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24 de octubre Día Internacional contra el Cambio Climático

El efecto de la rana hervida

¿Qué pasa si arrojamos una rana a una olla con agua hervida? Posiblemente, saltará y escapará. ¿Qué pasa si en vez de tirarla en agua caliente, la colocamos en una olla a temperatura ambiente y de a poco vamos aumentando el fuego de la cocina? Tal vez escape. Tal vez se adapte al calor y muera hervida sin darse cuenta.

Algo muy parecido nos está pasando con el cambio climático. Estamos “normalizando” la situación, nos estamos “habituando”, “adaptando” a las nuevas condiciones climáticas, las cuales están volviéndose extremas de a poco. ¿Acabaremos hervidos sin darnos cuenta?

El mundo ya nos está dando señales de que el agua en la cocina se está calentando lentamente. En el Día Internacional contra el cambio climático (también Día de las Naciones Unidas), compilo algunos de los indicadores más alarmantes de esta crisis civilizatoria para situarnos y reflexionar sobre lo que nos espera en los próximos meses y años, en la década de la acción climática.

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) nos dice que los indicadores climáticos se dispararon[1].

La temperatura media mundial en 2022 fue de 1,15°C por encima de la media del período 1850-1900. El período comprendido entre 2015 y 2022 fueron los ocho años más cálidos desde 1850. De acuerdo con la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA por sus siglas en inglés), 2022 fue el quinto año más cálido.

Las concentraciones de los tres principales gases de efecto invernadero —dióxido de carbono, metano y óxido nitroso— alcanzaron los niveles más altos jamás observados en 2021.

Los glaciares de referencia perdieron 1,3 metros de espesor entre octubre de 2021 y octubre de 2022. Se trata de una pérdida mucho mayor que el promedio de la última década. Seis de los diez años con los balances de masa más negativos de los que se tiene constancia (1950-2022) se registraron a partir de 2015. La pérdida de espesor acumulada desde 1970 es de casi 30 m. Los polos también se encuentran en estado crítico: el hielo en la Antártida disminuyó hasta situarse en 1,92 millones de km2 el 25 de febrero de 2022, el nivel más bajo del que se tiene constancia y casi 1 millón de km2 por debajo de la media a largo plazo (1991-2020). Mientras que el Ártico igualó la 11ª extensión mínima mensual más baja del registro satelital.

Durante el período 2005-2019, la pérdida total de hielo continental de los glaciares, Groenlandia y la Antártida fue la causa del 36 % del aumento del nivel medio del mar mundial, mientras que el calentamiento de los océanos contribuyó en un 55 %.

Los océanos también sufren el impacto del cambio climático en un proceso que se conoce como acidificación de los océanos, que básicamente tiene que ver con la pérdida de su Ph natural. El Sexto Informe de Evaluación del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), resaltó que el pH de la superficie de mar abierto se encuentra actualmente en su nivel más bajo desde hace como mínimo 26.000 años.

Los océanos se están calentando, y a un ritmo más rápido que la parte continental del planeta, alcanzando un nuevo máximo histórico en 2022. El ritmo de calentamiento de los océanos ha sido especialmente elevado en las dos últimas décadas. Pese a los efectos de La Niña, el 58 % de la superficie oceánica experimentó al menos una ola de calor marina en 2022.

El nivel medio del mar siguió aumentando en 2022 y alcanzó un nuevo máximo sin precedentes. La tasa de aumento se ha duplicado entre el primer decenio del registro satelital (1993-2002, 2,27 mm/año) y el último (2013-2022, 4,62 mm/año).

La OMM también hace referencia a las repercusiones socioeconómicas y medioambientales en su Informe sobre el Estado del Clima 2022.

Durante este año, la sequía afectó gravemente a África Oriental. En 2021, el 9,8 % de la población mundial sufría de inseguridad alimentaria, la mitad de estas personas se encuentran en Asia y un tercio en África. El pronóstico para 2023 es que 20 millones de personas sufrirán condiciones de inseguridad alimentaria en la región.

Como contraparte, las lluvias récord de julio y agosto provocaron vastas inundaciones en Pakistán, que dejaron más de 1.700 víctimas mortales, afectaron a 33 millones de personas y ocasionaron casi 8 millones de desplazamientos. El valor total de los daños y las pérdidas económicas ascendió a 30.000 millones de dólares.

Las olas de calor son cada vez más frecuentes. Europa fue una de las principales regiones más afectadas por este fenómeno. Más de 15.000 personas fallecieron a causa de las altas temperaturas en España, Alemania, Reino Unido, Francia y Portugal. China también atravesó la ola de calor más extensa y duradera jamás registrada, desde mediados de junio hasta finales de agosto, dando lugar al verano más cálido.

Los desplazamientos asociados al cambio climático siguen en aumento. En 2022, cerca de 1,2 millones de personas se convirtieron en desplazados internos en Somalia a causa del hambre y los efectos catastróficos de la sequía sobre los medios de subsistencia, y más de 60.000 personas cruzaron la frontera hacia Etiopía y Kenia durante ese mismo período. Al mismo tiempo, Somalia acogió a casi 35.000 refugiados y solicitantes de asilo en las zonas afectadas por la sequía. En Etiopía se registraron otros 512.000 desplazamientos internos asociados a la escasez de agua.

Las inundaciones en Pakistán afectaron a unos 33 millones de personas, entre las que se encontraban alrededor de 800.000 refugiados afganos acogidos en los distritos afectados. En octubre, cerca de 8 millones de personas se habían visto desplazadas internamente por las inundaciones y unas 585.000 se alojaban en lugares de socorro.

Otros procesos están modificándose por el aumento de la temperatura a nivel mundial. La meseta tibetana se está convirtiendo en una zona templada y en algunas zonas de montaña la línea de 0 grados se está ampliando. Algunos ciclos naturales como el tiempo de floración de los árboles o la migración de las aves también están siendo afectados. Por ejemplo, la floración de los cerezos en Japón viene adelantándose desde finales del siglo XIX, siendo 2021 la más temprana registrada desde el año 801.

¿Será que estas evidencias no son suficientes? ¿Qué más necesitamos para saltar de la olla con agua caliente? El cambio climático es real y ya está sucediendo. Las evidencias se encuentran frente a nosotros, son cambios que los estamos viviendo y sintiendo incluso en cada uno de nuestros hogares. Sin embargo, la acción se sigue dilatando principalmente por la falta de voluntad política y la presión de los grandes capitales a quienes no les resulta conveniente un cambio transformacional en la vida de las personas.

Este día toma aún más relevancia en el marco de las negociaciones internacionales. A partir del 30 de noviembre y hasta el 12 de diciembre tendrá lugar la COP28 en Dubai, Emiratos Árabes Unidos[2]. Las Conferencias de las Partes se vienen realizando anualmente sin interrupción desde 1993 e implican avances en la gestión de la acción climática global. La COP28 es un punto de inflexión para algunos temas de agenda como el Balance Mundial o el fondo para pérdidas y daños. La Presidencia de la COP marcó la agenda de acción para cuatro grandes áreas:

  1. Acelerar la transición energética y reducir las emisiones antes de 2030.
  2. Transformar el financiamiento climático, cumpliendo viejas promesas y estableciendo el marco para un nuevo acuerdo sobre financiamiento.
  3. Poner la naturaleza, las personas, las vidas y los medios de subsistencia en el centro de la acción climática.
  4. Movilizarnos para la COP más inclusiva de la historia.

Quizás este sea el año de una COP con resultados concretos y a la altura de las expectativas. Posiblemente, la rana pueda escapar de la olla hirviendo.

Este 24 de octubre los invito a tomar ¡acción por el clima!. No dejemos a nadie atrás, sobre todo, empecemos a cambiar nuestros hábitos diarios, unámonos con otras personas de la comunidad para generar prácticas más sostenibles. Una golondrina no hace verano, es cierto, pero la unión hace la fuerza, siempre.

Susana Beatriz Zazzarini
Integrante
Departamento de Ambiente y Desarrollo – IRI

 

 

 

 

 

[1] Para ampliar información pueden consultar el siguiente enlace: https://public.wmo.int/en/our-mandate/climate/wmo-statement-state-of-global-climate

[2] Para conocer más sobre la próxima COP, consultá este enlace: https://unfccc.int/es/node/614119