Revista de Relaciones Internacionales Nro. 14

La reunificación alemana como fruto de la coherencia

en su política exterior

 

 

Raúl Leopoldo Tempesta* 

 * Licenciado en Ciencia Política y Relaciones Internacionales.

Introducción

 

El inicio y fin de la Guerra Fría coincidió con la división y reunificación de Alemania, respectivamente. La explicación que pueda dar cuenta de esta simetría no es inmediata. Alemania luego de su derrota total en la II Guerra Mundial quedó en ruinas tanto económica como moralmente. Además, como resultado del conflicto, tanto Estados Unidos como la Unión Soviética pasaron a liderar los dos bloques antagónicos Oeste-Este, dando de esta forma origen al orden bipolar posterior a 1945.

En ese contexto limitativo, Alemania Occidental tuvo que llevar adelante su política exterior con un perfil por demás bajo, a la sombra estratégica de USA. Coinciden en resaltar dicho aspecto grandes estudiosos de las relaciones internacionales, "...la experiencia histórica de países como ambas Alemanias, Japón e Italia después de la Segunda Guerra Mundial...parece ilustrar la funcionalidad para el progreso económico de una política exterior de aceptación realista del liderazgo político (no necesariamente económico) de la potencia dominante, en el caso de países periféricos y/o vulnerables" 1 .

Esto le permitió a la República Federal Alemana (RFA) hacer un ahorro o inversión de autonomía constante a lo largo de 45 años y concentrarse en unos pocos objetivos de su política exterior. Como fruto de ese ahorro autonómico y de una cierta "prolijidad forzada", por la restricción de objetivos estratégicos en su agenda, la RFA consiguió consolidar a lo largo de todos esos años una imagen de confiabilidad más que necesaria, después de circunstancias tan atroces y de cara a desafíos futuros.

Tres constantes en cuarenta y cinco años de historia alemana: bajo perfil, alto alineamiento y desarrollo interno2.

 

La política exterior alemana fue creciendo lentamente sobre dos pilares claves : el primero, como un integrante confiable para Estados Unidos en el ámbito específico de la OTAN ; el segundo, comprometiéndose junto con Francia en el ámbito regional, cuyo fruto más importante es lo que hoy denominamos Unión Europea. Plantándose sobre esas bases, Alemania se dedico a su recomposición interna. Este fenómeno conocido vulgarmente como "milagro alemán", en realidad no fue tal. Dado que las responsabilidades estratégicas recaían sobre los hombros de los Estados Unidos, Alemania pudo destinar en un comienzo gran parte del importante flujo de capitales norteamericanos para la recomposición de su industria, y luego ya con sus propios recursos, desarrollar con éxito su economía exportadora, cuyo primer y principal destino fue Europa.

 

Reorientando el curso después del desastre

 

Luego de la capitulación incondicional de las tropas alemanas el 9 de mayo de 1945, las potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos, Gran Bretaña, la Unión Soviética y Francia asumieron el 5 de junio el poder en el territorio alemán. Conforme al Protocolo de Londres (1944) su objetivo principal era tener un poder disponible completo sobre Alemania. Esta política se instrumentó a partir de la división de Alemania en tres zonas de ocupación (Estados Unidos, Unión Soviética y Gran Bretaña), con Berlín también dividida en tres partes, más un consejo de control conjunto integrado por los tres comandantes en jefe. La intención era neutralizar el ‘afán de conquista teutónico’, destruir a Prusia como reducto militarista, castigar a los alemanes por el genocidio y los crímenes de guerra, y reeducarlos en el espíritu democrático. Sin embargo, dentro del marco de la naciente Guerra Fría, si uno tiene en cuenta objetivos más amplios, como por ejemplo frenar el expansionismo soviético, podremos pensar además que, "La insistencia de Kennan acerca de tratar a Europa Occidental como una unidad se hacía eco de la obvia realidad de que juntos los Estados de esa región podrían soportar mejor la presión soviética..., pero era también un medio indirecto de reintegrar a Alemania a la sociedad europea...La posibilidad de rearmar a los alemanes solo serviría para alarmar a sus ex víctimas, tanto orientales como occidentales. Si la economía alemana podía ser entrelazada con la Europa Occidental, esto podía conducir a los alemanes a ‘salir de su egocentrismo colectivo’ y estimularlos a ver las cosas a largo plazo, a tener intereses en otras partes de Europa y del mundo, y a aprender a pensar en sí mismos como ciudadanos del mundo y no simplemente como alemanes ". 3 

Más adelante, en la conferencia de Yalta (febrero del 1945), Francia se convirtió en la cuarta potencia de control, asignándosele una zona de ocupación propia. En esta conferencia todavía se mantenía la idea de que Alemania no fuese más un Estado soberano, sin embargo esto no implicaba la idea de fragmentarla, por el contrario, ya desde 1944 el presidente norteamericano Roosevelt aspiraba a consolidar una Europa central estable. A estos efectos la estabilidad económica alemana era sumamente necesaria4 .

Paralelamente, la Europa sudoriental y Polonia sufrían la sovietización forzada y masiva, luego de su liberación militar o conquista a manos de las tropas estalinistas. Estos sucesos, y sus implicancias políticas, motivaron la reacción del mayor estadista de la época, Winston Churchill, quien diría con motivo de su visita a la Universidad de Fulton que frente las tropas soviéticas se había echado un "...telón de acero. Lo que pasa detrás, lo desconocemos". Estas fueron, en conjunto, las razones de peso que justificaron la conferencia de Potsdam el 17 de julio de 1945, cuyo designio original era construir un pacto posbélico para Europa. Los grandes problemas de esta conferencia se ubicaron en torno al mantenimiento de las cuatro zonas de ocupación separadas, debido a que estas eran regidas por dos sistemas políticos y económicos divergentes.5 

Luego de la unión de las zonas norteamericana e inglesa (bizona) en 1947, y en función de que en la zona de ocupación soviética se estaba instaurando una dictadura comunista, norteamericanos y británicos se impusieron la tarea de paliar la miseria y propiciar la articulación de un Estado liberal, democrático, pro occidentalista y estable en sus respectivas zonas de ocupación. De este modo, el inicio de la Guerra Fría y la división de Alemania en dos modelos políticos y económicos antagónicos, coinciden en el tiempo.

La amenaza de un nuevo avance soviético hacia el Oeste, luego del golpe de Estado en Praga (12/3/1948, Checoslovaquia), volcó la opinión de Francia en favor de crear una trizona occidental, idea que se plasmó en el Pacto de Bruselas (17/3/1948), luego ratificado por el Tratado del Atlántico Norte (4/4/1949).

Sin embargo, ante la convocatoria en la zona occidental de una Asamblea Constituyente alemana y la entrada en circulación del marco alemán, Stalin intentó forzar la anexión de Berlín occidental mediante el bloqueo de la ciudad. A pesar de ello, la zona de Berlín occidental pudo resistir gracias al abastecimiento aéreo enviado por el presidente norteamericano Truman.

Esta vez la política exterior norteamericana no podía desentenderse de Europa, como sí lo había hecho luego de la Primera Guerra Mundial al no aprobar el Congreso norteamericano el compromiso con la Sociedad de Naciones, creada por el mismo presidente Wilson. Por ello, Truman y sus asesores comprendieron que construir una Europa central pro occidental fuerte, capaz de resistir la influencia soviética a través de una recomposición del nivel de vida del europeo como forma más eficaz de "inmunizarlo" de la creciente propagación de la ideología comunista, debía considerarse como un objetivo a mediano o incluso corto plazo; en tal sentido, solo para la recomposición de Alemania el Plan Marshall giró un total de U$S 1.400 millones para el período1948-1952.

Mientras en la zona de ocupación soviética se socializaba la industria, en la zona occidental se sentaban las bases para una economía social de mercado.6   Este orden socioeconómico fue complementado con las nuevas reglas de convivencia sociales y políticas instituidas en la nueva constitución alemana denominada Ley Fundamental7  (8/5/1949) ; entre sus objetivos más inmediatos se destacaban aquellas reglas que garantizan procedimientos democráticos y que velan por los derechos y deberes individuales.

 

Los primeros logros políticos

 

Sobre aquellas bases, sobre todo las económicas, se le permitió a Alemania occidental, ahora denominada República Federal Alemana, ampliar gradualmente sus facultades de consulta e influencia política fuera de sus fronteras. Así, de los logros políticos alcanzados por Alemania en la década del ‘50 sobresalen : en julio de 1951, Gran Bretaña, Estados Unidos y Francia dieron por terminado el estado de guerra con Alemania y la URSS haría lo propio en 1955 ; el ingreso a la OTAN (1955) ; y su participación en el proceso de integración europea8 Ver página siguiente . En esta época fue Canciller Federal Konrad Adenauer por la Unión Cristiano - Demócrata (CDU) durante el período 1949-1963. Su decisión más importante en materia de política exterior fue la ruptura de relaciones con los Estados que reconocieran a la República Democrática Alemana como un Estado soberano, estrategia conocida como Doctrina Hallstein. Es importante recordar que desde esta época, el objetivo de la reunificación siempre estuvo presente en los cálculos de los alemanes occidentales, ya que en los primeros años la RDA no estaba consolidada aún como un ‘nuevo’ Estado independiente.

Sin embargo, tal objetivo, aunque sin perderse, se fue diluyendo con el paso del tiempo, por lo que a partir de la década del ’60, Alemania Occidental buscó participar en los comienzos de un proceso político mundial denominado distensión 9 Ver página siguiente. Para la RFA involucraba la apertura en sus relaciones políticas y comerciales con el bloque soviético, hecho que debe ser entendido como clave para su posterior desarrollo.

No obstante, debió esperarse hasta la llegada de Willy Brandt por el Partido Social Demócrata Alemán o SPD (1969-1974) para construir los fundamentos de la paz paneuropea. El contexto mundial era favorable, así "La relación triangular entre Estados Unidos, URSS y China abrió las puertas a una serie de avances importantes: el fin de la guerra de Vietnam, un acuerdo que garantizaba un acceso a Berlín dividido, una enorme reducción de la influencia soviética en Medio Oriente, el principio del proceso de paz árabe - israelí y la Conferencia sobre la seguridad Europea..."10 Ver página siguiente . Este proceso fue coronado famosamente con los acuerdos SALT I y II en los que Moscú y Washington mantuvieron conversaciones sobre limitaciones mutuas de su armamento estratégico.

Aprovechando esa situación propicia, la República Federal Alemana y la República Democrática Alemana, sondearon por primera vez la posibilidad de llegar a un acercamiento, "Brandt presentó la tesis por entonces sorprendente, de que, como depender de Occidente había producido un estancamiento, se debía buscar en cambio la unificación por medio de un acercamiento de Alemania al mundo comunista. Pidió a su país reconocer al satélite alemán oriental, aceptar la frontera con Polonia (la línea Oder - Neisse) y mejorar sus relaciones con la Unión Soviética. Una vez allanadas las relaciones entre el Este y el Oeste, la Unión Soviética acaso se mostrara menos rígida ante el asunto de la unificación"11 . De este modo, los jefes de gobierno de los dos Estados alemanes Brandt y Stoph, RFA y RDA respectivamente, concertaron una reunieron en Erfurt (1970). Durante el mismo año ambos líderes volvieron a reunirse en Moscú con el objeto de firmar el Tratado de no agresión y reconocimiento del status quo, pero destacando, por parte del Canciller occidental, que el pueblo alemán debería recuperar en libre autodeterminación su libertad.

Luego, tras la reelección de Brandt como Canciller Federal (1972), se firmó el tratado sobre las Bases de las Relaciones entre la República Federal de Alemania y la República Democrática Alemana. Las partes contratantes convinieron en que se abstendrían de recurrir a la amenaza o uso de la fuerza, respetando la independencia y autonomía de ambos Estados.12 También aquí la República Federal de Alemania entregó un escrito en el cual se hizo un nuevo hincapié en el propósito de alcanzar la unidad del pueblo alemán.

A pesar de los avances en las relaciones entre las dos Alemanias durante la primera mitad de la década del ´70, no fue posible continuar a lo largo de ese camino en la período siguiente.

Con la asunción del nuevo Canciller Federal Helmut Schmidt (SPD) durante el período 1974-1982, y ya casi al final de su mandato, el contexto internacional comenzó a complicarse nuevamente ya que la OTAN propuso desplegar misiles en Alemania a partir de 1983, producto de las nuevas amenazas soviéticas al bloque occidental.13  Por lo tanto, a pesar del viaje de Schmidt a Alemania Oriental, el Canciller Federal no logró que Honecker como líder del Politburó del SED (Partido Marxista - Leninista) de la RDA, hiciera concesiones substanciales, puesto que en general los regímenes de la Europa Oriental endurecían paulatinamente su posición ideológica y pragmática. Esto fue así especialmente luego de la primavera de Praga de 1968, cuando los líderes de la Europa del Este empezaron a temer que la descentralización económica condujera a una descentralización y democratización política. Por ello es que algunos líderes orientales como Honecker en la RDA volvieron a centralizar la planificación económica; también fueron una fuente de gran preocupación para los líderes comunistas los crecientes reclamos del, a su vez cada vez más contestatario, pueblo polaco, dadas sus reivindicaciones en favor de reformas económicas, libertad y desarme.

Pero los problemas no solo existían en el Este; el Canciller Schmidt quedó sin el apoyo de su partido (SPD) y de un amplio sector del pueblo alemán por decidir aferrarse al rearme emprendido por la OTAN. En consecuencia, Schmidt tuvo que abandonar su cargo, y el 1 de octubre de 1982 Helmut Kohl14  se constituyó como el nuevo Jefe de Gobierno al encabezar una coalición de los partidos CDU, CSU (Unión Cristiano Social) y FDP (Partido Liberal Democrático). Sin embargo, el nuevo gobierno continuó la postura estratégica de Schmidt, con la intención de dar una imagen de estabilidad y coherencia a la política exterior alemana, y en 1983 el Bundestag Alemán (Parlamento Alemán) finalmente votó en favor del rearme. No obstante, poco tiempo después, gracias a nuevo diálogo de las superpotencias en materia de desarme, se logró que los misiles recién desplegados en la República Federal pudieran finalmente ser retirados.

Estos sucesos sirvieron para fortalecer la credibilidad de la Alianza Atlántica en Alemania, circunstancia altamente significativa a la luz de los acontecimientos posteriores. Dicho en términos más concretos, Alemania pudo demostrar al mundo que su intención era ser un socio incondicional de los Estados Unidos a la hora de hacer prevalecer los intereses estratégicos de Occidente.

Mientras transcurrían tales hechos, el continuo proceso de integración en Europa seguía ocupando un papel central para la política exterior alemana pero fue aún más importante desde la llegada de Kohl al gobierno alemán. Durante su gobierno se produjo otro importante avance en el proceso de integración y es así como en 1986 se firmó el Acta Única que determinó que la CEE se llamará en adelante "Comunidad Europea" con la intensión de unir bajo el nuevo nombre las tres comunidades (CECA, CEE y Euratom), conformando una sola institución; además, estableció las disposiciones tendientes a concretar el Mercado Común antes de 1993.

 

La reunificación alemana 

 

Los procesos decisivos que conducen finalmente a la reunificación alemana provienen, como es lógico, tanto del orden externo como interno. En el primer caso debemos mencionar al Tratado INF entre Reagan y Gorvachov (1987)15  ; éste prescribía la retirada y desguace en un plazo de tres años de todos los misiles con un alcance de 500 a 5000 km., desplegados por americanos y soviéticos en Europa. Aprovechando esa coyuntura, y en favor de una mayor distensión que permitiera a su vez un diálogo más amplio entre las dos Alemanias, la República Federal de Alemania se dispuso a destruir sus 72 misiles nucleares Pershing 1A.

Este clima de distensión general, incrementó en la República Democrática Alemana, el reclamo popular en favor de mayor libertad y más reformas16 . Así en el orden interno, miles de alemanes orientales decidieron emigrar hacia Alemania occidental cuando en septiembre de 1989, Hungría abrió sus fronteras a los ciudadanos que querían abandonar la RDA. Estos eventos desfavorables para los líderes de la RDA, promoviendo la dimisión de Honecker, el Consejo de Ministros y el politburó del SED; por otro lado, en la RFA la figura de Kohl se agigantaba como el líder de una tendencia que parecía cada vez más firme hacia la reunificación. Honecker fue sucedido por Egon Krenz, quien debido a la creciente presión social y a pesar de su imagen de heredero de la ya conocida ‘mano dura’ al estilo de su antecesor, tuvo que autorizar una política más liberal en la frontera de Berlín, generando así la salida, esta vez masiva y directa, de ciudadanos de la RDA hacia Berlín occidental. Éste hecho permitió demostrar hasta que punto los acontecimientos estaban fuera de control para el Politburó de Alemania Oriental.

La caída del muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989, fue finalmente el acto simbólico que señaló, dentro del proceso de reunificación, el inicio formal de su parte última y decisiva. Para tal efecto, Bonn tuvo que dar seguridades expresas de no vincular la unidad a ninguna rectificación de fronteras existentes, de no extender la OTAN a la ex-RDA y de ofrecer una reducción de las fuerzas armadas y de las tropas alemanas hasta finales de 1994.

Además, todavía era imprescindible que las dos superpotencias avalaran la unión. El presidente norteamericano Bush dio su conformidad a la reunificación alemana con la condición de que la República Federal permaneciera dentro de la OTAN17 . Por otro lado, el presidente soviético Gorvachov dio también en aceptar la reunificación en conversaciones con Kohl en Moscú y Stavropol (Cáucaso). De esta manera, es decir solo con el acuerdo explícito de los líderes de las hasta ese entonces dos únicas superpotencias estratégicas del sistema internacional, es como arribamos finalmente al Tratado "2+4", del 12 de Septiembre de 1990, en Moscú, en el cual la URSS, USA, Francia y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, así como los representantes de los dos estados alemanes confirmaron la creación de la Alemania Unida, es decir, un único Estado conformado ahora por la RDA, la RFA y todo Berlín. Mediante la ratificación del tratado las potencias vencedoras pusieron fin a sus derechos y obligaciones con respecto a Alemania, por lo cual, ella vuelve a gozar de plena soberanía sobre sus asuntos internos y externos después de 45 años.

Posteriormente, y volviendo sobre el nivel ambiental regional18 , el Mercado Común empezó a funcionar en 1993 y se constituyó en el mayor mercado sin fronteras interiores de todo el mundo. Esto se logró debido a la existencia (todavía con algunas restricciones) de las llamadas cuatro libertades de circulación : de bienes, servicios, personas y capitales.

 

 

Cómo alcanzar un objetivo central en política exterior estando en el ‘ojo de la tormenta’

 

Para una ubicación adecuada de los hechos, recordemos que USA y URSS, al ser los actores del sistema internacional que imponían las reglas del juego durante la Guerra Fría, determinaron casi exclusivamente, el tiempo y forma del proceso mediante el cual Alemania Occidental pretendió alcanzar el gran objetivo de la reunificación. Que imponían las reglas del juego significa que cuando se confrontaban decisiones estratégicas dentro del bloque socialista como del occidental, tanto URSS como USA tenían la última palabra (poder coercitivo) al momento de activar o abortar cualquier iniciativa con implicancias políticas; ambas potencias estaban en condiciones de asegurar serias represalias ya directas (uso de la fuerza) ya indirectas (favorecer a un país enemigo, quita de apoyo para alcanzar ciertos objetivos, etc.) para quienes se opusieran. Esto aplicado al caso de Alemania significa que de ninguna manera este país se encontraba en condiciones de tomar decisión alguna en materia de política exterior, sin el previo consentimiento de USA como líder del bloque occidental o de URSS, cuyas tropas estaban apostadas en Berlín Este. Estos límites pueden apreciarse claramente si uno observa los sucesos que desencadenaron el acceso al poder del actual Canciller de Alemania Helmut Kohl.

 

La crisis como instrumento de consolidación

 

Como mencionamos anteriormente, en 1982, cuando el Canciller Federal de la RFA era Schmidt, el gobierno de USA como líder de la OTAN, emprendió una política general de rearme que incluía la instalación de misiles nucleares en territorio alemán occidental. Este hecho generó por sí solo enormes presiones en contra de tales medidas, tanto desde el pueblo como desde los partidos políticos opositores de la RFA. El corolario de dicha crisis fue la disolución de la coalición política SPD-FDP y por lo tanto, la posterior dimisión del propio canciller alemán Schmidt. Sin embargo, y a pesar del enorme conflicto social y político generado por la instalación de los misiles, el gobierno alemán no podía oponerse a una decisión estratégica norteamericana, en un contexto de "recalentamiento" de la Guerra Fría. Ahora bien, hasta aquí solo podría tratarse de un hecho aislado (y por ello de escaso valor), sin embargo, ya es decisivo que al momento de asumir como sucesor de Schmidt el nuevo Canciller Federal de Alemania, H. Kohl el 1-10-1982 encabezando incluso una coalición partidaria distinta (CSU-CDU-FDP), su primer gran decisión política haya sido recomenzar el rearme (1983), con la aprobación del Parlamento Alemán. Esta actitud le permitió continuar dentro de los requerimientos estratégicos de USA.

Tomando las dos categorías de la interdependencia (sensibilidad y vulnerabilidad) las razones y consecuencias de estos sucesos puede ponerse en términos más analíticos. Partiendo de la definición de dependencia como un estado o situación provocado por un actor externo, la interdependencia puede entenderse como un estado de mutua dependencia. En términos de sus teóricos más importantes, Keohane y Nye, la interdependencia es el conjunto de "situaciones caracterizadas por efectos recíprocos (costosos) entre países o entre actores en diferentes países".19   Los costos siempre presentes de la interdependencia reducen la autonomía de los actores ya que la dependencia entre ellos no es equilibrada, es decir, son las asimetrías y no las simetrías, las que proporcionan fuentes de influencia a los actores en sus manejos con los demás. Como anticipé el concepto interdependencia está compuesto por dos categorías o dimensiones: la de sensibilidad se refiere a la medida y costo en que un cambio afecta a un actor; y la de vulnerabilidad como medida y costo que tiene un actor para ajustar o adaptar su política a una nueva situación dada, o dicho en otras palabras, el grado en que puede soportar los costos impuestos por los acontecimientos externos.

De ambas dimensiones la más importante es la interdependencia de vulnerabilidad, ya que la interdependencia de sensibilidad solo puede proporcionar las bases para una influencia política significativa cuando las reglas y normas pueden darse por sentadas o en el caso que fuera prohibitivamente costoso para los otros Estados cambiar sus políticas. Por ello cuando las asimetrías en el campo de la vulnerabilidad son desfavorables, la influencia derivada del campo de la sensibilidad se torna irrelevante.

En un ‘tiempo 1’ (1982-1989)20 , Alemania Occidental tenía dependencia de sensibilidad frente a la Comunidad Europea (léase Francia y Gran Bretaña en este caso) puesto que sufría presiones para retrasar su reunificación. Sin embargo pudo eliminar esa dependencia, a pesar de ser esa acción, en sí misma, altamente costosa. Esto fue posible dado que en ese momento contaba con la capacidad política y económica para afrontarlo, circunstancia, por lo demás, impensable solo una década atrás. Con respecto a la dimensión de la dependencia de vulnerabilidad estaba claramente ubicada en relación a las dos superpotencias (USA y URSS). Como ya mencioné, ambas superpotencias eran las que formulaban las reglas del juego, ejerciendo de ese modo la dependencia de vulnerabilidad sobre Alemania. Por lo tanto, en esas circunstancias, todavía no estaban dadas todas las condiciones para la reunificación, ya que Alemania hubiera experimentado graves costos externos después de haber modificado sus políticas. En palabras de Keohane y Nye, "La dependencia de la vulnerabilidad solo puede medirse por el costo que implican los ajustes efectivos a un medio que ha cambiado durante un cierto lapso de tiempo...El intento de manipular interdependencias asimétricas de sensibilidad sin tomar en consideración los patrones subyacentes de vulnerabilidad es probable que fracase"21 . Por ello hoy se entiende con más claridad la cautela del Canciller Kohl a la hora de no precipitar los sucesos; era necesaria la ‘luz verde’ de los Dos Grandes.

En un ‘tiempo 2’ (1989-1990), la interdependencia todavía no había socavado del todo la capacidad, ni de USA, ni de URSS para hacer prevalecer sus puntos de vista cuando los costos (como resultado de una acción o inacción) superaran a los beneficios, en una coyuntura dada. Sin embargo, Alemania ya había sorteado la barrera de la dependencia de sensibilidad dentro de su marco regional, al menos con respecto al área temática política de la reunificación. Lo decisivo era ver hasta que punto ese mismo tema era vulnerable en relación a USA y URSS. Inmediatamente se vio beneficiada por el inicio del cambio en el régimen político de la URSS (progresiva evolución en las reformas al sistema comunista ruso a partir de 1987 -Glasnot o la apertura del debate y la información hasta ese entonces reprimidos, y Perestroika que perseguía la completa reforma estructural del comunismo- ). Para el año 1989, así los hechos seguían a las palabras: cesó la Guerra Fría, cayó el Muro de Berlín, y lo que fue más decisivo, la URSS comenzaba a desmoronarse, y con ella, la misma Guerra Fría. "...(Frente) a la magnitud de la crisis interna, el líder soviético no tuvo más remedio que aceptar el desarme unilateral y desmantelar la ‘zona europea de seguridad’...En otras palabras, la perestroika -reforma- interior resultaba imposible sin la peredyska - retirada- exterior"22 . Finalmente, como resultado esperable de estos sucesos, ambas potencias dieron su conformidad para la reunificación alemana.

Dicho en otras palabras, al caer la ideología como variable independiente del juego estratégico, el ‘nudo gordiano’ se desató, permitiendo así dar el paso decisivo hacia la reunificación alemana. El ahorro intencionado de autonomía (t-1) en la toma de decisiones de la política exterior alemana definido como "evitar la confrontación con USA (por ser el líder del bloque occidental), pero sólo en materia estratégica", fue sumamente relevante a la hora de hacer un gran consumo (t-2) de esta, cuando el gran objetivo de la reunificación estaba en juego, y en momentos en que las circunstancias fueron las adecuadas. Tal circunstancia finalmente llegó en 1990 y fue aprovechada con tal celeridad por el gobierno alemán, encabezado a partir de 1987 por la dupla Kohl/Genscher (CDU/CSU-FDP), que sorprendió ya no solamente a los analistas extranjeros, como observadores fríos de la historia en curso, sino también a los propios alemanes, como protagonistas activos en ella.

 

Conclusión

 

La reunificación alemana, reitero, no solo estuvo vinculada a un conjunto de circunstancias propicias (paulatino desmoronamiento del bloque del este, presiones por la unidad desde la sociedad en ambas Alemanias, muerte de Honecker el líder de la RDA, etc.), se debió en gran medida al ahorro intencionado, paciente y sin interrupción que de su autonomía hicieron, desde 1949, los sucesivos gobiernos alemanes.

En cuanto a la velocidad que tuvo el proceso de reunificación, ha llevado a algunos a hablar de ‘anexión’ en lugar de ‘reunificación’ alemana23 . Sin embargo, parte de la justificación en la política oficial podría encontrarse en que la República Federal sufría un serio desfasaje en el área temática política, entre la estructura de poder subyacente o potencial, y su distribución en el uso corriente o real. Esto significa que la RFA contaba con los medios necesarios para llevar adelante el proceso reunificatorio aún antes de que las condiciones formales para hacer estuvieran dadas. Tal pasaje de lo potencial a lo real suele depender de la capacidad negociadora de un gobierno; por ello, al contar con dos grandes negociadores como el Sr. Kohl y el Sr. Genscher, dicha capacidad pudo ser aplicada con solvencia.

Para finalizar, es tentador en este punto producir algún tipo de predicción sobre el futuro comportamiento de la nueva Alemania Unida en el nuevo orden mundial. En primer lugar, un país que ocupa el corazón de la Mitteleuropa esta forzado, en términos geopolíticos, a llevar a cabo una estrategia múltiple. Por ello Alemania Unida deberá, por un lado asegurarse una participación perenne en el proceso de unificación europeo, y por otro, garantizar el orden en su frontera este, buscando hacerse el garante de la paz por medio del desarrollo económico y político de al menos sus países limítrofes (Polonia, Rep. Checa y Eslovaquia).

Sin embargo, hoy Alemania también tiene serios problemas puertas adentro. La integración de los Estados de la ex RDA al régimen económico y político de la RFA no ha sido fácil. La escasa productividad de las industrias orientales y los niveles de contaminación que ellas producen (recuérdese que la Unión Europea tiene límites muy precisos en cuanto a los niveles de contaminación permitidos a las industrias que deseen gozar de los beneficios arancelarios comunes), ha obligado al gobierno alemán a tener que desmantelar un gran número de ellas, y con ello aumentar aún más la desocupación.

Pero lo más preocupante es la lentitud con la que el comportamiento del ciudadano común de los Estados del Este se está adaptando a la forma de producción y competencia capitalista. Como otros han señalado, fue más fácil destruir el sistema capitalista para construir sobre sus ruinas el socialista, que el actual desafío de llevar a cabo el proceso inverso.

1 C. Escudé, Realismo periférico. Fundamentos para la nueva política exterior argentina, Planeta, Buenos Aires, 1992, p.46. Con relación a los conceptos inversión y consumo de autonomía, "Es preciso saber distinguir entre la autonomía en sí misma y el uso que a ésta se le da...puede conceptualizarse como inversión de autonomía, cuando apunta (con o sin acierto) a alimentar la base de poder o bienestar del país, o como simple consumo de autonomía cuando apunta a la demostración exhibicionista de que uno no está bajo el tutelaje de nadie".

 

 2 Los términos bajo perfil y alto alineamiento, entendidos como conceptosos útiles a la hora de identificar la orientación de la política exterior de un país, deben interpretarse como la escasa participación de un Estado en los asuntos mundiales y la subordinación del Estado a los puntos de vista del poder hegemónico, respectivamente. Con desarrollo interno involucro tanto el crecimiento económico como la consolidación de las pautas de convivencia democráticas. Sobre los alcances de los conceptos ver Paradiso en Russell, R., La política exterior argentina en el nuevo orden mundial, Grupo Editor Latinoamericano, Bs. As., Argentina, 1992, p. 74.

 

 3 J. Gaddis, Estrategias de la contención. Una evaluación crítica de la política de seguridad norteamericana de posguerra, Grupo Editor Latinoamericano, p.52.

 

 4 Literalmente, Estados Unidos exportó su democracia y su sistema económico a Alemania y Japón, países que hoy comparten con aquél el liderazgo mundial.

 5 En la zona oriental controlada por la URSS imperaba un régimen totalitario basado en un sistema de partido hegemónico y el control estatal de la economía (socialización de los medios de producción) ; en la zona occidental controlada por USA, Gran Bretaña y Francia estaban dadas las condiciones para consolidar a corto plazo la construcción de un régimen político democrático y capitalista. Debido a las distintas interpretaciones que suelen darse en las ciencias sociales de un mismo hecho, debo aclarar que cuando hablo de sistema de partido hegemónico me remito al sentido utilizado por Sartori, es decir, "...los partidos de segunda clase pueden ser una mera burla, una fachada vacía como ocurre en Alemania Oriental...el partido hegemónico no permite una competencia oficial por el poder, ni una competencia de facto. Se permiten que existan otros partidos pero como partidos de segunda...pues no se les permite competir con el partido hegemónico...". G. Sartori, Partidos y sistema de partidos, Alianza, 1980, Madrid, pp. 277-278. Aplicando tal noción al caso de la RDA se puede observar claramente los límites entre "competencia" (condiciones de jure) y "competitividad" (condiciones de facto), "Oficialmente, la RDA no era un Estado unipartidista, y además del SED existían cuatro partidos pequeños : el CDU cristiano, el liberal LDPD, el nacionalista NDPD y el partido de los agricultores, el DBD ... Aunque, desde el punto de vista del pluralismo occidental (?) eran simples marionetas del SED, en realidad cumplían algunas funciones importantes...(para luego concluir que) Alemania Oriental consiguió durante toda su historia, hasta la década de los ochenta, desactivar la oposición política potencialmente desestabilizadora y reprimir la disidencia ... La iglesia era la única institución de la RDA que no estaba coordinada por, y subordinada a, el partido comunista", en M. Fulbrook, Historia de Alemania, Cambridge University Press, Gran Bretaña, 1995, pp. 316-318.

 6 El nuevo orden económico trataba de evitar por una parte un capitalismo sin sensibilidad social y por otro un centralismo de tipo dirigista como obstáculo a la creatividad y la iniciativa.

 7 De la Ley Fundamental o Grundgesetz, se desprenden dos garantías muy importantes: 1.Es punible e ilícito todo intento de subvertir el ordenamiento democrático liberal e instaurar dictaduras tanto de izquierda como de derecha. 2.La Corte Constitucional Federal tiene la facultad de decidir sobre la legalidad de los partidos. En ese sentido, el art.79, art. primero, en función de la experiencia de la Constitución de Weimar, garantiza la estricta observancia de los derechos humanos por parte de todos los poderes públicos.
A su vez, consagra cinco principios fundamentales, Alemania es: 1. una
República (Bundesrepublik), contando con un Presidente Federal como Jefe de Estado. 2.Democrática (Demokratisch), los poderes del Estado emanan del pueblo en quién reside la soberanía. 3. Estado Federal (Bun-desstaat), incluye 16 Estados Federados (Länder). El Estado Federal dicta con exclusividad las leyes, los Estados Federados solo las aplican. 4.Estado de derecho (Rech-staat), división de poderes más primacía de la ley. 5. Estado Social (Wohlfahrsstaat), protege a los desfavorecidos y propicia la justicia social. *Canciller Federal: tiene una posición fuerte y autónoma frente a los ministros federales. Dirige las reuniones del gabinete y elige y propone los ministros de manera vinculante al Presidente Federal quien es el que los termina nombrando. Define el número y tipos de carteras ministeriales. Fija las directrices del gobierno dentro de las cuales cada ministro dirige su cartera.

 8 En el proceso de integración europea, los hitos fundacionales de la Comunidad Europea se desarrollan a lo largo de la década del ’50, así en 1952 por el Tratado de París se funda la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), en 1958 los Tratados de Roma dieron origen a la Comunidad Económica Europea (CEE) o "Mercado Común", y La Comunidad Europea de la Energía Atómica (Euratom).

 9 ·En 1963 Adenauer y de Gaulle recomponen las relaciones entre Alemania y Francia.
Mejoran las relaciones con Europa oriental gracias al giro estratégico en 1963 de la OTAN, se pasa de la represalia masiva a la respuesta flexible.
·Se establecen delegaciones comerciales en Bucarest (Rumania) y Budapest (Hungría). En 1967 Bonn y Belgrado (Yugoslavia), recomponen sus relaciones.

 10 H. Kissinger, "La ‘deténte’ y sus descontentos", La Diplomacia, Fondo de Cultura Económica, México, 1995, p.727.

 11 H. Kissinger, op. cit., pp.728-729. (El subrayado es mío).

 12 Un acuerdo de similares características (no agresión y reconocimiento de límites) se firmó entre Checoslovaquia y la República Federal Alemana (Tratado de Praga, 1973).

 13 Invasión soviética a Afganistán, la ley marcial en Polonia y el despliegue de los nuevos misiles soviéticos SS20.

 14 En, H. Kissinger, op. cit., pp. 819., el autor define a Kohl como "...heredero de la tradición de Adenauer".

 

 15 Ya en 1986 Gorvachov fijó como principal objetivo político la eliminación de las armas nucleares antes de fin de siglo. Sin embargo cabe aclarar que para esta época la cúpula del SED (Partido Unitario Socialista, de Alemania Democrática) todavía no quería dejarse contagiar por las consignas "perestroika" y "glasnot".

 

 16 Con motivo del 40 aniversario de la RDA, hubo manifestaciones multitudinarias en contra (Leipzig y Dresde), con el lema "Nosotros somos el pueblo".

 

 17 El planteo norteamericano sobre la reunificación alemana se basó en los siguientes cuatro principios (Jim Baker): 1.se proseguiría la autodeterminación "sin prejuzgar los resultados". 2.Permanencia de Alemania a la OTAN y su inserción en "una Comunidad Económica Europea progresivamente integrada". 3.Los movimientos hacia la unificación debían ser pacíficos, graduales y basarse en un proceso que fuera paso a paso. 4.Los principios del Acta de Helsinki, sobre todo los relacionados con el respeto a las fronteras, debían apoyarse.

 18 Desde un punto de vista sistémico, al tomar a Alemania como un sistema político podemos distinguir dos niveles ambientales o entornos con los cuales el Estado alemán interactúa (inputs-putputs), un nivel ambiental regional hoy denominado Unión Europea, y otro denominado contiguo ejemplificado en el grupo de países que limitan al este con el Estado alemán.

 19 R. Keohane and J. Nye, Power and Interdependence, World Politics in Transition, Little, Brown and Company, Boston, 1977, P. 8.

 

 20 Desde la asunción de Kohl como Canciller alemán hasta la caída del muro.

 

 21 O. Keohane y J. Nye, op. cit., p.31.

 

 22 J. Ortiz de Orruño y M. Saalbach (eds.), "Crónica de un reunificación imprevista", Alemania (1806-1989): Del Sacro Imperio a la caída del muro, Universidad del País Vasco, 1994, p. 135.

 

 23Aunque no coincido totalmente con su punto de vista, Ignacio Sotelo (catedrático de la Universidad Libre de Berlín) ha privilegiado distintos factores como determinantes de la reunificación alemana: "...la favorable coyuntura internacional tras el abandonismo de la URSS, la nula capacidad negociadora de la República Democrática debido a su extrema debilidad económica y social y, finalmente, la actitud de la República Federal consciente de su posición y decidida a imponer la anexión en lugar de la convergencia. Como factores más coyunturales...el talento político de Kohl...y las urgencias impuestas por el hecho de que 1990 fuera año electoral. En cualquier caso...la unificación ha sido fruto más del desplome de la URSS que el objetivo de una política trazada de antemano por la RFA". Sotelo, I., "La unificación alemana: causas y consecuencias", en Anuario Internacional CIDOB, Barcelona, 1991, pp. 115-120.