La polémica por el decreto presidencial para declarar a Hezbollah como grupo terrorista

El 9 de julio pasado, el titular del diario La Nación señalaba que:

El gobierno de Mauricio Macri prevé definir por decreto, un nuevo listado de grupos terroristas que incluya a la organización pro iraní Hezbollah por su participación en los atentados contra la embajada de Israel y la AMIA . Estados Unidos e Israel hicieron un pedido conjunto a la Argentina para que califique de terrorista a la agrupación libanesa.

Indudablemente, una decisión política importante,que ha desatado la polémica.Analicemos en primer término, qué es Hezbollah.

“En verdad, el partido de Dios triunfará con seguridad”. El 22 de noviembre de 1982, nació oficialmente Hezbollah, en una celebración de la fiesta nacional libanesa. Ese día,un grupo de musulmanes chiítas, adoptaron este verso del Corán como su lema y se declararon representantes del Partido de Dios (1). Apoyados por muchos seguidores en el Líbano y fuertemente respaldados por Irán, Hezbollah se ha convertido en un movimiento muy poderoso. De hecho, desde su creación, Irán ha trabajado para que Hezbollah sea una organización cada vez más estructurada, centralizada y responsable.

Su fuerza política y armada se sitúa en el valle de la Bekaa y en los suburbios del sur de Beirut, donde sus combatientes libran batallas esporádicas contra varios enemigos; específicamente,contra las fuerzas israelíes que se encontraban estacionadas allí.

Hezbollah hace propaganda en reuniones y actos callejeros, posee un periódico y una estación de radio; mantiene centros de mando, bases de entrenamientos, una milicia armada y una extensa red de contactos internacionales a fin de obtener armas, dinero y apoyo de grupos y Estados aliados.

Sus líderes – casi todos clérigos chiítas llamados Ulemas – aspiran a provocar una revolución y a construir un nuevo Líbano. Estos clérigos se formaron en la Academia de Enseñanzas de la ciudad de Najaf en Irak, en la cual estudiaron ley sagrada, teología y filosofía. Su formación incluyó también, el estudio de los métodos para construir una teoría del Estado islámico; teoría que sirviera como alternativa satisfactoria a las doctrinas del nacionalismo y el comunismo. En los últimos tiempos, han producido una gran cantidad de escritos, en los cuales desarrollan sus ideas y fijan los lineamientos que guían a los grupos que los siguen. Al respecto, uno de los líderes del movimiento, Sayyid Muhammad Husayn Fadlallah, afirmó:

“Se  trata  de crear, tarde o temprano,  un  Estado  islámico en el Líbano. Hezbollah es una misión, una  forma de  vida y  la nación de todos  aquellos  que  creen en la lucha contra la injusticia. Hezbollah no es  un  partido en  el sentido tradicional del término; todo  musulmán pertenece a  Hezbollah  y  por  ello  es  imposible  hacer  una lista de sus miembros. En el  mundo  solo hay dos partidos: Hezbollah o  el partido de Dios  y el  partido del  diablo, nosotros pertenecemos al  primero” (2).

El movimiento está dirigido por un guía espiritual, a quien acompaña el Consejo Consultivo y tres Consejos Regionales. Además, existen 7 departamentos especiales: ideología, justicia, política, seguridad, finanzas, información y relaciones exteriores. En 1989 se creó el cargo de Secretario General, que está subordinado al Comité Ejecutivo y al guía espiritual. A esta estructura horizontal se agrega otra, vertical y piramidal: el comando militar de las regiones controladas por Hezbollah: el sur de Beirut y el valle de la Bekaa. De esta estructura depende su milicia, compuesta por más de 4000 efectivos. Su disciplina es bastante rígida y mantiene el mayor secreto posible sobre sus autoridades, sus acciones y sus recursos; tiene un portavoz oficial y publicó un manifiesto en 1985.

Hezbollah está convencido de que su misión sagrada exige que su lucha trascienda las fronteras del Líbano, a fin de liberar a otros pueblos oprimidos de la dominación de los dos grandes enemigos: EE.UU e Israel. Para lograrlo, han desplegado diversas estrategias. Una de ellas es el terrorismo.

El desequilibrio de poder y la obligación de la autodefensa, justifican el uso de métodos extraordinarios y no convencionales, frente a las formidables fuerzas del imperialismo (3).

Concretamente, la organización ha llevado a cabo una ola de atentados suicidas, dirigidos contra blancos norteamericanos, franceses y judíos. Estas acciones, que resultaron exitosas al obligar a estas potencias a re-evaluar su política de intervención, crearon un debate en torno a su validez ética, ya que no todos los clérigos chiítas aprobaban esta metodología (4).

Desde su creación hasta la fecha, se le atribuye a Hezbollah, la comisión de más de 40 atentados terroristas; muchos de ellos, con la modalidad suicida. Uno de los más importantes fue el del 23 de octubre de 1983, cuando un coche bomba estalló dentro de los cuarteles de los marines de EE.UU. estacionados en Beirut. Allí murieron 241 soldados estadounidenses y 58 paracaidistas franceses. Por supuesto, la organización también está acusada de haber perpetrado los dos atentados que sufrió nuestro país en 1992 (a la embajada de Israel) y 1994 (a la AMIA).

Desde 2012, Hezbollah ha intervenido en la guerra civil Siria a favor de las fuerzas gubernamentales.En octubre de 2015, sus tropas fueron integradas con los efectivos iraníes, para combatir junto a los soldados del ejército sirio en la guerra ISIS.
 
En definitiva, Hezbollahes una estructura político-militar compleja y de gran envergadura. Desde el punto de vista político, es un partido que tiene representación en el parlamento y posee una importante red de servicios sociales. Está estrechamente ligado a Irán (de quien recibe apoyo político y financiamiento económico) y al gobierno del presidente de Siria, Bashar Al Assad, pues los tres pertenecen a la rama chiíta musulmana.

En cuanto a lo militar, posee una poderosa fuerza armada: dispone de armamento pesado, misiles C-802, más de 13.000 piezas de artillería ligera y aviones no tripulados Mahajer-4 de fabricación iraní. Además, la organización afirma tener un arsenal de por lo menos 33.000 cohetes.

En definitiva, un movimiento de gran envergadura, cuyo brazo militar,enfrenta a sus enemigos a través de diversas estrategias. En efecto, sus fuerzas mantienen combates convencionales, pero también operan como guerrillas y, de acuerdo a sus objetivos políticos, implementan la vía terrorista a través de atentados que, en muchos casos se hacen con militantes suicidas.

Definir a Hezbollah como grupo terrorista es, probablemente, una simplificación, pues implica reducir a la organización a esa categoría específica. Hezbollah es un fenómeno mucho más complejo. Sin embargo, y teniendo en cuenta que su fuerza militar ha implementado con frecuencia la estrategia terrorista, está claro que es la organización en su conjunto, la responsable de estos actos.

Finalmente:lo que hace nuestro gobierno con esta decisión es dar una declaración de política exterior. De hecho, esta medida no sólo apunta a responder al pedido de los EEUU y de Israel, sino también a explicitar, ante el mundo, cuál es la posición argentina en esta cuestión.

 


(1) Chevalérias, Alain. “Le Hezbollahlibanais: una forcepolitique”. En: Les terrorismescontemporains. Institut de Stratégie Comparée. Les terrorismes contemporains. Paris, 1997. Pp. 146
(2) Será el Islam por sí solo quien redimirá al Líbano de los estragos de la guerra civil, de la ocupación extranjera y de la corrupción que ha sufrido por imitar la vida occidental. Existen desacuerdos dentro del Hezbollah acerca de cómo debe realizarse esta revolución Islámica y sobre el momento más adecuado para presentarla. Pero estos debates no son importantes para sus tropas, cuyos jóvenes están estimulados por la imagen de un futuro Líbano estable y ajustado a la ley Islámica. Perciben que su misión está divinamente sancionada: Chevalerias, A. Artículo citado. Pp 145
(3) Ibidem. Pp. 150
(4) El Islam posee una fuerte prohibición contra el suicidio y estos atentados desataron fuertes polémicas dentro de sus filas.

 

Patricia Kreibohm
Coordinadora
Departamento de Historia
IRI – UNLP