En este momento estás viendo 11 de noviembre de 1918: finalización de la Primera Guerra Mundial

11 de noviembre de 1918: finalización de la Primera Guerra Mundial

La madrugada del 11 de noviembre de 1918, en un vagón de tren en el bosque francés de Compiègne, una Alemania convulsionada y acorralada por sus adversarios firmó el armisticio que puso fin a más de cuatro años de beligerancia en suelo europeo. La Gran Guerra, con un saldo de más de 10 millones de víctimas mortales y 21 millones de heridos, finalmente había concluido.
Alemania fue la última de las Potencias Centrales en rendirse. El 30 de octubre de 1918, el Imperio Otomano había rubricado con los británicos el Armisticio de Mudros, que implicaba la desmovilización de sus tropas y la rotura de relaciones con sus aliados. Con un imperio en pleno proceso de disolución y cercado militarmente, el emperador Carlos de Austria-Hungría se rindió el 3 de noviembre. En medio de las sucesivas independencias y del ascenso del republicanismo, la centenaria dinastía de los Habsburgo había llegado a su fin. Ya sin ejército, Viena terminó por autorizar el paso de las tropas aliadas para llegar a territorio alemán.
Ante la situación de inminente derrota, afloraron las diferencias internas dentro del gobierno germano. Por un lado, Erich Ludendorff y Paul von Hindenburg, generales del Ejército que detentaban el verdadero poder en el país frente a una monarquía debilitada y relegada, estaban convencidos de que la victoria ya no era posible y solicitaron el armisticio. Por otro, el káiser, Guillermo II, no abdicó sino hasta que se produjeron una serie de motines, huelgas y revueltas que dieron paso a la proclamación de la República en Berlín. Ya como ex emperador de un Imperio
derrumbado, terminó por exiliarse en los Países Bajos.
Los firmantes del Armisticio de Compiègne fueron: el mariscal Ferdinand Foch, comandante en jefe de las fuerzas de la Triple Entente, y por el nuevo gobierno alemán, Matthias Erzberger. En la reunión, ambos acordaron la retirada inmediata de todas las tropas germanas desplegadas en el Frente Occidental (Francia, Bélgica, Luxemburgo y Alsacia-Lorena) y Oriental (Rusia, Ucrania y los Balcanes). Este último punto implicaba una renuncia a los territorios que el Imperio Alemán había conseguido dominar a través de la rendición rusa plasmada en el Tratado de Brest-Litovsk, firmado unos meses antes en medio de la Guerra Civil que ese país atravesaba tras la revolución bolchevique.
La Primera Guerra Mundial, que significó la caída del Sistema Multipolar Eurocéntrico por la pérdida de liderazgo del continente ante el auge de Estados Unidos, tuvo otras consecuencias que signaron la historia de las relaciones internacionales. Además de acabar con las dinastías imperiales de Rusia, Alemania, Turquía y Austria-Hungría, la Guerra produjo un desequilibrio social y económico de proporciones nunca vistas. Se intensificaron las luchas entre las clases sociales ante el temor por el ascenso del comunismo; millones de personas -convertidas en refugiadas- sufrieron el desarraigo por las modificaciones territoriales que cambiaron el mapa europeo; y se produjo una crisis en el sistema democrático liberal como consecuencia de la formación de gobiernos democráticos débiles. Años más tarde, este hecho, habría de favorecer el ascenso de regímenes totalitarios como el fascismo italiano y el nazismo alemán en países cuyas sociedades quedaron decepcionadas y resentidas tras la firma de los tratados de paz de 1919.
Aquel noviembre de 1918 se puso fin a las batallas en el continente europeo. Sin embargo, nuevos gérmenes de guerra empezaron a cultivarse en ese mismo momento. Sólo veinte años después, el mundo se enfrentaría al abismo de un nuevo y todavía más mortífero conflicto total: la Segunda Guerra Mundial.

Juan Martín de Chazal
Colaboradora de la Red Federal de Historia de las Relaciones Internacionales
Departamento de Historia
IRI – UNLP