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Lo que la gira nos dejó: grandes expectativas y algunos interrogantes tras la visita de Cafiero a Emiratos Árabes Unidos

Los vínculos entre Argentina y cuatro de las monarquías del Golfo – Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Kuwait y Qatar- ganaron fuerza tras la llegada al poder del primer gobierno de Cristina Fernández. A partir de entonces y, pese a las diferencias respecto al tinte político de las distintas administraciones que se han sucedido en el poder, la Argentina ha optado por continuar las relaciones con estos actores considerándolos socios claves. Cabe destacar que se trata de países con grandes reservas de hidrocarburos, que han generado enormes recursos que actualmente les permiten efectuar inversiones y proveer financiamiento. En esta misma dirección, la oferta exportable de Argentina es complementaria a la de los mismos. Por ende, la potencialidad de negocios con las monarquías del Golfo es amplia.

En lo que respecta a la gestión de Alberto Fernández, tras su llegada al poder, las relaciones con los países árabes referidos se iniciaron de manera positiva. Sin ir más lejos, a escasos días de la asunción del nuevo gobierno estos Estados fueron incorporados a un plan exportador que apuntaba a incrementar el ingreso de divisa extranjera al país. Aún más, en el mes de febrero de 2020 se anunció una inversión de 100 millones de dólares por parte de Albwardy Investment LLC. Pese a ello, con el paso del tiempo y el avance de la pandemia de COVID-19, las relaciones con dichos actores perdieron dinamismo en un contexto de fuerte incertidumbre que llevó al gobierno nacional a enfocarse en resolver la emergencia sanitaria.

Ahora bien, en una instancia en la cual la etapa más álgida de la pandemia parece haber quedado atrás, nuestro país busca retomar los objetivos centrales de su agenda con los Estados de la región:: incrementar el volumen de intercambio bilateral, diversificar exportaciones y receptar inversiones.

En dicho marco se inscribe la visita que realizó el canciller Santiago Cafiero a Emiratos Árabes. Inicialmente, quien encabezaría una gira por el Golfo sería el presidente Alberto Fernández quien, según información de prensa, habría aceptado una invitación para viajar al Emirato y participar del día de la Argentina en el marco de la Expo Mundial que tiene lugar en Dubai. No obstante, con el avance de la guerra en Ucrania, y frente a la necesidad de garantizar su presencia durante las sesiones del Congreso en las que se dirimió la aprobación del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), Fernández habría decidido cancelar su viaje. Una visita oficial que, por otra parte, conforme con fuentes de cancillería, nunca habría sido confirmada. Cabe agregar que, también estaba previsto que una segunda parte de la gira transcurriese en Arabia Saudita, lo cual finalmente no aconteció.

De acuerdo con un comunicado de prensa de la cancillería argentina la visita tenía como objetivo “diversificar el intercambio con la región, actualmente concentrado en productos primarios, como así también potenciar las exportaciones y posicionar a nuestro país como actor relevante en el área de la transición energética, la ciencia del espacio, la biotecnología y la tecnología de la información y la comunicación”. A lo que se agrega que “la gira tendrá como una de sus principales metas diversificar el comercio bilateral […] actualmente concentrado en exportaciones de alimentos, a través de la difusión de las capacidades del país en sectores como la transición energética (incluyendo tecnologías de hidrógeno y litio), industria satelital, economía del conocimiento y seguridad alimentaria”.

En definitiva, lo que se buscó fue mostrar que Argentina no es sólo un productor de materias primas, sino que, por el contrario, el país también es capaz de exportar conocimiento y tecnología.

Dicho esto, como resultado de los encuentros y actividades desarrollados durante la estancia en EAU se anunció que Fondos de Desarrollo de la región -el Fondo Saudita para el Desarrollo, el Fondo Kuwaití para el Desarrollo Económico Árabe, el Fondo de Abu Dhabi para el Desarrollo, el Fondo de Qatar para el Desarrollo y el Fondo OPEP para el Desarrollo Internacional- confirmaron el financiamiento para distintos proyectos de infraestructura por más de 1000 millones dólares en el próximo bienio.

Las inversiones estarían dirigidas a financiar sectores estratégicos como la agenda del hidrógeno, la generación y transmisión de energía, la movilidad sostenible, el agua y el saneamiento, vivienda, salud y educación, entre otros. Precisamente, los mismos se enmarcan en las prioridades del gobierno, en la promoción de la transición energética, integración territorial, logística y movilidad sustentable.

Ahora bien, la concreción de estas inversiones que, conforme con el gobierno, fueron comprometidas, fue puesta en duda por información de prensa que da cuenta de que estos fondos árabes no estarían dispuestos a poner recursos a disposición de la Argentina. Ello al menos hasta tanto el país no haya ratificado un Acuerdo de Protección de Inversiones rubricado en 2018, lo cual abre la puerta a un interrogante respecto a la efectivización de las mismas.

En otro orden, en Abu Dhabi, el canciller Cafiero participó de la II Reunión de la Comisión Mixta Argentina-Emiratos Árabes Unidos. En dicho encuentro se abordaron temáticas relacionadas con la transición energética, el sector aeroespacial y satelital, infraestructura, ciencia y tecnología, solo por citar algunas. Asimismo, se acordó trabajar en la construcción de una asociación estratégica entre ambos países con vistas a consolidar la cooperación en tecnología e innovación, un área clave gracias a su potencial para favorecer la expansión y diversificación de las exportaciones, aumentando el valor agregado de nuestra balanza comercial.

Asimismo, la reunión fue el espacio propicio para la firma de un Memorándum de Entendimiento entre el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria y el Centro Internacional de Agricultura Biosalina de EAU, para el desarrollo de actividades de investigación conjunta en áreas de interés común. De igual modo, se rubricó un Memorándum de Entendimiento entre la Unión Industrial Argentina y la Federación emiratí de Cámaras de Comercio e Industria, para la creación de un Comité Comercial Mixto entre la Argentina y Emiratos. Por último, se firmó otro memorándum entre la empresa argentina FANIOT y la Oficina Emiratí de Inteligencia Artificial, con vistas al desarrollo de proyectos conjuntos en el campo de la inteligencia artificial y de las ciencias digitales.

Finalmente, si bien se había anunciado que la gira por el Golfo continuaría por Arabia Saudita, a último momento el canciller desistió de visitar el reino alegando problemas de agenda. Según se informó. La suspensión del viaje obedeció a inconvenientes tanto del Ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita, Faisal Bin Farhan Al Saud, como de los ministros que participaban de la gira, Daniel Filmus y Matías Kulfas. No obstante, hay quienes indican que el verdadero motivo que subyace a la suspensión del viaje radicaría en las recientes violaciones a los derechos humanos en Arabia Saudita. Al respecto, al conocerse que la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos condenó la ejecución colectiva de 81 personas en Arabia Saudita, sobre las que existen sospechas de no haber sido sometidos a un proceso justo, el plantel de asesores de Cafiero habría insistido en dar marcha atrás con la visita. Mas aún considerando que este año la Argentina preside el Consejo de Derechos Humanos (CDH) de las Naciones Unidas.

Ahora bien, aquí surge un nuevo interrogante, ¿fue este el motivo real de la suspensión del viaje? La pregunta emerge al considerar que a través del tiempo la Argentina siempre se ha inclinado por el pragmatismo a la hora de relacionarse con las monarquías del Golfo. Es decir, pese a la trascendencia que asumió el tema de los derechos humanos, particularmente durante las administraciones del Frente para la Victoria (FPV), convertido en uno de los ejes estructurantes de la agenda política, Argentina nunca promovió el compromiso con los mismos en sus relaciones con los países del Golfo. En definitiva, las violaciones a los derechos humanos que perpetúan estos regímenes autoritarios, personalistas, nunca han sido un obstáculo para el desarrollo de los vínculos bilaterales.

En virtud de lo expuesto, podemos concluir que la gira se cierra con grandes expectativas y algunos interrogantes, particularmente aquellos que se refieren a los resultados efectivos de la misma.

 

Ornela Fabani
Integrante
Departamento de Medio Oriente
IRI – UNLP