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10 de octubre de 1911: proclamación de la República China

La Revolución Republicana China es un hecho que selló la caída de la dinastía Qing. Esta Revolución, llamada de Xinhai, se desarrolló entre el 10 de octubre de 1911, fecha en que se produjo el levantamiento de Wuchang, y el 12 de febrero de1912, cuando el último emperador, Puyi, abdicó definitivamente.
Xīnhài es el nombre del año 1911 en el calendario agrícola chino tradicional, y la revolución que acabó con varios milenios de historia imperial se desencadenó por una explosión fortuita en la ciudad de Hankou el 9 de octubre de aquel año. Aquel día, un grupo de  revolucionarios se encontraba manipulando explosivos que iban a ser utilizados en atentados antimonárquicos, cuando una explosión inesperada provocó varios muertos y heridos. Los intentos de rescate pusieron a las autoridades locales al corriente de las actividades y de las identidades de muchos implicados, y aquel mismo día se llevaron a cabo diversas ejecuciones sumarias.
Sin embargo, el ejército Qing en Wuhan estaba ya infiltrado por muchos activistas republicanos que, tras el accidente, temían ser descubiertos. Éstos decidieron lanzarse a la ofensiva antes que esperar la reacción de las autoridades leales a la corte Qing, y el 10 de octubre se sublevaron contra el poder imperial en Wuchang. La rebelión comenzó en el Octavo Batallón de Ingenieros de Wuchang y,
al final del día, toda Wuchang estaba en manos de los rebeldes. Al día siguiente, 11 de octubre, Hanyang, la tercera ciudad de Wuhan, cayó en poder de los rebeldes, y el 12 de octubre ocurría lo propio en Hankou.
Mientras la rebelión avanzaba, los altos mandos del ejército exigieron a la corte que aceptara una serie de reclamos denominada las «doce reclamaciones», para reducir el poder del emperador y establecer un sistema parlamentario. Entre estas demandas figuraba el nombramiento de un nuevo gobierno encabezado por un primer ministro. La debilitada corte manchú, consciente de que el poder
se le escapaba de las manos, aceptó todos los pedidos y Yuan Shikai fue nombrado Primer Ministro del Imperio Qing.
Estas reformas apuntaban a establecer una monarquía constitucional que pudiera contentar a los conservadores y a los sectores reformistas. Sin embargo, esto no calmó a numerosos sectores y la revolución siguió su avance imparable, sustentada en un gran apoyo popular.
Desde hacía mucho tiempo, Afganistán era un país dividido por luchas étnicas y políticas; un país que vivía un caos generalizado después de años de guerra y miseria. De hecho, toda una generación de jóvenes, no conocía la paz en su país y este fue el terreno ideal para el surgimiento de un movimiento como el talibán.
Wladimir Wolters
Colaborador de la Red Federal de Historia de las Relaciones Internacionales
Departamento de Historia
Instituto de Relaciones Internacionales