En este momento estás viendo <span class="hpt_headertitle">Política exterior bahreiní en la encrucijada</span>

Política exterior bahreiní en la encrucijada

Departamento de Medio Oriente

Artículos

Política exterior bahreiní en la encrucijada: entre sus lineamientos tradicionales de política exterior, la normalización con Israel, y el acercamiento que ha sido puesto en jaque con Irán

Ornela Fabani

La presente contribución al anuario se enfoca en la política exterior de Bahréin, un pequeño país insular ubicado frente a las costas de Arabia Saudita. Con tal fin se busca: identificar los lineamientos tradicionales de política exterior bahreiní, indagar en los objetivos e implicancias de la firma de los Acuerdos Abraham, analizar el posicionamiento de Bahréin frente a la guerra en Gaza para, por último, analizar el devenir reciente del vínculo con Irán y los obstáculos que encuentra la normalización con dicho actor.

Lineamientos tradicionales de política exterior bahreiní

Por años la política exterior bahreiní se ha caracterizado por: su alineamiento con Arabia Saudita, su proximidad a los Estados Unidos y su enemistad con Irán (Fabani, 2016). Por ende, estos tres grandes lineamientos permitían explicar gran parte del accionar externo del pequeño país del Golfo.

En relación a los mismos, la puja con la República Islámica de Irán no es un dato nuevo, por el contrario, en distintos momentos históricos funcionarios iraníes han reclamado el territorio del reino como su provincia número catorce. De allí que Bahréin, un pequeño Estado insular, con escasas capacidades militares, percibiese al país vecino como una de las principales amenazas a su seguridad.

Al respecto, los referidos reclamos territoriales se iniciaron en la década de 1960 y, pese a que años después Irán reconoció la independencia de Bahréin, la relación bilateral sólo empeoró tras la Revolución islámica de 1979 y el fallido intento de golpe de estado de 1981 en el reino, que Manama atribuyó a actores vinculados a Teherán.

Más cerca en el tiempo, tras el inicio de las protestas que se suscitaron en Bahréin en el marco de la primavera árabe, las autoridades de esta monarquía del Golfo denunciaron que el responsable de incitar la inestabilidad interna, poniendo en jaque la supervivencia del régimen de los Al Khalifa era Irán, actor que podría beneficiarse frente a un eventual empoderamiento de los shiítas, que al representar un 70% de la población, son mayoría en dicho Estado.

La brecha entre estos dos actores se profundizó en 2015 cuando Bahréin retiró a su embajador de Teherán, luego de darse a conocer que las fuerzas de seguridad del reino habían descubierto una fábrica de explosivos y de encarcelar a un grupo de individuos que se alegó estaban vinculados a la Guardia Revolucionaria iraní (Reuters, 2015). Sin embargo, el quiebre definitivo llegaría en 2016, momento en el que Bahréin decidió romper relaciones diplomáticas con Teherán, siguiendo el camino iniciado días antes por Arabia Saudita, tras la muerte del clérigo shiíta Nimr al-Nimr en Riad y las consiguientes protestas en Teherán donde un grupo de manifestantes incendió la embajada saudita.

Lo expuesto lleva entonces a reflexionar sobre la naturaleza del vínculo vigente entre Bahréin y Arabia Saudita. En este sentido, se evidencia un claro alineamiento de Manama para con Riad, actor que, a través del tiempo, le ha brindado amplio apoyo económico, político y militar al país vecino, tal como ha acontecido en el marco de los acontecimientos desencadenados a raíz de la primavera árabe.

En dicho contexto, cuando las manifestaciones se extendieron en Bahréin, convertido en el país del Golfo que sufrió las protestas más importantes en toda la zona, las mismas sólo lograron acallarse con el apoyo de las fuerzas del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG)[1]. En este marco, Arabia Saudita encabezó la defensa del reino al convertirse en el estado miembro del bloque que envió un mayor número de efectivos militares, bajo el paraguas del Peninsula Shield Force[2], con vistas a respaldar la estabilidad del régimen de los Al Khalifa (The Telegraph, 2011). Todavía más, por aquellos días Riad incluso donó U$$500 millones para apuntalar la maltrecha economía bahreiní (Katzman, 2015).

Como correlato, Bahréin fue el único de los socios del CCG en recibir positivamente la propuesta de conformar una Unión del Golfo, impulsada por Arabia Saudita tras la proliferación de las manifestaciones en la región. El referido acoplamiento también se hizo palpable a partir de la decisión de Bahréin de sumarse a la coalición liderada por Arabia Saudita para frenar el avance hutí en Yemen. Años después, Bahréin se encontró entre los países que, junto a Arabia Saudita, decidieron romper relaciones y posteriormente establecer un bloqueo sobre Qatar.

En definitiva, estos países han demostrado detentar visiones comunes y preocupaciones compartidas, fundadas no sólo en el empoderamiento de sus propias poblaciones shiitas, en el plano interno, y de Irán, en el plano externo, sino, inclusive, en el crecimiento y la expansión del islam político, que también podría poner en jaque la estabilidad en el Golfo.

En otro orden, no puede pasarse por alto que Bahréin ha sabido construir un vínculo sólido con los Estados Unidos. Al respecto, Katzman (2015) señala que la piedra angular de la relación entre ambos actores reside en la posibilidad que el reino le ha ofrecido a Washington de tener acceso a sus instalaciones navales. Sin ir más lejos, la presencia de un comando naval norteamericano en Bahréin data del periodo posterior a la segunda guerra mundial, más específicamente de 1948 (Katzman, 2015). El MIDEASTFOR (US Middle East Force), su sucesor el NAVCENT (Naval Central Command), así como también la V Flota de Marina norteamericana han encontrado un espacio en Bahréin. De cualquier forma, Bahréin recién alcanzó un peso mayor para la estrategia de seguridad norteamericana en la zona a partir de que se convirtió en sede de la V Flota. Esta última, al igual que el NAVCENT, tiene sede en el NSA (Naval Support Activity), una base marítima que sirvió para coordinar las acciones en Irak y Afganistán.

Además, la fuerza aérea norteamericana cuenta en Bahréin con la base Sheikh Isa. Mientras que, la presencia en tierra de las fuerzas norteamericanas en el reino data del período posterior a la guerra del Golfo. En tanto, previamente, los cuarteles navales norteamericanos se encontraban establecidos en naves de mando atracadas frente a las costas de Bahréin, por ende, técnicamente costa afuera (Fabani, 2016).

De hecho, la guerra del Golfo se convirtió en un parte aguas pues, a partir de entonces, las monarquías nucleadas en el CCG, comprendieron que más allá de sus esfuerzos por cooperar en materia de seguridad estos resultaron fútiles cuando uno de los miembros del bloque, en dicho caso Kuwait, sufrió un ataque externo. A partir de entonces, se hizo evidente que el único actor que estaba en condición de garantizar su seguridad eran los Estados Unidos.

De esta forma, en 1991, pocos meses después de la liberación de Kuwait, Bahréin firmó un Acuerdo de Cooperación en Defensa con Washington que se ha ido renovando con el paso de los años. El mismo preveía el acceso norteamericano a las bases en el reino, el preposicionamiento de equipo militar, ejercicios militares conjuntos y consultas en caso de que la seguridad de dicho país se viese amenazada. No obstante, en septiembre de 2023, se arribaría a la firma de un instrumento jurídico superador, el Acuerdo Integral de Prosperidad e Integración de la Seguridad (C-SIPA), que ha supuesto fortalecer la cooperación bilateral en diversas áreas, desde la defensa y la seguridad hasta la ciencia, la tecnología y el comercio. En esta misma dirección, el acuerdo establece que, en caso de una agresión externa a cualquiera de las partes, los Estados están obligados a reunirse en los niveles más altos para implementar una respuesta adecuada en los ámbitos económico, militar y/o político (The Soufan Ceter, 2024).

Es importante mencionar que, bajo esta lógica, Bahréin ha participado en la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF) en Afganistán y en la coalición liderada por Estados Unidos para combatir al Estado Islámico en Irak y en Siria. Además, Bahréin permitió que sus instalaciones sean utilizadas para facilitar la evacuación de extranjeros desde Afganistán. Ello sin mencionar que el reino se ha sumado a la coalición que desde 2023 lleva adelante la Operación Guardián de la Prosperidad, que tiene por fin proteger las rutas de navegación en el mar Rojo de los ataques con misiles y drones por parte del movimiento hutí.

La firma de los Acuerdos Abraham: objetivos e implicancias

Ahora bien, los referidos como ejes tradicionales de la política exterior de Bahréin aparecen como un marco en el cual se inscribe la normalización con Israel, que se plasma en la firma de los Acuerdos Abraham. Cabe recordar que, la firma de estos acuerdos se produjo en septiembre de 2020 y supuso el establecimiento de relaciones diplomáticas entre dos países del Golfo, Bahréin y Emiratos Árabes Unidos (EAU), y el Estado de Israel. Como hemos mencionado en otros informes previos del Anuario (Fabani, 2022), la rúbrica de estos documentos fue impulsada por el gobierno de Donald Trump y se convirtió en un hecho histórico, que supuso para Israel dar un paso importante con vistas a romper con el aislamiento que Tel Aviv sufre hace décadas.

En lo que atañe a la decisión adoptada por Manama, puede mencionarse que, a la hora de avanzar en el acercamiento para con Israel, ha primado el pragmatismo, y han imperado los intereses nacionales por sobre el compromiso con la causa palestina. Esencialmente, aquello que tanto el pequeño reino como EAU parecen haber buscado es obtener un reaseguro frente a Irán, un actor que, como ya fue referido, es percibido como una amenaza dentro del escenario regional. Mas aún en una instancia en la cual los Estados del Golfo percibían una erosión del compromiso norteamericano con su seguridad.

En esta dirección, este acercamiento tuvo por fin ganar apoyos para poder hacer frente, por ejemplo, al programa de desarrollo nuclear iraní o, incluso, a su programa de misiles balísticos, que es uno de los más avanzados en la región. Todavía más, el hecho de que Israel cuente con amplias capacidades tecnológicas y militares, entre ellas importantes desarrollos en materia de ciberseguridad, que podrían servir para controlar el accionar de los grupos disidentes resulta particularmente interesante para Bahréin, que es entre las monarquías del Golfo aquella que cuenta con una oposición más fuerte y organizada. De allí que la búsqueda de acceder a tecnología en materia de ciberseguridad se convierta en otro factor que ha redundado en favor de la decisión de avanzar en una normalización de los vínculos.

Por supuesto, más allá de la posibilidad de cooperar en materia de seguridad, otro elemento que impulsó la firma de estos acuerdos fue la intención de hacer negocios. Una apuesta que, hasta el momento, claramente ha reportado mayores beneficios para EAU que para Bahréin.

En otro orden, y en línea con la idea de que los lineamientos tradicionales de política exterior de Bahréin actuaron como marco en pos de la firma de los Acuerdos Abraham, otra reflexión insondable reside en que difícilmente Bahréin haya avanzada en el reconocimiento de Israel sin contar con el visto bueno de su principal aliado, Arabia Saudita. De hecho, el mismo Riad, con el correr del tiempo comenzó a propiciar un acercamiento público con Israel, iniciativa que sería reconocida por el propio príncipe heredero, Mohamed Bin Salman, en una entrevista que este otorgó a Fox News (Aitken, 2023), y que luego se frena con el desencadenamiento de la guerra en Gaza.

Dicho esto, se destaca que la firma de los Acuerdos Abraham se inscribió en el marco de una apuesta por la estabilidad regional. En esta dirección, cabe recordar que además de la firma de los ya referidos acuerdos en 2020, en 2021 el conocido como “cuarteto antiterrorista”[3] procedió a levantar el bloqueo a Qatar. Tiempo después, el Reino Saudita y la República Islámica de Irán restablecieron relaciones diplomáticas fruto de la mediación de China. Como si todo esto fuera poco, en 2022 EAU, Egipto y Arabia Saudita restablecieron relaciones con Siria, que en mayo de 2023 reingresó a la Liga Árabe.

En este sentido, es importante mencionar que aquello traccionó la mentada apuesta por la estabilidad regional fue la búsqueda de los actores regionales, y entre ellos particularmente de las monarquías del Golfo, de dejar de lado la conflictividad, los desacuerdos político-diplomáticos, en pos de priorizar la consecución de objetivos económicos. Al respecto, cada una de las monarquías del Golfo ha delineado su propio plan de desarrollo económico, propuestas que en todos los casos le asignan un rol central a la diversificación económica. En definitiva, lo que estos Estados pretenden es disminuir la contribución de los hidrocarburos al PBI. Con tal fin algunos de estos Estados han apostado al desarrollo de megaproyectos, como es el caso de NEOM en Arabia Saudita, mientras otros han priorizado hacer negocios, como es el caso de EAU, que aspira a convertirse en un gran centro comercial y logístico regional. Lo cierto es que, estos proyectos, para concretarse, requieren de enormes inversiones y de estabilidad regional, una estabilidad con la cual barrieron los ataques de Hamas del 7 de octubre de 2023.

La posición de Bahréin ante la guerra en Gaza

En lo que respecta al posicionamiento de Bahréin frente a los referidos ataques -que dejaron por saldo la muerte de 1200 personas y la toma de 250 rehenes- y a la consiguiente respuesta israelí, una ofensiva que ha ocasionado miles de muertos, heridos, destrucción de infraestructura física y una población de forma constante al borde de la hambruna, el reino ha buscado sostener una posición equilibrada. Esta posición podrá comprenderse atendiendo a los vínculos que Bahréin detenta con Israel, así como también a su voluntad de demostrar compromiso con la causa palestina. En esta dirección, por una parte, Bahréin ha defendido el derecho inalienable a la autodeterminación del pueblo palestino y, por otra, a diferencia de sus socios del CCG -a excepción de EAU- ha condenado el accionar de Hamas contra el Estado de Israel.

La búsqueda de equilibrio se hizo palpable ya en el discurso inaugural de la 19ª edición del Diálogo de Manama, entonces el príncipe heredero y primer ministro, Salman bin Hamad Al Khalifa señaló “No debe haber desplazamiento forzado de palestinos en Gaza, ni ahora ni nunca. No debe haber una nueva ocupación de Gaza. No debe haber ninguna reducción del territorio de Gaza. Y, por otro lado, no debe haber terrorismo dirigido desde Gaza contra el público israelí” (…) “nuestra condena debe ser para ambos. Condenó inequívocamente a Hamás” (…) “Los ataques del 7 de octubre fueron bárbaros, fueron horribles, fueron indiscriminados, mataron a mujeres, niños, ancianos” (MEMRI, 2023).

Siendo Bahréin un país donde existe un sentimiento anti-normalización generalizado particularmente profundo, y una solidaridad muy fuerte con los palestinos (Krasna, 2024), la Cámara de Representante de Bahréin informó “la interrupción de los vínculos económicos con Israel y el regreso de los embajadores de ambos lados (…) en apoyo de la causa palestina y los derechos legítimos del hermano pueblo palestino” (Krasna, 2024). Sin embargo, tal como señala Krasna (2024), el parlamento de Bahréin sólo posee poderes limitados, mientras el rey y el Ministerio de Asuntos Exteriores no efectuaron anuncios al respecto. De allí que el referido anuncio generase fuerte incertidumbre, que recién se disiparía con un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel que expresaba «Nos gustaría aclarar que no se ha recibido ninguna notificación ni decisión por parte del gobierno de Bahréin ni del gobierno de Israel respecto al retorno de los embajadores de ambos países. Las relaciones entre Israel y Bahréin son estables» (The New Arab Staff, 2023).

En este sentido debe aclararse que, pese al humor social y las demandas en torno a que se expulsase al embajador israelí y a la ruptura de los lazos diplomáticos, las autoridades de Bahréin se limitaron a suspender los vuelos a Tel Aviv debido a la situación de seguridad. En otro orden, el embajador de Bahréin retornó a Manama, mientras que el embajador de Israel abandonó el país a raíz de lo que se definió como consideraciones en materia de seguridad. Pese a ello, Manama no rompió relaciones diplomáticas, ni expulsó al embajador, ni siquiera suspendió los acuerdos económicos y de seguridad firmados con Israel.

Ahora bien, aunque las medidas adoptadas por Bahréin pueden dejar sabor a poco, lo cierto es que, a la hora de tomar distancia de Tel Aviv, el país insular ha ido más lejos que su socio del Golfo, EAU. Se señala esto ya que Emirates Airlines es una de las pocas en Medio Oriente que continúa ofreciendo vuelos directos a Israel. Amén de ello, Abu Dhabi creó una ruta terrestre desde EAU hacia Israel para sortear los ataques hutíes en el Mar Rojo y el Golfo de Adén. Por otra parte, Emiratos no ha suspendido el acuerdo de exención de visado, que permite a los israelíes ingresar a los EAU sin necesidad de visa y, conforme con la información disponible, no ha retirado a su embajador, siendo el embajador de Israel en Emiratos el único que hoy permanece en un país árabe (Rose & Cornwell, 2024).

Volviendo a Bahréin, este país ha acogido y participado de distintos encuentros en el marco de los cuales se ha posicionado frente a la guerra en Gaza. Sin ir más lejos, en febrero de 2024 Manama fue sede de una cumbre en la cual los líderes árabes expresaron su apoyo a la convocatoria de una conferencia internacional de paz y a la adopción de medidas para implementar la solución de dos Estados. En tanto, en el mes de mayo, se celebró en Bahréin la 33ª Cumbre de la Liga Árabe.

Mientras tanto, si se pone el foco en lo acontecido durante los últimos doce meses, en la 20ª edición del Diálogo de Manama del IISS, que tuvo lugar en el mes de diciembre, el ministro de Relaciones Exteriores de Bahréin, Abdullatif bin Rashid Al Zayani, insistió en que el reino ha estado presionando por un alto el fuego inmediato, la liberación de rehenes y el acceso de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza (Ministry of Foreign Affairs, 2024).

Amen de haber sido sede de distintos encuentros a lo largo de 2024, en febrero de 2025 el príncipe heredero de Bahréin, Salman bin Hamad Al Khalifa, participó de una reunión en Riad a la que asistieron el rey Jordania, el presidente egipcio, el emir de Qatar, el presidente de los Emiratos Árabes Unidos y el emir de Kuwait, que tuvo por fin proponer una alternativa al plan que impulsa Donald Trump para la reconstrucción de Gaza.

En tanto, en el mes de marzo último, el ministro de Asuntos Exteriores bahreiní, reiteró el rechazo del reino al desplazamiento forzado de personas y a la expansión de los asentamientos, respaldó el plan egipcio para la recuperación temprana y la reconstrucción de Gaza y subrayó también la importancia de la unidad entre las facciones palestinas bajo el marco de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) como único representante legítimo del pueblo palestino. Ahora bien, se reitera que, pese a las críticas al accionar de Israel, los vínculos bilaterales se sostienen (Bahrain News Agency, 2025). Si bien es cierto que esto supone un alto costo. De hecho, si se consideran las presiones y demandas internas por poner coto a estas relaciones, todo indica que, en la ecuación, para el gobierno de Bahréin, siguen pesando más los beneficios y oportunidades que se abrieron a partir de la normalización con Israel.

En este sentido, es real que los beneficios económicos que Bahréin ha obtenido a partir del establecimiento de relaciones diplomáticas no han estado a la altura de las expectativas. En efecto, Bahréin no se ha beneficiado de los Acuerdos de Abraham en la misma medida que EAU. Incluso, las estimaciones relativas al comercio bilateral efectuadas por el Ministerio de Economía de Israel tampoco se alcanzaron (Arab News, 2020). No obstante, el reino apuesta a que la cooperación y las nuevas oportunidades de inversión redunden, a futuro, en una profundización de los vínculos en este ámbito.

Como contrapartida, a diferencia de lo acontecido en el plano económico-comercial, previo a los ataques del 7 de octubre se venían realizando avances sustanciales en lo concerniente a la cooperación en materia de seguridad entre ambos Estados. Un primer indicador de este acercamiento son las visitas cursadas por altos funcionarios israelíes a Bahréin. En diciembre de 2021, Benny Gantz, ministro de Defensa de Israel, arribó a Bahréin por primera vez. Su segunda visita se produjo en febrero de 2022. Todavía más, también han existido visitas del director de la Agencia Nacional de Inteligencia de Israel a Bahréin en octubre de 2020 y mayo de 2021 (Alarabiya, 2021, Staff, 2020), lo que pone en evidencia la voluntad de las partes de avanzar la cooperación en este ámbito.

Otro indicador de dicho acercamiento viene dado por la firma de un Memorándum de Entendimiento en materia de seguridad, que se transformó en el primero firmado por Israel con un país del Golfo. Tal acuerdo prevé la cooperación en el área de inteligencia, convirtiéndose en un marco para los ejercicios conjuntos y la cooperación entre las industrias de defensa de ambos países (Al Jazeera, 2022). Además, se ha señalado que el mismo también apunta al aprovisionamiento de equipos y el entrenamiento militar.

En esta misma dirección, según se dio a conocer, Bahréin compró a Israel radares y sistemas anti-drones con vistas a alcanzar un sistema integrado de monitoreo costero (Bahrain Mirror, 2022). Esta creciente convergencia de seguridad ha abierto la puerta para que la tecnología israelí penetre en la infraestructura del Golfo. Bahréin ahora depende de empresas israelíes no sólo en términos de sus sistemas anti-drones, sino también en materia de vigilancia satelital y ciberseguridad. Una colaboración notable involucra a la empresa bahreiní Crescent Technologies y la potencia israelí de ciberdefensa CyberArk (Iskandar, 2025).

Vale destacar que la cooperación en seguridad se perpetuó aun a pesar de la guerra en Gaza, tal es así que el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), Herzi Halevi, se reunió con altos generales árabes en Bahréin en junio de 2024. Una reunión a la que asistieron representantes de Bahréin, EAU, Arabia Saudita, Jordania y Egipto y que fue encabezada por el comandante del CENTCOM. Esta reunión reviste relevancia pues sugiere que, a pesar de la condena árabe a Israel, los esfuerzos para ampliar la cooperación en materia de seguridad regional han continuado. En tal sentido, Iskandar (2025) señala que el comandante de la Guardia Real de Bahréin declaró abiertamente el compromiso de su país de entorpecer las operaciones de respuesta iraníes en coordinación con la V Flota estadounidense estacionada en Manama.

Por otra parte, Bahréin entiende que la normalización con Israel ha supuesto mejorar su imagen entre los responsables políticos de Washington, así como también reforzar su rol como un importante aliado de Estados Unidos en la región del Golfo. De hecho, al normalizar sus relaciones con Israel, el gobierno de los Al Khalifa ha podido desviar las críticas sobre las violaciones a los derechos humanos, surgidas tras la respuesta gubernamental a los levantamientos que se produjeron en el marco de la primavera árabe. Todavía más, la normalización con Israel también ha servido para estrechar la relación entre Bahréin y EAU, permitiendo a Manama tomar distancia de Riad y, al mismo tiempo, beneficiarse de vínculos más estrechos con Abu Dabi (Cafiero, 2024).

El devenir de la relación con la República Islámica

Por otra parte, mientras las críticas por los vínculos con Israel proliferan, Bahréin se debate acerca de una normalización con Irán, en una instancia en la cual los Estados del Golfo buscan la diversificación de sus vínculos y apuestan por la cooperación, con vistas a la seguridad y la estabilidad regional. En este sentido, quien actuó como punta de lanza fue el reino saudita que, tras una mediación de la República Popular China, restableció sus relaciones con la República Islámica. Meses después, EAU emprendería el mismo camino. En tanto, hoy solo resta Bahréin en pos de una normalización total entre Irán y las monarquías del Golfo.

Al respecto, los gestos de Manama hacia Teherán se multiplicaron en los últimos meses. En este sentido, el rey Hamad bin Isa Al Khalifa le envió un mensaje de condolencias al líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, tras el fallecimiento del presidente iraní, Ebrahim Raisi, en mayo de 2024. Días después, el ministro de Relaciones Exteriores de Bahréin, Abdullatif bin Rashid al-Zayania, asistió al funeral del presidente iraní en Teherán. A posteriori, en el mes de junio, Bahréin envió un mensaje al país persa a través de funcionarios rusos, donde expresó su deseo de restablecer las relaciones bilaterales; un deseo que el rey Hamad reiteró durante una reunión con el primer ministro chino, Li Qiang, en Pekín.

Como resultado de este acercamiento incipiente, a finales del mes de junio Bahréin e Irán decidieron iniciar conversaciones bilaterales, y el ministro de Relaciones Exteriores de Bahréin viajó a Teherán para comenzar a discutir cómo alcanzar dicho fin. Todavía más, un mes después, el máximo representante de la diplomacia bahreiní volvió a viajar al país vecino para la toma de posesión del nuevo presidente electo, Masoud Pezeshkian.

Como contrapartida, el 21 de octubre, el ministro de Relaciones Exteriores iraní viajó a Bahréin, como parte de una gira de unas dos semanas, que lo llevó a visitar numerosos países de la región con miras, fundamentalmente, a romper su aislamiento. Entre ellos: Líbano, Siria, Arabia Saudita, Qatar, Irak, Omán, Jordania, Egipto y Turquía. Vale destacar que este raid diplomático también respondió a la búsqueda de Irán de reducir tensiones, tras el enfrentamiento con Israel en abril de 2024 y ante la inestabilidad creciente que atraviesa la región tras el inicio de la guerra en Gaza. Más aún en una instancia en la que este actor, tras sufrir una serie de duros golpes, entre los cuales se cuenta la muerte de Ismail Haniye dentro de su propio territorio, se encontraba debilitado.

Días después, Manama condenó un nuevo ataque de Israel contra la República Islámica y expresó su profunda preocupación por la escalada de tensiones. En un comunicado emitido por el Ministerio de Asuntos Exteriores (Bahrain News Agency, 2024), el reino reiteró el llamamiento a un alto el fuego integral, inmediato y duradero en la región, instó a todas las partes a actuar con moderación y priorizar los esfuerzos con vistas a una desescalada. Asimismo, subrayó la necesidad de reactivar las negociaciones de paz para lograr la seguridad y la estabilidad regionales, apoyando el derecho de todos los habitantes de la región a vivir en seguridad, paz y prosperidad.

El comunicado también exige un alto el fuego inmediato en Gaza y el sur del Líbano, destacando la importancia de proteger a la población civil y del regreso seguro de los desplazados. Insta a la liberación de rehenes y detenidos y a la entrega sin trabas de ayuda humanitaria. En torno a este documento, la relevancia del mismo reside en que el mismo expone, una vez más, la búsqueda de Bahréin de posicionarse de manera equilibrada entre las partes en la disputa. Ello se hace palpable si se considera que se llama a todas las partes, y no sólo a Israel, a actuar con moderación, a la par que se reconoce el derecho de todos los habitantes de región, sin distinción alguna, a vivir en condiciones de paz y seguridad.

Para cerrar este punto, es importante mencionar que, lejos de extinguirse, los contactos al más alto nivel entre ambos países han continuado, con encuentros al margen de las reuniones de grandes foros internacionales y comunicaciones telefónicas que se han sucedido a través de los meses.

Obstáculos a la normalización

Como ya se ha mencionado, amén de las reivindicaciones territoriales iraníes, una de las grandes preocupaciones de Bahréin sigue siendo la injerencia de Irán en sus asuntos internos. De hecho, en la actualidad, importantes figuras vinculadas a la oposición en Bahréin residen en Teherán, Líbano e Irak. Sin ir más lejos, el jeque Isa Qassim, un clérigo que suele ser considerado líder espiritual de la disuelta sociedad política Al-Wefaq, principal grupo de oposición en Bahréin, reside hoy en Irán tras haber perdido la ciudadanía bahreiní. Además, el subsecretario general de la citada sociedad política ha sido fotografiado asistiendo a ceremonias de Estado en Irán (Ghuloom, 2025).

En otro orden, uno de los lineamientos tradicionales de política exterior de Bahréin, la proximidad con Estados Unidos, sumado a la normalización con el Estado de Israel, tampoco contribuyen a que pueda concretarse el restablecimiento de relaciones entre los dos actores del Golfo. De hecho, tras la revolución islámica Irán cortó relaciones diplomáticas con Estados Unidos y dejó de reconocer al Estado de Israel. Al respecto, Teherán no solo desconoce al Estado de Israel, altos funcionarios iranies han llegado a negar el Holocausto. Como si todo esto fuera poco, como ya se mencionó, Tel Aviv se ha enfrentado al país persa de forma directa, por primera vez en la historia, tras el inicio de la guerra en Gaza.

Al respecto, debe mencionarse el intercambio de misiles que tuvo lugar entre estos dos Estados en abril y octubre de 2024, pero también la Guerra de los Doce Días que volvió a enfrentar a ambos actores previo al cierre de esta comunicación, en junio de 2025, y en la cual Israel logró imponerse generando daños sobre la infraestructura nuclear iraní cuya magnitud aún está por verse. Aún más, los ataques iraníes ocasionaron la muerte de altos mandos del ejército y científicos vinculados al programa nuclear, amén de haber afectado gravemente al sistema de defensa iraní y sus capacidades misilísticas. El involucramiento de Estados Unidos en esta guerra y la temida respuesta de Irán llevaron a Bahréin, como ya se ha mencionado, sede de la V Flota de Marina norteamericana, a cerrar su espacio aéreo e indicar el trabajo remoto de los empleados públicos. Todavía más, el gobierno desaconsejó el empleo de las principales carreteras del país al momento de movilizarse.

Lo hasta aquí expuesto pone en evidencia que, desde la óptica de Bahréin, las sospechas y sensación de amenaza que favorecieron la firma de los acuerdos de Abraham siguen estando vigentes. Mientras tanto, desde el punto de vista de Irán, el acercamiento de Bahréin a Israel y su participación en una coalición militar liderada por Estados Unidos contra las fuerzas hutíes respaldadas por Teherán en Yemen, dejan en claro sus intereses divergentes.

Pese a esto, la posibilidad de una escalada mayor, de una guerra abierta que involucre a distintos actores regionales ha llevado a que distintos actores del Golfo decidan sentarse a la mesa de negociación, y traccionar el diálogo, movidos por el pragmatismo, por la necesidad de continuar impulsando sus planes de desarrollo, que en todos los casos buscan diversificar fuentes de ingresos más allá de los hidrocarburos. En dicho marco, resta por ver cómo logrará Bahréin superar la encrucijada en la que ha ingresado su política exterior.

Bibliografía

Alarabiya (6th May 2021), Israeli spymaster visits Bahrain to discuss Mideast security in wake of US-Iran talks. Disponible en: https://english.alarabiya.net/News/middle-east/2021/05/06/Israeli-spymaster-visits-Bahrain-to-discuss-Mideast-security-in-wake-of-US-Iran-talks

Aitken, Peter (20th September 2023), Bret Baier interviews Saudi Prince: Israel peace, 9/11 ties, Iran nuke fears: ‘Cannot see another Hiroshima’, Fox News. Disponible en: https://www.foxnews.com/world/bret-baier-interviews-saudi-prince-israel-peace-ties-iran-nuke-fears-cannot-see-another-hiroshima

Arab News (2nd December 2020), Israel expects $220 million in non-defence trade with Bahrain in 2021. Disponible en: https://www.arabnews.com/node/1771531/business-economy

Bahrain Mirror (2nd February 2022), Bahrain Buys Israeli Radars and Anti-Drone Systems Disponible en: https://www.middleeastmonitor.com/20220210-bahrain-buys-israel-radars-anti-drone-systems/

Bahrain News Agency (5th of March 2025), Foreign Minister: Palestine Summit emphasises Arab unity for peace, Gaza reconstruction. Disponible en: https://www.bna.bh/En/ForeignMinisterPalestineSummitemphasisesArabunityforpeaceGazareconstruction.aspx?cms=q8FmFJgiscL2fwIzON1%2BDuItPH5%2B7%2FPobf5x9Kghbxw%3D

Bahrain News Agency (26th October 2024), Bahrain condemns military action on Iran, calls for immediate de-escalation. Disponible en: https://www.bna.bh/en/BahraincondemnsmilitaryactiononIrancallsforimmediatedeescalation.aspx?cms=q8FmFJgiscL2fwIzON1%2BDs9N2RJkPDg%2Fdmvgji6FTPU%3D

Cafiero, Giorgio (2024), Gaza War Creates Dilemmas for Bahrain’s Leadership, Middle East Council on Global Affairs. Disponible en: https://mecouncil.org/blog_posts/gaza-war-creates-dilemmas-for-bahrains-leadership/

Fabani, Ornela (2022), Las relaciones Bahréin-Israel tras la firma de los acuerdos Abraham, Anuario del Instituto de Relaciones Internacionales, Universidad Nacional de La Plata (UNLP).

Fabani, Ornela (2016), Condicionantes domésticos, regionales e internacionales y su incidencia sobre la política exterior de Bahréin tras los levantamientos en el mundo árabe, Brazilian Journal of International Relations, Universidade Estadual Paulista, Vol. 5, Ed. 3

Ghuloom, Mahdi (2025), Bahrain-Iran challenges and potential rapprochement during Trump 2.0, ORF. Disponible en: https://www.orfonline.org/expert-speak/bahrain-iran-challenges-and-potential-rapprochement-during-trump-2-0

Iskandar Mawadda (2025), Gulf-backed genocide: How Arab monarchies fuel Israel’s war machine, The Cradle. Diponible en: https://thecradle.co/articles/gulf-backed-genocide-how-arab-monarchies-fuel-israels-war-machine

Katzman, Kenneth (2015), Bahrein: Reform, Security and US policy, Congressional Research Service, CRS Report, 2015.

Krasna, Joshua (2024), The October 7 Massacre and the War in Gaza: Impact on Bahrain and United Arab Emirates, FPRI. Disponible en: https://www.fpri.org/article/2024/01/the-october-7-massacre-and-the-war-in-gaza-impact-on-bahrain-and-the-united-arab-emirates/

MEMRI (2023), Bahrain’s PM And Crown Prince Salman Al Khalifa: I Unequivocally Condemn Hamas’s Barbaric, Horrific October 7 Attack, As Well As Israel’s Air Campaign; Release Of Hostages Is Essential For A Ceasefire, Which In Turn May Develop Into A Two-State Solution Disponible en: https://www.memri.org/tv/bahrain-pm-crown-prince-salman-bin-hamed-al-khalifa-condemns-hamas-israel-release-women-children-hostages-two-state-solution

Ministry of Foreign Affairs of Bahrain, (6th December 2024), Foreign Minister Delivers Opening Address at Manama Dialogue 2024,. Disponible en: https://www.mofa.gov.bh/en/foreign-minister-delivers-opening-address-at-manama-dialogue-2024

Reuters (4th November 2015), Bahrain says foils plan for attacks by Iran-linked terrorist group. Disponible en: http://www.reuters.com/article/us-bahrain-iran-idUSKCN0ST2GJ20151104

Rose, Emily & Cornwell, Alexandre (2024), Gaza war cools Israel’s once red-hot business ties with UAE, Reuters. Disponible en: https://www.reuters.com/world/middle-east/gaza-war-cools-israels-once-red-hot-business-ties-with-uae-2024-05-08/

Staff, Toi (2020), Mossad chief openly visits Bahrain for first time, meets with security chiefs, The Times of Israel. Disponible en: https://www.timesofisrael.com/mossad-chief-in-bahrain-to-meet-security-chiefs-in-first-open-visit

The New Arab Staff (3rd November 2023), Has Bahrain cut off ties with Israel over the war on Gaza? Disponible en: https://www.newarab.com/news/has-bahrain-cut-ties-israel-over-war-gaza#article-0-slider-0

The Soufan Center (24th July 2024), Bahrain Emerges as Pivotal U.S. Ally. Disponible en: https://thesoufancenter.org/intelbrief-2024-july-24/

The Telegraph (14th March 2011), Bahrain protests escalate: Saudi Arabia send troops to help restore security. Disponible en: http://www.telegraph.co.uk/news/ picturegalleries/worldnews/8381142/Bahrain-protests-escalate-Saudi-Arabia-sends-troops-to-help-restore-security.html?image=1

[1] Bloque subregional compuesto por Arabia Saudita, Bahréin, EAU, Kuwait, Qatar y Omán, creado en 1981.

[2] Fuerza militar conjunta del CCG.

[3] Conformado por Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Egipto