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A 37 años del 2 de abril de 1982

La República Argentina se encuentra ante una gran oportunidad

La República Argentina ha mantenido el reclamo por la usurpación británica de las Islas Malvinas desde el mismo 3 de enero de 1833 (día en que se produjo el despojo) hasta la actualidad. Los distintos gobiernos nacionales le pusieron su impronta a este reclamo de acuerdo a la cercanía o no que los funcionarios de turno tenían con el Reino Unido pero el reclamo en sí nunca se abandonó. En 1965 la diplomacia argentina logró que la Asamblea General de las Naciones Unidas reconociera la existencia del conflicto y recomendara su solución, mediante la aprobación de la Resolución 2065 y con posterioridad, la Convención Constituyente de 1994 incorporó al nuevo texto constitucional una cláusula programática por la que la Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las Islas Malvinas,  Georgias del Sur y Sandwich del Sur, y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional; y establece que su recuperación constituye un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino.
Debemos aclarar que la Constitución Nacional es por esencia un Proyecto de Nación, y en 1994 el convencional quiso hacer preceder este proyecto por esta declaración, que por su naturaleza es una cláusula programática, mal denominada transitoria por la ilusión de la clase política del momento que la plena vigencia de  los Acuerdos de Madrid de 1989 y 1990 llevaría al Reino Unido a devolverle al pueblo argentino el islario que le arrebató hace 186 años, lo que el paso del tiempo demostró que era una falacia. Dieciocho años después los vicecancilleres de la República Argentina y el Reino Unido firmaron el comunicado conjunto del 13 de septiembre de 2016, que no es más que un remedio agravado de los Acuerdos de Madrid y en vez de aprovechar la situación en que se encuentra el Reino Unido con su traumático intento de salir de la Unión Europea le ofrece al mismo moderar nuestro reclamo y facilitarle la gobernanza del enclave colonial.
Es necesario por lo tanto crear un gran consenso democrático en el que todos los partidos políticos se pongan de acuerdo en una política de Estado para poder aprovechar esta oportunidad que es única, ya que hay muchas posibilidades que el gobierno conservador de Theresa May caiga como consecuencia de la caótica situación política interna que ha creado el denominado «Brexit» y no sería extraño que el líder laborista Jeremy Corbyn acceda al poder, quien ya ha manifestado públicamente que aceptaría dialogar con la República Argentina sobre el diferendo de soberanía en los archipiélagos del Atlántico Sur.
De no ocurrir esto, es indudable que la salida de la Unión Europea va a tener efectos traumáticos en lo económico para el Reino Unido -al menos en un primer momento- y hasta ahora han fracasado todos los esfuerzos de la diplomacia británica por morigerarlos, por lo que su gobierno ha intentado durante los últimos años de acentuar su vínculos económicos con América Latina, y muy especialmente con la Argentina, que siempre fueron asimétricamente muy favorables para el país europeo.
Por lo tanto, a 37 años del 2 de Abril de 1982 nuestro país se encuentra ante una gran oportunidad ya que por un futuro cambio en la conducción política del Reino Unido puede acceder al poder un dirigente político que está dispuesto a dialogar con la República Argentina sobre el diferendo, o por la salida del Reino Unido de la Unión Europea éste se va a encontrar ante una grave situación económica con indudables efectos sobre la vida de su población.
Sin embargo, no han surgido ni de las autoridades nacionales ni de la oposición política análisis serios de ambos escenarios. Más bien se continúa pensando que la situación está congelada, como una fotografía, y que el Reino Unido es siempre el país central e importante y la República Argentina debe continuar sometida a los flujos financieros que llegan de Londres y a su padrinazgo para nuestro hipotético ingreso a la OCDE.
Estamos convencidos que nos encontramos ante una gran oportunidad que no podemos desaprovechar y es necesario que la totalidad de la clase política se ponga de acuerdo en los consensos mínimos para afrontar la misma, en cumplimiento de la cláusula programática de nuestra Constitución Nacional. El Congreso de la Nación podría ser un ámbito válido para ese debate ya que tanto los Acuerdos de Madrid de 1989 y 1990 como el Comunicado Conjunto del 13 de septiembre de 2016 fueron sustraídos de su competencia.
Este es el mayor homenaje que podemos hacer a los Veteranos y a los Caídos en la Guerra de Malvinas al cumplirse el 37 aniversario del 2 de Abril de 1982.

Carlos Alberto Biangardi Delgado
Coordinador
Departamento del Atlántico Sur
IRI – UNLP