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21 de Febrero de 1916: inicio de la batalla de Verdún en la Primera Guerra Mundial.

En julio de 1914, se había iniciado lo que – hasta ese momento – se conoció como la “Gran Guerra”; un conflicto que no sólo fue significativo por sí mismo, sino que generó un cumulo de consecuencias en todos los ámbitos, tanto en Europa como en el resto del mundo.
En 1916, la guerra ingresaba en su tercer año y las expectativas iniciales de que se trataría de un enfrentamiento corto, ya habían desaparecido. En un informe al káiser Guillermo II, el general alemán Erich von Falkenhayn sostenía que el principal adversario de Alemania no era Rusia, sino Gran Bretaña. En ese documento también afirmaba que la principal estrategia germana debía consistir en una serie de batallas de desgaste a fin de inmovilizar a las tropas anglo-francesas. Bajo esta premisa ordenó, el 21 de febrero de 1916, una gran ofensiva de artillería sobre Verdún, una ciudad ubicada al nordeste de Francia. A partir de esta fecha y durante 303 días, miles de vidas cambiarían por completo.
Un día después del primer ataque, el general Henri-Phillipe Pétain asumió el mando del ejército francés. Según el historiador Peter Hart, Pétain organizó metódicamente sus tropas para que fueran concentrándose en la primera línea y estableció un sólido sistema defensivo. Tres días después, las fuerzas alemanas comenzaron a flaquear y se movilizaron hacia el oeste. Comenzaba así una larga campaña que terminó agotando a ambos bandos.
El jefe del Estado Mayor francés, Joseph Joffre, entendió cabalmente el plan de desgaste alemán y decidió reservar tropas para lanzar un ataque en Somme. El 23 de junio de 1916, los alemanes iniciaron un bombardeo de artillería en el que emplearon gas fosgeno, lo cual afectó a gran número de hombres y caballos.
Durante meses, ambos bandos sólo obtuvieron victorias parciales y se vieron obligados a renovar sus tropas para seguir en el frente. Los ataques se extendieron hasta diciembre de 1916, y muchos historiadores consideran que no hubo un claro vencedor. Por un lado, la Entente ganó en el terreno propagandístico al resistir el embate alemán, sin embargo, la altísima mortandad de jóvenes disminuyó la popularidad del ejército. Para otros autores, el vencedor fue la Triple Alianza ya que las bajas alemanes fueron 330.000 entre muertos y heridos, frente a 377.000 del lado anglo-francés.
Cuando terminó la guerra, la ciudad tardó años en reponerse. La contaminación, la desolación y el desgaste de las tierras se prolongaron durante mucho tiempo y la recuperación fue lenta y dolorosa.
Sin embargo, Verdún pasaría a la Historia como el símbolo de la determinación francesa. En 1967, en la ciudad Fleury-devant-Douaumont, se levantó un monumento conmemorativo a las víctimas.
En Verdún, no hubo ni vencedores ni vencidos; sin embargo esta batalla, que le costó la vida a casi medio millón de hombres, será recordada como la más larga de la Primera Guerra Mundial y la segunda más sangrienta, después de la del Somme.
Jessica Eliana Petrino
Colaboradora de la Red Federal de Historia de las Relaciones Internacionales
Departamento de Historia
IRI – UNLP