En este momento estás viendo A2022 Cegri Presentacion

A2022 Cegri Presentacion

Centro de Estudios en Género(s) y Relaciones Internacionales

Presentación

Coordinadora: Dulce Daniela Chaves
Integrantes: Camila Abbondanzieri
Ana Clara Weber
Camila Lopez
Diana Manzur
Krysia Pirillo
Malu López Mazzoleni
Manuela Bugnot
Mayra Hinostroza Cute
Micaela Minervini
Valeria Coronel
Verónica Bruno
Florencia Gómez
Jorgelina Ferraris
Mariana Jacques
Andrea María Díaz López
María Alejandra Astorga
Natalia Peña Boero
Rosana Riva
Julián Arias España
Juan Martín Barbas

Tengo el orgullo de presentar la sección del Anuario realizada por integrantes del Centro de Estudios en Género(s) y Relaciones Internacionales (CeGRI) del IRI. En esta ocasión, participaron de la confección: Camila Lopez, Diana Manzur, Krysia Pirillo, Malu López Mazzoleni, Manuela Bugnot, Mayra Hinostroza Cute, Micaela Minervini, Valeria Coronel, Verónica Bruno, Florencia Gómez, Jorgelina Ferraris Mariana Jacques, Andrea María Díaz López, María Alejandra Astorga, Natalia Peña Boero, Rosana Riva, Julián Arias España y Juan Martín Barbas. Además, quiero resaltar que la coordinación de esta edición, al igual que en el 2021, estuvo a cargo de Ana Clara Weber y Camila Abbondanzieri, valiosas y queridas compañeras del CeGRI. A todas las personas que brindaron su tiempo y expertise para que esta sección hoy sea posible, mi más profundo agradecimiento.

Antes de introducir a las/es lectoras/es en la breve sistematización de los hechos más relevantes de la etapa analizada, quisiera recuperar la siguiente afirmación con la que Ana Clara y Camila introducían el anuario 2020-2021, y que siguen siendo transversales en esta entrega 2022; esto es: los objetivos del trabajo consisten, en primer lugar, en trascender la mera recopilación acrítica de documentos oficiales y de datos periodísticos y, en segundo lugar, contribuir a la visibilización de las principales problemáticas de género que se presentaron en el lapso 1/7/2021 y 30/06/2022.

Por otra parte, deseo adelantar que, luego de esta presentación general, desde el CeGRI presentamos tres secciones: “Relevamiento de Documentos”, “Relevamiento cronológico” y “Artículos”. En la primera, se recopilan las publicaciones oficiales más destacadas que los principales organismos internacionales elaboraron en la etapa evaluada. Tal como sostienen las coordinadoras del Anuario del CeGRI, dicha sección fue elaborada fundamentalmente a partir de la revisión de las bases de datos del sistema de Naciones Unidas, que ofrecen la posibilidad de aplicar filtros temáticos y temporales, permitiendo refinar la búsqueda de fuentes primarias pertinentes para el objeto de estudio que motiva la presente compilación. Asimismo, se consideran informes y estudios estadísticos realizados por organismos internacionales, tanto de alcance global como regional.

En la segunda sección, se compilan las noticias en materia de género más destacadas en los ámbitos locales, regionales e internacionales. Para su elaboración, nos aclaran Camila y Ana Clara, se consultaron diversos medios de comunicación y portales temáticos. El criterio que orienta dicha sección es el relevamiento de hechos ocurridos en cada día de manera concreta. Por último, la tercera sección, incluye los artículos de dos querides integrantes del CeGRI: Diana Graciela Manzur Miguel, con su trabajo titulado “Relaciones Internacionales 4.0: cañerías rotas y diplomacia científica. Una mirada post-pandemia en perspectiva de género”; y Juan Martin Barbas, con su texto “Política Exterior Feminista y guerra en Ucrania: reflexiones a partir del caso sueco”. Sin dudas, lecturas obligatorias para quienes miramos el internacionalismo en clave feminista y, por tanto, de relaciones de poder.

Panorama

Nunca es sencillo acotar en poco espacio lo que sucedió en un año, en lo extenso del globo. Menos si ese análisis pretende hacerse desde los lentes de los feminismos, que advierten de avances y retrocesos en materia de derechos humanos para mujeres, el colectivo LGBTIQ+ y otros grupos sociales subalternizados y que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad económica, política y de otros tipos.

En este sentido, algunas de los acontecimientos más preocupantes que se presentaron en el período revisado, fueron: la retirada de Turquía del Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica, popularmente conocido como Convenio de Estambul; las demostraciones de odio respecto a las comunidades disidentes de la cis-heteronorma; y las diversas expresiones de misoginia que se registraron en todos los países relevados.

Además, a partir de un estudio de Naciones Unidos, se visibilizó cómo especialmente niñas que son obligadas a migrar, son quienes tienen más posibilidades de terminar siendo víctimas de trabajos forzados y explotación sexual. En línea con esta preocupación, UNICEF denunció, hacia octubre del año pasado, el alarmante aumento de los secuestros de mujeres y niñeces en Haití, por parte de bandas criminales que buscan un rescate. Esta situación conduce a desplazamientos forzados y contextos de máxima exposición.

Desde una preocupación similar, en marzo del 2022, la Organización Internacional para las Migraciones, alertó que miles de refugiadas/es ucranianas/es corren el riesgo de convertirse en víctimas de la trata, explotación sexual y abuso en la región, a medida que aumenta el número de personas que abandona el país debido a la guerra con Rusia. En abril, las autoridades ucranianas han denunciado a las tropas rusas presentes en Ucrania de ejercer violencia sexual selectiva contra mujeres y niñas ucranianas.

Relacionado a lo anterior, cabe destacar que −a partir de varios casos de menores embarazadas− la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), se pronunció y urgió al Estado de Bolivia a proteger a las niñas y a las adolescentes de la violencia sexual y el embarazo forzado, así como a garantizar el ejercicio de sus derechos sexuales y reproductivos. Previo a este pronunciamiento de la CIDH, integrantes de la “Articulación Feminista 28 de septiembre”,habían protestado en el centro de la ciudad, denunciando la violación a los derechos humanos de las niñas abusadas sexualmente, a partir de las consignas: “embarazo infantil es tortura” y “son niñas, no madres”.

Emparentado con lo anterior, en abril de este año, el gobierno peruano propuso la castración química obligatoria para los violadores en respuesta al caso de secuestro, tortura y violación de una niña de tres años. En 2021, alrededor de 1.700 adolescentes de entre 12 y 17 años se convirtieron en madres.

Un capítulo aparte merece el conjunto de atrocidades cometidas por el régimen talibán en materia de derechos humanos, en general, y derechos humanos de las mujeres y niñas en particular. Disolvieron el Ministerio afgano para Asuntos de la Mujer y lo sustituyeron por el Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio, organismo que, entre otras competencias, tiene por misión encargarse de implementar y vigilar el cumplimiento riguroso de la Sharia (ley islámica). Esta “policía religiosa” contribuye a la segregación y opresión de las mujeres, por ejemplo, exigiendo que las mujeres en Afganistán deben cubrirse la cara en público, idealmente con el tradicional burka. Además, aquellas mujeres que trabajan en oficinas gubernamentales y no cumplan con dicho decreto, serán despedidas.

En respuesta a todas estas políticas, diversos grupos de mujeres se manifestaron para expresar su repudio a las medidas. En ese mismo sentido, la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, instó al régimen talibán a adoptar una gobernanza responsable y respetuosa de los derechos humanos. Lo propio hicieron las ministras y altas autoridades de América Latina y el Caribe, quienes emitieron una declaración conjunta en la que rechazaron la situación en Afganistán y el riesgo al que están expuestas las feminidades de ese país.

En otro orden, pero con coincidencias respecto a la violación de derechos, cabe destacar la restricción de la educación sexual y la defensa pública de las minorías sexuales por parte del gobierno de Polonia, al cumplirse el primer aniversario de una polémica sentencia que ilegalizó de facto el aborto en el país. En sintonía con esto, en diciembre del 2021 se presentó el informe «Nuestras identidades bajo arresto», realizado por la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA Mundo); donde se dejaba en evidencia que en 77 países miembros de la Organización de Naciones Unidas la homosexualidad aún es penada y en 12 de ellos con pena de muerte.

Por otra parte, en noviembre del año pasado, se denunció en la Conferencia de Cambio Climático que el 80% de las/es desplazadas/es relacionadas/es con el clima son mujeres. La relación entre desigualdad y cambio climático afecta directamente a las mujeres, jóvenes y niñas; dado que, dentro de las dinámicas internas de los países, se continúa acrecentando las dobles vulnerabilidades de las mujeres en el desarrollo y dinámicas de las ciudades.

Pensando en lo transversal de los retrocesos, destaco cómo el senado nigeriano rechazó un proyecto de ley sobre la igualdad de género por cuestiones socioculturales e islámicas, y también por diferencias entre les senadores/as. El proyecto, impulsado por la senadora BiodumOlujimi, proponía la «prohibición de todas las formas de discriminación contra las mujeres y las personas con discapacidades».

En la esfera de los derechos sexuales y reproductivos/no reproductivos, cabe destacar la atrocidad que presenciamos en marzo del 2022, por parte del congreso de Guatemala: aprobó una ley que endurece las penas por abortar, que serán superiores a los cinco años de cárcel (pudiendo alcanzar hasta 25 años), y que limita el contenido LGBTIQ+ en centros educativos, alegando que la educación de las niñeces es competencia exclusiva de las familias. Esta última afirmación omite la comprobada estadística respecto a que la mayoría de los abusos y violencias sexuales se dan en el seno de los hogares.

En esa misma área, hallamos el gran retroceso que se vivió en mayo en Estados Unidos, momento en el que la Corte Suprema anuló el fallo del caso Roe vs. Wade, resolución histórica que en 1973 legalizó el derecho al aborto en todo el país. La decisión en el caso impulsado por el estado de Mississippi contó con 5 votos a favor, 4 de ellos de varonescis. Sólo tres juezas se opusieron a desconocer el aborto como derecho constitucional.

Por último, entre el repliegue por nuestros derechos, cabe destacar que, en junio de este año, el portavoz del Mundial, Nasser Al-Khater, anunció oficialmente que quienes luzcan la bandera del orgullo podrán ser condenados de 7 a 11 años de cárcel. «Qatar es un país islámico y se debe respetar su religión», justificó. El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, manifestó que “la comunidad LGBTIQ+ será bienvenida en Qatar, pero tienen que respetar la cultura local”. Anteriormente, se prohibió el sexo fuera del matrimonio y se intentó impedir las muestras de afecto entre personas del mismo sexo durante el evento futbolístico. Me pregunto:¿hasta cuándo ciertos países se ampararán en la cultura y religión para atentar contra los derechos humanos de las mujeres y personas que se inscriben por fuera de la cis-heteronormatividad?

Aires de esperanza (o arco iris multicolor)

En las antípodas del panorama anterior, y como síntomas de un escenario internacional que logra esbozarnos alguna ilusión de un mundo más justo, me parece importante reconocer el avance que implica en términos normativos: en España, la ley que afirma que “todo acto sexual sin consentimiento será agresión” y la que reconoce la violencia vicaria(la que se ejerce contra las/es hijas/es o allegadas/es de una mujer para causarle daño a ella) como violencia machista; en Argentina, la promulgación de la ley 27.636 de promoción del acceso al empleo formal para personas travestis, transexuales y transgénero, conocida como ley “LohanaBerkins-Diana Sacayán”; en el norte de nuestro continente, la ley para el Reconocimiento y la Atención de las Personas LGBT+ de la Ciudad de México y la despenalización del aborto hasta las 12 semanas de gestación en los estados de Baja California y de Colima, y de hasta 13 semanas en el caso de Sinaloa; y en Chile, el Senado aprueba el proyecto de ley que legaliza el matrimonio y la adopción en parejas homosexuales.

En nuestro país, asimismo,a partir del Decreto presidencial N°476/21, se reconocen identidades por fuera del binomio masculino y femenino,al incorporar la nomenclatura “x” en el Documento Nacional de Identidad como opción, para todas las personas que no se identifiquen como varón o como mujer. De esta manera, Argentina se convierte en el primer país de la región en reconocer identidades más allá de las categorías binarias de género en los sistemas de registro e identificación.

Entre las exigencias que se hicieron en materia normativa, resalto la que las mujeres mayas, Xinkas y Garífunas, hicieron a la comisión de asuntos electorales y al pleno del Congreso guatemalteco, a fin de incluir el artículo 212 bis, sobre la paridad e inclusión de mujeres y pueblos indígenas, en las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos. Esa visibilidad de las comunidades originarias también la vamos a encontrar en la segunda marcha de mujeres indígenas, que reunió a más de 5000 mujeres de distintos pueblos y regiones del país, en el centro de la ciudad de Brasilia; teniendo como objetivo la espera de la sentencia judicial histórica sobre la posesión y demarcación de más de 300 tierras de uso ancestral; y en la realización de la primera marcha de Mujeres Indígenas en Ecuador, en contra de la violencia de género.

Además, en octubre del año pasado por primera vez, 174 mujeres de los nueve países amazónicos se reunieron en Tena (Cundinamarca, Colombia) para crear una agenda común propia de las mujeres indígenas de la cuenca, compartir experiencias y exponer las problemáticas a las que se enfrentan las mujeres indígenas de los países que integran la Amazonia. En ese mismo período temporal, el poder judicial surcoreano falló a favor de reclamo de una soldada transgénero, quien se suicidó tras ser discriminada y licenciada de su cargo, posterior a su operación. Este resultado representa un pequeño avance para el colectivo LGBTIQ+, aunque esperamos que los reconocimientos y la protección de derechos humanos sean antes de las vulneraciones a la integridad de las personas.

Siguiendo con los acontecimientos protagonizados por personas trans, Emilia Schneider se convirtió hacia fines del 2021 en la primera persona transgénero de Chile en ser elegida para el Congreso nacional. En línea con los derechos de la comunidad que se reconoce fuera de la cis-heteronormatividad, en diciembre del 2021, el parlamento chileno aprobó la ley de matrimonio igualitario, una conquista de los derechos humanos de las parejas del mismo sexo y de las familias homoparentales. Este proyecto garantiza la no discriminación por orientación sexual e identidad de género en custodia de sus hijxs, filiación o adopción. También reconoce la maternidad para mujeres trans y paternidad para varones trans en las actas de nacimiento.

Por su parte, en Argentina se promulga la ley 27.655, la cual establece que en el país no se pueden esterilizar personas con discapacidad sin su consentimiento. La norma establece que todas las personas tienen derecho a brindar su consentimiento para la realización de intervenciones, como la ligadura de trompas o la vasectomía, a recibir información en formatos accesibles, a acceder a los apoyos que les permitan consentir en forma autónoma, y a que se adopten salvaguardias para evitar la sustitución en la toma de decisiones.

En enero de este año, cinco ex paramilitares guatemaltecos fueron declarados culpables de crímenes de lesa humanidad y sentenciados a décadas de prisión por el crimen de agresión sexual a decenas de mujeres indígenas achí, durante la década de los ochenta, en el municipio de Rabinal. Casi tres décadas después, las 36 víctimas pudieron realizar las denuncias penales respectivas y diez años más tarde consiguieron justicia por los delitos de lesa humanidad cometidos en el marco de la represión para sofocar grupos guerrilleros. También en ese mes y nuestra región, Xiomara Castro se convirtió en la primera mujer presidenta en la nación hondureña.

En sintonía con la importancia de las representaciones, el presidente estadounidense Joe Biden, nominó a Ketanji Brown Jackson como la primera mujer afroamericana para la Corte Suprema, quien asumió en junio; en Paraguay,Esperanza Martínez se convirtió en la primera mujer en presentar su candidatura para las elecciones presidenciales del 2023; y en Chile, Luz Vidal Huiriqueo fue designada como nueva subsecretaria de la Mujer y la Equidad de género por el presidente chileno Gabriel Boric. La representante mapuche, feminista, dirigente sindical y trabajadora de casa particular, agradeció por redes sociales la oportunidad de representar a aquellas mujeres chilenas que son invisibilizadas.

En materia de acoso laboral y hostigamiento en razón de género, hacia marzo de este año, el presidenteBiden firmó una ley que dificultará que se puedan silenciar los casos de acoso sexual en las empresas y que brinda a las víctimas más herramientas para poder denunciarlos ante un tribunal. En España, por su parte, las empresas de más de 50 trabajadores/as, ya están obligadas a tener un Plan de Igualdad; dicha obligatoriedad se recoge en el Real Decreto Ley de medidas urgentes para garantizar la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres en el empleo y la ocupación.

A partir de junio de este año, el Programa de Apoyo a Instancias de Mujeres de las Entidades Federativas del Gobierno Federal, ofrece hoteles-refugio para mujeres que sufren violencia doméstica en México, con el apoyo del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA). En ese mismo mes, las/senadoras/es de Paraguay aprobaron el proyecto de ley de provisión gratuita de elementos para la gestión menstrual para niñas, adolescentes de colegios públicos y mujeres en penitenciarías y refugios de las zonas más carenciadas, como plan inicial que pretende ir ampliándose.

Desde nuestro lugar en el CeGRI, abogamos para que esos avances enumerados no se conviertan en excepcionales; lo cual no implica desconocer la evidente embestida de los fundamentalismos y la extrema derecha, en varias latitudes de nuestro planeta. Como sostiene el informe de julio del 2022 del Foro Económico Mundial, a este nivel de “progreso” (comillas mías), restan 132 años para lograr la igualdad de género plena a nivel mundial. Las cifras en materia de violencia hacia las mujeres y el colectivo LGBTIQ+son alarmantes; los discursos misóginos y trans-lesbo-homofóbicos, también. La decisión de mirar y apoyar un lado u otro es política. Siempre lo fue.

Dulce Daniela Chaves
Coordinadora