Apuntes sobre las políticas exteriores argentinas. Los giros copernicanos y sus tendencias profundas

 

 

5. Desafíos y desventuras de la autonomía: la Tercera Posición (1945-1955)

 

Producto de los importantes cambios sociales y económicos ocurridos en los años treinta, además de las vinculaciones entre la política y la corrupción, se generaron las condiciones para el ascenso al poder de un nuevo movimiento político, el peronismo.

La Segunda Guerra Mundial tiene para nuestro país como consecuencia la aceleración del proceso de industrialización por el de sustitución de importaciones que cambia la estructura productiva y creó una nueva realidad social.

Por otro lado, la finalización del conflicto puso de manifiesto los cambios de hegemonías globales y locales, con el desplazamiento de Gran Bretaña y el ascenso norteamericano que cambió el esquema imperante desde por lo menos mediados del siglo pasado.

La decisión de nuestro país por permanecer neutral en esa guerra apoyada por los ingleses pero impugnada y presionada constantemente por Estados Unidos, tiene consecuencias inmediatas sobre el país.

Argentina comienza con una nueva etapa por la dinámica de su posición internacional, como señala Rapoport en "¿Aliados o neutrales?":

... Desde principios de 1945 la política exterior argentina dependió casi exclusivamente de la resolución del conflicto político interno y de las relaciones con los Estados Unidos.

Pero como señala este autor en otro de sus libros, la política exterior norteamericana tiene nuevas prioridades estratégicas, entre las que no entra la Argentina por estar ésta en América Latina.

Esos dos términos - el conflicto interno y las relaciones con Estados Unidos - son los que prolijamente se describen en el libro Estados Unidos y el peronismo, poniendo a la política de ese país en un lugar central que permite prácticamente describir toda la política exterior argentina del período, como lo señalan los autores:

...las relaciones argentino-norteamericanas no sólo fueron decisivas en la evolución de la política económica y exterior del peronismo; tuvieron un papel determinante en los conflictos políticos internos.

Con esta situación en febrero de 1946 la formula Perón-Quijano se impuso a la alianza Unión Democrática que era encabezada por los radicales Tamborini y Mosca por una ventaja de unos 300.000 votos.

 

5.1. La Tercera Posición y los desafíos de la autonomía

Los primeros años del peronismo son de consolidación de su base política y sientan posiciones sobre la base de una política exterior nacionalista y antinorteamericana (frente al desafío del gobierno de romper con el aislamiento internacional pero además asentar las bases de una política autónoma que denominaron "Tercera Posición"), marcando una primera etapa de la política exterior del peronismo que se fundó en:

... la generalizada convicción de que el carácter periférico y dependiente del país respecto de las grandes potencias no era una "condición natural" sino una traba histórica que debía ser superada.

En esa etapa las características del peronismo eran el estatismo, el bilateralismo, la nacionalización del comercio exterior con el IAPI, la no incorporación al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial, y la aplicación de la "Tercera Posición" en el ámbito diplomático.

A pesar de este tipo de política, se intensificó el comercio y se normalizaron las relaciones con Estados Unidos.

Desde el punto de vista económico aparecieron inconvenientes externos como la inconvertibilidad de la libra y el plan Marshall que atentaron contra el esquema tradicional triangulación. Aquí Inglaterra no aprovechó la oportunidad. Ese plan norteamericano para Europa demostró el paso a un segundo plano de América Latina dentro de las prioridades norteamericanas.

Un dato significativo es que en 1949 se firmó la última prórroga del convenio con Gran Bretaña y con él se marcó el fin del bilateralismo profundizado de la década del treinta y la apertura a una nueva etapa. En este convenio, la Argentina vendía cereales y carnes por carbón, petróleo y bienes industriales que aportaba Gran Bretaña.

El desafío para resolver en la política exterior era revertir la desinserción producto de la nueva realidad internacional. Por ello se estableció una estrategia entre la autonomía y la inserción, característica de todas las políticas exteriores de los gobiernos civiles desde ese entonces. Porque, por una parte "era inevitable reconocer el ascenso de Estados Unidos" y "por otra, no se podía volver a cometer el error de renunciar al desarrollo autonómico."

Por ese motivo Perón reconoce el liderazgo norteamericano en Occidente en:

... cuestiones que interesaban a Estados Unidos pero que, según la apreciación argentina, no eran cruciales para Occidente; la Argentina mantuvo su posición. Es así como no adhirió a los acuerdos de Bretton Woods, no se plegó al multilateralismo en el comercio internacional que propugnaban los Estados desarrollados occidentales y prefirió una estricta política bilateral en sus intercambios.

En este contexto aparece el aspecto más original del peronismo en materia de política exterior, la "Tercera Posición". Esta era, según lo señala Figari:

... una actitud tendiente a "ganar" autonomía en la circunstancial situación por la que atravesaba la comunidad internacional, tratando de mantenerse en una posición de intereses equidistante de las dos superpotencias y de alineamiento occidental, mediante la construcción de un juego de equilibrios...

Lanús la define como una de las doctrinas originales argentinas en materia internacional, donde se resiste al alineamiento incondicional con Estados Unidos pero se manifestaba la pertenencia al bloque Occidental. Puso énfasis en la unidad política y económica con América Latina, vínculos con España, la URSS y "evita siempre las actitudes frontales con Estados Unidos y las demás superpotencias en el plano estratégico". También este autor declara que ésta no es una posición estática sino dinámica y supera el esquema bipolar ya que no es una posición intermedia entre el capitalismo y el socialismo. Es un reflejo de la realidad interna y externa de la Argentina.

Otros autores la interpretan como un intento de continuidad de la política triangular donde "Perón habría mirado, en una primera etapa, hacia Europa, y en particular, hacia Gran Bretaña, para "balancear" el peso de Washington en lo económico y diplomático". Pero dada la incapacidad de este esquema para sobrevivir en la guerra fría, fue necesaria una transformación que separara el nacionalismo reformista y antinorteamericano que hacía hincapié en la autonomía, y que a partir de la crisis del modelo económico a principios de los cincuenta, hizo necesario un mejoramiento de las relaciones con los Estados Unidos, abriendo la puerta a un "pragmatismo negociador". Este aspecto impediría caracterizar a todo el período, como lo hizo Puig, de "autonomía heterodoxa".

El proceso de industrialización iniciado en los treinta y que se reafirma en la Segunda Guerra Mundial hacía necesaria la adquisición de insumos industriales y energéticos como así también compensar la balanza de pagos. Era necesario conseguir fuentes para esos insumos. Por ello, el viejo esquema triangular extendió sus bases hacia un modelo poligonal donde se incorporaba a la Unión Soviética y a América Latina, para compensar la incapacidad económica de Gran Bretaña y Europa Occidental para cumplir el rol de abastecedoras de insumos básicos como lo habían sido en el pasado. Esto no era suficiente: obligaba a mejorar la relación con Estados Unidos. Este esquema con cuatro patas (Estados Unidos, Europa Occidental, América Latina y la Unión Soviética), ya esbozado en la última administración radical de Yrigoyen, fue el adoptado prácticamente por los futuros gobiernos democráticos argentinos. Y tuvo dos escenarios: el internacional y el regional. En el primero, el país realizó

... una libre política de intereses, negociando ya con Estados Unidos, ya con la Unión Soviética, o con alguna otra potencia, tal el caso de Gran Bretaña, pero reafirmando la concepción occidental y cristiana de la Argentina.

Con estas negociaciones se buscaba una inserción en un esquema bilateral en un mundo donde se privilegiaban los escenarios económicos multilaterales recientemente creados.

Desde el segundo escenario se:

... trataba de romper la tradicional política de dirección "geopolítica" o de indiferencia hacia América Latina, especialmente con los países limítrofes, en pos de una posición más solidaria y cooperativa.

Dentro de esta primera etapa se celebra la Conferencia de Río de Janeiro para sancionar el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR). El objetivo de los Estados Unidos era asegurar la defensa hemisférica. Por ese motivo los cuatro temas importantes en dicha reunión fueron: el uso de la fuerza y la definición de agresión, las bases militares, las sanciones, y las zonas de seguridad y cuestiones económicas.

En el primero de los temas los norteamericanos pretenden el uso de la fuerza ante cualquier agresión. La Argentina entendía dos situaciones distintas: las efectuadas por potencias extrahemisféricas (donde se preveía el uso de la fuerza) y las del hemisferio (donde debían preverse los medios pacíficos). Finalmente prevaleció la postura norteamericana.

En el segundo tema, los Estados Unidos pretendieron incluir todas sus bases en el mundo, con fuerte oposición de México y Argentina; aquí no prosperó la posición estadounidense.

En el tercer punto la Argentina exigía el voto unánime y los Estados Unidos simple mayoría. Finalmente se adoptó una fórmula intermedia donde se necesitan los dos tercios de los votos.

Con respecto a las zonas de seguridad la Argentina solicitó la inclusión de las Islas Malvinas y la Antártida que finalmente se aceptó. Fue aprobada por el Senado en 1948 y por la Cámara de Diputados durante la guerra de Corea en 1950.

Uno de los puntos conflictivos de las relaciones económicas con Estados Unidos estaba referido al artículo 40° de la Constitución sancionada en 1949, que contemplaba la nacionalización de los recursos naturales y los servicios públicos, gesto que molestó al gobierno y a los empresarios norteamericanos.

En esta etapa crecieron las relaciones económicas con Checoslovaquia, Polonia, Hungría y la República Democrática Alemana. El intercambio consistía en alimentos por equipos industriales, de comunicaciones y energía.

 

5.2. Las desventuras de la Tercera Posición

En 1950 aparecen condicionamientos al modelo por la crisis económica en el agro, ya que el modelo reformista "reveló los límites de su programa", dando lugar a una segunda actitud que produjo "cambios importantes en su política internacional" y abriendo el camino hacia la segunda etapa. Esta última genera cambios en la política económica como por ejemplo la liberalización del IAPI, y también estratégicos, como veremos.

Durante la Guerra de Corea, en el gobierno existieron posiciones encontradas, ya que mientras el Canciller Hipólito Paz quería participar, se dio una fuerte resistencia a la medida que finalmente sólo contribuyó con ayuda humanitaria. En la reunión de la OEA se aprobó la contribución económica y una cooperación militar simbólica. La posición de Argentina era no sumarse a Estados Unidos en lo bélico pero a la vez cumplir con el TIAR y que la OEA actúe como bloque. Según Lanús:

...La Argentina mantuvo una posición independiente frente al conflicto de Corea y una actitud ante la legalidad de las decisiones adoptadas por la Asamblea General de las Naciones Unidas a base de las cuales se decidió una intervención militar multilateral en la guerra.

Para demostrar su solidaridad estratégica el Poder Ejecutivo presionó a la Cámara de Diputados para ratificar el TIAR y a cambio se recibieron préstamos del Eximbank.

En este momento se quiebra definitivamente la triangulación por la crisis económica y financiera poniendo en evidencia los límites del modelo industrialista.

Con la llegada de los republicanos en 1953 las empresas presionan más a su gobierno. El mejoramiento de la relación es denominado como de "correcta amistad". Como reconocen Rapoport y Spiguel, esta estrategia era ambigua ya que ambos gobiernos "tenían como base las contradicciones entre los objetivos que ambos gobiernos buscaban alcanzar con el acercamiento." Los norteamericanos presionaban para que el gobierno abandonara la política de "Tercera Posición" que en esta etapa se manifestó fundamentalmente en los intentos de Unión Aduanera y los Convenios con la Unión Soviética.

Uno de los objetivos de Perón era conseguir la solidaridad política y económica de América Latina, especialmente con Brasil, Chile, Bolivia, Paraguay y Perú. Argentina buscó a Brasil para una política común pero Vargas no pudo con las políticas tradicionales de Itamaraty: alianza con Estados Unidos y Chile y fuertes desconfianzas hacia la Argentina. Hubo gran decepción al no poder integrar los convenios entre Ibañes y Perón en 1953, y por eso fueron abandonados. Esta relación bilateral en el ámbito americano buscó "promover la unión económica" para potenciar la autonomía.

En cuanto a los convenios con la URSS, hasta el gobierno de Perón, el único contacto con esa nación fue el contrato celebrado con Iuymtorg en la época de Yrigoyen. La "Conferencia Económica Internacional" de 1952 en Moscú dio lugar a la firma de unos diez convenios por valor de unos 8.400 millones de dólares: la Argentina aportaba lana, extracto de quebracho, aceite, carnes, grasas y granos y la URSS petróleo y derivados, carbón mineral, materias primas, materiales para la explotación ferroviaria y productos industriales.

En este marco se lanza el Segundo Plan Quinquenal que era más liberal en lo económico pero agudizó las tensiones internas y generó un aumento de la represión. Fue una señal de acercamiento hacia Estados Unidos, ya que permitió la participación de empresas extranjeras en la industria pesada: se crea Somisa y se instalaron las empresas Fiat y Kaiser.

Si bien lo económico parece determinante, el aspecto político tiene su peso. Lo interesante es cómo ambas esferas interactúan y obligan a redefinirse constantemente. Desde el punto de vista económico existieron ciertos vaivenes hasta 1955 pero se continuó en dirección al "pragmatismo negociador". Desde lo político existió cierta autonomía debido principalmente a que los trabajadores imbuídos de una fuerte prédica antinorteamericana desde el inicio de la gestión eran un limitante a esa política pragmática, por ser la fuente de poder de Perón.

En Guatemala se plantea el primer desafío al poder norteamericano en la región, cuando el presidente Abrenz expropió compañías norteamericanas vinculadas al gobierno republicano y fue acusado de comunista.

Por ese motivo se celebró la X Conferencia Inter Americana de Caracas, donde se trató el caso de Guatemala y los norteamericanos acusaron de comunista al gobierno pidiendo la aplicación del TIAR. En mayo se detectó la llegada de armas checoslovacas a ese país. Estados Unidos acciona en dos frentes: uno fomentando un golpe de estado por el General Castillo Armas desde Honduras y el otro, en la OEA para proponer un bloqueo. Guatemala pidió una reunión del Consejo de Seguridad, pero este pedido fue enviado al organismo regional. La Argentina dijo que había que utilizar medios pacíficos. Se aprueba la convocatoria al TIAR pero antes de celebrarse esta reunión, Abrenz cayó y el caso fue archivado.

La política económica varió notablemente desde las nacionalizaciones hasta la firma del convenio con la California Oíl en 1954. Este contrato especificaba un área de explotación de unos 50.000 kilómetros cuadrados, donde la mitad de la extracción quedó para el país, y existió una reducción del poder del estado argentino en favor de la empresa.

Para finalizar queremos señalar que si bien el esquema presentado por Spiguel y Rapoport aclara muchísimo estas complicadas relaciones, no es suficiente en los casos en que la "Tercera Posición" sigue siendo sustentada en una importante cantidad de sucesos posteriores al año 50 – cuando se produce el quiebre entre los dos modelos - como la Guerra de Corea y el caso guatemalteco, donde existen discrepancias, por motivos internos y externos que obligan a la administración peronista a marcar diferencias con Washington, a pesar de la política encaminada en los años cincuenta como de "correcta amistad".

Producto del deterioro del modelo reformista implementado que tuvo consecuencias en la economía e inmediatamente se tradujo en un aumento de la represión a la oposición, se generó un rechazo al régimen peronista. Esto motivó la caída de Perón, el 16 de septiembre de 1955, y se instauró un gobierno militar llamado "Revolución Libertadora".