguientes razones:

1.      El petróleo de esta región es considerado de muy buena calidad.

2.      La mayor parte de este petróleo está prevista para ser exportada puesto que las necesidades de los países productores son relativamente bajas y se espera que se mantengan bajas.

3.      El hecho de que los países de la región carezcan de capital y de tecnología para actuar independientemente en el desarrollo de la explotación, hacen que aumenten considerablemente las oportunidades de inversión propuestas por compañías americanas como Chevrón.

De acuerdo con las estimaciones del gobierno americano, este desarrollo puede ayudar al crecimiento económico de estos países y a alejarse de la influencia de la esfera rusa de influencia. Políticamente, los Estados Unidos estarán en posición de controlar estas nuevas fuentes de energía y de diversificar su propia fuente de abastecimiento y mantener los precios en niveles bajos. El gobierno de Estados Unidos está sosteniendo a compañías privadas americanas por lo menos en Kazakhstán y Azerbaiján. Otro objetivo político de Estados Unidos incluye contener a Irán y el reforzamiento del rol de Turquía en la región. Estados Unidos no sólo ha bloqueado cualquier ruta de oleoducto que pueda pasar a través de Irán sino que también ha cancelado la participación de Irán en el consorcio internacional que ha tomado la producción de petróleo en Azerbaiján.

En el pasado, raramente Unión Soviética utilizó las exportaciones de petróleo y gas a para sostener sus intereses nacionales. Esas exportaciones se veían como la mejor manera de capturar divisas y nada más. Esa idea parece estar cambiando. Rusia parece estar más preocupada por el rol geopolítico que la energía puede jugar. Ahora intenta utilizar sus abundantes recursos en hidrocarburos como una manera de sostener objetivos de política exterior. El control sobre los recursos energéticos ha aumentado la rivalidad entre Rusia y los Estados Unidos que se evidencia en dos dimensiones: la primera tiene que ver con el control de la producción de petróleo y la segunda se relaciona con el status legal del mar Caspio. Rusia reclama que el Caspio es un lago interior y no un mar cerrado, lo que significa que no está sujeto a la ley del mar. En consecuencia la explotación sobre el Caspio y sus recursos depende de un acuerdo entre los cinco Estados ribereños. Azerbaiján y Kazakhstán sostienen que el mar Caspio es exactamente un mar, y debe ser dividido en sectores nacionales. Estados Unidos sostiene la misma posición.

Estados Unidos reconoce como legítimas las medidas relativas a la seguridad, pero no reconoce esferas de influencia. Rusia denomina al espacio ex soviético su "frontera próxima" y la considera justamente su esfera de influencia. Muchos miembros de la CEI desean amigos en todo el mundo, y tienen más para ganar con Occidente que con Moscú. También subyacen muchos temores de que Moscú quiera sojuzgarlos nuevamente.

Los Estados Unidos desean evitar el control ruso sobre los recursos energéticos del Caspio y resistirán todo lo posible. Rusia por otra parte está a de tanto de los intentos de apartarla de su tradicional esfera de influencia, pero también está preocupada pues las inversiones en los yacimientos del mar Caspio pueden hacer que las organizaciones financieras occidentales dejen de invertir en sus propios yacimientos en Siberia y el Lejano Este y que capturen algo de su mercado. En la competencia sobre el petróleo del Caspio, entonces, Rusia observa la erosión de su posición geopolítica y la pérdida de recursos económicos clave y sus potenciales ganancias. La primera respuesta de Moscú fue un esfuerzo por reforzar la estructura de la CEI pero no fue exitosa. Ahora Rusia está tratando de encontrar un camino para acordar con sus competidores. En este contexto ha cooperado recientemente con Irán para limitar las demandas de Azerbaiján y Kazakhstán en el Caspio y ha participado en la construcción de un oleoducto en un esfuerzo por evitar Turquía.

Los recursos de energía están dibujando un nuevo mapa en Eurasia. Es muy evidente que no habrá juego si Rusia no es invitada a la mesa. Para Rusia un lugar en la mesa significa participación equitativa tanto en la construcción y operación de oleoductos como en el desarrollo de proyectos petroleros. El control de los yacimientos y la eventual ruta de oleoductos determinarán el futuro político y económico de Rusia, Turquía y los Estados de Asia Central, además de la posición de Irán en la región y sus relaciones con el oeste, y el re-alineamiento del triángulo estratégico entre Estados Unidos, Rusia y China. También tendrán consecuencias estratégicas al disminuir la dependencia sobre el petróleo del golfo Pérsico. La importancia de las rutas posibles de oleoductos es una cuestión decisiva. El éxito de esta cuestión no solamente permitirá recibir miles de millones anualmente en la forma de derechos de tránsito. La relevancia será el control sobre los oleoductos, que será el más importante factor de influencia geopolítica en la región caucásica y en Asia central en la próxima centuria.

 

¿Fin de la caída? Las perspectivas de Rusia en 1997

La profundización de las reformas ha acentuado aun más la caída de la economía rusa. En mayo se anunciaron medidas económicas para terminar con 1as políticas de subsidio que persistían desde la época soviética. A esta situación se le sumó el atraso en el pago de salarios, jubi1aciones y a proveedores que llega a casi un 30 % del Producto Bruto Interno del país por lo que se cortó la cadena de pagos. Por ese motivo las autoridades intentaron a través de préstamos internacionales cambiar la situación. Desde el fin de la era soviética, el retroceso del poder estatal ha dado lugar al crecimiento del poder de la mafia y ha extendido sus alianzas con el narcotráfico colombiano o el lavado de dinero en Israel, por ejemplo. Este crecimiento del poder mafioso tiene su contracara en la inestabilidad del poder político, debido al precario sistema institucional. Esta debilidad se muestra cada vez que el presidente es internado, dos veces este año, porque se agudiza la pelea entre los grupos que comparten el poder: Viktor Chernomyrdin (conservador} Anatoli Chubais (reformista ultraliberal) y Boris Berezovski (reformista de Yeltsin}, para no mencionar a la oposición nacionalista y comunista que exige la dimisión de Yeltsin ante cada recaída de su salud. A pesar de la delicada situación interna, tanto política como económica, lentamente Rusia intenta restablecer su poder tanto a nivel de su antigua área de influencia como en el mundo. Dentro de su área de influencia, la participación rusa en los intentos por solucionar la crisis separatista en Georgia y los problemas internos en Tadjikistán (entre grupos pro rusos y musulmanes), son una señal para tener en cuenta. Por otro lado el presidente Yeltsin, y su par bielorruso Alexandr Lukashenko, firmaron el Tratado de Unión de Rusia y Bielorrusia. El tratado prevé crear una unión que apunte a conformar un Estado único e implementar un sistema legal común, así como el refuerzo de las relaciones en los campos político, económico y militar. La recomposición del poder en Europa sirve para contrarrestar la influencia de la expansión de la OTAN, y en el Cáucaso sobre todo responde a la puja por las fuentes de energía con que cuenta esa región (petróleo y gas). Una actitud similar la encontramos en la creciente influencia rusa en la crisis del golfo Pérsico. La importancia del petróleo ha producido cambios en las políticas hacia el Cáucaso, como por ejemplo, los estadounidenses que habían apoyado en el conflicto regional por Karabaj a Armenia. La visita del presidente azerí a ese país y la firma de importantes contratos petroleros ponen de manifiesto un cambio en la política norteamericana en la región que preocupa además del gobierno ruso, a los armenios. Los rusos en octubre presionaron a Estados Unidos para que no sancione a empresas petroleras francesas en Irán debido a que algunas de ellas están asociadas con empresas de origen ruso.

Esta relación con Francia, no sólo es económica. A partir del viaje del presidente Chirac a Moscú, a principios de año, se ha intensificado dándose los pasos previos para acordar la expansión de la OTAN como así también emprendimientos conjuntos en algunas áreas (espacial y aeronáutica principalmente). Desde lo político, tanto los rusos como los franceses apuntan a la unidad de Europa desde el Atlántico a los Urales, como era el sueño de De Gaulle, para contrarrestar el poder norteamericano. Volviendo al tema petrolero, la intervención rusa en la crisis entre Washington y Bagdad tiene su origen en sus intereses comerciales con los iraquíes. Esta fue aprobada por Hussein primero y por los miembros del Consejo de Seguridad después, en donde se permite a todos los inspectores de Naciones Unidas, regresar al país para reanudar sus tareas de inspección. También Rusia ha intensificado sus contactos con otros lugares del mundo que desde la desaparición de la Unión Soviética habían sido abandonados. Con la visita del canciller ruso a Argentina, Brasil, Colombia y Costa Rica ese país busca afirmar su presencia en América Latina. Desde el punto de vista estratégico los rusos intentan contrarrestar la expansión de la OTAN aprobada por ellos en París en el mes de mayo junto con los otros dieciséis Jefes de Estado miembros de la Alianza. Este acuerdo puso fin, formalmente, a la Guerra Fría y permite la expansión de ésta. Además el Acta Fundacional de Relaciones Mutuas establece la creación de un Consejo conjunto para consultas sobre seguridad europea, cooperación militar y política, dando a Rusia voz pero no derecho a veto sobre las decisiones aliadas. La ampliación de la alianza hacia el Este comenzó con Polonia, Hungría y 1a República Checa para luego incorporar hasta a países de la ex Unión Soviética. Sobre Yeltsin pesa la presión de Occidente que lo debilita internamente pero no exteriormente, ya que lo ubica como un inter1ocutor válido frente a los aliados. La oposición rusa lo ve como una amenaza de aislar a Rusia del resto de Europa. El gobierno demócrata norteamericano argumenta que lo hace para garantizar la democracia en todo el continente europeo y la oposición conservadora señala que esta ampliación le hace perder su eficacia militar y política. Para contrarrestar esta jugada, previamente el presidente ruso junto con los presidentes de China, Kazasjtán, Tadjikistán y Kirguistán firmaron en el Kremlin un acuerdo para reducir las tropas en la frontera que comparten. Este acuerdo busca romper la hegemonía de los EE.UU. y sentar las bases de un orden multipolar. Dentro de la desmilitarización de sus fronteras Yeltsin anunció en Suecia el retiro de tropas del Báltico. No es casual que cuando Rusia está retirando tropas de sus fronteras se haya desplazado al Ministro de Defensa, Igor Radionov, último hombre vinculado al nacionalista Lebed en el gabinete de Yeltsin y a los sectores duros del Ejército. Es significativo que tras este alejamiento, este grupo haya incrementado las denuncias sobre la precariedad en la que se encuentra el arsenal nuc1ear ruso.

¿Rusia ha tocado fondo y empieza nuevamente su crecimiento? Nos parece que a pesar de su fuerte crisis en este año se ha empezado a recomponer su poder mundial, lo que tendrá efectos sobre sus problemas internos pero también muestra su vocación de crear un escenario distinto.

 

Hacia una moneda única

El camino delineado para llegar al primero de enero de 1999 no fue fácil. Los Estados miembros debieron cumplir con exigentes metas fiscales. Por su parte el Tratado de Maastrich no fue lo suficientemente claro y previsor, quedando por resolver algunas cuestiones elementales como el trazado de una política fiscal nacional luego de la introducción de la Unión Económica y Monetaria (UEM), motivo por el cual en diciembre de 1996 los países miembros debieron celebrar en Dublin el Pacto de Estabilidad y Crecimiento económico donde establecieron bajo una "óptica blanda" cuatro criterios básicos para que un país pueda ser admitido en la Unión Monetaria. No cabe duda que si bien el tránsito hacia la UEM fue una decisión política –en la cual Francia y Alemania desarrollaron un rol relevante- hoy día la principal fuerza impulsora es el sector económico privado al cual se le promete el surgimiento de un mayor mercado y por ende aumentos de productividad y competitividad.

La ambición de la UEM es indubitablemente para los sectores impulsores de la Europa Comunitaria una aspiración de índole económica.

Po otra parte no puede dejar de advertirse que luego de tantas guerras, esta Europa milenaria está por primera vez en camino a la construcción de una entidad política y económica supraestatal basada en un acuerdo voluntario de partes y no en una imposición de poder de los estados fuertes sobre los débiles. Por ello decimos que la nueva proyección de esta Europa es sostenida por pilares económicos aunque empujada por proyectos políticos.

Quienes se beneficien serán quienes hayan asumido los costos que impuso la UEM los cuales podrán –en algunos casos- ser muy duros y hasta parecer arbitrarios comparando las diferentes realidades que engloban los estados de la Comunidad Europea, aunque sin duda la nueva Europa también verá beneficios con el Sistema Monetario Europeo (SME). Así, por ejemplo, el mismo no solo mejorará el funcionamiento del Mercado y las pequeñas y medianas empresas podrán extender sus actividades comerciales fuera de sus fronteras por la eliminación del riesgo cambiario, sino que las relaciones comerciales externas serán menos vulnerables a las perturbaciones cambiarias así como aumentará el poder de negociación de los países en los foros internacionales.

La UEM de algún modo contribuirá a reforzar la presencia de bloques políticos y económicos en el mundo influyendo sobre el sistema monetario internacional. Pero el dólar –aunque parezca perder poco a poco su posición preponderante- no dejará de desempeñar su rol, al menos hasta que los actores económicos adquieran confianza en el EURO, momento en el cual el Banco Central Europeo cumplirá una función determinante.

Por su parte América Latina, cuyas políticas económicas mantienen fuertes lazos con la divisa norteamericana, deberá reelaborar una estrategia de negociación en los ámbitos de cooperación internacional en los que la Unión Europea adquiera poder.

Todo indica que los cambios serán graduales debido a la inercia que caracteriza a las operaciones monetarias internacionales y a la necesidad del EURO de ganar confianza en los mercados. Así la Europa Comunitaria logrará desvanecer la preeminencia del dólar confirmando la ya marcada tendencia hacia un orden económico multipolar basado en una construcción política de un sistema de poder horizontal y democrático.

 

Isabel Cecilia Stanganelli y Helena Peralta Calvo

Coordinadoras


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(1) Dada la reciente incorporación de la CEI en el Departamento de Europa, se procederá a realizar en esta edición del Anuario un análisis general de principios globales rectores de la geopolítica regional.