Unión Europea - MERCOSUR
Declaración de Río de Janeiro
1. Nosotros los Jefes de Estado o de Gobierno de la Unión Europea y de
América Latina y el Caribe, hemos decidido promover y desarrollar nuestras relaciones
hacia una asociación estratégica birregional, basada en la profunda herencia
cultural que nos une y en la riqueza y diversidad de nuestras respectivas
expresiones culturales. Las mismas nos han conferido acentuadas identidades
multifacéticas, así como la voluntad de contribuir para la creación de un
ambiente internacional que nos permita elevar el bienestar de nuestras
sociedades y cumplir con el principio del desarrollo sostenible, aprovechando
las oportunidades que ofrece un mundo cada vez más globalizado, en un espíritu
de igualdad, respeto, alianza y cooperación entre nuestras regiones.
2. La asociación estratégica reúne a dos actores relevantes en el
escenario internacional actual. América Latina y el Caribe está llamada a ser
una de las regiones más florecientes del siglo XXI, a partir de los importantes
avances que en los últimos años han registrado en los ámbitos político,
económico y social. Por ello la región se ha propuesto perseverar en el avance
de los procesos democráticos, de la igualdad social, de los esfuerzos de
modernización, de la apertura comercial y en las reformas estructurales de base
amplia. La Unión Europea, a su vez, ha avanzado hacia una integración histórica
con múltiples implicaciones a nivel global en asuntos políticos, económicos,
sociales, financieros y de comercio, que ha producido una constante mejora en
los niveles de vida de sus sociedades.
3. Esta asociación estratégica se sustenta en el pleno respeto al
derecho internacional y en los propósitos y principios contenidos en la Carta
de las Naciones Unidas; los principios de no intervención, respeto de la
soberanía, igualdad entre Estados y autodeterminación constituyen la base de
las relaciones entre nuestras regiones.
4. Esta asociación está construida y contribuirá al fomento de objetivos
comunes tales como el fortalecimiento de la democracia representativa y
participativa y las libertades individuales, el Estado de Derecho, la
gobernabilidad, el pluralismo, la paz y seguridad internacionales, la
estabilidad política y el fomento de la confianza entre las naciones.
5. Destacamos la universalidad de todos los derechos humanos; la
necesidad de revertir la degradación ambiental y promover el desarrollo
sostenible a través de la conservación y el uso sostenible de los recursos
naturales; la cooperación para la recuperación, preservación, difusión y
expansión de los patrimonios culturales; la eficaz incorporación del
conocimiento científico y del avance tecnológico a los sistemas educativos de
todos los niveles de enseñanza y la lucha contra la pobreza y contra las
desigualdades sociales y de género.
6. Nos congratulamos de los avances en materia de integración en Europa
y América Latina y el Caribe en su dimensión política y económica, bajo el
principio del regionalismo abierto.
7. En este proceso, daremos un nuevo moméntum y brindaremos la misma
atención a las tres dimensiones estratégicas siguientes: un diálogo político
fructífero y respetuoso de las normas de derecho internacional; relaciones
económicas y financieras sólidas, basadas en una liberalización comercial de
carácter integral y equilibrada y en el libre flujo de capitales; y una
cooperación más dinámica y creativa en los ámbitos educativo, científico,
tecnológico, cultural, humano y social.
8. Las prioridades para la acción adoptadas por la Cumbre serán
promovidas e implementadas a través de las actuales discusiones ministeriales
entre la Unión Europea y los países y grupos en América Latina, y entre la
Unión Europea y los países del Caribe, en el marco de la Convención de Lomé.
Estas discusiones mantendrán su formato actual y su regularidad. Podrían
asimismo celebrarse encuentros ministeriales sobre algunos asuntos de interés
común, tales como educación, investigación, ciencia.
9. También decidimos establecer un grupo birregional de altos
funcionarios. Este grupo se reunirá con regularidad, supervisando y estimulando
la concreción de las prioridades para la acción, desde un punto de vista
político, y con el objetivo de contribuir, sobre la base de los mecanismos existentes,
al diálogo global con miras al fortalecimiento de la asociación estratégica
birregional en sus dimensiones política, económica, social, ambiental,
educacional, cultural, técnica y científica.
En este contexto, nos comprometemos a:
En el
ámbito político
10. Reforzar los diálogos institucionales existentes entre las dos
regiones, e impulsar la comunicación directa entre los gobiernos sobre temas
relativos a la integración regional, en particular su dimensión política, y la
cooperación internacional, basada en un intercambio de experiencias e
información.
11. Preservar la democracia y la vigencia plena e irrestricta de las
instituciones democráticas, del pluralismo y del Estado de Derecho,
garantizando la celebración de procesos electorales libres, justos, abiertos y
sustentados en el sufragio universal, como elementos fundamentales para el
desarrollo económico y social y para el fortalecimiento de la paz y la
estabilidad.
12. Promover y proteger todos los derechos humanos y las libertades
fundamentales, incluyendo el derecho al desarrollo, considerando su carácter
universal, interdependiente e indivisible, reconociendo que su fomento y
protección es responsabilidad de los Estados y de todos los ciudadanos.
Destacamos que la comunidad internacional tiene un interés legítimo en esta
tarea, en el marco de la Carta de las Naciones Unidas, con énfasis en la
implementación de los instrumentos y normas universales y regionales sobre
derechos humanos.
13. Fortalecer una educación para la paz en todos los países y rechazar
toda forma de intolerancia, incluyendo la xenofobia y el racismo, en beneficio
tanto de la seguridad internacional y regional, como del desarrollo nacional,
así como para promover y proteger los derechos de los grupos más vulnerables de
la sociedad, en especial los niños, los jóvenes, los discapacitados, los
desplazados y los trabajadores migrantes y sus familias.
14. Defender los principios de un poder judicial independiente e
imparcial, para promover, implementar y sostener el derecho internacional y el
derecho internacional humanitario. Reconocer la importancia del desarrollo
progresivo de las normas relativas a la responsabilidad penal del individuo que
comete ciertos delitos de repercusión internacional. Por esta razón, tomamos
nota con interés de la reciente adopción del estatuto constitutivo de la Corte
Penal Internacional.
15. Reafirmar la plena igualdad de géneros como parte inalienable,
integral e indivisible de todos los derechos humanos y libertades
fundamentales, comprometiéndonos así a incorporar una perspectiva de género en
las políticas públicas de nuestros gobiernos.
16. Promover y proteger los derechos de las poblaciones indígenas,
incluyendo su derecho a la participación en términos de igualdad y al goce de
las oportunidades y beneficios del desarrollo político, económico y social, con
pleno respeto por sus identidades, culturas y tradiciones.
17. Intensificar nuestros esfuerzos para atender las necesidades de las
generaciones presentes y futuras mediante la adopción y el cumplimiento de
estrategias de desarrollo sostenible, haciendo compatibles el crecimiento
económico, la protección del medio ambiente y el progreso social.
18. Dar prioridad, en el marco de la promoción del desarrollo
sostenible, a la superación de la pobreza, la marginalidad y la exclusión
social, así como la modificación de los patrones de producción y consumo, así
como al fomento de la conservación de la diversidad biológica y del ecosistema
global, el uso sostenible de los recursos naturales, y la prevención y
reversión de la degradación ambiental, especialmente aquella derivada de la
excesiva concentración industrial e inadecuados modelos de consumo, como
también la destrucción de los bosques y la erosión del suelo, la disminución de
la capa de ozono y el aumento del efecto invernadero, que amenazan al clima
mundial.
19. Los esfuerzos nacionales y regionales en estos ámbitos, combinados
con la cooperación internacional, fomentarán el derecho de los individuos a una
mejor calidad de vida y la incorporación de toda la población al proceso de
desarrollo económico y social.
20. Reconocer que, en la gran mayoría de los países, la disponibilidad
de recursos internos es insuficiente para poner en práctica la amplia gama de
acciones propuestas internacionalmente para la promoción del desarrollo
sostenible. Por ello, destacamos la necesidad de promover niveles adecuados de
inversiones y transferencia de tecnología.
21. Subrayar la importancia de la contribución de nuevos actores, socios
y recursos de la sociedad civil con el objeto de consolidar la democracia, el
desarrollo económico y social y la profundización del respeto a los derechos
humanos. La cooperación internacional que involucre los recursos públicos
requiere de un diálogo en el cual participen tanto los gobiernos como la
sociedad civil. Los socios en la cooperación para el desarrollo deberán cumplir
las leyes de los países en cuestión, así como con la transparencia y rendición
de cuentas. Estimularemos el intercambio y cooperación de la sociedad civil
entre América Latina, el Caribe y la Unión Europea.
22. Trabajar conjuntamente para enfrentar las amenazas a la paz y a la
seguridad internacionales e intensificar los esfuerzos encaminados al proceso
de desarme, bajo un estricto y eficaz control internacional, con énfasis en el
desarme nuclear y en la eliminación de armas de destrucción masiva, incluyendo
las nucleares, químicas y biológicas. Dentro del marco de la Agenda para el
Desarme, consideramos que después de la entrada en vigor de la convención sobre
la prohibición de armas químicas, uno de los principales objetivos es la
conclusión y adopción de un protocolo de verificación de la convención sobre la
prohibición de armas biológicas, conducente a la erradicación de este tipo de
armas de destrucción masiva.
23. Conceder especial importancia a la adhesión por parte de todas las
naciones al Tratado sobre No Proliferación de Armas Nucleares, a la lucha
contra la acumulación excesiva y desestabilizadora de armas pequeñas y
armamento ligero, y su diseminación sin control, y formulamos un llamamiento a
todos los Estados a sumar esfuerzos para lograr la eliminación completa de las
minas antipersona.
24. Hacer frente al problema mundial de las drogas bajo el principio de
la responsabilidad común y compartida, con base en un enfoque global, integral
y equilibrado, de plena conformidad con los propósitos y principios de la Carta
de las Naciones Unidas y del derecho internacional. El plan de acción global de
Panamá en materia de drogas está basado en estos principios y dará una nueva
dimensión a la cooperación en esta materia. El mecanismo de cooperación y
coordinación entre la Unión Europea, y América Latina y el Caribe debe
utilizarse para desarrollar esta cooperación.
25. Igualmente manifestar nuestra voluntad de dar cumplimiento y
seguimiento a los acuerdos emanados del "XX período extraordinario de
sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas dedicado a la acción
común para contrarrestar el problema mundial de las drogas".
26. Aunar esfuerzos para combatir todas las formas del crimen
transnacional organizado y actividades relacionadas, tales como el lavado de
dinero, el tráfico de mujeres, niños y migrantes, la fabricación y el tráfico
ilícitos de armas de fuego, municiones y otros materiales relacionados.
27. Fortalecer las acciones individuales y conjuntas contra el
terrorismo en todas sus formas y manifestaciones, por tratarse de actos que
erosionan la paz, el Estado de Derecho y la democracia.
28. Fortalecer las acciones individuales y conjuntas e incrementar la
colaboración entre nuestros gobiernos para hacer frente a la corrupción en sus
diversas expresiones, teniendo en cuenta los importantes instrumentos adoptados
recientemente en ambas regiones, ya que este grave problema erosiona la
legitimidad y el funcionamiento de las instituciones y representa una amenaza
para la democracia, la sociedad, el Estado de Derecho y el desarrollo.
29. Aunar esfuerzos para ampliar el diálogo, la cooperación
internacional y el intercambio de conocimientos en materia de prevención de
desastres naturales, aprovechando la experiencia del Decenio internacional para
la Reducción de Desastres Naturales de la Naciones Unidas. Aún más, las
iniciativas en este campo deberán considerar, además, las vinculaciones entre
la ayuda de emergencia, la rehabilitación y la reconstrucción bajo criterios de
desarrollo sostenible a largo plazo.
30. En este contexto, reconocer los esfuerzos desarrollados por los
Gobiernos y el pueblo de América Central para la reconstrucción y
transformación de sus países luego de la tragedia del huracán Mitch. También
adjudicamos profunda significación a la cooperación internacional para el
auxilio y reconstrucción de América Central, en particular a las contribuciones
provenientes de América Latina y del Caribe y respecto de la exitosa
implementación del plan de la Unión Europea para la reconstrucción de América
Central, así como también los esfuerzos de los Estados miembros de la Unión
Europea, alcanzando todos ellos a más de 1 000 millones de euros.
31. Fortalecer las instituciones multilaterales como instancias para la
resolución internacional de controversias y la promoción del desarrollo. En
este sentido, apoyamos en forma conjunta la intensificación de las relaciones
multilaterales, incluyendo el avance de la reforma del sistema de las Naciones
Unidas y la búsqueda de un nuevo equilibrio entre sus órganos principales, a
fin de mejorar su eficacia.
En el
ámbito económico
32. Estimular la cooperación económica internacional para promover la
liberalización integral y mutuamente beneficiosa del comercio, como una manera
de aumentar la prosperidad y combatir los efectos desestabilizadores de la
volatilidad de los flujos financieros. En este contexto, las asimetrías en el
nivel de desarrollo deben tenerse en cuenta.
33. Reafirmar nuestra convicción de que la integración regional
desempeña un papel importante en la promoción del crecimiento, en la
liberalización del comercio, el desarrollo económico y social, la estabilidad
democrática y una inserción más armoniosa en el proceso de globalización.
Particularmente destacamos nuestra voluntad para fortalecer el sistema
multilateral de comercio, el regionalismo abierto y para intensificar las
relaciones económicas entre nuestras regiones.
34. Reconocer la responsabilidad compartida para una contribución
efectiva y orientada a resultados en todos estos aspectos.
A través de nuestra nueva asociación interregional resolvemos en
particular:
35. Aunar nuestros esfuerzos para garantizar la completa y oportuna
entrada en vigencia y efectiva aplicación de los compromisos asumidos en la
Ronda Uruguay.
36. Destacar la importancia de la Organización Mundial del Comercio como
el foro principal para fomentar la liberalización del comercio y el
establecimiento de las reglas y directrices básicas para el sistema
internacional de comercio.
37. Proponer conjuntamente, en la próxima reunión ministerial de la OMC,
el lanzamiento de una nueva ronda de negociaciones comerciales de naturaleza
integral sin exclusión de ningún sector, dirigida a reducir las barreras
arancelarias y no arancelarias al comercio de bienes y servicios.
38. Reiterar nuestro firme rechazo de todas las medidas de carácter
unilateral y con efecto extraterritorial que son contrarias al Derecho
internacional y a las reglas de libre comercio comúnmente aceptadas. Concordamos
en que este tipo de práctica constituye una seria amenaza contra el
multilateralismo.
39. Promover el desarrollo adicional y la diversificación del comercio,
tomando en cuenta las negociaciones bilaterales y multilaterales futuras y en
curso, para la liberalización del comercio, tal como en el caso de la Unión
Europea con México, Mercosur y Chile, así como los futuros desarrollos en
nuestras regiones.
40. Fomentar el diálogo y estimular un clima favorable para los flujos
financieros y la inversión productiva entre América Latina y el Caribe y la
Unión Europea, en particular la promoción de inversiones conjuntas a través del
Banco Europeo de Inversiones (BEI) como también de otros instrumentos de
cooperación, como la promoción de acuerdos bilaterales de protección recíproca
de inversiones.
41. Otorgar especial atención y apoyo a los países con economías más
pequeñas, incluso por medio de incentivos para la inversión productiva. Deberán
examinarse e implementarse condiciones y medidas favorables de financiación a
fin de brindar un tratamiento justo y adecuado a los países pobres altamente
endeudados, en los foros específicos y competentes. En este sentido, acogemos
con satisfacción el acuerdo del Grupo de los siete Jefes de Estado o Gobierno
relativo a un nuevo paquete de medidas para el alivio de la deuda destinadas a
los países pobres altamente endeudados.
42. Promover un mayor contacto entre los agentes económicos y estimular
un diálogo ampliado entre los miembros de la comunidad empresarial y foros
sectoriales de ambas partes, que son importantes para las relaciones entre
nuestras regiones, y en particular para el desarrollo económico y social
sostenible.
43. Promover la cooperación en ciencia y tecnología a fin de fortalecer
las capacidades nacionales en estas áreas y contribuir a los esfuerzos para
enfrentar los problemas globales, estimular la inversión y las asociaciones
empresariales que involucren a la transferencia tecnológica y de know-how.
44. Apoyar el fortalecimiento y observancia de los derechos de propiedad
intelectual en todos los sectores como condición importante para aumentar los
flujos de comercio e inversión.
45. Promover, en el contexto de la globalización y el progreso de la
sociedad de la información, el comercio de servicios y apoyar nuevas formas de
cooperación en este sector, como factores importantes para la ampliación de los
vínculos económicos entre ambas regiones.
46. Estimular la transferencia de tecnología a fin de mejorar los
procesos y normas de vinculación económica entre la Unión Europea y América
Latina y el Caribe en las áreas de producción de bienes, comercio exterior,
infraestructura portuaria, telecomunicaciones y transporte.
47. Promover un clima favorable para pequeñas y medianas empresas cuyo
papel es importante en el contexto del desarrollo de economías de mercado
estables, a fin de ampliar los intercambios económicos y de implementar
empresas mixtas (joint ventures) entre ambas regiones.
48. Subrayar el papel decisivo de una eficiente infraestructura,
incluyendo el transporte, y los procedimientos administrativos para la
liberalización del comercio y la intensificación de la cooperación económica.
49. Fortalecer nuestra asociación en la cooperación para el desarrollo,
que ofrece una importante oportunidad para poner en práctica valores e ideales
compartidos y mutuamente beneficiosos.
50. Participar activamente, en vista de la seriedad y recurrencia de las
crisis financieras y la severidad de sus impactos a nivel nacional e
internacional, en el diseño de una nueva arquitectura financiera internacional,
a fin de permitir a ambas regiones obtener todos los beneficios de la
integración de los mercados de capital y reducir los riesgos que conlleva su
volatilidad.
51. Continuar fortaleciendo los sistemas financieros de nuestros países
y desarrollar mecanismos de regulación y control, a fin de implementar las
mejores normas y prácticas internacionales. Esto contribuirá a establecer un
sistema económico y financiero internacional dinámico y estable. Dicho sistema
asegurará la prevención de crisis futuras o, en caso de que ocurran, asegurará
su temprana identificación y su rápida y efectiva solución a fin de contener su
propagación.
52. Reconocer que la introducción del euro contribuye a fortalecer
nuestros vínculos económicos y financieros birregionales, así como el sistema
monetario y financiero internacional y a aportarle estabilidad y dinamismo.
53. Promover la participación activa de nuestros Gobiernos en las
consultas que se llevan a cabo en las Naciones Unidas, sobre las tendencias
actuales de las corrientes financieras mundiales. Los esfuerzos compartidos
para reformar el sistema financiero internacional, así como para definir e
implementar una agenda para la estabilidad financiera internacional, que
incluya la supervisión del sistema financiero global para prevenir las crisis.
En el
ámbito cultural, educativo, científico, tecnológico, social y humano
54. Reiteramos nuestro compromiso con el establecimiento de una asociación
sólida entre América Latina y el Caribe y la Unión Europea y en la esfera
educativa, cultural y humana, cimentada en los valores compartidos y en el
reconocimiento de la importancia que tiene la educación para lograr la igualdad
social y el progreso científico y tecnológico. Nos comprometemos, también, a
conducir nuestras relaciones con base en los principios de igualdad y respeto a
la pluralidad y diversidad, sin distinción de raza, religión o género,
preceptos que constituyen un medio ideal para lograr una sociedad abierta,
tolerante e incluyente, en la cual el derecho del individuo a la libertad y el
respeto mutuo se traduce en un acceso equitativo a la capacidad productiva,
salud, educación, y protección civil.
55. Coincidimos en que no hay mejor inversión que el desarrollo de los
recursos humanos, que es al mismo tiempo un compromiso de justicia social y un
requisito para el crecimiento económico de largo plazo.
56. Canalizar mayores recursos para atender las justas y urgentes
demandas sociales y para mejorar el alcance y la calidad de nuestros programas
de política social.
57. Intentar intercambiar experiencias entre nuestras dos regiones sobre
las diversas políticas sociales que aplicamos y fortalecer nuestra cooperación
en esta materia, particularmente en las áreas de salud, nutrición, educación y
empleo.
58. Destacar también la importancia de que en nuestros países se generen
empleos suficientes, bien remunerados y productivos. Para ello es fundamental
la educación y la formación profesional de los trabajadores de todas las
edades.
En particular, hemos concordado en:
59. Impulsar la recuperación, la preservación y un mejor conocimiento de
nuestros vastos acervos culturales incluyendo nuestro patrimonio y de nuestras
diversidades, como un vínculo fundamental de integración entre América Latina y
el Caribe y la Unión Europea, que permita relaciones más cercanas y duraderas
entre nuestros pueblos, y promover la creatividad cultural como un diálogo para
la paz y la tolerancia.
60. Fomentar acciones, en ambas regiones, así como en foros
multilaterales, a fin de promover la diversidad cultural y el pluralismo en el
mundo.
61. Estimular los intercambios interregionales entre actores
educacionales y culturales como uno de los medios más eficientes y eficaces para
promover la comprensión mutua, el aprendizaje y la producción cultural. El
fomento de estrechos contactos entre artistas y organizaciones en todos los
sectores culturales estimulará el respeto por la diversidad cultural y
lingüística garantizando la dignidad humana y el desarrollo social.
62. Estimular una mayor cooperación e intercambio entre las industrias
culturales y el sector audiovisual, como pilares fundamentales en la
cooperación cultural y económica, con vistas a lograr un interés incrementado
en las producciones de alta calidad.
63. Considerar el fortalecimiento de la cooperación educativa como un
reto especial, con particular énfasis en la educación básica, en la formación
profesional y en la cooperación entre las instituciones de educación superior,
incluyendo las universidades y la educación a distancia y tomando en cuenta las
necesidades particulares de nuestras sociedades. En este contexto recordamos
los exitosos programas de cooperación existentes.
64. Impulsar el acceso universal a la educación y formación profesional
como factores determinantes para disminuir las desigualdades sociales, reducir
la pobreza y alcanzar empleos mejor remunerados, asegurando la educación básica
integral para todas las personas en edad escolar y el derecho de los pueblos a
mantener su identidad cultural y lingüística; destacamos el derecho a la
educación, basado en la responsabilidad de cada país de proporcionar una
educación adecuada a todos sus ciudadanos.
65. Impulsar la investigación científica y el desarrollo técnico como
elementos fundamentales en nuestras relaciones y como condición esencial para
la exitosa inserción de los países en un mundo globalizado, que exige el avance
del conocimiento científico, su dominio y adaptación a una tecnología en constante
evolución.
66. Favorecer la innovación y transferencia de tecnología con miras a
obtener una mayor vinculación económica y técnica entre las dos regiones en los
ámbitos de la producción de bienes y servicios, comercio exterior,
infraestructura, telecomunicaciones y transportes, entre otros.
67. Manifestar nuestra satisfacción con los diversos eventos promovidos
antes y durante la Cumbre, que involucran a varios sectores de la sociedad
civil.
68. Estos compromisos solemnes son fuente de inspiración para nuestro
diálogo presente y nuestra cooperación en los foros internacionales e
interregionales, al mismo tiempo que contribuyen al establecimiento exitoso de
nuestra asociación estratégica.
69. Los participantes expresaron su profunda gratitud al pueblo y Gobierno
de Brasil por la cortesía y apoyo recibidos a fin de conducir a la Cumbre hacia
su exitosa conclusión.
Prioridades para la acción
Nosotros
los Jefes de Estado o de Gobierno de América Latina y el Caribe y de la Unión
Europea, reunidos en la ciudad de Río de Janeiro los días 28 y 29 de junio de
1999, hemos decidido avanzar en la consolidación de una asociación estratégica
de carácter político, económico, cultural y social, y de cooperación entre
ambas regiones, que contribuya al desarrollo de cada uno de nuestros países y a
lograr mejores niveles de bienestar social y económico para nuestros pueblos,
aprovechando las oportunidades que ofrece un mundo cada vez más globalizado, en
un espíritu de igualdad, respeto, alianza y cooperación.
Concordamos
en que las prioridades para la acción se basan en un compromiso común con la
democracia representativa, el Estado de Derecho, la gobernabilidad, el
pluralismo y el desarrollo social, incluyendo la distribución más equitativa de
la riqueza y las oportunidades, así como en una integración armónica a la
economía global.
Hemos
decidido, asimismo, reforzar el diálogo entre gobiernos, a todos los niveles, y
con las organizaciones de la sociedad civil, a fin de asegurar la consecución
de los objetivos de desarrollo y el fortalecimiento del Estado de Derecho en
ambas regiones. En este contexto, mejoraremos los mecanismos para garantizar el
cumplimiento de las disposiciones legales en ambas regiones, así como la
transparencia y rendición de cuentas, especialmente en el uso de los recursos
públicos.
Hemos
decidido, además, que el grupo birregional de altos funcionarios, establecido
por la Declaración de Río de Janeiro, supervisará las acciones contenidas en
este documento.
Teniendo en
cuenta lo mencionado así como los principios y compromisos contenidos en la
Declaración de Río de Janeiro, promoveremos las siguientes prioridades para la
acción:
En el ámbito político
1. Impulsar una cooperación más estrecha y el intercambio de puntos de
vista en los foros internacionales sobre asuntos de interés común. Trabajar
conjuntamente en el mejoramiento de la capacidad de la Organización de las
Naciones Unidas para atender de manera cada vez más eficaz a sus tareas en el
nuevo milenio, con pleno respeto a los propósitos y principios de la Carta y la
Declaración Universal de los Derechos Humanos adoptada por las Naciones Unidas
hace 50 años. Coordinaremos esfuerzos birregionales para garantizar que la
Asamblea del Milenio se desarrolle de tal manera que la Organización sea
fortalecida.
2. Formular programas de cooperación orientados a fortalecer aún más la
protección y promoción de los derechos humanos, así como programas de
capacitación para apoyar a las oficinas e instituciones de derechos humanos,
entre otras las encargadas de proteger los derechos de los grupos más
vulnerables de la sociedad. Apoyamos programas de capacitación específicos
destinados a impulsar acciones concretas en este campo. Asimismo, promoveremos
programas de difusión del derecho humanitario.
3. Diseñar y poner en marcha programas conjuntos y adoptar medidas
nacionales para prevenir y combatir la xenofobia, las manifestaciones de
racismo y otras formas conexas de intolerancia, así como impulsar la promoción
y protección de los derechos de los grupos más vulnerables de la sociedad, en
especial los niños, los jóvenes, los incapacitados, las poblaciones indígenas y
los trabajadores migratorios y sus familias.
4. Adoptar programas y proyectos en las doce áreas prioritarias identificadas
en la cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer (Beijing, 1995), mediante
mecanismos de cooperación financiera y técnica, previa identificación de las
acciones de interés común con dimensión birregional. La perspectiva de género
será tomada en cuenta como base en todos los programas de cooperación.
5. Trabajar con miras a la modernización de la estructura de nuestros
respectivos Estados, en especial con respecto a los sistemas electorales, la
administración de justicia, los sistemas tributarios y las políticas
presupuestarias, como mecanismos para la redistribución de la riqueza y de los
ingresos generados por el desarrollo económico. Estimularemos el diálogo sobre
esta materia.
6. Invitar a los actores de la sociedad civil a participar en la implementación
de iniciativas conjuntas entre América Latina y el Caribe y la Unión Europea.
Por ello, consideramos a la cooperación entre el sector público y la sociedad
civil de manera positiva y reconocemos el papel relevante de los programas de
cooperación descentralizada. Concordamos en cooperar estrechamente e
intercambiar conocimientos y experiencia en el área de la reforma del sistema
de seguridad social.
Fomentar contactos parlamentarios entre ambas
regiones.
7. Dar la bienvenida en particular a las actividades de los varios foros
en el contexto de la preparación de la Cumbre.
8. Recordando las exitosas conferencias sobre medidas de fomento de la
confianza y de la seguridad, destacar la necesidad de continuar manteniendo el
diálogo periódico sobre estos temas entre la Unión Europea y el Grupo de Río.
9. Promover la firma o ratificación de los instrumentos en materia de
desarme y prohibición de ciertas armas especialmente crueles, incluyendo las
convenciones sobre armas químicas y armas biológicas; el Tratado de No
Proliferación de Armas Nucleares (TNP), el Tratado para la Prohibición Completa
de los Ensayos Nucleares (TPCEN). Además, apoyaremos las negociaciones en
curso, en particular en la Conferencia del desarme.
10. Expresar nuestro beneplácito por la entrada en vigor, a partir del 1
de marzo de 1999, de la Convención de Ottawa sobre la prohibición del uso,
almacenamiento, producción y traslado de minas terrestres antipersonal y su
destrucción, y enfatizar la importancia de la plena y rápida implementación de
la Convención. Exhortamos a todos los países a aunar esfuerzos para lograr la
total eliminación de las minas terrestres antipersonal en todo el mundo y
concordamos en asignar alta prioridad a los esfuerzos para mitigar el
sufrimiento y la destrucción causados por su uso.
11. Continuar brindando cooperación técnica y financiera por medio de
programas de acción sobre minas terrestre antipersonal, con especial atención
hacia los países centroamericanos.
12. Enfatizar que la combinación de conflictos con la diseminación sin
control de armas pequeñas representa un serio reto para la comunidad
internacional. En este sentido, acogemos con beneplácito la acción conjunta de
la Unión Europea para el combate a la acumulación y propagación
desestabilizadora de armas pequeñas y armamento ligero, así como la Convención
interamericana para combatir la producción y el tráfico ilícitos de armas de
fuego, municiones, explosivos y otros materiales relacionados, y destacamos
nuestra determinación de colaborar estrechamente en esta área.
13. Cooperar en la lucha contra el crimen transnacional organizado y las
actividades criminales conexas, trabajar paraa la elaboración de instrumentos
contra la corrupción, así como para promover activamente la implementación de
las convenciones internacionales sobre la materia e incmentar, además, la
colaboración entre nuestros gobiernos.
14. Intensificar la cooperación internacional para combatir al
terrorismo, con base en los principios establecidos en el marco de la
Organización de las Naciones Unidas. Con esta finalidad, trabajaremos
conjuntamente para avanzar en la firma y ratificación de las convenciones y
protocolos de la ONU y para fortalecer el marco legal internacional en la
materia, apoyando la elaboración de instrumentos para combatir al terrorismo.
15. Apoyar proyectos para la conservación y el uso sostenible de los
recursos naturales, especialmente aquellos que contribuyan a la superación de
la pobreza, la marginación y la exclusión social, a la modificación de los patrones
de producción y consumo, y al fomento de la conservación de la diversidad
biológica. Otorgaremos especial importancia a la promoción de los sectores
susceptibles de generar empleo productivo.
16. Reafirmar nuestros compromisos con relación a la implementación de
la Convención de Río sobre cambio climático, biodiversidad y desertificación y
promover acciones orientadas a la pronta aplicación del mecanismo de desarrollo
limpio previsto en el Protocolo de Kioto. Resolvemos cooperar e intercambiar
experiencias en el área de la preservación de los bosques en todo el mundo por
medio de la adecuada explotación económica, de conformidad con los principios
del desarrollo sostenible. Se brindará especial atención a proyectos
concernientes a un uso más racional de la energía, el desarrollo de fuentes de
energía renovable y la solución de los problemas de la contaminación industrial
y urbana. Resolvemos intercambiar experiencias en el área de la pérdida de
productividad del suelo y el manejo de los ecosistemas áridos. Destacamos la
exitosa cooperación entre la Unión Europea y el Gobierno brasileño para
implementar el "programa piloto internacional para conservar los bosques
tropicales brasileños", como una alianza estratégica promisoria.
Subrayamos la importancia de la educación para la protección ambiental en la
implementación de la Agenda 21 y concordamos en cooperar estrechamente en este
sentido.
17. Poner en marcha programas de cooperación en materia de desastres
ambientales y naturales, con el fin de contribuir a mejorar la capacidad de los
países más vulnerables de ambas regiones para prevenir y enfrentar los
desastres; establecer un sistema adecuado de aprovechamiento de la ayuda
internacional en las fases de prevención, alerta temprana, emergencia,
mitigación, rehabilitación y reconstrucción. Esta cooperación incluirá la
elaboración de un directorio de organizaciones nacionales de protección civil,
la elaboración de un inventario de recursos existentes en materia de auxilio en
caso de desastre, así como la preparación de un manual de directrices para la
cooperación internacional en casos de desastres.
18. Impulsar la plena aplicación de los objetivos de la década
internacional para la reducción de desastres naturales; de los programas de
preparación, mitigación y prevención de desastres del departamento para la
ayuda humanitaria de la Comunidad Europea (EC Dipecho), ejecutados en América
Central y el Caribe.
19. Apreciar el papel activo que la sociedad civil está desempeñando
para la ayuda y la reconstrucción de América Central, tal como fue reconocido
en la Declaración de Estocolmo del 28 de Mayo de 1999.
20. Apoyar la implementación contemplada en el plan de acción global de
Panamá en materia de drogas entre la Unión Europea y América Latina, incluyendo
la cooperación interregional con el Caribe como parte importante de las
prioridades para la acción.
21. Celebrar los resultados de la XIV Conferencia Interparlamentaria
Unión Europa-América Latina (16-18 de marzo de 1999), en particular el mensaje
relativo al Instituto para las Relaciones entre Europa y Latinoamérica (IRELA),
y considerar las recomendaciones de los parlamentarios de ambas regiones al
respecto.
En el ámbito económico
22. Promover acciones conjuntas de cooperación económica internacional.
En el ámbito de la Organización Mundial del Comercio, aseguraremos el pleno
cumplimiento de los compromisos de la Ronda Uruguay y concordamos en el
lanzamiento de una nueva ronda de negociaciones comerciales multilaterales,
integral y de beneficio mutuo.
23. Fortalecer nuestras relaciones económicas y comerciales,
aprovechando plenamente los acuerdos comerciales existentes entre nuestras
regiones y trabajando para la adopción de nuevos acuerdos.
24. Celebrar consultas de alto nivel para intercambiar puntos de vista y
concertar posiciones en los esfuerzos multilaterales, en los foros apropiados,
incluyendo a aquellos en el sistema de las Naciones Unidas, orientados hacia el
establecimiento de mecanismos que promuevan un sistema económico y financiero
global estable y dinámico, como una manera de prevenir las crisis futuras y, en
caso de producirse, asegurar su rápida y efectiva solución.
25. Formular, en el marco de estas consultas, propuestas de cooperación
birregional dirigidas a fortalecer los sistemas financieros nacionales y
desarrollar mecanismos de supervisión y regulación a fin de implementar las
mejores normas y prácticas internacionales.
26. Crear programas específicos para apoyar a los países de menor
desarrollo económico relativo mediante el establecimiento de foros de
capacitación, estimulando la inversión productiva y condiciones adecuadas de
financiamiento, incluyendo medidas nacionales y globales efectivas para
resolver los problemas generados por niveles excesivos de deuda.
27. Instar a las comunidades empresariales de América Latina y el Caribe
y de la Unión Europea a reunirse periódicamente en un foro empresarial, con el
fin de analizar asuntos de interés común y, cuando sea el caso, presentar
conclusiones y recomendaciones para la consideración de los gobiernos. Dicho
foro, cuyo punto de partida podría ser la promoción de redes electrónicas
birregionales de asociaciones empresariales, podría enriquecerse con las
iniciativas existentes, tales como el Foro Empresarial Mercosur/Unión Europea y
el Encuentro Empresarial Multisectorial AL-Partenariat 99 Unión
Europea-México-Centroamérica.
28. Promover un programa birregional de capacitación gubernamental y
empresarial para el fomento de la competitividad en los negocios y la capacidad
negociadora de los empresarios, así como para la búsqueda de soluciones
efectivas en materia de facilitación de negocios.
29. Impulsar la celebración de acuerdos bilaterales de promoción y
protección recíproca de inversiones y convenios para evitar la doble
tributación y estimular las iniciativas destinadas a facilitar e incrementar
las inversiones entre ambas regiones.
30. Promover programas y mecanismos para apoyar a las pequeñas y
medianas empresas en materia de financiamiento, incluyendo un mejor acceso a
las garantías financieras y capitales de riesgo, capacitación gerencial,
tecnología y cooperación interempresarial, con el fin de elevar su
competitividad y lograr una mejor inserción en los mercados internacionales. En
particular, fomentar inversiones conjuntas para el establecimiento de empresas
en ambas regiones.
31. Invitar al Banco Europeo de Inversiones (BEI) a considerar la
posibilidad de reforzar y ampliar sus actividades en América Latina y el Caribe
y estimular la cofinanciación entre las instituciones financieras europeas y
las de América Latina y el Caribe.
32. Apoyar el desarrollo de las capacidades nacionales para el
fortalecimiento y la protección de los derechos de propiedad intelectual en
todos los campos, de acuerdo con las reglas establecidas en el marco de la OMC,
como condición importante para el aumento de los flujos de comercio e
inversión.
33. Establecer un diálogo para el estudio sobre normas y certificaciones
basadas en los actuales acuerdos sobre barreras técnicas al comercio.
Examinaremos la posibilidad de preparar negociaciones tendentes a lograr
acuerdos bilaterales de reconocimiento mutuo de normas técnicas.
34. Establecer un diálogo para promover la cooperación aduanera y la
armonización de nomenclaturas, especialmente en el área de la capacitación, la
elaboración de bases de datos y redes de expertos, así como formular propuestas
de posibles acuerdos de cooperación bilateral sobre la materia.
35. Alentar la cooperación y la inversión para el desarrollo del turismo
en ambas regiones. Otorgamos especial atención al desarrollo y fomento del
turismo sostenible, de acuerdo con la necesidad de contribuir a la conservación
y manejo de la rica biodiversidad de nuestras regiones. La activa participación
de las comunidades locales e indígenas, la administración local y el sector
privado en el desarrollo sostenible del turismo contribuye a las economías
locales y regionales.
36. Reforzar los programas de cooperación en el sector de la energía
alternativa y del ahorro de energía, especialmente la cooperación
descentralizada: programa de inversión de la Comunidad Europea (ECIP), programa
marco de cooperación industrial y de promoción de las inversiones en América
Latina (AL-Invest), América Latina-Utilización Racional de la Energía (ALURE).
También continuaremos apoyando los programas relevantes.
37. Impulsar programas de cooperación en materia de infraestructura,
incluyendo los transportes y procedimientos administrativos para la
liberalización del comercio y la intensificación de la cooperación económica.
38. Asegurar un marco legal de disposiciones de alta calidad para la
protección del consumidor y el diálogo entre los actores sociales; estimular la
plena implementación de las convenciones internacionales en materia laboral.
En el ámbito cultural, educativo, científico,
tecnológico, social y humano
39. Acordar la aplicación de programas en las áreas de salud y educación
a fin de combatir la marginación, la exclusión social y la pobreza extrema.
Deberá prestarse suma atención a la implementación de las recomendaciones de la
Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social de 1995 y la preparación de la sesión
extraordinaria de la Asamblea General en junio de 2000 para el seguimiento de
la Cumbre.
40. Fortalecer la cooperación en los campos de la educación primaria,
secundaria y superior y diseñar programas birregionales de apoyo a políticas
compensatorias de educación que contribuyan a mejorar la calidad de la
educación y la capacitación docente, así como la formación de recursos humanos,
con especial énfasis en la formación vocacional y en la utilización de nuevas
tecnologías aplicadas a la educación. Destacamos los continuos y exitosos
esfuerzos de las partes en las últimas décadas a fin de fomentar la cooperación
también por medio de escuelas bilingües y biculturales.
41. Apoyar decididamente la cooperación birregional en el sector
universitario para incrementar las becas a estudiantes e investigadores de
todos los niveles, así como para ampliar los estudios de postgrado en ciencia y
tecnología, industria y negocios, la movilidad de académicos y estudiantes y
los procesos de acreditación de programas y reconocimiento de títulos. Podemos
referirnos a una admirable historia de cooperación en el sector universitario,
en particular la "América Latina Formación Académica" (ALFA). En
ambos lados hemos otorgado innumerables becas para estudiantes e investigadores
de todos los niveles. Estos proyectos serán ampliados en el futuro.
42. Promover la cooperación para mejorar el aprovechamiento de las
posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías e instrumentos, tales como la
educación a distancia, con el objeto de integrarles a los esquemas de educación
nacional, particularmente para aquellas personas y grupos sociales que no
tienen acceso a ellas.
43. Otorgar especial cuidado a la promoción de los derechos de las
minorías, y a la implementación de esquemas de capacitación que otorguen valor
a las identidades lingüísticas y culturales. Concordamos en promover la
cooperación tendente a ampliar las oportunidades de capacitación de poblaciones
indígenas para participar en la planificación e implementación de programas de
desarrollo social y económico.
44. Incorporar en los programas educativos contenidos orientados a
difundir nuestro patrimonio cultural tangible e intangible, identificando
proyectos de cooperación entre las dos regiones y tomando en consideración la
oferta cultural existente en ambos lados del Atlántico.
45. En este sentido, a fin de dar visibilidad y renovar el diálogo
cultural entre nuestras regiones, considerar el establecimiento de un foro
cultural Unión Europea y América Latina y Caribe.
46. Implementar programas para promover las identidades culturales y
lingüísticas, sensibilizando a la población sobre su importancia y sobre la
necesidad de su preservación. Promoveremos, en particular, la investigación en
el campo de la antropología y la cultura, el intercambio de peritos y la
transmisión de técnicas de conservación.
47. Concordar asimismo en continuar brindando apoyo apropiado a
instrumentos orientados a la comunidad, tales como la "Urbs América
Latina" (URBAL).
48. Promover el establecimiento de una iniciativa conjunta en el campo
de la sociedad de la información en ciertas cuestiones prioritarias (por
ejemplo, comercio electrónico, tecnologías industriales y telecomunicaciones,
medio ambiente, salud, servicios sociales y educación). Estimular una mayor
cooperación en el área de las producciones audiovisuales, cinematográficas y de
medios electrónicos así como la organización y clasificación de archivos y
publicaciones.
49. Apoyar la labor realizada por el Grupo de trabajo de cooperación
científica y tecnológica Unión Europea-América Latina y los Acuerdos derivados
de la IV y V Conferencias birregionales celebradas en junio y octubre de 1998 en
Madrid y Guatemala, respectivamente. En este sentido, estableceremos un grupo
de trabajo de representantes de ambas regiones para discutir y brindar
asesoramiento sobre la mejor manera de obtener beneficios, en lo que concierne
a la cooperación científica y técnica futura entre la Unión Europea y América
Latina y el Caribe, de las posibilidades ofrecidas en el quinto programa marco
de la Comunidad Europea para la investigación, desarrollo tecnológico y
actividades de demostración, particularmente por medio de acuerdos de
cooperación, teniendo en cuenta las características y capacidades de los países
concernidos, así como también la importancia estratégica de este sector en
nuestra nueva asociación birregional.
50. Promover y facilitar iniciativas para la cooperación y el
intercambio en materia de ciencia y tecnología. Especial atención deberá
otorgarse a la vinculación entre los procesos productivos y las labores de
investigación científica y tecnológica, incluyendo los aspectos ecológicos que
ejercen un efecto positivo sobre el desarrollo sustentable de ambas regiones y
su medio ambiente.
51. Otorgar prioridad constante al fomento de centros de excelencia por
medio de redes transregionales que abarquen las instituciones de naturaleza
académica, científica y tecnológica. Dentro de este marco, nos comprometemos a
fomentar el intercambio de conocimientos, la cooperación en iniciativas
conjuntas y la movilidad de estudiantes e investigadores entre instituciones equivalentes
de las respectivas regiones. Destacamos también la importancia de la
cooperación entre universidades en las áreas humana, social y científica y la
necesidad, entre otras, de un punto focal para la investigación y la
capacitación conjunta de personal altamente calificado, particularmente en
asuntos relacionados a los procesos de desarrollo e integración.
52. Estimular a los institutos europeos y a las instituciones para la
integración (Brujas, Florencia y Maastricht) y a la red de instituciones académicas
de todos los Estados miembros de la Unión Europea y de los países de América
Latina y el Caribe, a apoyar actividades relacionadas con la investigación,
estudios de postgrado y la capacitación en el área de integración.
53. Fortalecer políticas de integración regional y el desarrollo de los
mercados internos como factores fundamentales de crecimiento y estabilidad.
Para ese fin, apoyaremos la adopción de políticas comunes y de enfoques
sectoriales coordinados, con miras a obtener el máximo provecho de las
políticas actuales y futuras de liberalización del comercio. Se dará especial
atención al combate a los carteles y a la creación de estructuras jurídicas y
fiscales adecuadas.
54. Continuar apoyando los objetivos y actividades de instituciones
regionales, como el Centro de Formación para la Integración Regional (CEFIR) en
Montevideo, para la capacitación de los profesionales de los sectores públicos
y privados y de las futuras generaciones, reforzando capacidades especializadas
en áreas tales como análisis, capacitación y gestión de procesos de
integración.
55. Para asegurar el uso más eficiente de los recursos financieros
disponibles y maximizar la complementariedad y la sinergia existentes,
concordar en la especial importancia del principio de
"subsidiariedad" y en la necesidad de reforzar la cooperación de
todas las partes.