El pasado 1 de Junio se llevó a cabo la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Polonia, triunfando con el 50,89 % de los votos el candidato conservador de derecha, nacionalista y euroescéptico, Karol Nawrocki cuya candidatura fue impulsada por el partido de la oposición Ley y Justicia (PiS), en tanto que cosechó el 49,11 % de los sufragios y resultó derrotado el candidato liberal y proeuropeo Rafal Trzaskowski, quien era apoyado por el actual Primer Ministro del país Donald Tusk. Este resultado tan ajustado demuestra el alto grado de polarización política que se vive en Polonia. Otro elemento para destacar es que concurrió a las urnas el 71,63 % del padrón lo que representa un récord de votantes para una elección presidencial.

La presidencia de Nawrocki implica un gran desafío al gobierno del Primer Ministro Tusk quien desde su retorno al poder a fines de 2023 ha tratado de recomponer las relaciones con la Unión Europea y restaurar la independencia judicial en Polonia. Por su parte Nawrocki considera que la Unión Europea se entromete en asuntos internos de su país, en especial en ciertas cuestiones como lo son la reforma judicial y la política migratoria.

Nawrocki propone una relación más estrecha con la administración de Donald Trump, no respalda el ingreso de Ucrania en la OTAN, cuestiona los costos que ha tenido para Polonia la ayuda a Ucrania, en especial con respecto a los refugiados, y se opone a una mayor integración y cooperación entre su país y la Unión Europea.

El nuevo Presidente de Polonia, que asumirá su cargo el próximo 6 de agosto, tiene poder de veto sobre las leyes y es el Comandante Supremo de las Fuerzas armadas del país. Es muy probable que Karol Nawrocki complique la agenda de Donald Tusk y frustre sus esfuerzos de volver a alinear a Polonia con los estándares de la Unión Europea, en particular en cuestiones de estado de derecho, provocando ello un estancamiento político.

Departamento de Europa

IRI-UNLP