Departamento de Cooperación Internacional
Artículos
Cumbre del Futuro 2024: una hoja de ruta para renovar el multilateralismo y acelerar los ODS
Celina Manso
La Cumbre del Futuro se celebró los días 22 y 23 de septiembre de 2024 en Nueva York y marcó un momento decisivo en la historia reciente de la cooperación internacional. Concebida a partir del informe Nuestra Agenda Común del Secretario General de la ONU, esta reunión tuvo como meta responder a una pregunta crucial: ¿cómo revitalizar el multilateralismo y acelerar la Agenda 2030 en medio de una crisis de confianza global y de múltiples desafíos simultáneos?
En un contexto caracterizado por el estancamiento en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el aumento de la desigualdad, la emergencia climática y las tensiones geopolíticas, la Cumbre buscó dar un paso más allá de los diagnósticos. Su objetivo fue construir un acuerdo político global, el Pacto para el Futuro, que sirviera como brújula para los próximos años. Con este documento, los Estados miembros de la ONU reafirmaron la vigencia de la Carta de las Naciones Unidas y se comprometieron a rescatar el espíritu del multilateralismo como herramienta indispensable para enfrentar crisis presentes y emergentes.
La agenda de la Cumbre se estructuró en torno a cinco pilares fundamentales: reafirmar compromisos previos, impulsar la cooperación multilateral, responder a desafíos nuevos, fortalecer la confianza entre los países y renovar la legitimidad del sistema internacional. Estos ejes no solo orientaron las negociaciones diplomáticas, sino que también ofrecieron un marco común para gobiernos, organismos internacionales, sector privado y sociedad civil.
Uno de los aspectos más destacados fue la participación juvenil y de actores no estatales. En los eventos paralelos del primer día, la juventud reclamó espacios significativos de decisión y subrayó la urgencia de actuar frente al cambio climático y las desigualdades. Asimismo, organizaciones de la sociedad civil reunidas en la denominada Asamblea Popular insistieron en que no es posible revitalizar el multilateralismo sin abrir canales efectivos de participación a comunidades locales, mujeres, pueblos indígenas y personas con discapacidad. La demanda de un financiamiento más directo y accesible para estas organizaciones se convirtió en un mensaje central.
En los debates oficiales de la segunda jornada, los jefes de Estado y de gobierno discutieron sobre temas sensibles, como la necesidad de reformar el Consejo de Seguridad, crear plataformas globales de emergencia y declarar formalmente la emergencia planetaria. También se mencionaron propuestas innovadoras, como coaliciones voluntarias para impulsar agendas específicas —entre ellas la cooperación digital y la gobernanza de la inteligencia artificial— que pueden convertirse en motores de transformación a nivel regional y global.
El momento culminante llegó con la adopción del Pacto para el Futuro por parte de los 193 Estados miembros de la ONU. Aunque algunas propuestas quedaron fuera del texto final —como la creación de una plataforma formal de emergencias—, el acuerdo representa un marco político renovado que intenta reactivar la cooperación internacional en un momento de fragmentación. El Pacto reconoce explícitamente la urgencia de acelerar la implementación de la Agenda 2030 y de reforzar la arquitectura multilateral para que pueda responder a crisis globales con mayor rapidez y eficacia.
Mirando hacia atrás, la Cumbre del Futuro de 2024 no debe entenderse como un punto de llegada, sino como un punto de partida. El verdadero reto comienza ahora: traducir las declaraciones en acciones concretas. La credibilidad del sistema multilateral dependerá de su capacidad para materializar los compromisos adquiridos y demostrar resultados tangibles en la vida de las personas. Para América Latina, el Caribe y África, regiones que demandan un espacio mayor en la toma de decisiones globales, el Pacto ofrece una oportunidad única de construir una voz más fuerte y de aportar experiencias propias a los desafíos del siglo XXI.
La lección principal que deja esta Cumbre es clara: la cooperación internacional necesita renovarse para recuperar la confianza ciudadana y avanzar hacia un futuro más justo, sostenible e inclusivo. Desde CEPEI, consideramos que este es el momento de fortalecer las alianzas entre gobiernos, sociedad civil, academia y sector privado, e impulsar mecanismos innovadores de seguimiento y rendición de cuentas. Solo así será posible que el Pacto para el Futuro no quede en el papel, sino que se convierta en una herramienta real para acelerar el cumplimiento de los ODS y responder a los desafíos globales de nuestra generación.
Fuentes consultadas
- Global Policy Watch. “La Cumbre del Futuro 2024”
- “Summit of the Future 2024 – Updates”
- “Cumbre del Futuro 2024”
GATE Center. “La Cumbre del Futuro 2024: hacia una reforma del Consejo de Seguridad”