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Deudas soberanas, otro tema a contemplar por Marcos N. López Bustamante

Departamento de Relaciones Económicas Internacionales

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Deudas soberanas, otro tema a contemplar

Marcos N. López Bustamante[1][2]

En el tiempo reciente, la pandemia del Covid-19 y el conflicto bélico ruso-ucraniano[3] se han apoderado de la agenda de los internacionalistas. Desde nuestra perspectiva, la económica, hemos sabido observar las consecuencias como las recesiones, la suba general de precios, dificultad en el transporte internacional o las sanciones a la Federación Rusa. Sin embargo, en el presente ensayo proponemos resaltar otro gran tema como es la situación de las deudas soberanas.

Apuntando a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la ONU ha emitido un documento[4] donde resalta la debilidad del sistema financiero actual a la hora de acompañar a los Estados a afrontar las consecuencias del contexto enunciado arriba. Se resalta en este documento la pesada carga que poseen los países en desarrollo a la hora de afrontar los pagos de sus deudas soberanas, y se pone más énfasis aún en que el sistema financiero internacional es particularmente más estricto con las economías más débiles, provocándole condiciones y cargas de deuda casi insostenibles, llegando a describir al sistema financiero mundial como injusto y propenso a la crisis.

El documento de la Secretaría General propone trabajar de manera inmediata en el estímulo de los ODS en tres áreas, a saber:

“1 Abordar el alto costo de la deuda y los crecientes riesgos de sobreendeudamiento, incluso mediante la conversión de préstamos de alto interés a corto plazo en préstamos a largo plazo (más de 30 años) de deuda a tasas de interés más bajas.

2 Ampliar masivamente la financiación asequible a largo plazo para el desarrollo, especialmente a través de bancos públicos de desarrollo (BPD), incluidos bancos multilaterales de desarrollo (BMD), y alineando todos los flujos de financiación hacia los ODS.

3 Expandir el financiamiento de contingencia a los países que lo necesitan.[5]

En este sentido, el Centro de Economía Internacional[6] explica que la propuesta intenta cambiar el criterio que define la sostenibilidad de las deudas, pasar del enfoque de mercado (que implica utilizar tasas de interés esperadas o convalidadas en los mercados de crédito, que particularmente penaliza con mayor énfasis a los países que ya se encuentran de por sí en situaciones de insolvencia) por un enfoque de solvencia similar a los utilizados por los bancos multilaterales de desarrollo (lo que implicaría tasas más bajas, mayor flexibilidad y menores condicionalidades).

Por su parte la OCDE emitió también un informe[7] abordando la temática de deuda soberana pero desde el punto de vista de la liquidez y el agravamiento en la toma de deuda en términos porcentuales respecto de los PIB. En este informe se analiza las condiciones por las cuales ya no resulta rentable la toma de deuda. Explica así que la respuesta de los bancos centrales a la inflación provocada por la guerra ruso-ucraniana fue una política contractiva, con su resultante suba de la tasa de interés e incertidumbre macroeconómica. Resultado de esto fue que creció inmediatamente el costo financiero a corto plazo, los inversores aumentaron su desconfianza y su consecuencia fue la baja en la liquidez en el mercado de deuda.

Ahora si combinamos la información que nos aporta el informe de la OCDE, y la advertencia del informe de Naciones Unidas, podríamos llegar rápidamente a la conclusión de que son otra vez los países en desarrollo quienes tienen nuevamente la carga más pesada en cuestión de deuda soberana. Y una vez más, debido a factores exógenos, y con el mismo sistema financiero de otrora.

Es así como el Centro de Economía Internacional[8] resalta que una vez más los países en desarrollo se enfrentan a la dicotomía de pagar la deuda para evitar un default o financiar su desarrollo. Más tarde analizando un informe de la UNCTAD[9], el Centro de Economía Internacional rescata que “los gobiernos de forma errónea han enfrentado el fenómeno con un aumento de la tasa de interés como si su origen fuera un exceso de demanda y no problemas en la oferta de bienes.”[10] Este tipo de decisiones enfatizaron aún más la situación de fragilidad en materia de deuda soberana de los países en desarrollo.

Por último, en junio pasado se celebró en París la “Cumbre para un nuevo pacto financiero mundial”, donde se intentó sentar nuevas bases para la arquitectura financiera global. En la misma se debatieron temas como financiación, liquidez, derechos especiales de giro y su utilización entre otras temáticas.

Así, nos gustaría cerrar este breve ensayo con las palabras del Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres quien dijo en esa ocasión:

“Está claro que la arquitectura financiera internacional ha fracasado en su misión de proporcionar una red de seguridad mundial a los países en desarrollo. La razón es sencilla […] esta arquitectura se construyó tras la Segunda Guerra Mundial. Con algunas adaptaciones, refleja el equilibrio de poder político y económico de la época […]

“Pido que no nos vayamos de París sin entender que la ambición política que se necesita debe asegurar una transformación y no una reforma. Y que los que somos jefes de Gobierno y de Estado reconozcamos que el mundo no puede seguir bajo las sombras de un orden imperial que no ve a los países, no entiende a los países, no escucha a los países y, lo que es peor, no ve, entiende o escucha a la gente”.[11]

[1] Abogado por la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (S.M. de Tucumán), Maestrando en Relaciones Internacionales (IRI-UNLP), docente de Derecho Internacional Público (UBA)-CPO Gasol Varela Las Fuentes del Derecho Internacional; integrante de los Departamentos de Relaciones Económicas Internacionales y de Derecho Internacional Público (IRI-UNLP). mnlopezbustamante@derecho.uba.ar

[2] El autor del presente ensayo quiere recordar con gran cariño y respeto al Profesor Daniel Berrettoni, quien fuera docente y coordinador del Departamento de Relaciones Económicas Internacionales. A él un inmenso “gracias”.

[3] Remitimos a lo expuesto en la edición anterior https://www.iri.edu.ar/index.php/2022/09/30/a2022-economia-articulo-lopez/ (última consulta 02/08/2023)

[4] United Nations Secretary-General’s SDG Stimulus to Deliver Agenda 2030, febrero 2023. Disponible en https://www.un.org/sustainabledevelopment/wp-content/uploads/2023/02/SDG-Stimulus-to-Deliver-Agenda-2030.pdf (última consulta 02/08/2023)

[5] Ibídem. P. 2, (traducción libre) (el resaltado es original).

[6] Internacionales del CEI, Centro de Economía Internacional, Cancillería Argentina, marzo 2023. Disponible en https://cancilleria.gob.ar/userfiles/ut/2023-03_internacionales_del_cei.pdf (última consulta 28/07/2023)

[7] OECD Sovereign Borrowing Outlook 2023. Disponible en https://www.oecd.org/finance/oecd-sovereign-borrowing-outlook.htm (última consulta 03/08/2023)

[8] Internacionales del CEI, Centro de Economía Internacional, Cancillería Argentina, junio 2023 Disponible en https://cancilleria.gob.ar/userfiles/ut/internacionales_del_cei_-_junio_2023.pdf (última consulta 02/08/2023)

[9] Actualización del Informe sobre Comercio y Desarrollo (abril de 2023). Disponible en https://unctad.org/es/publication/actualizacion-del-informe-sobre-comercio-y-desarrollo-abril-de-2023 (última consulta 05/08/2023)

[10] Internacionales dl CEI, junio 2023 p.4.

[11] Naciones Unidas, Noticias ONU, Nuevo Pacto Financiero Global, Cambio Climático, Honduras… Las noticias del jueves. Disponible en https://news.un.org/es/story/2023/06/1522187 (última consulta 05/08/2023)