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Presentación

Departamento de Medio Oriente

Presentación

Coordinador: Ignacio Rullansky

Secretaria: Ornela Fabani

Integrantes: Cecilia Civallero
Said Chaya
Federico Fort
Leila Alcira Mohanna
Kevin Ary Levin
Maia Bornsztein
Alejandro Ostrovsky
Tamara Fernández
Rocío Ramos Vardé
Mercedes Urbonas Álvarez
Franca Ferrari
Ilan Buzny

El Anuario del Departamento de Medio Oriente recoge los aportes de sus integrantes enfocados cada uno, correspondientemente, en un área de interés específica conforme a sus proyectos de investigación.

En el caso de Ornela Fabani, secretaria del Departamento, encontraremos que su artículo se ocupa de analizar las problemáticas que atraviesan la relación bilateral entre Bahréin y Qatar, evaluando cuáles son los aspectos más destacables de los esfuerzos recientes de su recomposición desde el bloqueo que los miembros del Consejo de Cooperación del Golfo ejercieron sobre el emirato en 2017.

Por su parte, Said Chaya analiza el proceso político en el Líbano contemporáneo haciendo un análisis descriptivo de su sistema político para comprender las especificidades de la situación actual. En otras palabras, Chaya indaga en la trayectoria de los partidos y candidaturas más relevantes de la vida política nacional para comprender por qué resulta especialmente difícil para la sociedad libanesa instituir a un presidente que efectivamente goce de un nivel de institucionalidad y legitimidad considerable y, a la vez, que se estabilice una lógica de representación formal de modo perdurable. Chaya ofrece una mirada comprensiva de las distintas alianzas, rivalidades y tensiones de la escena política libanesa.

Otro aporte significativo al Anuario es una entrevista que realizó Cecilia Civallero, quien se ocupa de establecer un mapa de situación de la relación diplomática comercial entre la Argentina y Egipto. Precisamente, la autora se ocupa de destacar los aspectos principales de una entrevista que realizó al embajador argentino en la República Árabe de Egipto, Gonzalo Urriolabeitia. Esta contribución constituye un aporte al conocimiento sobre el diseño de política exterior de la Argentina al Medio Oriente como región, haciendo énfasis, por supuesto, en la relación bilateral con la República Árabe de Egipto. La entrevista habilita un modo de indagación notable para acceder a las representaciones del funcionario respecto a dicho vínculo, y posibilita una reflexión sobre cuáles son los intereses y ejes comprendidos como más centrales en los intercambios diplomáticos y comerciales con el país norafricano.

Ignacio Rullansky
Coordinador

Panorama

Medio Oriente entre 2022 y 2023

En cuanto a los principales acontecimientos políticos en la región durante el último período cabe destacar, por un lado, que los Acuerdos de Abraham continuaron efectuando avances significativos. Esto se refiere a los procesos de normalización de las relaciones diplomáticas entre el Estado de Israel con el Mundo Árabe. Particularmente, se distingue una relación comercial cada vez más fluida entre este país con algunas de las monarquías del Golfo, con las cuales ya se han concertado visitas oficiales y, a la vez, en donde el Estado de Israel ha encontrado clientes que demandan tecnología desarrollada en el terreno militar. Del mismo modo, el Estado de Israel ha avanzado en su proceso de normalización de relaciones diplomáticas con la monarquía marroquí al reconocer su reclamo soberano sobre los territorios del Sahara Occidental.

Por otro lado, un evento de importancia mayúscula para la región ha sido la celebración del Mundial de Fútbol de la FIFA en el emirato catarí: un mega evento con características inéditas para la región, pese a la ya ensayada diplomacia deportiva para el propio emirato y sus vecinos, y que proyecta la relevancia de este país a una escala global de manera inusitada.

Además, dentro del Estado de Israel, en 2022 colapsó, una coalición de gobierno que había puesto fin, o por lo menos, una pausa al largo gobierno de Benjamín Netanyahu, quien en noviembre, en las últimas elecciones, alcanzó una mayoría legislativa que le permitió asumir nuevamente el cargo de primer ministro. Sobre esa base avanzó la discusión parlamentaria sobre una reforma judicial que es percibida en los términos de un golpe institucional severo a la independencia de poderes, disminuyendo el carácter democrático del Estado. De este proceso participa una oposición perpleja e incapaz de revertir la discusión parlamentaria del proyecto, y también, una serie de movilizaciones en protesta cuya masividad fue creciendo a lo largo del período. De manera consecutiva, miles y miles de manifestantes repudiaron, mes a mes, el golpe judicial.

Otro evento de importancia es que a lo largo del período la República de Turquía logró consagrar un acuerdo entre Rusia y Ucrania, en el marco de la guerra, para poder facilitar el transporte de granos, es decir, de alimentos, a través del Mar Negro. Resulta, por ello, igualmente relevante establecer que al cierre del período, a un año de haberse celebrado el acuerdo, éste cayó debido a la salida de Rusia.

En el mes de febrero de 2023 ocurrió un hecho notable: un terremoto afectó particularmente a poblaciones de Turquía y de Siria. Se trató de una situación catastrófica que concitó la atención de los países de la región que, pese a sus rivalidades y tensiones, supieron poner sus diferencias a un lado y facilitar una respuesta sumamente destacada por su presteza y celeridad para brindar asistencia humanitaria los afectados, considerando que, muchos de ellos, se hallan aún atravesados por el curso de la guerra civil en Siria. En este caso, hablamos por ejemplo de población civil desplazada y de refugiados que cargan, desde hace años, con graves traumas, dolencias y pérdidas. Por ello es que este ejercicio de coordinación tan organizado resultó, no sólo importante, sino novedoso dado que sentó las bases para la progresiva pero presta también, readmisión de Siria a la Liga Árabe. Esto, de hecho, se cristalizó tan sólo unos meses después de que el mundo árabe se encolumnara detrás de esta misión humanitaria en Siria y en Turquía.

Es muy significativo reparar en que la readmisión de este país después de doce años de suspensión a un organismo internacional de importancia intrínseca para la región fue la consolidación de un acuerdo patrocinado por la República China entre la República Islámica Irán y la monarquía saudí. Hablamos de un acuerdo que pese a su carácter más bien simbólico, por lo menos en un terreno declarativo, tuvo al mismo tiempo un rápido correlato en los hechos por cuanto se evidenció una cierta disposición de los países de la región a tomar este logro diplomático como indicativo de una voluntad generalizada para el Mundo Árabe e Islámico, de desescalar los conflictos regionales más sobresalientes. Es decir, Irán y Arabia Saudita se hallan implicados en los cursos de la guerra civil en Yemen, en Siria y en la inestabilidad política en Irak, que generan una serie de problemáticas vinculadas a la recepción de refugiados, el destino de recursos económicos para alivianar la situación de estas poblaciones, los conflictos de convivencia entre población nativa y refugiados y asimismo los problemas vinculados a las irregularidades que todo contexto bélico enfrentamiento supone como por ejemplo, el crimen organizado, la trata de personas, la venta de sustancias ilegales, la movilización de tropas de grupos privados y la atención de tener enfrentamientos en territorios vecinos en los que la participación de grandes y medianas potencias es un condicionante geopolítico.

En suma, el acuerdo fue sumamente bien recibido y puede pensarse como una condición de posibilidad para la readmisión de Siria en la Liga Árabe, a la que nos referimos previamente.