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China: ¿Avanza o declina?

La economía china resistió con creces la ofensiva arancelaria de Donald Trump: en los ocho primeros meses del año, las exportaciones crecieron un 3,5 % y el superávit comercial aumentó el mismo porcentaje. El comercio con EE. UU. disminuyó, pero fue compensado con el aumento con otros socios, especialmente de Asia.

Por otra parte, en pleno conflicto, China sigue mostrando avances en áreas de punta como vehículos eléctricos, energías renovables y semiconductores, motorizados por los estímulos estatales y la competencia entre empresas.

No obstante, siguen apareciendo señales de alerta: según las Perspectivas de la Economía Mundial de octubre del FMI, este año la economía china crecerá 4,8%, menos que el 5% del año pasado y menos también que otras economías asiáticas, como India, Vietnam e Indonesia, y también esperan un crecimiento aún menor para el año que viene (4,2%). Y, según el Departamento Nacional de Estadísticas del gobierno chino (NBSC), la actividad industrial y las ganancias empresarias también están reduciéndose.

La contracción industrial explica el alza del desempleo juvenil (16%) a pesar de la reducción de la oferta de mano de obra por la caída de la población.

El debilitamiento industrial y la competencia feroz de las empresas para bajar sus precios promueven la caída de precios y aumenta el peligro de una deflación sostenida: en los ocho primeros meses del año el Indice de Precios al Consumidor aumentó un 0% en promedio. [1]

Esto sucede, además, en el contexto de que la industria tiene, en sectores tradicionales y avanzados, una creciente sobreocupación que puede conducir a una contracción mayor de la actividad en el futuro. La sobreocupación, sostiene Lizzi Lee (2025-I) en un análisis sobre el tema, “se convierte en algo más que un problema sectorial: repercute en toda la economía china, encerrándola en un ciclo de bajos beneficios, débil inversión, lenta creación de puestos de trabajo y, consistentemente, débil demanda”

En suma, la economía china ya no es la estrella indiscutida del crecimiento asegurado y genera incertidumbres sobre su futuro y, consecuentemente, sobre la capacidad del Partido Comunista para mantener la legitimidad de su dominio.

 

La versión oficial de los problemas

El gobierno chino reconoce estos problemas: un editorial reciente publicado en el Diario del Pueblo, periódico oficial del Partido Comunista chino, como parte de una serie de editoriales de opinión, explicita una serie de problemas económicos del país, incluyendo la débil demanda doméstica, las presiones fiscales en los gobiernos locales, tendencias deflacionarias y un persistente desajuste entre la oferta y la demanda (Lee, 2025-II).

Especifica que el Partido tiene objetivos duales que incluyen preservar la estabilidad social sosteniendo el empleo y promover gradualmente el avance tecnológico de la industria en las cadenas de valor.

Identifica sectores básicos de la industria, como químicos, maquinaria y otros, que deben ser actualizados, no reemplazados. Los instrumentos para este avance serían la automatización, digitalización, Inteligencia Artificial, robotización y otros.

Pero no considera estos problemas como estructurales sino como síntomas de avance tecnológico y realineamiento industrial.

En relación a la necesidad de promover el consumo, señala prescripciones de larga data como fortalecer la red de seguridad social para reducir el ahorro de precaución (ante, precisamente, la debilidad de la seguridad social) y, de esa forma, promover el consumo en forma indirecta.

 

Diferentes visiones sobre la situación china

Todo esto ha generado una corriente de opinión sobre el fin del auge chino que convive con otra que, números en la mano, afirma que la economía sigue avanzando, principalmente en términos cualitativos.

La reducción de la tasa de crecimiento y los problemas aparecidos en los últimos años (crisis inmobiliaria, presiones deflacionarias, costos de las restricciones al acceso de tecnologías avanzadas de Estados Unidos, etc.) han generado una corriente de opiniones que subrayan las debilidades de la economía china y trazan pronósticos según los cuales enfrentaría problemas como los ya mencionados de una tendencia de menor crecimiento y frustración de las aspiraciones de convertirse en la primera potencia mundial en un futuro no lejano.

Una vision crítica es la de Hal Brands (2021), de la Universidad John Hopkins, quien sostiene que China es un poder declinante (y por eso, no por su crecimiento, es una amenaza para EE. UU.). Brands puntualiza que, en este siglo, el país perdió su autosuficiencia en energía y alimentos dependiendo del abastecimiento externo. También perdió la ventaja de su alta oferta de adultos en el mercado de trabajo y se enfrenta a una fuerte declinación demográfica.

Paralelamente, registra una pérdida de productividad, por lo que cada unidad de producto requiere más capital y trabajo que en el pasado. El autor cita una información del Conference Board, según la cual la productividad total de los factores (TFP, por su sigla en inglés) declinó un 1,3% anual entre 2008 y 2019.

Estas tendencias tienen y tendrán consecuencias negativas sobre el fisco porque tendrá que aumentar progresivamente su gasto en seguridad social y en estímulos económicos, aumentando la deuda pública.

Finalmente, como consecuencia de su política exterior regional cada vez más asertiva y hasta agresiva (como en el Mar del Sur de China), el país está encontrando resistencias de otros países de la región con los que, por otra parte, tiene fuertes vínculos económicos.

Una amenaza señalada por algunos analistas es la de la “japonización” de la economía china. En esta línea, el demógrafo Yi Fuxian (2025) analiza la situación demográfica de China y su impacto en el sector inmobiliario y traza paralelismos con la experiencia de Japón antes y después de su crisis de 1989, que sumergió al país en una tendencia de deflación y bajo crecimiento que se prolongó por décadas.

El experto en China, Scott Kennedy (2025), señala los importantes esfuerzos y avances de China en materia tecnológica en los últimos años pero, también, citando a quien fuera Primer Ministro y economista Li Keqiang, una parte importante de la población china sigue viviendo en condiciones de pobreza y con un nivel educativo que no le permite integrarse a las nuevas actividades intensivas en tecnología, las que, por otra parte, generan menos empleos que las industrias tradicionales o los servicios de baja productividad. Esto contribuye a explicar, según Kennedy, que, a pesar de sus avances tecnológicos, la economía china en su conjunto sigue teniendo tasas de crecimiento menores que en el pasado e, incluso, declinantes.

Pero también existen visiones que enfatizan los logros y posibilidades de China, especialmente su capacidad para avanzar en la tecnificación y modernización de su producción, estimulada en buena medida por las restricciones tecnológicas impuestas por EE. UU., a saber, una sustitución forzada de importaciones tecnológicas.

No se trata de un fenómeno novedoso porque en muchas ocasiones las presiones y restricciones externas, creadas por guerras, crisis, sanciones, etc., promovieron esfuerzos de industrialización y tecnificación en países de menor desarrollo relativo.

Desde la Academia se cuenta el trabajo de los especialistas Campbell y Doshi (2025), quienes señalan que la capacidad productiva de China es tres veces mayor que la de EE. UU., lo que constituye una ventaja decisiva en la competencia tecnológica y militar, y excede las capacidades de los nueve países siguientes a las dos principales potencias. En este sentido, en lo que va del siglo, la participación china en la producción manufacturera se multiplicó por cinco, llegando al 30% del total mundial, mientras que la de EE. UU. se redujo a un 15%. Citan estimaciones de las Naciones Unidas según las cuales esos porcentajes, en el futuro, serán del 45% y el 11% respectivamente. En la actualidad, China lidera en muchas industrias tradicionales y en energía y gana posiciones también en sectores avanzados (energías renovables y vehículos eléctricos, los más sobresalientes).

Es así que, si bien todavía está actualizándose en sectores como biotecnología y aviación, que han sido tradicionalmente dominados por Estados Unidos, ha llegado a producir casi la mitad mundial de los productos químicos, la mitad de los barcos, más de dos terceras partes de los vehículos eléctricos y más de las tres cuartas partes de las baterías eléctricas, el 80% de los drones que consume y el 90% de los paneles solares. Todo ello, según los autores, debido a esfuerzos de política industrial como el citado plan Made in China 2025.

Un aspecto a tener en cuenta es el avance de las tecnológicas chinas. En los últimos años el gobierno chino profundizó su control sobre las empresas privadas, en especial sobre las tecnológicas, así como sus presiones para que se alineen con sus objetivos económicos, lo que generó la idea de que podría desalentar la iniciativa privada y la innovación. Sin embargo, la innovación de las empresas siguió adelante como lo prueba el avance en tecnologías de punta. Un ejemplo reciente de este fenómeno fue la irrupción de Deep Seek y su modelo innovativo de IA.[2]

Más aún, según Ray Wang (2025), experto en cadenas de suministros de semicondutores, las restricciones de Estados Unidos a la exportación de semiconductores a China están fomentando el desarrollo doméstico de esos instrumentos, en lo que sería un típico caso de sustitución forzada de importaciones.

Otro indicador en este sentido es que, si bien en la actualidad, el Índice de Preparación para la IA del FMI (2023) de EE. UU. es un 20% más alto que el de China, pero este país supera a EE. UU. en cantidad de técnicos e ingenieros disponibles y por su mayor campo de aplicación de los avances tecnológicos por su enorme mercado (en el proceso de lerning by doing), lo cual le otorga una perspectiva ventajosa. El Índice de China es, además, algo menor pero casi igual al de la Unión Europea.

China tiene también la ventaja de una economía con un alto grado de centralización y con mayor control del Estado sobre las empresas privadas, lo que le permite desarrollar más fácilmente políticas estratégicas de tecnología y competitividad.

Todo esto, más los buenos resultados comerciales de China, a pesar de los aranceles y restricciones impuestas por Estados Unidos, explican que la dirigencia china se mantuvo firme frente a la ofensiva de EE.UU. y respondió con medidas más o menos simétricas. (Yuwen, 2025)

 

Julio Sevares
Integrante
Departamento de Relaciones Económicas Internacionales
(IRI-UNLP)

Referencias

[1] The Business Times Industrial pruning won’t pull China out of deflation as quickly as last time. The Business Times, 200/07/2025. https://www.businesstimes.com.sg/international/industrial-pruning-wont-pull-china-out-deflation-quickly-last-time

[2] Business ]Week, Citado por El Cronista. DeepSeek sacude a Silicon Valley y revela el verdadero músculo de la IA china. 19/06/2025. https://www.cronista.com/apertura/empresas/deepseek-sacude-a-silicon-valley-y-revela-el-verdadero-musculo-de-la-ia-china/?utm_source=V%C3%ADncolo%20CMS&utm_medium=Newsletter&utm_campaign=23

Bibliografía

Brands, Hal (2021). China Is a Declining Power—and That’s the Problem. The United States needs to prepare for a major war, not because its rival is rising but because of the opposite. 24/09/2021. https://foreignpolicy.com/2021/09/24/china-great-power-united-states/

Campbell, Kurt M y Doshi, Rush (2025). Underestimating China. Why America Needs a New Strategy of Allied Scale to Offset Beijing’s Enduring Advantages.  Foreign Affairs, May/June 2025. https://www.foreignaffairs.com/china/underestimating-china

Fuxian, Yi (2025). “China’s Housing Crisis Is Worse Than It Seems”. Project Syndicate, 03/06/2025. https://www.project-syndicate.org/commentary/response-to-china-housing-crisis-will-exacerbate-demographic-decline-by-yi-fuxian-2025-07

Kennedy, Scott. China’s Tech Obsession Is Weighing Down Its Economy. A decade of cutting-edge investment hasn’t translated into growth. Foreign Policy, 10/10/2025. https://foreignpolicy.com/2025/10/10/china-tech-ai-innovation-economy-stagnation/?tpcc=editors_picks&utm_source=Sailthru&utm_medium=email&utm_campaign=FP%20Weekend%20-%2010112025&utm_term=fp_weekend

Lee, Lizzi (2025-I) The China Model’s Fatal Flaw.Why Beijing Can’t Overcome Overcapacity. Foreign Affairs, 21/10/2025. https://www.foreignaffairs.com/china/china-models-fatal-flaw-lizzi-Lee?utm_campaign=PANTHEON_STRIPPED&utm_content=PANTHEON_STRIPPED&utm_medium=PANTHEON_STRIPPED&utm_source=PANTHEON_STRIPPED&fbclid=IwdGRleANnPQlleHRuA2FlbQIxMQABHhnxJaRsNRXxj4t

Lee, Lizzi C. (2025-II) Beijing’s Coded Editorials Reveal Big Economic Plans. People’s Daily has laid out an optimistic scheme for industrial transformation. Foreign Policy, 14/10/2025. https://foreignpolicy.com/2025/10/14/china-peoples-daily-editorials-zhong-caiwen/?tpcc=editors_picks&utm_source=Sailthru&utm_medium=email&utm_campaign=Editors%20Picks%20-%2010142025&utm_term=editors_picks

Wang, Ray (2025)  Washington May Regret Overextended AI Chip Controls. Foreign Policy 30/04/2025.  https://foreignpolicy.com/2025/04/30/h20-nvidia-chips-ai-china-restrictions/?tpcc=editors_picks&utm_source=Sailthru&utm_medium=email&utm_campaign=Editors%27%20Picks%20-%2005022025&utm_term=editors_picks

Yuwen, Deng (2025) Why Beijing Is Standing Up to Trump.Chinese leaders have their pride, too. Foreign Policy, 14/04/2025. https://foreignpolicy.com/2025/04/14/china-trump-trade-war-xi/?tpcc=world_brief&utm_source=Sailthru&utm_medium=email&utm_campaign=World%20Brief%2004152025&utm_term=world_briefld