VIII Cumbre Iberoamericana
Oporto,
18 de octubre de 1998
Los Jefes
de Estado y de Gobierno de los países participantes en la Cumbre Iberoamericana
manifiestan su satisfacción por el avance en los trabajos preparatorios para
la celebración de la primera Cumbre entre la Unión Europea y América Latina
y el Caribe, que tendrá lugar en Río de Janeiro en junio del año próximo.
Comprometen todo su apoyo para el éxito de dicha reunión, que marcará un hito
en el desarrollo de las relaciones entre ambos grupos regionales.
La Comunidad
Iberoamericana, cuyos Estados participan en los procesos de integración regional
en Europa y América Latina y Caribe, se halla en una posición privilegiada
para aprovechar las oportunidades creadas por estos dos procesos. La Comunidad
Iberoamericana debe desempeñar un papel importante en el impulso de esta relación
entre Europa y América Latina y el Caribe, y especialmente en las negociaciones
tendientes a fortalecer la asociación política y económica, a través de los
mecanismos existentes de diálogo institucionalizado entre ambas regiones.
En el ámbito
económico, la Cumbre Iberoamericana confía en que la Cumbre Europa - América
Latina y el Caribe constate los progresos realizados en los últimos años en
las relaciones económicas y comerciales entre la UE y diversos países y grupos
subregionales de América Latina y el Caribe, y otorgue un nuevo ímpetu a las
negociaciones entre ambas regiones que propicie resultados satisfactorios
a corto plazo. En este sentido, espera que la Cumbre de Río ofrezca una perspectiva
de mayor integración económica en beneficio de Europa y de América Latina
y el Caribe.
Asimismo,
la Cumbre será una ocasión propicia para abordar otros temas de especial relevancia,
tales como los flujos financieros internacionales y la articulación y convergencia
de los procesos de integración económica, a fin de lograr entendimientos comunes
sobre los grandes procesos y problemas que afectan a nuestras economías.
Los países
iberoamericanos, reunidos en Oporto, desean también destacar que la Cumbre
entre los países de la Unión Europea y los de América Latina y el Caribe constituye
un foro apropiado para reforzar las relaciones de colaboración en el terreno
de la educación, la cultura, la ciencia y la tecnología, cuyo desarrollo es
un requisito básico para promover el progreso económico y social que todos
deseamos. Estas afinidades entre las dos regiones deben también desarrollarse
en otros campos de cooperación abiertos al beneficio de nuestros pueblos.