Revista de Relaciones Internacionales Nro. 6

Un escenario (pos) histórico? para el conflicto del Karabaj

Alejandro SIMONOFF(*)

(*) Profesor y Licenciado en Historia, Profesor Ayudante de Historia General VI (Siglo XX) en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la UNLP, Miembro del Departamento de Europa del Instituto de Relaciones Internacionales.

A. El escenario

En el presente trabajo nos limitaremos a bosquejar una crítica con respecto a la teoría de Fukuyama sobre el fin de la historia (2) y como opera al contacto con nuestro caso -en el que tenemos como foco de análisis el conflicto entre las repúblicas de Armenia y Azerbaiján por el enclave de Alto Karabaj. Motivo por el cual no argumentaremos otras cuestiones ya planteadas.

La creciente proliferación de conflictos pone en duda la pretensión de finiquitar la historia. El pensamiento occidental, y más precisamente desde la Ilustración, ha tenido la pretensión de superar a la historia y al conflicto entre los hombres a través de los más variados elementos: la mano invisible del mercado, el Estado como realización de la Idea o la sociedad comunista futura.

Dentro de estas pretensiones que acabamos de describir, la idea del pensador neoconservador, Francis Fukuyama, no es ajena a esta tradición. Pero al ponerla en contacto con otras explicaciones y con la realidad deja dudas, no sólo desde la teoría misma, como construcción, sino también desde el plano empírico.

Para ello analizaremos la tesis central de sus trabajos -el tan mentado fin de la historia-, luego el análisis que hace de nuestro tema, basándonos para ello en las lecturas de Castoriadis, Baudrillard y Hobsbawn (3).

En el caso de su tesis central, está basada en una particular lectura de Hegel y Kojévé, determina el fin de la historia, fundamentado en la desaparición del conflicto, por el triunfo de la democracia y la teoría de mercado. El declara que el momento actual: «...puede ser no sólo el fin de la Guerra Fría....sino el fin de la historia como tal: esto es, el punto final de la evolución de la humanidad y la universalización de la democracia liberal occidental como la forma final de gobierno humano...el liberalismo es el ideal que gobernará el mundo material en el largo plazo.» (4)

Una cuestión es reconocer como lo hace Andreas Huyssen los cambios del mundo actual cuando dice que «...La profundidad y naturaleza de tal transformación pueden ser objeto de debate, pero es preciso reconocer que se trata de una transformación.»(5) Pero ello no implica que aceptemos los puntos establecidos por Fukuyama que por lo menos no son suficientes para explicar al mundo actual.

Para nuestro autor esta situación genera la falta de alternativas: «No hay lucha o conflicto sobre 'grandes' temas y, por ende, no hay necesidad de generales ni estadistas: lo que queda es primariamente actividad económica...»(6)

Es decir, la era poshistórica, en la que pretende embarcarnos este pensador americano, es una etapa «sin conflicto» que se mueve dentro de un espacio lineal del tiempo. Siguiendo la receta trazada por la dialéctica hegeliana (Tesis, Antítesis y Síntesis) establece una evolución que recorre el liberalismo decimonónico, como tesis, los enfrentamientos con el «bolchevismo y el fascismo, y finalmente con un marxismo puesto al día...», como antítesis, hasta llegar al supuesto triunfo del liberalismo occidental que imperaría en el Nuevo Orden Mundial, como síntesis (7).

Este planteo puede ser abordado desde dos perspectivas, la de pensadores contemporáneos como Baudrillard y Castoriadis. El primero plantea la transfiguración del acontecimiento y de toda proyección pasada o futura: la acción de los medios lo hace estallar en mil fragmentos y los coloca en un lugar no-lineal, en un vacío. En todo caso la «muerte» no indica desaparición sino «una epidemia de simulación, transferencia a la existencia secundaria de la simulación». No hay fatalidades sino modo fractal de dispersión» (8). O como señaló recientemente: «...la historia, el sentido, el progreso ya no consiguen encontrar su velocidad de liberación. Ya no consiguen desgajarse de este cuerpo demasiado denso que frena su trayectoria, que frene el tiempo hasta el punto de que, a partir de ahora, la percepción, la imaginación del futuro, se nos escapan.»(9) Otro punto es la supuesta armonía existente entre democracia y mercado en el planteo fukuyamiano. Esto lo podemos contestar desde la óptica de Castoriadis cuando señala que: «...no podemos olvidar que no hay libertad política sin igualdad política y que ésta es imposible cuando desigualdades gigantescas de poder económico, traducido directamente en poder político, existen y se acentúan». Llegando a la conclusión de que no por ello hay que terminar aceptando «el poder omnímodo del dinero ni creer en la 'racionalidad' de una economía que nada tiene que ver con un verdadero mercado y que se va pareciendo cada vez más a un casino planetario.»(10)

Es decir, que a pesar de que la democracia de masas y el capitalismo se han desarrollado conjuntamente, esto no significa que no existan tensiones entre ambos, y sobre todo si la primera tienen la capacidad de recoger los conflictos sociales y cambiarlos, no entendiendo a esta como el producto legitimador de aquel.(11)

Tras el fin de la historia de Fukuyama el mundo queda dividido en dos, es «...un mundo bifurcado... en lo que yo he llamado partes históricas y poshistóricas. Cada parte jugará con reglas completamente diferentes: la economía dominará la última, mientras que medidas tradicionales de poder militar reinarán en la primera.»(12) Poniendo al mercado mundial como eje de la racionalidad de los tiempos pero como si sostiene Castoriadis, éste cada vez se parece más a un casino (es decir donde prima el azar y no la racionalidad), las alternativas políticas, filosóficas, históricas no desaparecerían del mundo.

Qué sociedades entran en cada una de estas alternativas? En las sociedades poshistóricas están «...los estados más grandes y desarrollados del mundo, que después de todo representan la mayor parte de la política mundial.» En cambio «...el grueso del Tercer Mundo permanece trabado en la historia, y será terreno de conflicto por muchos años.»(13)

Tal vez como dice Baudrillard: «No nos libraremos de lo peor, es decir que la Historia no tendrá fin, puesto que los restos, todos los restos - la Iglesia, el comunismo, la democracia, las etnias, los conflictos, las ideologías-, son indefinidamente reciclables. Lo fantástico es que nada de lo que se creía recuperado por la historia ha desaparecido realmente, todo está allí, dispuesto a resurgir, todas las formas arcaicas, anacrónicas, intactas e intemporales, como los virus en lo más hondo de un cuerpo. La historia sólo se ha desprendido del tiempo cíclico para caer en el orden de lo reciclable.»(14)

 

1. FIN DE LA HISTORIA Y LOS NACIONALISMOS

Ante la proliferación actual de los conflictos que alejan a muchas sociedades de vivir en el mundo poshistórico que «con más democracias será más pacífico y próspero que uno con pocas...»(15) El autor queda perplejo ante la realidad actual cuando en un artículo reciente señala: «El resultado irónico es que mientras el mundo se esta uniendo a través de la tecnología de las comunicaciones, esta siendo regionalizado y desconectado políticamente por la ausencia de una revalidad mundial de grandes potencias.»(16)

Aunque inmediatamente se corrige diciendo: «la mayoría de estos conflictos, como los de Transcaucasia y Asia central, pueden y han sido ignorados sin riesgos por el mundo de afuera... el temor, que Bosnia mine la tolerancia y la democracia en Europa del Este, esta basado en la ola de violencia antiinmigratoria en Alemania, Italia, Francia y más recientemente Austria... último temor se relaciona con la debilidad de las instituciones internacionales para tratar la guerra en Yugoslavia... No es evidente que organizaciones ultinacionales o nacionales pueden intervenir efectivamente y a un costo razonables en muchos conflictos étnicos y/o civiles en su naturaleza...»(17)

Siguiendo la división establecida por él, Europa sería una sociedad histórica ya que no logra alejarse del realismo y la política, y nadie puede negar que el triunfo del mercado y la democracia allí.

En los países como Armenia y Azerbaiján que se encaminan hacia esta situación vemos como la teoría no logra explicar, o mejor dicho hay demasiados puntos oscuros en ella. No habrá que pensar que los hechos que ocurren hoy son: «...los residuos de la historia -residuos triturados en los que flotan todos los fantasma étnicos, lingüísticos, feudales e ideológicos de las sociedades pretéritas.»(18)

Los nacionalismos caucásicos, como ya lo expresamos en otro lugar, durante la época zarista, estaban muy poco desarrollados, y que recién, con la llegada de la revolución, y particularmente con la dotación de un territorio específico y delimitado, empezaron a surgir los problemas territoriales entre ellos, de allí que los nacionalismos crecieron y a la vez fueron contenidos por la sombra del régimen soviético. Y, ante los cambios surgidos en el Centro pudieron tomar alguna autonomía y la construcción de un «Otro», exterior o interior, central para la ideología nacionalista.

Fukuyama explica al nacionalismo por una identificación por un deseo de reconocimiento: «El deseo de reconocimiento puede adoptar una serie de formas irracionales antes de transformarse en un reconocimiento igual, como las que indicamos con las amplias excepciones de religión y nacionalismo. La transición nunca es suave... el surgimiento y duración de una sociedad que encarne el reconocimiento racional parece requerir la supervivencia de ciertas formas de reconocimiento irracional, paradoja a la que Kojévé no prestó merecida atención.»(19)

Esta explicación nos parece, por lo menos superficial, ya que no reconoce matices ni espesor histórico para justificar su surgimiento actual (20).

Si bien es cierta la afirmación que hace con respecto a que «...no es claro que el nacionalismo represente una contradicción irreconciliable con el liberalismo. En primer lugar, el nacionalismo no es un solo fenómeno sino varios, que van desde una suave nostalgia a la doctrina altamente organizada y elaboradamente articulada del nacional-socialismo. Sólo el nacionalismo sistemático de este último tipo puede calificarse como una ideología formal en el nivel del liberalismo o el comunismo. La gran mayoría de los movimiento nacionalistas del mundo no tienen un programa político más allá del deseo negativo de independencia de algún otro grupo o pueblo, y no ofrecen una agenda de organización socioeconómica de ningún tipo.» (21)

B. La dimensión (pos) histórica (?) del conflicto

No es clara la definición que nos da de conflicto -que por otra parte es central en su argumentación-, nos habla solamente de la desaparición de los «grandes temas», pudiendo suponer que existe una vinculación entre este concepto y el de guerra. No percibiendo en este caso los cambios señalados por Baudrillard cuando sostiene: «...Después de la guerra caliente (la violencia del conflicto), después de la guerra fría (el equilibrio del terror), aquí aparece la guerra muerta -descongestión de la guerra fría- que nos deja aferrados -al cadáver de la guerra, y la necesidad de administrar este cadáver en descomposición... La guerra ha entrado en una crisis definitiva...» (22)

Estaríamos frente a una no-guerra que «...se caracteriza por esta forma deteriorada (dégénérée) de la guerra que es la manipulación y la negociación de rehenes. El rehén y el chantaje son los productos más puros de la disuasión. El rehén ha tomado la plaza del guerrero. Ha llegado el actor principal, el protagonista del simulacro, más bien -en su inacción pura- el protagonista de la no-guerra... El rehén es el actor fantasma, la figura que ocupa el espacio impotente de la guerra. Hoy, es el rehén sobre un lugar estratégico, mañana el rehén como regalo de navidad, el rehén como valor de cambio y como liquidación...» (23)

La no-guerra como valor de cambio y el chantaje son los nuevos sujetos que la llevan a Baudrillard a una importante redefinición:

«Publicitaria, especulativa, virtual, esta guerra no responde de hecho a la formula clausewitsiana de la política continuada por otros medios; responde más bien a la ausencia de política continuada por otros medios. La no-guerra es un test terrible para el status y la incertidumbre de la política, así como el crack bursátil (el universo especulativo) es un test crucial para la economía y la incertidumbre de los juegos económicos, así como no importa cuál acontecimiento es un test terrible para la incertidumbre y los juegos de información...» (24)

Esta inversión de la fórmula clausewistseana es significativa porque hecha por tierra mucho de la tradición moderna de la guerra.

Para Fukuyama, que no percibe estos cambios, el momento actual puede ser definido así: «Habrá un nivel alto y tal vez creciente de violencia étnica y nacionalista, ya que estos impulsos no están completamente agotados, incluso en partes del mundo poshistórico. Palestinos y kurdos, sikhs y tamiles, católicos irlandeses y valones, armenios y azeríes, van a seguir con sus enfrentamientos irresueltos...» (25)

C. El residuo: lucha por el Karabaj

Si acordamos con Baudrillard este conflicto, como muchos otros que suceden en la actualidad, es un residuo por el carácter reciclable de la historia actual, pasaremos inmediatamente a su caracterización.

Las cuatro cuestiones establecidas por Hobsbawn para explicar el por qué del surgimiento de los nacionalismos se cumplen, como lo demostramos en el trabajo citado. (26)

La desintegración del poder central de Moscú, no sólo alimentó las tentaciones hegemónicas regionales de Irán y Turquía, sino que obligó a las naciones de la región a buscar alguna fórmula de autopreservación. La pérdida relativa del poder ruso en la región, intenta ser cubierta por otras potencias regionales como Irán y Turquía, que para el caso de Azerbaiján, puede ser beneficioso, pero no así para Armenia que sustenta una religión distinta, de allí la necesidad de ésta por mantener la presencia rusa, en un intento de volver a una especie de «pax soviética». Aunque desde el punto de vista económico, a pesar de los intentos, es muy difícil para estas naciones salir del área del rublo.

El carácter xenofóbico del nacionalismo étnico, que en las actuales disputas, además del aspecto territorial, más que guerras de etnias o naciones son guerras religiosas, y lo demuestra la escasa tolerancia para la convivencia de diferentes culturas dentro de la misma estructura política. Que a diferencia de Occidente donde como Lefort señala lo teológico y lo político se entremezclan para dar forma a la sociedad de una manera encubierta en el sistema político, de la ciencia, de la economía aquí tiene un cariz marcadamente teológico. En el caso de Armenia, Azerbaiján por el Karabaj, esto es más que evidente.

El nacionalismo sustituyó a los «complicados programas políticos», como se observa en los programas y manifiestos de los diferentes Frentes Populares, todos sin excepción rescataban las cuestiones teológicas como eje de sus reivindicaciones políticas. Pero bueno es aclarar que en la actualidad «ninguna estructura de ningún nivel <es> capaz de llevar a la práctica programa alguno.» (27)

La búsqueda de antiguas relaciones sociales frente a la inestabilidad e inseguridad de las actuales, marca la violencia con el que se desarrollan las disputas que llevan casi 7 años de ininterrumpida lucha. (28)

En este texto no analizaremos el desarrollo de los acontecimiento como una forma unitaria sino a partir de la acción de los distintos sujetos durante los últimos años. A los sujetos los hemo agrupados en tres grupo: las naciones involucradas (Armenia y Azerbaiján), las potencias en puja (EEUU, Irán, Rusia, Turquía) y los Organismos intervinientes (fundamentalmente el Consejo de Seguridad de la ONU -CS- y la Conferencia de la Seguridad y Cooperación Europea -CSCE-).

1. Las naciones:

Este conflicto vuelve como los residuos en esta instancia de nuestra historia como un reciclaje de un problema que fue creado y congelado durante la «pax soviética» que despierta un sentimiento antiguo de unir al pueblo armenio. Desde su inicio en 1987 hasta la actualidad, éste ha ido tomado una gravedad inusitada. En el último año desde el punto de vista militar se resolvía a favor de Armenia, ya que los karabaijíes tomaron el control de la región, el ístmo terrestre que lo separa de aquella, y las tierras orientales próximas -como la importante ciudad de Agdam entre ellas- totalizando un 25 % del territorio azerí. Esto se debe al carácter más sólido de la doctrina militar armenia (basada en la conscripción universal, entrenamiento y disciplina a la «israelí» e integración de los grupos paramilitares en el ejercito regular) frente a la de Azerbaiján (no se muestra única ya que posee 7 unidades paramilitares que responden a diversos movimientos políticos) (29).

Desde el punto de vista político, Armenia vive en un clima de estabilidad política tendiente a la construcción del nuevo estado, dando lugar a un debate sobre las características de la nueva constitución para el país (30). Como contraposición habría que pensar en la posibilidad de que los karabaijíes tomen una forma propia y distinta de los armenios, aunque para ello no contamos con los datos suficientes para analizar esta situación.

Económicamente Armenia atraviesa una difícil situación debido al bloqueo económico impuesto por Azerbaiján, que afecta tanto a su comercio, su industria, su agro, influyendo en el nivel de vida de la población.

En cambio en esta última nación, el revés militar ha tendido en Azerbaiján como consecuencia fuertes divisiones internas. Generándose una guerra civil que terminó con el cambio del presidente electo, Albulaz Elchibey, un lider de la lucha independentista, por Gueidar Aliev, antiguo dirigente comunista y con simpatías hacia Moscú, como presidente de facto, que luego fue ratificado por más del 90 % de los votantes.

La economía de este país, a pesar de sus dificultades políticas y militares, tiene mejores perspectivas que su oponente por los recursos petroleros que posee.

Hasta 1993, el conflicto esta empantanado, los Armenios buscaban el apoyo de Moscú y Azerbaiján también, además del de Turquía e Irán. Esperándose una importante ofensiva azerí para la primavera del '94.

2. Las potencias:

En este grupo de naciones distinguimos: un grupo formado por las potencias regionales con intereses específicos en la región, Turquía e Irán; una potencia internacional que timidamente va interviniendo con intereses difusos en la región, los EEUU, y una tercera que tiene una posición ambigua, por ser regional e internacional al mismo tiempo, la Federación Rusa.

a) Regionales

Turquía e Irán, disputan y buscan la posibilidad de hegemonizar en la región. La búsqueda de esta hegemonía es económica y política, favorecida por la cultura islámica de esta naciones.

Como ya lo señalamos, Azerbaiján se muestra como la más importante desde el punto de vista económico, por sus considerables recursos petroleros, mineros y su producción agrícola y algodonera.

Culturalmente la mayoría de la población está «profundamente ligada a la cultura y al pasado de Turquía...» Debido a esta situación la mayoría de sus dirigentes «han seguido, todos, el camino de Ankara.» (31) Por ello los turcos han establecido un puente aéreo diario con Bakú, como una manera de acercarse más a esta república (32).

Con este país Irán compite en la búsqueda de la hegemonía rgional, sobre todo a partir de la guerra del Golfo que le ha impedido el acceso al Sur, por la consolidación de las monarquías árabes por su alianza con Occidente en la zona y la caída de Irak -su tradicional enemigo en la zona. Es por ello, que «está impulsando una audaz ofensiva diplomática para establecer los lazos más sólidos posibles con sus vecinos de las nuevas repúblicas asiáticas de mayoría musulmana... « (33).

Prácticamente desde que se inició el proceso de desintegración de la URSS, Teherán inició un acercamiento con estas repúblicas movidas también por su afinidad cultural, pero sobre todo la religiosa que «garantizaba un proceso fácil.» (34)

Turquía no goza de la simpatías de Teherán por parecer muy pro-Occidental, creemos que Irán se verá más favorecido, en el caso de Azerbaiján, por su complementariedad económica. Esta política pro-Occidental del gobierno turco llevó a tener fuertes problemas internos ya que su población presiona para un mayor compromiso con la causa azerí.

El dinamismo de la diplomacia iraní está demostrada en el hecho de que a fines del 91, «...no sólo ha abierto embajadas y consulados, sino que ha firmado acuerdos de gran alcance....» (35)

Con Bakú, Irán firmó un importante acuerdo a principios del 92 de cooperación económica. Azerbaiján, espera ingresar a la OPEP, cosa que facilitaría los proyectos iraníes de comercialización y exportación de hidrocarburos. Ya que, «Irán quiere utilizar el oleoducto que cruza esta república para enviar petróleo a Europa. Azerbaiján... es el socio ideal por su experiencia en esta industria y por su nueva política de cooperación.» (36)

A mediados de abril de 1993, cuando se iniciaba la ofensiva armenia, el presidente de Turquía, Turgut Ozal, dijo el 14 de abril, que su país podría forjar una alianza militar con Azerbaiján para repeler ataques de fuerzas armenias, ya que su nación se encuentra ligada por vínculos étnicos y económicos, y «ha evitado hasta el momento verse militarmente envuelta en el conflicto» (37).

A mediados de agosto argüyendo la necesidad de proteger Alto-Karabaj, los armenios incrementaron su ofensiva en el sur de Azerbaiján hacia Fizuli - acceso a la frontera iraní- y Djebrel en tanto que Irán y Turquía dirigieron una advertencia a Ereván. Días después mientras ofensiva de las fuerzas armenias continua en la región de Zanguelán, al sur de Azerbaiján, el gobierno ruso condenó la misma, decidiendo jugar un rol más activo en la contienda, por el temor a que la crisis pueda internacionalizarse en el caso de que los azeríes pidan ayuda a Irán y Turquía. Desde el punto de vista político ambas potencias, han intentado mediar en el conflicto por el Alto Karabaj en un sinnúmero de oportunidades, incluso Estambul fue centro de negociaciones, pero las dos han sido desestimados por los armenios por motivos históricos, el recuerdo del genocidio armenio realizado por los turcos -uno de los ejes del discurso nacionalista-, como por motivos religiosos -otro de sus ejes-, ambas naciones poseen población mayoritariamente musulmana como en el caso de Azerbaiján, por lo que lleva a desconfiar de la imparcialidad de la mediación.

Incluso la guerra civil vivida en Azerbaiján tiene que ver con el alineamiento que el presidente Abulfaz Elchibey habría tenido con Turquía conjuntamente con el mal manejo de la guerra (38). La elección de Aliev, tiene que ver con un posible viraje de la política azerí hacia Moscú.

b) Internacionales

Con la desaparición de la URSS, la Federación Rusa ha presentado en muchos casos una continuidad de algunas políticas hacia la región. Este país no ha podido detener el deterioro de su poder en la zona, aunque no ha perdido el rol ambiguo como potencia internacional y regional a la vez.

Durante los años 1991 y 1992 la política rusa se ha mostrado partidaria de un apoyo a Armenia y a los independentistas del Karabaj. Ha intentado media en varias oportunidades, siendo el mayor éxito, en 1993, haber sentado a puertas cerradas en el Ministerio de Asuntos Exteriores Ruso, en Moscú, a los presidentes de Armenia, Levon Ter-Petrossian, y el presidente en ejercicio de Azerbaiján, Gueidar Aliev. Por ser esta la primera reunión a tan alto nivel luego del inicio del conflicto.

Pero también durante ese año ha ido cambiando su posición favorable a Armenia, hasta que hacia final de año, en noviembre, retira su apoyo a Armenia en favor de Azerbaiján, a partir de un incidente fronterizo acaecído el 20 de este mes, en donde el automóvil del embajador itinerante Kazimirov, representante personal de Yeltsin y responsable de la misión pacificadora en la región, fue objeto de un ataque.

En parte también porque el cambio de gobierno en Azerbaiján le permite un acercamiento con este país. Además que con él, el Kremlin intenta evitar que la guerra entre ambos países impulse la intervención en la región de Turquía e Irán, que afectaría sus intereses en la zona.

Aunque en realidad es cierto que Rusia no tiene deseos de otorgarle a Karabaj «una forma jurídica a su actual status independiente» y será favorable «al mantenimiento jurídico del Karabaj en el seno de Azerbaiján.» (39)

La Comunidad de Estados Independientes (CEI) es otro ámbito desde donde la Federación intenta hacer su política hacia la región. Nacida del acuerdo de Minsk como un espacio multinacional donde se realizan acuerdos militares -firmados a principios de 1992- , económicos -como los firmados en 23 de septiembre de 1993-.

Las dudas con respecto a la supervivencia de este organismo son muchas, sobre todo teniendo en cuenta la variedad de intereses en juego. Mercado Común? Otra forma de la URSS? La CEI de hecho funciona como un organismo político regional más que como otra forma de asociación de naciones, así se observa en el CSCE que opera como «Grupo Minsk».

Varios han sido los intentos de Yeltsin para pedir poderes especiales en la CEI, en todo el territorio de la ex-URSS para la Federación Rusa, a fin de solucionar los conflictos étnicos que la abaten con oposición de sus miembros. Incluso tras las elecciones de fin de año la nueva conducción del Kremlin, planteó convertir a la CEI en una confederación que ocupe el lugar de la antigua URSS. Siendo esta propuesta rechazada en el seno de la organización.

Previendo esta respuesta la Federación Rusa ha cambiado su estrategia al firmar acuerdos militares bilaterales con miembros de la CEI, entre fines del '93 y principios del '94. Cuando el Ministro de Defensa ruso, Pavel Granchov, firmó un acuerdo bilateral de cooperación militar y técnica con otros ocho miembros -Turkmenistán, Tajikistán, Armenia, Azerbaiján, Bielorrusia, Kazajstán y Kirguizistán durante 1993 y con Georgia en 1994 - (40). Esta posición se refuerza con la decisión de Yeltsin de establecer 30 bases de las Fuezas Armadas rusas en las repúblicas que forman la CEI por un decreto de abril último.

En este marco es importante ver como Moscú percibe las misiones de paz de organismos internacionales en su ex imperio como «operaciones del tipo las guiadas por la OUA en Ruanda o la OEA en Haití.» (41)

Los Estados Unidos recién en el último año ha manifestado interés por este conflicto ofreciendo diversas alternativas para su solución.

La primera fue durante el mes de febrero de 1993, mientras continuaban los disturbios entre armenios y azeríes por el disputado enclave de Alto-Karabaj, firmaron con la Federación Rusa en Ginebra donde entre otras cosas declararon que «reafirman en proseguir sus esfuerzos en el seno del grupo de Minsk, bajo la égida de la CSCE en vista a llegar a una reglamentación pacífica del conflicto...» Proponiendo además abandonar «...el empleo de la aviación militar y los sistema de artillería de misiles, que causa pérdidas inútiles entre la población civil.» (42)

En abril tomaron una actitud crítica frente a la ofensia armenia en la palabra de Warren Christopher quien la cuestionó, al mismo tiempo que el CS de la ONU declaró su «viva preocupación frente al deterioro de las relaciones entre la república de Armenia y la república de Azerbaiján».

En agosto transcendió que la administración de Clinton ha decidido interceder diplomáticamente en las disputas étnicas regionales en varios estados de la ex-URSS. Aunque para la cancillería rusa no es suficiente, ya que ésta plantea la formación de una fuerza internacional de paz para estos conflictos, donde además de los norteamericanos la ONU tenga participación.

A partir de aquí creemos que esta iniciativa con el acuerdo de Rusia y los EEUU llevó al CS a tener una participación más activa en el conflicto.

3. Los organismos:

El Consejo de Seguridad de la ONU tendrá mayor participación en la medida que las grandes potencias le den un marco de acción, no es casual que este organismo envie su primera misión de buenos oficios a cargo de Cyrus Vance a Alto-Karabaj, Ereván y Bakú tras la declaración ruso-estadounidense de febrero.

El día 6 de abril de 1993 el organismo emitió una declaración donde expresa su «viva preocupación frente al deterioro de las relaciones entre la república de Armenia y la república de Azerbaiján» por la ofensiva armenia en la región de Fizuli (43).

El CS a través de la resolución 822 del 30 de abril de 1993 exige: a) el cese inmediato de todas las hostilidades; b) Pide a las partes soluciones pacíficamente sus diferencias en el marco del proceso de paz de Grupo Minsk de la CSCE; c) pide se asegure el libre acceso de ayuda humanitaria; d) Pide al Secretario General evalúe la situación en la región. (44)

El 29 de Junio de 1993 el CS de la ONU emite la resolución 853 donde apoya la posición negociadora de la CSCE, exige un cese del fuego, la retirada de las tropas armenias de territorio azerí y la llegada de ayuda humanitaria (45).

El 18 de agosto de 1993 reiteró su pedido de retirada «inmediata completa e incondicional» de las fuerzas armenias aunque sin éxito nuevamente.

El Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperación Europea (CSCE) fue el organismo internacional que más participó porque desde la desaparición de la URSS y el surgimiento de conflictos étnicos «plantearon una enorme amenaza en potencia para la paz en Europa.» (46) Es por ello que este organismo se encargará de establecer los marcos de normas y principios comunes que incluyen la inviolabilidad de las fronteras, la protección de los derechos de las minorías y el compromiso de resolver las disputas por medios pacíficos. (47)

Durante 1992 se realizaron varias reuniones del CSCE en donde se trato el tema. En Febrero en una reunión en Praga se adoptó un plan en donde se incluía el cese del fuego; envio de personalidades de los países miembros para servir a la disuasión e informar al mundo exterior; embargo inmediato de compras de armas; apertura de corredores humanitarios para acercar asistencia a la población; canje de rehenes y devolución de los muertos a sus familias; y mediación regional -a cargo de Rusia y Kazajstán e internacional para el conflicto-. La reunión se hizo con la presencia de altos funcionarios de los Ministerios de Relaciones Exteriores de los cuarenta y ocho países que forman parte de esta organización de la cual Armenia y Azerbaiján han sido recientemente aceptados. Un mes más tarde convoca a una conferencia para prevenir un recrudecimiento del conflicto en Alto-Karabaj, a cargo del Ministro de Relaciones Exteriores checo Jiri Dienstbier. Se realizó en la ciudad de Minsk, en Bielorrusia. Como resultado de ella se ha propuesto «coordinar» los distintos esfuerzos de mediar de Irán, el Secretario General de la ONU y el mismo Consejo.

Los meses transcurren y los combates prosiguen motivo por el cual el CSCE decide, el 10 de julio de 1992 enviar fuerzas a Alto-Karabaj, esto motiva el rechazo inmediato de la CEI por la ingerencia de Europa en sus conflictos. A fn de ese año y como consecuencia de la intensificación de los combates, en la Tercera Reunión del CSCE en Estocolmo, se pidió al presidente de la Conferencia de ese organismo sobre Alto-Karabaj, Mario Raffaeli, y al «Grupo Minsk» que «prosigan sus importantes esfuerzos para hacer avanzar el proceso de paz.» (48)

La propuesta de este organismo, en función de sus principios, es «mantener el status quo territorial», es decir que quede bajo administración azerí sin tener en cuenta los deseos de independencia de la región manifestadas en el referéndum de diciembre de 1991. (49)

Al año siguiente durante el mes de febrero, continúan los disturbios entre armenios y azeríes por el disputado enclave de Alto-Karabaj. Los EEUU y la Federación Rusa, como ya dijimos, declararon en Paris que unirán sus esfuerzos, en el seno de la CSCE, para un arreglo pacífico del conflicto. En junio de 1993, las autoridades de Alto-Karabaj aceptan presionados por el presidente armenio Levon Ter-Petrossian, el plan de paz del CSCE que tiene dos principios importantes: a) la insistencia en la necesidad de arreglar pacíficamente los conflictos, y; b) el libre acceso de ayuda humanitaria y el levantamiento del bloqueo económico. Pero a pesar de los apoyos, como el caso de la Europa de los Doce, los combates no cesan. No obstante esto Azerbaiján se precipita hacia una guerra civil.

D. Concluyendo?

Es muy difícil sacar conclusiones de un proceso abierto como este y de imprevisibles consecuencias. Desde el punto de vista teórico creemos que sobradamente hemos demostrado lo débil de la propuesta de Fukuyama para explicar el escenario mundial de la posguerra fría.

Lejos estamos de vivir una era poshistórica, porque la historia no tendrá fin, ya que en este nuevo tiempo afloran sus residuos, productos de situaciones creada y conservadas como en nuestro caso durante la «pax soviética», como insistimos en el trabajo.

El conflicto no parece tener solución por las diferentes posiciones cruzadas entre los distintos actores ante una situación donde una población -como la de Karabaj- no quiere vivir bajo la tutela de Azerbaiján, haciendo una reivindicación de un nacionalismo marcado por el ideal de autodeterminación, como lo era a principios de este siglo. Frente a ellos existe la otra propuesta en la que parecen alinearse Rusia, el CSCE y Azerbaiján donde se reivindica la unidad administrativa heredada de la disolución de la URSS, conforme al ideal de nación imperante desde 1950.

En definitiva, esta lucha, es también por dos concepciones de nación distintas, una más antigua, pero no por ello menos atendible, y otra más nueva, pero no por ello superadora de la anterior, de las cuales, ni una ni otra tienen garantizada su vigencia plena.

 

NOTAS

(1) La base de este trabajo es nuestro Nación y nacionalismos en la ex URSS publicado por el IRI en la Serie Estudios, motivo por el cual hacemos varias referencias al mismo.

(2) Para este autor hemos consultado:

FUKUYAMA, Francis. «El fin de la Historia?» <En: Babel./Revista de Libros. Buenos Aires, Enero de 1990a, Año II, Nro. 14>, pp. 20-26.

- «Quién dijo que murió la Historia? <En: Página/12. Buenos Aires, 16 de Septiembre de 1990b>, pp.14-5.

- «Le bon usage des nationalismes» <En: Le Point. Paris, Nro 990, 7 de septiembre de 1991>,pp. 41-2.

- «America Latina no interesa»(Opiniones de...). <En: Página/12. Buenos Aires, 1 de diciembre de 1991>, pp. 12-3.

- El fin de la historia y el último hombre. Buenos Aires, Planeta, 1992.

- «Los rusos perseguidos» <En: Clarín. Buenos Aires, 30 de Enero de 1993>, s/d.

- «Contra el nuevo pesimismo» <En: Página/12. Buenos Aires, 13 de Febrero de 1994>, 28-31.

() Para ello nos basamos en:

BAUDRILLARD, Jean. La transparencia del mal./Ensayo sobre los fenómenos extremos. Barcelona, Anagrama, 1991a.

- La Guerre du Golfe n'a pas eu lieu. Paris, Galilée, 1991b.

- La Ilusión del fin./La huelga de los acontecimientos. Barcelona, Anagrama, 1993.

CASTORIADIS, Cornelius. «El desmoronamiento del marxismo-leninismo. <En: Punto de vista./Revista de Cultura. Buenos Aires, Año XIII, Nro.37, Julio de 1990>.

HOBSBAWN, Eric.»El sueño de un pais propio» <En: Página/12. Buenos Aires, 3 de Enero de 1992a>, 20.

- Naciones y Nacionalismos desde 1780./Programa, mito y realidad. Bacelona, Crítica, 1992b.

- «Quién tiene la culpa de los nacionalismos?» <En: Cultura y Nación./Suplemento de Cultura de «Clarín». Buenos Aires, 16 de Julio de 1992c>, 6-7.

- «Nazis, Neonazis y excluídos» <En: Clarín, Buenos Aires, 2 de Enero de 1994.

(4) FUKUYAMA,F. (1990a), 21.

(5) HUYSSEN, Andreas. Guía del Postmodernismo. Separata Punto de Vista. Año X,Nro. 29, Buenos Aires, Abril-Julio 1987, iii.

(6) FUKUYAMA,F. (1990a),21.

(7) Ibidem., 20 y ss.

(8) BAUDRILLARD, J. (1991a), 10.

(9) BAUDRILLARD, J. (1993), 13.

(10) CASTORIADIS, C. (1990), 6.

(11) Véase en: LEFORT, Claude. «Democracia y representación.» <En: ERRANDONEA, Alfredo. La sociedad contra al política. Montevideo, Nordan-Altamira, 1993>, 131-147.

(12) FUKUYAMA,F. (1990b), 15.

(13) FUKUYAMA,F. (1990a), 25.

(14) BAUDRILLARD, J. (1993), 47.

(15) FUKUYAMA, F.(1990b), 15.

(16) FUKUYAMA,F. (1994), 30.

(17) Ibidem.

(18) BAUDRILLARD, J. (1993), 46.

(19) FUKUYAMA, F. (1991), 285.

(20) Por ello nos parece muchísimo más explicativa la tesis hobsbaniana de establecer los siguientes modelos en las etapas en la evolución del nacionalismo: 1) El radical-democrático basado en la nación como conjunto de ciudadanos (1776-1830); 2) otro de raíz liberal burguesa basados en la ecuación nación = estado = pueblo (1830-1880); 3) el que se apoya en criterios culturales y étnicos (1880-1914); 4) el wilsoniano-leninista basado en el concepto de autodeterminación (1914-1950), y; 5) el que surge de la descolonización y la revolución. Haciendo del nacionalismo una construcción histórica y no un producto de la naturaleza. <HOBSBANW, E. (1991b)>.

(21) FUKUYAMA, F. (1990a), 24/5.

(22) BAUDRILLARD, J. (1991b), 9.

(23) Ibidem., 11.

(24) Ibidem., 21

(25) FUKUYAMA, F. (1990a), 26.

(26) Ellas son: 1)Desintegracion del poder supranacional; 2) el carácter xenofóbico del nacionalismo; 3) la sustitucion de los programas políticos por los nacionalistas; 4) búsqueda de antiguas relaciones sociales. <HOBSBAWN, E. (1992a), 20>.

(27) MIGRANIAN, Andrónik. «Una unión indestructible?» <En: DUCH,Juan P. y TELLO, Carlos. La polémica en la URSS. La 'perestroika' seis años después. México, FCE, 1991>,237.

(28) HOBSBAWN,E. (1992a), 20.

(29) MOURADIAN, Claire. «Les forces armées des Etas de Transcaucasie: un primer bilan.» <En: Problèmes politiques et sociaux. Paris, Nro. 718, 31 de diciembre de 1993>, 20-21.

(30) - «Le débat constitutionnel en Arménie» <En: Problèmes politiques et sociaux. Paris, Nro. 718, 31 de diciembre de 1993>, 11-14.

(31) SABLIER, Eduard. «Las repúblicas islámicas de la antigua URSS viran hacia el nacionalcomunismo.» <En: Política Exterior./ Revista Trimestral editada por Estudios de Política Exterior S.A., Madrid, Vol VI, Nro. 30, 1993>, .

(32) Ibidem.

(33) GUMUCIO, Juan Carlos. «Irán disputa a Turquía el Asia Soviética.» <En: El País. Madrid, 11 de enero de 1992>, 2.

(34) Ibidem.

(35) Ibidem.

(36) Ibidem.

(37) El surrayado es nuestro. Clarín. Buenos Aires, 15 de Abril de 1993, 32.

(38) Clarín. Buenos Aires, 17 de junio de 1993, 44.

(39) KHANBABIAN, Armen «Arménie on discute activement de la visite à Moscou de Gueidar Aliev» <En: Problèmes politiques et sociaux. Paris, Nro. 718, 31 de diciembre de 1993>, 40.

(40) Como lo señala un artículo reciente: - «Russia and the Transcaucasus. A hero of our time.» <En: The economist. 12 de Febrero de 1994, 29-30.

(41) - «Le Kremlin sous l'oeil de l»ONU» <En: Le Monde. Selection Hebdomadaire.Edition Internationale. Paris, Nro. 2370, 7 de Abril de 1994, 1.

(42) Estados Unidos/Rusia. «Déclaration commune adoptée sur le Haut-Karabakh (Ginebra, 26 de febrero de 1993).» <En: Documents d'Actualité Internationale. Paris, Nro. 8, 15 de Abril de 1993>, 151.

(43) Clarín. Buenos Aires, 8 de abril de 1993, 25.

(44) ONU «Résolution 822 du Conseil de sécurité demandant pour les secours humanitaires internatioaux le libre accès au Haut-Karabakh (Nueva York, 30 de abril de 1992).»<En: Documents d'Actualité Internationale. Paris, Nro. 12, 15 de Junio de 1993>, 256.

(45) ONU. «Conflicto entre Armenia y Azerbaiyán./Resolución 853 (Aprobada el 29 de julio de 1993)» <En: Relaciones Internacionales. La Plata, Nro. 5, Noviembre de 1993>, 172-3.

(46) MIALL, Hugh. «Nuevos Conflictos en Europa: prevensión y resolución» <En: AGUIRRE, Mariano (ed.) Anuario del Centro Internacional para la Paz 1992-1993./Retos del fin de Siglo./Nacionalismo, migración, medio ambiente. Madrid, Icaria, 1993>, 85.

(47) Ibidem., 87.

(48) CSCE. «Troisième réunion du Conseil de la CSCE: résumé des conclusions et décisions du Conseil (Estocolmo, 15 de diciembre de 1992).» <En: Documents d'Actualité Internationale. Paris, Nro. 5, 1 de marzo de 1993>,92

(49) KHANABABIAN, Armen ®Le Karabakh: un territoire sous mandat de l'ONU?¯ <En: Problemes