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11 de febrero de 1979: Revolución Islámica en Irán

Una revolución predecible que solo era postergada por la violenta represión desencadenada por el Shah Mohamed Reza Pahlavi. Lo que se desconocía era el desenlace de la misma: la instauración de una república Islámica.
Algunos especialistas sostienen que la revolución empieza a vislumbrase a partir del derrocamiento del gobierno nacionalista de Muhammad Mossadegh en 1953. Un líder que no había pasado inadvertido frente a los ojos de las grandes potencias: su más osada medida, como primer ministro, fue la nacionalización del petróleo, cuya explotación se encontraba monopolizada por el Reino Unido.
El golpe de Estado, urdido por Estados Unidos y el Reino Unido, dejó una amarga experiencia en la memoria de la sociedad iraní, reforzando la creencia de que occidente marcaba el ritmo de la política en ese país y el Shah era su peón.
La occidentalización de la nación fue el objetivo que perseguía el dirigente de la dinastía Pahlavi: la adopción de un sistema capitalista, la supresión de las propiedades colectivas, el pago de impuestos en forma colectiva y las propiedades de los religiosos; y la implementación de la reforma agraria, por la cual se reducía el poder de los terratenientes en las villas, fueron algunas de las más importantes. Además, abrió
el país a las inversiones extranjeras para que trabajaran con el petróleo; abogaba por la separación entre la esfera religiosa y la política e introdujo el voto femenino. Pero también, fortaleció a las fuerzas armadas – quienes eran las principales beneficiarias de las arcas del Estado en detrimento de las demandas sociales – creó la SAVAK, policía secreta, que tenía como función especial la adquisición y compilación de
información necesaria para salvaguardar la seguridad del país; podía espiar, prohibir e interrogar a quienes quisiera. Finalmente, como el 95% de los ingresos del país provenían de los recursos petroleros, hicieron de su economía, un sistema mono
productivo.
En el movimiento de oposición al Shah confluían sectores laicos, liberales, socialdemócratas, nacionalistas y marxistas, quienes fueron pronto desplazados por el liderazgo impetuoso de Ayatollah Ruhollah Jomeini, quien acusó al gobierno de ser autocrático y de violar la constitución. Después de estas declaraciones fue arrestado y grandes ciudades iraníes como Teherán, Mashhad, Shiraz y Quom se levantaron en
su apoyo. Luego de 8 meses de prisión, Jomeini fue liberado por el Sha que buscaba pacificar el país pero Jomeini continuó con su actividad revolucionaria hasta que volvió a ser capturado y enviado al exilio en 1964, desde donde continuó instigando a la revolución con todos medios a su alcance.
En agosto de 1978, la SAVAK incendió un cine mientras se proyectaba una película sobre una protesta campesina que había dejado 400 muertos. Al día siguiente, más de diez mil personas marchaban con la consigna “hay que quemar al Sha”. El Sha declaró entonces la ley marcial, prohibiendo todo tipo de manifestaciones lo cual provocó una multitudinaria movilización, en la cual setecientas personas murieron en lo que se conoce como “viernes negro”. Posteriormente, una sucesión de revueltas y manifestaciones, presionaron al Sha a nombrar como nuevo primer ministro a Shapour Bakhtiar.
El 16 de enero de 1979, el Sha abandonó Irán, Bakhtiar liberó a los presos políticos, otorgó la libertad de prensa, disolvió la SAVAK y permitió el retorno de Jomeini quien estaba exiliado en Paris. A su retorno, Jomeini decidió expulsar del gobierno a Bakhtiar y nombrar en su lugar a Mehdi Bazargan como primer ministro.
El 9 de febrero, las filas sobrevivientes de la guardia real se enfrentaron a las fuerzas aéreas leales a Jomeini, pero los revolucionarios tomaron todos los edificios gubernamentales, estaciones de tv, radio y palacios.
Finalmente el 11 de febrero de 1979 se proclamó la República Islámica de Irán, que enterró 25 siglos monarquía.A partir de entonces, se empezó a gestar un sistema político que condensa la soberanía divina y la voluntad popular. Esta última es ampliamente conocida, se expresa por los mecanismos electorales, pero con respecto a la primera nunca vimos a Dios o a su séquito de ángeles inclinándose por algún
determinado partido, sino que sus manifestaciones sólo se dan mediante sus representantes en la tierra. La figura, del líder supremo de Irán, fue creada en 1979 en el marco de la revolución islámica. Desde ese entonces, Irán se definió como antiimperialista y anti sionista, enemiga del capitalismo y del marxismo, opuesta a las monarquías moderadas y reaccionarias del golfo pérsico.
María Emilia Hassan
Colaboradora de la Red Federal de Historia de las Relaciones Internacionales
Departamento de Historia
IRI – UNLP