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17 de Septiembre de 1978: firma de los históricos acuerdos de Camp David

En el marco del conflicto árabe-israelí, colmado de diferentes enfrentamientos armados, los acuerdos de paz alcanzados en Camp David son considerados un baluarte de suma importancia para el desarrollo de las relaciones internacionales posteriores en Oriente Medio. Los mismos fueron alcanzados un 17 de Septiembre en Camp David, Maryland con los representantes de Israel (Menachem Begin), Egipto (Anwar el Sadat) y Estados Unidos (Jimmy Carter)
Hay quienes suponen que estos acuerdos atinaban el éxito de los esfuerzos de Washington por acercar a El Cairo y Tel Aviv e intentar resolver el problema palestino. Para poder percibir la importancia de los objetivos de estos tratados, es necesario contextualizarlos en el conflicto que se desarrollaba, y del cual aún quedan ciertas marcas, entre Israel y los países árabes vecinos.
Palestina, una vez abandonado el mandato del Reino Unido en 1948, se vio ocupada por la unilateral-creación del Estado de Israel dando inicio al levantamiento de una coalición árabe compuesta por Egipto, Líbano, Siria, Irak y Transjordania que se enfrentaría al incipiente Estado en lo que se conoce como “Guerra de Palestina” la cual dio por victorioso al naciente estado Israelí. Como consecuencia inmediata de la misma, Israel logró ocupar una mayor extensión territorial de la que se le había asignado en el plan de reparto de las Naciones Unidas.
Para 1956 nuevamente ocurre un enfrentamiento entre Israel y los Estados árabes en lo que se conoce como la “Guerra del canal de Suez” el cual había sido nacionalizado por Egipto al no conseguir fondos del Banco Mundial para crear una represa en Assuan. Por intervención de la ONU, Egipto pudo conservar el canal pero la península Sinaí quedó bajo la presencia de los Cascos Azules. Para 1967 la “paz” endeble que existía volvió a resquebrajarse y fueron los países árabes quienes exigieron a Naciones Unidas que retirara los cascos azules. Israel, sintiéndose amenazado por dicho petitorio, lanzo un ataque preventivo contra Egipto desencadenando un nuevo conflicto denominado “Guerra de los seis días” que culminó con la victoria, nuevamente, de Israel y por consiguiente su ocupación de la península del Sinaí (Egipto), la Franja de Gaza, las Alturas del Golán (Siria) y Jerusalén Oriental.
En ese contexto, Naciones Unidas estaba convencida que para lograr una verdadera paz en la región, Israel debía devolver los territorios conquistados y los demás países debían brindar su reconocimiento a todos los estados de la zona (Resolución 242 – 1967). No obstante, ante la negativa de Israel, Egipto lanzó un ataque durante una festividad judía del Yom Kippur en 1973.
De esta manera, y tras las sucesivas guerras entre Israel y los diferentes países árabes, se llamaron a una serie de reuniones en Ginebra en el año 1973 con el propósito de intentar definir un status quo en la zona que trajera el tan anhelado orden. Sin embargo estas intenciones fueron vacías. Ni los estados árabes aceptaban a Israel, ni este quería retirarse de los territorios ocupados durante los conflictos armados.
No obstante, se produjeron dos cambios políticos y una visita sorpresa que lograron acercar, de a poco, las posiciones. Por una parte en los Estados Unidos, Jimmy Carter se alzaba como el nuevo presidente electo dispuesto a intentar resolver el conflicto mediante las negociaciones. De manera análoga, la victoria de Begin como Primer Ministro Israelí ayudó a dicha causa. Cabe destacar que el hito fundamental del proceso fue la visita sorpresa efectuada por el Sadat al estado hebreo en 1977. Esta visita al país enemigo, supuso un reconocimiento de hecho de Israel, algo sin precedente en el mundo árabe.
Algunos analistas argumentan que tal riesgo político al que se expuso el Sadat se dieron por las dificultades económicas de Egipto al destinar su presupuesto en gasto militar, como su hartazgo de posiciones maximalistas de sirios y palestinos. Con todos los años de enfrentamiento, era de esperarse cierta resistencia por parte de su población. Dicha reacción no se hizo esperar, y así, 3 años después de la firma del acuerdo fue condenado, aislado y considerado por muchos árabes como un traidor conllevando a su asesinato por un comando islamista en 1981.
Finalmente, la importancia de los acuerdos radica en lo pactado por las diferentes naciones.
Por un lado, Israel se comprometía en abandonar por completo la península del Sinaí (ocupada desde 1967), desmantelaría sus colonias y devolvería su plena soberanía a Egipto. Por el otro lado, Egipto reconocería la existencia del Estado de Israel, como así también, mantendría una baja presencia militar en la zona. En términos menores, también puede nombrarse que, respecto al tema palestino, se firmó un acuerdo que establecía un calendario para volver a negociar la posibilidad de crear un régimen autónomo en los territorios ocupados (Cisjordania y Gaza).
Así Egipto se consolidaba como el primer país árabe en reconocer oficialmente a Israel, lo cual, claramente, le supuso el rechazo de sus colindantes, como así también, una gran tensión interna.
Augusto Gabriel Arnone
Colaborador de la Red Federal de Historia de las Relaciones Internacionales
Departamento de Historia
IRI – UNLP