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Miembro del CECOR se adjudicó una plaza de la beca GKS para estudiar en Corea

María Agustina Alfaro tiene 24 años, es oriunda de la provincia de Salta e integra el Centro de Estudios Coreanos (CECor) del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de La Plata (IRI-UNLP). Recientemente fue beneficiada con una de las tres plazas que el Gobierno de la República de Corea del Sur brinda en la Argentina para realizar maestrías o doctorados en este país, por lo que en el mes de septiembre empezará su paso por la Universidad de Sogang, en Seúl.

El recorrido de María Agustina en vinculación con la cultura asiática comenzó desde temprana edad, cuando en su casa, influenciada por los consumos culturales de esa región gracias a su familia, tuvo acceso desde películas de Jackie Chan y animes en canales de televisión hasta los primeros doramas coreanos que fueron internacionalmente reconocidos.

Sin embargo, lejos de quedarse solo con este conocimiento de la cultura coreana como un consumo, Agustina supo que quería extender esa pasión hacia lo académico y de esta manera, cuando finalizó sus estudios secundarios, optó por formarse en el campo de las Relaciones Internacionales.

Así, para proseguir con su formación universitaria, viajó a Buenos Aires a estudiar con una beca completa otorgada por la Universidad de San Andrés, lo que le permitió volcarse de lleno a su carrera, vinculándose con la cultura coreana a medida que se desarrollaba profesionalmente.

A continuación, Aracelli González, integrante del CECor, le realizó una breve entrevista donde se abordan estos puntos sobre el trayecto que Agustina recorrió para obtener una beca de posgrado en Corea del Sur.

¿Qué cubre la beca?
La Global Korea Scholarship (GKS) es una de las becas más completas que existen en el mundo y son otorgadas por el Gobierno de la República de Corea tras un riguroso y extenso análisis de los perfiles de los estudiantes que aplican en todo el mundo.

En Argentina solo se otorgan tres plazas anualmente y está orientado únicamente a estudiantes graduados que busquen realizar una maestría o un doctorado. Cubre la matrícula de los estudios por cursar, el año entero de coreano que deberán realizar obligatoriamente, así como un estipendio mensual para manutención y seguro médico, boletos aéreos de ida y vuelta a Corea del Sur y un subsidio para establecerse a la llegada al país.

Experiencias previas vinculadas a Corea
Agustina supo desde temprana edad que quería desarrollar una carrera relacionada con Asia y los estudios coreanos, pero como no existía una opción viable que esté directamente relacionada a este país, su idea fue hacer una carrera previa que le diera las herramientas para después poder hacer una especialización más particular orientada a Corea.

Como en su universidad en particular no existían  especialistas que la pudieran guiar en este camino que ella había establecido como meta, fue durante la pandemia y gracias a la virtualidad obligatoria, que descubrió que existían congresos y eventos vinculados a los estudios coreanos en América Latina y tuvo la oportunidad de conocer el CECOR y su labor en este campo, y así, descubrir los estudios coreanos en Argentina y cuál es el camino que sigue la gente que se especializa en ellos en nuestro país.

Fue de esta manera que comenzó a participar de este espacio ya como integrante, lo que para ella, sin dudas tuvo un papel muy importante en su carta de aplicación para esta beca.

“Había encontrado el lugar por donde empezar a participar de los estudios coreanos en Latinoamérica y luego de tomar el primer curso del e-School, seguí tomando todos los que pude porque el nivel académico en este entorno es impresionante”.

En este sentido, Agustina resalta que lo que más disfrutó de tomar los cursos del e-School a los que tuvo acceso a través del CECor fue de “la solidaridad en el conocimiento que tienen los profesores y profesionales que toman los mismos, ya que siempre están dispuestos a acompañarte, a brindarte espacio para seguir investigando, a recomendarte autores y libros” y que “es el lugar para  que uno pueda darse cuenta de  qué es lo que más le gusta sobre Corea, conocer profesionales de toda Latinoamérica y tener la posibilidad de ver cómo otros países vienen trabajando este campo”.

“Es el lugar para sentirse acompañado, conectado y también para sentirse inspirado a conocer y también en ser parte de la próxima generación de estudios coreanos en Latinoamérica conociendo a los pioneros”, destacó.

El descubrimiento de la beca y el proceso de aplicación
Tras haber finalizado su carrera en el año 2020, en plena pandemia, Agustina regresó a Buenos Aires en el año 2021 para trabajar, pero aún más firme en la idea de perfeccionar su perfil profesional para esta beca, lo que implicaba para ella, aprender y alcanzar el nivel de inglés requerido, publicar papers, participar en congresos y tratar de involucrarse aún más con este campo de estudios de manera que pudiera ser notable su interés por la temática.

Poder demostrar el modo en el que estaba involucrada con los estudios coreanos desde su lado profesional fue uno de los grandes intereses que tuvo desde entonces, por lo que trabajar dentro de esas expectativas de carrera y profundizar los estudios en el país fue para ella una de las cosas que “dieron más luz verde a su perfil” y por ello, el consejo para otros aplicantes tiene que ver con fortalecer ese perfil para que le resulte atractivo a los seleccionadores.

“No importa si no fuiste el mejor promedio de tu camada o no sabes hablar coreano todavía, trabajar en tu perfil teniendo muy en claro las metas que se quieren alcanzar es algo que ayuda mucho”.

En cuanto a su propio proceso de aplicación, más allá de los requisitos que se deben de cumplir, Agustina resaltó que lo que más tiempo le llevó fue la elaboración de dos de los ensayos claves: el plan de estudios y su declaración personal, a través del cual todos los aplicantes deben sentar las bases previas de sus experiencias previas similares obtenidas en su campo de formación o vinculadas a Corea, el aprendizaje del idioma coreano, el origen de su interés por Corea y su cultura y cómo eso fue marcando su carrera.

“Más allá de los reconocimientos y lo que digan los papeles oficiales, esa es la carta de presentación que tienen ellos sobre vos: van a saber tus intereses, en qué trabajaste, por qué querés ir a Corea y si ven valor en becarte y que vayas a estudiar allá con todo lo que eso implica. Por eso, hay que ser muy claro y saber a lo que uno está yendo, las metas que uno tiene”.

El proceso de aplicación a la beca requiere de tiempo y de una inversión previa bastante grande que hacer en materia económica, por lo que prepararse con tiempo es una de las grandes claves para cumplir con los requisitos solicitados y eventualmente, pasar las diferentes instancias de revisión que existen tanto en el país como a nivel internacional, sin embargo, eso no garantiza su obtención.

Agustina reconoce que tuvo la suerte de ser elegida en el primer intento pero “tenía en claro que este podría ser el primer año y podía ser de aprendizaje para, al momento de la selección no haber sido elegida,  pero que  uno tiene que ir con esa mentalidad de que es un sacrificio bastante grande de tiempo también y de inversión económica, tener en claro el proceso de lo que implica aplicar a una beca, estar lo más preparados posible”, y que si no te toca, “saber que uno hizo todo lo posible para estar preparado y si eso no alcanzaba, volver a prepararse, reforzar el perfil y volver a presentarse”

“La mayor parte de los candidatos intentan dos, tres, cuatro veces antes que los elijan y todo es cuestión de disciplina, tiempo y estar seguro de lo que uno quiere lograr con esa beca, de que se puede, porque yo hace años quiero ir a estudiar a Corea y ahora estoy acá, a un mes de viajar y parece irreal, pero todo fue gracias a pequeños pasos y mucha disciplina, de estar segura de lo que yo quería y seguir trabajando con eso con mucha dedicación y disciplina”.

Consejos para quienes estén interesados en aplicar a la beca
Como gran parte de los jóvenes en nuestro país y alrededor del mundo, la pasión de Agustina por Corea inició con el consumo de productos culturales, y por ello, aunque lo cultural sin duda juega un papel importante, un consejo que deja a los profesionales y estudiantes interesados en este país es el de “encontrar un balance entre lo cultural y lo académico, porque a uno lo están becando para estudiar un posgrado, una especialización, por lo tanto tu carrera tiene que tener un vínculo con este país ya que el objetivo de la beca es la de promover a nivel académico más que un simple intercambio cultural”.

“Que a uno le guste Corea está bueno así como lo está meterse en esto, pero sin duda esta beca tiene una cara más académica e implica considerar cómo se involucra Corea en ese camino”.