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17° Cumbre de los BRICS: fortalecer la cooperación del Sur Global en un contexto de incertidumbres y transiciones

El 6 y 7 de julio de 2025 se celebró en Río de Janeiro, Brasil, la 17ª Cumbre del BRICS, bajo el lema “Fortalecimiento de la cooperación del Sur Global para una gobernanza más inclusiva y sostenible”. Fue la tercera ocasión en la que el país sudamericano ofició de anfitrión, tras los encuentros de 2014 en Fortaleza y 2019 en Brasilia. La cumbre tuvo lugar en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro (MAM), un espacio emblemático de la vida cultural brasileña, que albergó las sesiones plenarias y las actividades paralelas.

Presidida por Luiz Inácio Lula da Silva, la cumbre formalizó la nueva configuración del BRICS con once miembros plenos, incluyendo a Irán, Egipto, Indonesia, Etiopía y Emiratos Árabes Unidos, que participaron por primera vez de la fotografía oficial junto a los países fundadores. Arabia Saudita, a pesar de haber sido presentada por Brasil como miembro pleno, no asistió a las sesiones del primer día ni a la foto oficial, aunque sí participó de las actividades del segundo día. Asimismo, se oficializó el ingreso de diez nuevos países asociados al bloque: Bielorrusia, Bolivia, Kazajistán, Cuba, Nigeria, Malasia, Tailandia, Vietnam, Uganda y Uzbekistán. Chile y Uruguay, en tanto, participaron como invitados, reforzando la dimensión latinoamericana en esta edición de la Cumbre BRICS.

Un mundo en transición y bajo amenaza

La 17° Cumbre del BRICS se desarrolló en un contexto internacional signado por la amenaza de conflictos armados globales, las tensiones geopolíticas en alza y una persistente erosión de las normas que regulan el orden internacional. No solo hablamos de una crisis de hegemonía de los Estados Unidos, sino principalmente de un agotamiento del orden internacional configurado luego de los acuerdos de Bretton Woods.

En este marco, en su discurso inaugural, Lula da Silva señaló enfáticamente que “el derecho internacional se ha convertido en letra muerta” y que “el multilateralismo está bajo ataque”[1]. La irrelevancia de la Asamblea General de las Naciones Unidas, la obsolescencia del Consejo de Seguridad, el incremento del gasto militar promovido por la OTAN y la proliferación de medidas coercitivas unilaterales ponen de manifiesto un orden en declive. A su vez, nuevos desafíos como el cambio climático, la inteligencia artificial y los nuevos centros dinámicos de la economía mundial son la expresión de un mundo que atraviesa múltiples transiciones, simultáneas, solapadas y articuladas.

Multipolaridad en construcción: el BRICS ampliado

Frente a un escenario de fragmentación y conflictividad global, el BRICS se posiciona como un actor central en la construcción de un orden internacional más representativo del creciente peso del mundo emergente. Con su ampliación, incluyendo los países asociados, el bloque pasó a representar el 56% de la población mundial, el 44,6% del PIB global medido en paridad de poder adquisitivo, y cerca del 24% del comercio internacional. Además, concentra el 43,6% de la producción mundial de petróleo, el 36% del gas natural y más del 70% de las reservas de tierras raras.

Además, los BRICS contienen no solo a países diversos de los cinco continentes, sino que en su interior coexisten los países con mayor cantidad de población católica (Brasil), ortodoxa (Rusia), musulmanes (Indonesia), budistas (China) e hinduistas (India), lo que añade una dimensión civilizatoria y pluricultural a su proyección geopolítica. El denominado “BRICS Plus”, en este sentido, se configura como el nuevo diseño de la multipolaridad emergente[2]. Esta diversidad es una fortaleza y un desafío: como sostuvo Lula, “si la gobernanza internacional no refleja la nueva realidad multipolar del siglo XXI, corresponde a los BRICS contribuir a su actualización”.

Hacia una nueva arquitectura monetaria y financiera global

Uno de los ejes centrales del debate de esta Cumbre fue la necesidad de avanzar hacia una arquitectura monetaria y financiera multipolar, más equitativa, soberana y descentralizada. Si bien aun hay mucho camino por transitar en relación al proceso de desdolarización de la economía mundial (aún no existe un consenso pleno al interior del bloque), distintos sectores del BRICS han denunciado la utilización del dólar como arma geopolítica por parte de los Estados Unidos, lo que generaliza la inestabilidad económica con serias consecuencias para las economías del Sur Global[3].

La declaración final de la Cumbre ratificó el impulso al Nuevo Banco de Desarrollo (NDB), que incorporó a su vez a Colombia y Uzbekistán como nuevos miembros. La presidenta del banco, Dilma Rousseff, destacó que el NDB es una institución del Sur Global para el Sur Global, sin veto ni condicionalidades políticas.

También se celebraron avances en el estratégico Acuerdo de Reservas de Contingencia (CRA), con nuevos mecanismos de gestión de riesgo y financiamiento en monedas locales. A su vez, el bloque reafirmó su intención de promover sistemas de pagos transfronterizos autónomos, como la Plataforma de Pagos BRICS, que busca reducir la dependencia del sistema SWIFT y facilitar el comercio entre los miembros. Lula Da Silva, en este sentido, instruyó al ente financiero a explorar la creación de una “nueva moneda de comercio”, y afirmó que “las estructuras del Banco Mundial y del FMI sustentan un Plan Marshall al revés, donde los países del Sur financian a los del Norte”[4].

Reforma de las instituciones internacionales

La necesidad de transformar las instituciones internacionales tradicionales fue otro de los puntos centrales de la Cumbre. Los BRICS volvieron a demandar una reforma integral de las Naciones Unidas y, en particular, de su Consejo de Seguridad, para hacerlo más representativo y eficaz. Si bien hubo tensiones sobre quién debe representar a África, se logró un consenso general que incluyó el apoyo de China y Rusia a la incorporación de Brasil e India como miembros permanentes.

En este marco, los países del BRICS destacaron la necesidad de adecuar la arquitectura institucional global a las realidades del siglo XXI, y reclamaron una mayor participación de los países en desarrollo (en particular de África, América Latina y Asia) en la toma de decisiones internacionales. También se propuso una mayor representación geográfica y de género en los cargos directivos de organismos multilaterales, así como procesos de selección transparentes y equitativos. A su vez, se reiteró la importancia de revitalizar la Asamblea General y el Consejo Económico y Social, avanzar en la reforma de la arquitectura de paz y seguridad de la ONU, y fortalecer el papel de la Organización Mundial de la Salud como pilar de la gobernanza sanitaria internacional.

En el plano económico y financiero, el bloque exigió reformas estructurales del FMI y el Banco Mundial para reflejar el peso creciente de los países emergentes y en desarrollo en las instancias de toma de decisión. Finalmente, el BRICS reafirmó su voluntad de contribuir a una gobernanza digital y de la inteligencia artificial más inclusiva, orientada al desarrollo sostenible y centrada en los intereses del Sur Global, así como su apuesta por construir una comunidad de destino compartido para la humanidad, basada en la cooperación soberana, la equidad y el respeto mutuo.

Transición energética y justicia climática

Otro de los pilares de la Cumbre fue la agenda climática. Bajo liderazgo brasileño, se adoptó una “Declaración marco BRICS sobre financiamiento climático” que apuesta por una transición energética justa, ordenada e inclusiva. Sin embargo, el bloque evitó adoptar posiciones contrarias al uso de combustibles fósiles, enfatizando las “responsabilidades comunes pero diferenciadas” y la necesidad de que los países desarrollados financien la transición del Sur.

La declaración final reafirmó el compromiso con el Acuerdo de París y se comprometió con el protagonismo del bloque en la COP30 que se realizará en noviembre en Belém do Pará, en la Amazonía brasileña. También se destacó el apoyo al Fondo Bosques Tropicales para Siempre, propuesto por Brasil, con interés de inversión por parte de China y Emiratos Árabes Unidos. De esta forma, los BRICS buscaron equilibrar su papel como promotores de acción climática con la defensa de sus necesidades de desarrollo.

Consolidación, tensiones y desafíos

Si bien no se anunciaron nuevas membresías, se ratificaron los principios de ampliación establecidos en Johannesburgo 2023 y Kazán 2024. Asimismo, se reconoció la necesidad de adaptar los métodos de trabajo del grupo para una inclusión armónica de su creciente diversidad de Estados parte, reafirmando el compromiso con la inclusión y el consenso.

A pesar de la ausencia de figuras clave como Xi Jinping y Vladimir Putin, la cumbre logró consolidar acuerdos estratégicos y mostró avances sustantivos en áreas clave. Sin embargo, la heterogeneidad del grupo representa también un desafío: sostener posiciones comunes ante escenarios complejos y con prioridades divergentes requerirá una gobernanza innovadora, flexible y que pueda contener las diferencias. En este sentido, resulta pertinente recuperar la noción confuciana de armonía, que puede ofrecer una clave de lectura y de acción política para esta nueva etapa del BRICS. Esta concepción no implica un acuerdo absoluto entre las partes, sino más bien la afirmación de principios compartidos que permitan el equilibrio entre posiciones diversas. La armonía, desde esta perspectiva, se define como un punto de equilibrio entre elementos distintos y complementarios, en donde la tensión entre afirmación y rechazo no se elimina, sino que se gestiona mediante la búsqueda de acuerdos fundamentales y la aceptación de la pluralidad como fuente de riqueza. Esta mirada puede contribuir a fortalecer una gobernanza multilateral que no imponga uniformidades, sino que cultive consensos posibles en un marco de respeto mutuo y cooperación estratégica.

Por otra parte, el ascenso de discursos unilateralistas y la ofensiva comercial liderada por Estados Unidos representan también un importante desafío para la consolidación del bloque, principalmente, a partir de los efectos que la presión del país norteamericano pueda tener en algunos de los miembros del BRICS. De hecho, el presidente Donald Trump, en el mismo momento en el que se desarrollaba la Cumbre, afirmó en su red Truth Social que “cualquier país que se alinee con las políticas antiamericanas de los BRICS se verá obligado a pagar un arancel adicional del 10 por ciento”[5], poniendo de manifiesto las preocupaciones en la gobernanza estadounidense por la consolidación del BRICS.

Conclusión: BRICS y el multilateralismo pluriversal

La 17ª Cumbre del BRICS en Río de Janeiro reafirmó la relevancia del bloque como un actor clave en la disputa por un orden internacional más multipolar, inclusivo y representativo. Su apuesta por el “multilateralismo pluriversal”[6] (una noción que reconoce la coexistencia de múltiples civilizaciones, valores y formas de organización social en el mundo) se presenta como una alternativa frente al orden unipolar, excluyente y fragmentado impulsado por las potencias del Norte Global.

En esta dirección, el BRICS representa una oportunidad para materializar la construcción de una comunidad de destino compartido para la humanidad[7], que implica asumir responsabilidades comunes en la preservación de la paz, la justicia y el desarrollo sostenible a escala planetaria.

El BRICS ampliado es hoy más potente, más representativo y más necesario que nunca. Asimismo, también es más diverso, lo que implica desafíos en la construcción de consensos. En un mundo que transita peligrosamente hacia nuevas guerras y hegemonismos, el futuro del bloque y su proyección como una fuerza de paz, cooperación y justicia dependerá de su capacidad de hacer frente a los desafíos de la época y a su compromiso con los pueblos que representan.

Sebastián Schulz
Integrante
Departamento de Asia y Pacífico
IRI-UNLP

Referencias

[1] “Lula dijo en la cumbre de los Brics que el mundo enfrenta serias amenazas, entre ellas la nuclear”. Perfil, 6 de julio de 2025. https://www.perfil.com/noticias/internacional/lula-dijo-en-la-cumbre-de-los-brics-que-el-mundo-enfrenta-seria-amenazas-entre-ellas-la-nuclear.phtml

[2] Schulz, S. (2023). “BRICS Plus. El nuevo diseño de la multipolaridad”, Transiciones del siglo XXI y China, n°8, «China, América Latina y el Caribe y los BRICS». Boletín del Grupo de Trabajo «China y el mapa del poder mundial» de CLACSO. https://www.clacso.org/wp-content/uploads/2023/04/V2_China_mapa_poder_mundial_N8-1.pdf

[3] “US uses sanctions and dollar as weapon for political goals”. Mehr News Agency, 7 de julio de 2024. https://en.mehrnews.com/news/217414/US-uses-sanctions-and-dollar-as-weapon-for-political-goals

[4] “Los BRICS se reunieron en Brasil: Lula Da Silva propuso crear una moneda comercial alternativa al dólar”. Ámbito, 6 de julio de 2025. https://www.ambito.com/economia/los-brics-se-reunen-brasil-lula-da-silva-propuso-crear-una-moneda-comercial-alternativa-al-dolar-n6164311

[5] “Donald Trump amenaza a los BRICS: Pondrá aranceles del 10% extra por ‘políticas antiamericanas’”. El Financiero, 6 de julio de 2025. https://www.elfinanciero.com.mx/mundo/2025/07/06/donald-turmp-pondra-aranceles-del-10-por-ciento-a-paises-del-brics-brasil-china-rusia-por-politicas-antiamericanas/

[6] Schulz, S. (2024). Análisis de coyuntura n 51: La nueva arquitectura de gobernanza global del BRICS: un multilateralismo pluriversal, CERPI, Instituto de Relaciones Internacionales, UNLP. https://www.iri.edu.ar/index.php/2024/12/09/analisis-de-coyuntura-n-51/

[7] Schulz, S. y Staiano, F. (2022). “La construcción de una Comunidad de destino compartido para la humanidad: análisis multidimensional de un nuevo paradigma internacional”. Merino, G., Regueiro Bello, L. y Tadeu Iglecias, W. (coords.) China y el nuevo mapa del poder mundial. Una perspectiva desde América Latina. CLACSO/UNLP. Buenos Aires, pp. 87-110. https://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/libros/pm.5476/pm.5476.pdf