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15 de Abril 1953: atentado de la Plaza de Mayo

El atentado que sucedió el 15 de abril de 1953 en Plaza de Mayo, Buenos Aires, fue resultado de la detonación de dos bombas durante el discurso, por parte del entonces presidente, Juan Domingo Perón mientras se llevaba a cabo un acto sindical organizado por la Confederación General de Trabajo (CGT). Se llevó a cabo durante la segunda presidencia de Perón, donde su poder no estaba tan consolidado como años anteriores, especialmente con la crisis económica del 52, que significo una constante suba de precios y el desabastecimiento local (especialmente en torno a la carne), y la muerte de Evita, en julio de ese año.

Todos estos eventos apoyaron y alentaron a la creciente oposición peronista, especialmente a conjuntos más radicales; es de esta manera que un grupo de jóvenes ubicaron e hicieron estallar dos bombas contra los civiles reunidos en la Plaza escuchando el discurso del presidente.

Este acto de violencia dejó un saldo de seis muertes y más de noventa heridos, y generó una seria de acciones en represalia por parte de grupos peronistas, quienes incitados por el mismo presidente a “hacer justicia por mano propia”, iniciaron una campaña de violencia orientada a la destrucción de sedes partidarias y locales de la oposición. A modo de ejemplo, puedo nombrar los incendios hacia La Biblioteca Obrera Juan B. Justo, la Casa Radical, el comité central del Partido Demócrata y la sede social del Jockey Club.

Los autores de los atentados días después fueron detenidos y procesados por la justicia, se trataba de un conjunto de jóvenes profesionales y universitarios pertenecientes a familias de clase media-alta. Entre estos hay que destacar a los hermanos Lanusse y a Roque Carranza, quienes fueron algo así como los “organizadores” y quienes poseían los contactos militares que le facilitaron los explosivos. Carranza pasaría a ser con los años una figura reconocida de la política, al desempeñar el cargo de ministro en dos áreas distintas para los presidentes Illia y Alfonsín. Esto pudo suceder porque luego del Golpe de Estado de 1955 que derrocó a Perón, el grupo terrorista fue amnistiado.

Este atentado si bien tiene su importancia histórica y social, muchas veces queda olvidado ante los sucesos del bombardeo de la Plaza de Mayo de 1955. Sin embargo, esto no quita el hecho de que el mismo va a marcar la venida de tiempos aún más tumultuosos donde la violencia sería la única vía de comunicación.

Federica Aráoz
Colaborador de la Red Federal de Historia de las Relaciones Internacionales
Departamento de Historia
IRI – UNLP.