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BRICS, Sudeste Asiático y la gobernanza económica mundial

Departamento de Asia y el Pacífico
Centro de Estudios del Sudeste Asiático

BRICS, Sudeste Asiático y la gobernanza económica mundial[1]

Ezequiel Ramoneda[2]

Desde los primeros días del 2025, Brasil ha dado muestras del ímpetu con el cual presidirá este año el BRICS. Continuando con la ampliación iniciada en la XV Cumbre realizada en 2023 en Sudáfrica, y luego de invitaciones formalizadas en la XVI Cumbre que tuvo lugar en 2024 en Rusia, Itamaraty ha venido realizando diversos anuncios desde principios del año sobre los nuevos países que se sumarían a la agrupación.

Como parte de esta iniciativa, a partir de la cual buscan ampliar la representatividad geográfica a la vez que incrementar el peso internacional, los países fundadores de BRICS consideraron favorablemente las solicitudes y extendieron invitaciones a Indonesia, Tailandia y Malasia para incorporarse a la agrupación.

Aunque BRICS no es un bloque comercial, ser miembro conlleva otros beneficios económicos para sus miembros, como atraer inversiones, acceder a otras fuentes de financiamiento, y medidas de facilitación del comercio, entre las cuales se está conversando la ampliación del sistema de pago para utilizar las respectivas monedas nacionales a diferencia del dólar estadounidense, conocido como BRICS PAY, alternativa al SWIFT.

Ahora bien, ser miembro de BRICS no se trataría de una elección excluyente, viéndose obligados a elegir de participar de unas u otras agrupaciones internacionales o adherir a visiones del orden internacional competitivas. Al contrario, se trataría de una decisión que busca incrementar los márgenes de maniobras al entender la transición hegemónica del orden internacional, de carácter más multipolar, y la traslación del motor de crecimiento económico mundial. De ahí que, sin negar la importancia que el proceso BRICS, es menester entender destacar las políticas exteriores autonomistas de los tres países del Sudeste Asiático mencionados, la promoción de un multilateralismo alternativo más justo, y el fortalecimiento del Sur Global que llevan adelante.

Desde los primeros días del 2025, Brasil ha dado muestras del ímpetu con el cual presidirá este año el BRICS. En primer lugar, destaca la incorporación de Indonesia como miembro pleno, posiblemente justificada por el peso político y económico relativo que ocupa en la región. Para destacar tanto solo algunos aspectos, se trata del país de mayor tamaño, con una dimensión de 1.9 millones km2 dentro el área total de la ASEAN de 4.4 millones km2, es decir cerca del 43.1%.

De acuerdo a datos del 2023, alberga a la mayor población, teniendo aproximadamente 277.5 millones de habitantes de un total de 671.6 millones de la ASEAN, o cerca del 41,3%. Y para mencionar un tercer aspecto, es la economía de mayor tamaño, siendo el PIB de Indonesia poco más de USD 1.3 trillones, mientras que el de la ASEAN se estima en USD 3.6 trillones, en otras palabras, poco más del 36,1%. Además, de los nuevos miembros, Indonesia es el único que también es miembro del G20. Y su protagonismo seguirá creciendo en las próximas décadas. Indonesia será una de las cinco economías que tendrán mayor peso en la economía mundial para la mitad del siglo XXI, acompañada por otras economías del BRICS, como China, India, y Brasil. La incorporación de Indonesia en el BRICS destaca por sobre la del resto, al aportar a la agrupación mayor trascendencia y una experiencia internacional distintiva. No se trataría solamente de una ampliación del BRICS+, sino de un avance en el desarrollo de la agrupación, por lo que se debería estar hablando del nuevo BRIICS.

El interés de Indonesia por ser miembro del BRICS es una manifestación del autonomismo estratégico de su política exterior y el fortalecimiento del Sur Global. Los principios de libre y activa han orientado la política exterior autonómica de Indonesia desde los primeros momentos. A partir de entonces, contribuyó al desarrollo de un multilateralismo alternativo frente al hegemónico.

Posiblemente el primer gran logro fue la organización de la conferencia de los países independizados de Asia y África en la ciudad de Bandung en abril de 1955, que visibilizó al Tercer Mundo. Luego impulsó la creación del Movimiento de Países no Alineados en junio de 1961, frente al orden bipolar establecido por la rivalidad de las dos superpotencias de la segunda mitad del siglo XX, a saber, Estados Unidos y la Unión Soviética. Más recientemente, la membresía de Indonesia al BRICS coexistirá con su participación en el MIKTA, agrupación creada en septiembre de 2013 junto a México, Corea del Sur, Turquía y Australia, que también busca defender el funcionamiento imparcial de los mecanismos de la gobernanza global. Es decir, Indonesia tiene un claro compromiso histórico con el otrora Tercer Mundo ahora Sur Global.

De la misma manera deben ser consideradas las respectivas incorporaciones de Tailandia y de Malasia como miembros asociados. Las políticas exteriores tanto de uno como de otro estado del Sudeste Asiático se caracterizan por sus aspectos autonomistas. Así, a la política exterior de Tailandia se la conoce como diplomacia del bambú, un autonomismo de equidistancia activa, como un bambú que se encuentra sólidamente arraigado, pero es lo suficientemente flexible para doblarse en la dirección en la que sopla el viento.

Esta le permite adaptarse rápidamente a circunstancias cambiantes, como también mantener múltiples alineaciones. Mientras tanto, la política exterior de Malasia busca también generar mayores márgenes de maniobra a partir del fortalecimiento del autonomismo regional del Este Asiático frente a los procesos del regionalismo del Asia-Pacífico. Se pueden identificar atisbos del mismo en la propuesta de creación del Grupo Económico del Este Asiático de 1990, en la promoción del establecimiento del mecanismo de la ASEAN + 3 en 1997, cuya primera reunión cumbre tuvo lugar en Kuala Lumpur. O bien en el impulso que dio a la creación de la Cumbre del Este Asiático, cuya primera reunión tuvo lugar en Malasia en 2005. Es importante destacar, a su vez, que Tailandia, por medio de su Agencia de Cooperación Internacional desde 1991, y Malasia, a través de su Programa de Cooperación Técnica desde 1980, proveen asistencia técnica a los países del Sur Global.

Los BRICS representan el 25 % del PIB mundial, por debajo del PIB del G-7 (27 %). Concentran el 16 % del comercio global, 42 % de la población mundial, una tercera parte del territorio del planeta y alrededor del 20% de la inversión mundial.

Desde fines de la década de 1960, estos tres países, junto con otros del Sudeste Asiático, han avanzado en un proceso de integración cristalizado en la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático o ASEAN. Pero antes de detenerse propiamente en el mismo, es importante destacar que coexisten y se sostienen en la articulación de distintos procesos de cooperación económica subregionales, siendo uno de los más importantes el denominado Triángulo de Crecimiento Indonesia-Malasia-Tailandia (IMT-GT), establecido en 1993.

Como parte del mismo, se destacan los memorándums de entendimiento que firmaron los bancos centrales de Tailandia, Malasia e Indonesia entre 2016 y 2017 para fomentar el uso de las respectivas monedas locales para que el pago de operaciones comerciales bilaterales y otras transacciones económicas transfronterizas entre los tres países sean más accesibles y eficientes, al no recurrir al uso del dólar estadounidense, a la vez que fortalece la estabilidad financiera regional. Esta iniciativa podría complementarse con la del BRICS PAY.

Aunque BRICS no es un bloque comercial, ser miembro conlleva otros beneficios económicos para sus miembros. Considerados de manera conjunta los países del Sudeste Asiático agrupados en la ASEAN (a saber, Brunei, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Myanmar, Singapur, Tailandia, y Viet Nam, a los cuales próximamente se sumará Timor Oriental), esta organización regional conforma un bloque de aproximadamente 677 millones de personas, convirtiéndolo en uno de los territorios más poblados del mundo, con una economía conjunta de USD 3.6 trillones, unas de las más grandes del mundo. Sostenidos en los principios rectores de consulta y consenso, desde fines de la década de 1990 los países del Sudeste Asiático han construido una arquitectura multilateral de la región del Este Asiático centrada en la ASEAN, como alternativa a la del Asia-Pacífico.

Así, esta organización regional estableció diversas instancias de diálogo y cooperación con principales socios regionales y extraregionales, pudiendo destacar, entre otros, la ASEAN+3, constituido en 1997, y su desarrollo ulterior en la ASEAN+6 o la Cumbre del Este Asiático, constituida en 2005, siendo el principal mecanismo de diálogo político regional, sostenido en la adhesión por parte de sus miembros del Tratado de Amistad y Cooperación.

Aunque no están dadas las condiciones para un acercamiento formal entre BRICS, en tanto una agrupación informal surgida en 2006 a partir de la voluntad política de sus miembros, y la ASEAN, en tanto una organización regional creada de facto en 1967 con subjetividad jurídica internacional reconocida formalmente desde 2007, varios de sus países miembros han buscado acercar ambas iniciativas de manera pragmática al entender que convergen lecturas del sistemas internacional y comparten la necesidad de pensar alternativas para mejorar la gobernanza económica mundial.

Así, es importante mencionar que la ASEAN mantiene diálogo estratégico con cada uno de los miembros fundadores de BRICS a nivel bilateral, a saber, China desde 1997, India desde 2005, y Rusia desde 2011, como socios de diálogo regional que participan en la Cumbre del Este Asiático, y con Brasil desde 2022 y Sudáfrica desde 2023, a partir de su reconocimiento de socio de diálogo sectorial. Todavía más, destaca la presencia del presidente de Indonesia Joko Widodo en la Cumbre de 2023 en la ciudad sudafricana de Johannesburgo, y del presidente de Laos Thongloun Sisoulith en la Cumbre de 2024 en la ciudad rusa de Kazán, en tanto estos países, además de manifestar sus propios intereses nacionales, también presidieron la ASEAN en esos respectivos años.

Teniendo presente lo afirmado, las incorporaciones de Indonesia, Tailandia y Malasia al BRICS, más que adherir simplemente a una reacción anti-occidental, vienen a reflejar los genuinos intereses nacionales de estos países de acercar a la región del Sudeste Asiático a la vez que desarrollar instancias de complementación del proceso de integración de la ASEAN con el proceso BRICS. Así, pretenden defender un multilateralismo más justo, que contribuya a una gobernanza económica global más equitativa donde se fortalezca al Sur Global.

 

[1] Publicado originalmente el 21 de enero de 2025 en Reporte Asia

 

[2] Coordinador del CESEA