En este momento estás viendo Reflexiones sobre la COVID-19, sus repercusiones y la reunion del Consejo Europeo (17 al 21 de julio)

Reflexiones sobre la COVID-19, sus repercusiones y la reunion del Consejo Europeo (17 al 21 de julio)

Y de repente, el coronavirus (COVID-19)…

Parecía que la sociedad occidental vivía la mejor de las épocas: el momento de mayor comunicación interpersonal a nivel global, el mayor avance en transportes internacionales, una cultura globalizada, etc.

Como sabemos, pese a las diversas tesis acerca del origen de este virus, la opinión más aceptada en la actualidad se refiere a la mutación de un mismo elemento vírico: primero en SARS (originado en China), posteriormente en MERS (en Arabia) y ahora en Sars-2/Covid-19 (también en China). Un virus que ha ido creciendo y haciéndose más fuerte hasta llegar a azotar a todo el mundo durante el malhadado 2020.

Por todo ello, nuestra reflexión pretende ir más allá de la celebración de la reunión extraordinaria del Consejo Europeo del 17 al 21 de julio pasado. En este sentido, muchos podían pensar que el Consejo llegaba tarde (aunque finalmente llegó); sin embargo, después de mucho tiempo de dilaciones y desenfoques de la cuestión principal: la crisis de la primavera europea de 2020 era distinta a la crisis de 2007-2008 porque se trataba de una crisis sanitaria y no económica (aunque los problemas económicos ya estén sobre la mesa), motivo por el cual algunos analistas acertaron al afirmar que  ciertos dirigentes de los países dela UE (los países denominados «frugales», tales como Holanda, Austria, Finlandia, Dinamarca, del centro y norte de Europa) se habían equivocado de crisis (al situarla al mismo nivel del 2007-2008) y por tanto habían desenfocado el análisis retrasando más de los debido la actuación de la instituciones comunitarias[1].

La situación producida por la COVID-19, coincidente con el septuagésimo aniversario de la Declaración Schuman, no se aprovechó para concienciar a los europeos de la virtualidad de dicho proceso, evidenciando que «si la UE no existiera había que inventarla»; dando el espectáculo conocido -y poco edificante- en los países europeos comunitarios de división e, incluso, de incomprensión mutua. En función de lo anterior, no se está aprovechando el momento atribulado generado por la pandemia para repensar el papel de la UE en las nuevas relaciones internacionales y reconducir los desvaríos de la globalización que ha dejado en evidencia a los países occidentales al demostrarse que se había hecho de China el «taller del mundo», lo cual habrá de corregirse por bien de los ciudadanos europeos, y del mundo occidental en general.

De cómo resulte lo anteriormente planteado dependerá que la UE tenga el futuro que los partidarios del europeísmo bien entendido desearían, dado su contribución a la paz, la democracia y el desarrollo durante estos últimos setenta años. Debemos esforzarnos en no dilapidar la herencia común, ya que los tiempos vividos (durante la Pandemia) han evidenciado que ninguna obra humana es perfecta, pero que hay obras humanas que siguen mereciendo la pena, como el proceso de integración europeo vigente desde hace ya setenta años. La pregunta que debemos hacernos es si los actuales dirigentes de los países miembros de la UE están y estarán a la altura de los retos que debemos enfrentar para seguir viviendo en la mayor parte del Viejo Continente -lo que conocemos como la Europa comunitaria- una vida libre, justa y apacible.

Referencias:

[1] Repárese que el dinero -una suma «estratosférica»- que se ha acordado repartir solo llegará a partir de mediados del año próximo, con lo cual sigue complicada el arreglo de la crisis sanitaria, y así evitar lo peor en el caso de una segunda oleada en unos meses.

Guillermo Á. Pérez Sánchez
Catedrático de Historia Contemporánea
Director del Instituto Universitario de Estudios Europeos
Universidad de Valladolid

Invitado por el Director del Instituto y  Juan Carlos Persico, Coordinador  de la Cátedra Unión Europea del Departamento Europa del IRI, a expresar su opinión sobre el reciente acuerdo de la Unión Europea.