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De la “muerte cerebral” a la robustez: la OTAN como vector convergente de la ampliación territorial y el expansionismo militar

*  De la “muerte cerebral” a la robustez: la OTAN como vector convergente de la ampliación territorial y el expansionismo militar

Cristian D. Reyes[1]

Marzo de 2024 y la bandera sueca flamea en el altar defensivo de la OTAN en Bruselas. La Alianza transatlántica de carácter político-militar reforzó sus filas y ensanchó su representatividad. Lejos quedó aquel diagnóstico del presidente Macron, allá por 2019, referido al estado de parálisis de la organización al punto de pronosticar su “muerte cerebral”.  Aquel paciente en “estado vegetativo” – hoy gozando de muy buena salud – reflejó más la ansiedad estratégica de un presidente por erigir una industria europea de Defensa, para hacer del viejo continente una potencia militar, que una postura unívoca del resto de los miembros.

El izamiento de la bandera número 32 mostró muy exultante al Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, quien, junto al primer ministro sueco, Ulf Kristersson, y a la Princesa Victoria, destacó la incorporación del país escandinavo como un “día histórico”, no solo para los suecos, sino también para la organización: «Unirse a la OTAN es bueno para Suecia, bueno para la estabilidad del norte y bueno para la seguridad de toda nuestra Alianza»; ya que de esta manera, Suecia “disfruta de la protección otorgada por el artículo 5, la máxima garantía de la libertad y seguridad de los aliados”[2].

El poder simbólico y tangible del célebre artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte[3], surte un efecto de empoderamiento identitario y relacional entre los Estados miembros. Su constitución como garante de la Seguridad Colectiva, amparado en el art. 51 de la Carta de San Francisco, da un marco de interpretación amplio y disuasivo, en donde los actores se comprometen recíprocamente a la protección, cooperación y asistencia ante un ataque armado de índole foránea, consolidando un espíritu solidario en materia de Defensa.

Este flamante renacer de la organización se impone ante el advenimiento de un cambio geopolítico en ciernes. La invasión rusa a Ucrania en febrero de 2022 modificó el tablero internacional y permitió a la OTAN  dar marco a la renovación ante la percepción de nuevas amenazas, desatando una paranoia belicosa que, si bien llevó a rupturas históricas de neutralidad y a una maximización desmedida del gasto militar total, proporcionó márgenes de ampliación estratégica y expansionismo disuasivo.

En este sentido, la Alianza se reencontró con su razón de ser y puso de manifiesto los alcances de su instrumento constitutivo, en el cual puede observarse, de manera subrepticia, aquel lema de “puertas abiertas” que se vincula intrínsecamente con el artículo 10 de dicho tratado: “Las Partes pueden, por acuerdo unánime, invitar a ingresar a cualquier Estado europeo que esté en condiciones de favorecer el desarrollo de los principios del presente Tratado y de contribuir a la seguridad de la zona del Atlántico Norte (…)”[4].

Siguiendo la letra del artículo, tanto el favorecimiento del desarrollo como las cuotas de contribución a la seguridad de la Alianza- podría decirse contra un enemigo en común-, se tornan indispensables para robustecer la convergencia identitaria. No resulta casual que en esta tónica de “ampliación expansionista” los  últimos Estados en incorporarse -Finlandia (2023) y Suecia (2024)-,  se sientan “amenazados” por el avance de la Federación rusa en territorio ucraniano, poniendo en jaque la supervivencia fronteriza y transcontinental.

Es indudable que desde la óptica rusa el avance desproporcionado de la OTAN sobre territorios pertenecientes a la órbita de la ex Unión Soviética implica una cuestión de Estado y seguridad nacional, siendo justamente Ucrania, Georgia y Bielorrusia las líneas rojas o frentes inexpugnables. Para el Kremlin, la incorporación de Estados de Europa del Este a la Alianza Atlántica, tanto Balcánicos como Bálticos, desde las postrimerías del siglo XX a la actualidad, nada se asemeja a un crecimiento circunstancial dado por la coyuntura, sino más bien se relaciona con un proceso sistemático que buscó la instauración de un cerco militar ofensivo para rodear, amedrentar y fomentar el espíritu antirruso[5].

En la idiosincrasia del gigante euroasiático aún resuenan las palabras del ex secretario de Estado de los Estados Unidos, James Baker, cuando en 1990 le prometió a Mijaíl Gorbachov que la OTAN no se movería hacia el Este: “Si mantenemos una presencia en una Alemania (unificada) que es parte de la OTAN, no habrá una extensión de la jurisdicción y las fuerzas de la OTAN ni una pulgada hacia el Este”[6].

En este sentido, el líder ruso, Vladimir Putin, siempre fue categórico y en más de una oportunidad no ocultó su malestar por la falsa promesa de garantía de Occidente. Tras anexar Crimea en marzo de 2014, el mensaje de Volodia fue contundente: “Nos mintieron en varias ocasiones, tomaron decisiones a nuestras espaldas, nos situaron ante hechos consumados. Ocurrió con la expansión de la OTAN hacia el Este, así como con el despliegue de infraestructuras militares en nuestras fronteras”[7].

Asimismo, durante el inicio de la denominada “Operación Militar Especial” en Ucrania, por parte de las fuerzas armadas rusas, el presidente Putin retomó la retórica y culpó a Occidente por las constantes provocaciones que desencadenaron en la inevitable intervención: “Para Estados Unidos y sus aliados, esta es la llamada política de contención de Rusia, de evidentes dividendos geopolíticos. Y para nuestro país esto es en última instancia una cuestión de vida o muerte, una cuestión de nuestro futuro histórico como pueblo. Y esto no es una exageración, es cierto. Esta es una amenaza real no solo para nuestros intereses, sino también para la existencia misma de nuestro Estado, para su soberanía. Esta es la línea muy roja de la que se ha hablado muchas veces. La han cruzado”[8].

Economía de guerra

En este orden convulso y anárquico, Europa vuelve a experimentar años de incertidumbre e inestabilidad y lleva adelante un rearme sin precedentes. Según el último informe del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés), en estos 9 años, transcurridos entre la anexión rusa de Crimea y la actual guerra en Ucrania, las importaciones de armas por parte de los Estados europeos fueron un 94% más altas en 2019-2023 que en 2014-2018, siendo Ucrania el mayor importador europeo de armas entre 2019-2023 y el cuarto en el mundo, después de que al menos 30 Estados suministraran armas importantes como ayuda militar a Kiev a partir de febrero de 2022[9].

Es dable remarcar en este auge armamentístico que el 55% de las importaciones de armas por parte de los Estados europeos fueron suministradas por Estados Unidos entre 2019-2023, lo cual supuso un aumento sustancial con respecto al 35% de 2014-2018. Los siguientes proveedores más importantes de la región fueron Alemania y Francia, que representaron el 6,4% y el 4,6% de las importaciones, respectivamente. Según datos del Programa de Transferencias de Armas del SIPRI, durante los últimos años las mayores demandas se vinculan con aviones, helicópteros de combate y sistemas de defensa aérea, impulsadas por los constantes ataques rusos con misiles sobre territorio ucraniano[10].

En otro orden, pero de la misma especie, según un nuevo informe del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS, por sus siglas en inglés) con sede en Londres, el gasto militar mundial aumentó un 9% interanual en 2023 hasta alcanzar la cifra récord de 2.200.000.000.000 de dólares (2,2 billones), a medida que los múltiples conflictos agravaban la inseguridad mundial. En este marco, el gasto en defensa de los Estados miembros de la OTAN aumentó cerca del 50% del total mundial, es decir, una proporción asombrosa para una alianza militar cuyos Estados miembros representan menos de una octava parte de la población mundial[11].

En consonancia, no resulta extraño observar la postura de diferentes líderes europeos respecto al compromiso de aumentar el gasto de defensa dentro de la organización a más del 2% del PIB. Uno de los más férreos impulsores de incrementar este gasto y llevarlo al 3% del PIB es el presidente polaco Andrzej Duda, quien, en la conmemoración por el 25 aniversario de la adhesión de Polonia a la Alianza, planteó contrarrestar la economía de guerra rusa aumentado significativamente la inversión del gasto militar de todos los Estados miembros.

Teniendo a Rusia como principal amenaza para la paz mundial, el presidente polaco remarcó que la OTAN debe asumir «una mayor responsabilidad por la seguridad de toda la alianza y modernizar y reforzar intensamente sus tropas»; y que si bien “no ha habido ni hay mejor garante de la seguridad que la Alianza del Atlántico Norte», deben tomarse “más decisiones audaces». Actualmente, Polonia gasta el 4% de su PIB en defensa, lo que la convierte en el miembro que más gasta en términos porcentuales al modernizar su ejército, mientras que Estados Unidos supera ampliamente el 3%. Duda afirmó que los esfuerzos de ambos países colocan a EE.UU. y Polonia en posición de «predicar con el ejemplo y servir de inspiración a otros»[12].

Con este marco de análisis, tampoco resultan descabelladas las declaraciones de la Presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, en relación al rearme de la Unión y la posibilidad de formalizar un industria doméstica de Defensa. En este aspecto, la candidata a un nuevo mandato propuso, bajo el lema de “gastar más, mejor y en Europa”, la primera estrategia industrial de defensa europea para impulsar la compra conjunta de material militar.

En su alocución frente al Parlamento europeo, la alemana instó a “actuar con rapidez sin exagerar los riesgos de la guerra”; a lo que agregó: “la amenaza de guerra puede no ser inminente, pero no imposible, hay que prepararse para ello, debemos reconstruir, reponer y modernizar las fuerzas armadas de los Estados miembros, con decisiones audaces y coraje político para propulsar la industria de la defensa en los próximos cinco años»[13].

Y por si fuera poco, a este reordenamiento político militar que están impulsando los gobiernos europeos, también se le acoplan países de egregia neutralidad como es el caso de Suiza, nación que no forma parte de la Unión Europea y tampoco es miembro de la OTAN, aunque lleva más de 25 años participando en el programa de Asociación para la Paz de la organización. La decisión de la nación helvética se sustancia en el enorme crecimiento de la inestabilidad a nivel global, y por eso planea aumentar su gasto de defensa en un 19% en los próximos 4 años.

Al presentar proyecciones de mediano y largo plazo para el gasto militar, la ministra de Defensa, Viola Amherd, dijo que como resultado de las medidas de reducción de costos adoptadas en los últimos 30 años, «el ejército se ha debilitado» y llevaría tiempo recuperar el terreno perdido. El ejército suizo planea elevar el límite del gasto en defensa hasta unos 29.000 millones de euros entre 2025 y 2028, y para ello planea utilizar fondos adicionales para desarrollar y mejorar sistemas de radar, defensa antimisiles de corto alcance, flota de tanques, misiles de fuerzas terrestres y capacidades de defensa contra ciberataques[14].

“Descenso a los Infiernos”

En esta vasta y maravillosa obra, el catedrático de Historia Moderna de la Universidad de Sheffield, Ian Kershaw, hace un recorrido profuso de la historia europea entre los años 1914 – 1949, en el cual explora cómo las fuerzas del pasado reviven y van determinando la configuración del presente. Ese descenso a los infiernos recorre con minuciosidad el complejo entramado que llevó a Europa a la autodestrucción, dejándola prácticamente en ruinas.

Sin dudas, esta pasmosa investigación de Kershaw se conecta peligrosamente con el presente europeo, el cual vuelve a ensombrecerse como una mácula mientras los líderes y responsables de las decisiones más trascendentales bailan sobre el volcán. Mientras las cuotas de poder duro sigan siendo la prioridad y los comportamientos auguren e instiguen confrontaciones “inevitables” por “la paz y la libertad” el infierno, como decía Shakespeare, quedará vacío porque todos los demonios estarán aquí.

Referencias:

_ El Diario.es (03/09/2022). “Gorbachov, la OTAN y el fin de la URSS”. Disponible en: https://www.eldiario.es/internacional/gorbachov-otan-urss_129_9278988.html

_ El Periódico (28/02/2024). “Von der Leyen aboga por «propulsar» la defensa europea con compras conjuntas como se hizo con las vacunas y el gas”. Disponible en: https://www.elperiodico.com/es/internacional/20240228/von-der-leyen-aboga-propulsar-defensa-europea-compras-conjuntas-armas-vacunas-gas-98763749

_ Euronews (16/02/2024). “Suiza aumentará su presupuesto de Defensa un 19% en cuatro años”. Disponible en: https://es.euronews.com/2024/02/16/suiza-aumentara-su-presupuesto-de-defensa-un-19-en-4-anos

_ Euronews (11/03/2024). “La bandera de Suecia ya ondea en la sede de la OTAN en Bruselas”. Disponible en: https://es.euronews.com/2024/03/11/la-bandera-de-suecia-ya-ondea-en-la-sede-de-la-otan-en-bruselas

_ Euronews (12/03/2024). “El presidente polaco Andrzej Duda pide a los miembros de la OTAN que aumenten el gasto en defensa al 3% del PIB”. Disponible en: https://es.euronews.com/2024/03/12/el-presidente-polaco-andrzej-duda-pide-a-los-miembros-de-la-otan-que-aumenten-el-gasto-en-

_ Heraldo (24/02/2022). “Discurso íntegro del anuncio de Putin de la operación militar en Ucrania”. Disponible en: https://www.heraldo.es/noticias/internacional/2022/02/24/discurso-putin-guerra-ucrania-rusia-1555435.html

_ Infobae (13/02/2024). “El gasto militar global alcanzó un nuevo máximo histórico: superó los USD 2,2 billones”. Disponible en: https://www.infobae.com/wapo/2024/02/14/el-gasto-militar-global-alcanzo-un-nuevo-maximo-historico-supero-los-usd-22-billones/

_ Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI, marzo 2024). Disponible en: https://www.sipri.org/media/press-release/2024/european-arms-imports-nearly-double-us-and-french-exports-rise-and-russian-exports-fall-sharply

_ Kershaw, Ian (2016). “Descenso a los infiernos: Europa, 1914-1949”. Crítica, 2016, 792p.

_ Le Monde Diplomatique (Septiembre, 2018). “La OTAN no se ampliará ni un milímetro hacia el Este”. Disponible en: https://mondiplo.com/la-otan-no-se-ampliara-ni-un-milimetro-hacia-el

_Tratado del Atlántico Norte, 1949. Disponible en: https://www.nato.int/cps/fr/natohq/topics_67656.htm

[1]   Maestrando en Relaciones Internacionales (IRI – UNLP); Licenciado en Comunicación Social y Periodista (Facultad de Periodismo y Comunicación Social, UNLP); Secretario del Departamento de Seguridad Internacional y Defensa (IRI – UNLP); estudiante avanzado de la carrera de Abogacía  (Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, UNLP); colaborador de la Cátedra de Derecho Internacional Público (Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, UNLP).

[2] Ver: https://es.euronews.com/2024/03/11/la-bandera-de-suecia-ya-ondea-en-la-sede-de-la-otan-en-bruselas

[3] El Artículo 5 del tratado de Washington, reza: “Las Partes acuerdan que un ataque armado contra una o más de ellas, que tenga lugar en Europa o en América del Norte, será considerado como un ataque dirigido contra todas ellas, y en consecuencia, acuerdan que si tal ataque se produce, cada una de ellas, en ejercicio del derecho de legítima defensa individual o colectiva reconocido por el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, ayudará a la Parte o Partes atacadas, adoptando seguidamente, de forma individual y de acuerdo con las otras Partes, las medidas que juzgue necesarias, incluso el empleo de la fuerza armada, para restablecer la seguridad en la zona del Atlántico Norte. Cualquier ataque armado de esta naturaleza y todas las medidas adoptadas en consecuencia serán inmediatamente puestas en conocimiento del Consejo de Seguridad. Estas medidas cesarán cuando el Consejo de Seguridad haya tomado las disposiciones necesarias para restablecer y mantener la paz y la seguridad internacionales” (Tratado del Atlántico Norte, 1949. Disponible en: https://www.nato.int/cps/fr/natohq/topics_67656.htm).

[4] Tratado del Atlántico Norte, 1949. Disponible en: https://www.nato.int/cps/fr/natohq/topics_67656.htm

[5] Desde el año 1999 a la fecha se han sumado a la organización: Albania (2009), Bulgaria (2004), República Checa (1999),  Croacia (2009), Eslovaquia (2004), Eslovenia (2004), Estonia (2004), Finlandia (2023), Hungría (1999), Letonia (2004), Lituania (2004), Macedonia del Norte (2020), Montenegro (2017), Polonia (1999), Rumanía (2004) y Suecia (2024).

[6] Ver: https://www.eldiario.es/internacional/gorbachov-otan-urss_129_9278988.html

[7] Ver: https://mondiplo.com/la-otan-no-se-ampliara-ni-un-milimetro-hacia-el

[8] Ver: https://www.heraldo.es/noticias/internacional/2022/02/24/discurso-putin-guerra-ucrania-rusia-1555435.html

[9] Informe SIPRI (2024). Disponible en: https://www.sipri.org/media/press-release/2024/european-arms-imports-nearly-double-us-and-french-exports-rise-and-russian-exports-fall-sharply

[10] (Ibíd.).

[11] Ver: https://www.infobae.com/wapo/2024/02/14/el-gasto-militar-global-alcanzo-un-nuevo-maximo-historico-supero-los-usd-22-billones/

[12] Ver: https://es.euronews.com/2024/03/12/el-presidente-polaco-andrzej-duda-pide-a-los-miembros-de-la-otan-que-aumenten-el-gasto-en-

[13] Ver: https://www.elperiodico.com/es/internacional/20240228/von-der-leyen-aboga-propulsar-defensa-europea-compras-conjuntas-armas-vacunas-gas-98763749

[14] Ver: https://es.euronews.com/2024/02/16/suiza-aumentara-su-presupuesto-de-defensa-un-19-en-4-anos