Departamento de Medio Oriente
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El Líbano, entre el conflicto en Gaza y una tímida recuperación de la iniciativa política
Said Chaya[1]
Al comienzo del período bajo estudio (junio 2024), el Líbano atravesaba una profunda crisis política, vigente desde 2022. A modo de repaso, la elección legislativa libanesa de mayo de 2022 había resultado en la re-designación de Najib Miqati, que ya estaba en el poder desde septiembre de 2021, como primer ministro. Sin embargo, su enfrentamiento con el presidente Michel Aoun evitó que éste aprobara las diferentes propuestas de formación ministerial que Miqati le proponía. Ante la ausencia de un mecanismo constitucional que obligue a renunciar a un primer ministro designado que no logra formar gobierno, Aoun intentó removerlo por un decreto, situación que fue desconocida por Miqati. En octubre de ese año, Aoun completó su mandato presidencial, por lo que, hasta que la Cámara de Diputados no eligiera a nuevo presidente, no sería posible confirmar al Consejo de Ministros. La situación era totalmente anómala: la vacante presidencial ponía a cargo del Poder Ejecutivo a un primer ministro que había presentado su renuncia, que había sido aceptada, solo para ser designado nuevamente, aunque el proceso de nominación no había sido completado de manera satisfactoria. El titular de la Cámara de Diputados, Nabih Berri, reconoció mediante una nota de dudoso valor la autoridad de Miqati, lo que brindó ciertas certezas a éste y a su gabinete dimitido para que, en tiempos de vacante presidencial, pudiese ejercer sus atribuciones con cierta tranquilidad. Para junio de 2024, aún no era posible formar gobierno ni nombrar a un presidente.
En ese contexto, el 7 de octubre de 2023 se desató un nuevo conflicto entre palestinos e israelíes. La agrupación libanesa Hezbolá declaró su solidaridad con Hamas, que había perpetrado un importante ataque contra civiles israelíes en la frontera con Gaza, en el que murieron más de mil personas y unas 250 fueron secuestradas. El Ejército israelí comenzó inmediatamente una campaña de baja intensidad en el sur del Líbano contra objetivos de Hezbolá y de otros aliados de Hamas que operaban en territorio libanés. En el transcurso de los ataques, mientras en simultáneo la presión contra los civiles en Gaza se hacía más y más fuerte, murieron más de trescientos libaneses.
El conflicto traería novedades en 2024. El 17 de septiembre, la explosión a distancia de los walkie talkies que Hezbolá usaba como medio de comunicación marcó el inicio de una cruda campaña de bombardeos y destrucción, en este caso en barrios densamente poblados ubicados en los suburbios de Beirut. El 27 de septiembre una de las víctimas de esos bombardeos fue Hassan Nasrallah, secretario general de Hezbolá desde 1992. Junto con él fueron ejecutados otros referentes de la agrupación paramilitar, debilitando fuertemente su estructura. El 1 de octubre las tropas israelíes comenzaron una nueva invasión terrestre al territorio libanés, la tercera luego de las incursiones de 1978 y 1982. A lo largo del período, Israel interceptó medios de comunicación, transportes médicos y tropas de la ONU estacionadas en la frontera, violando numerosos principios básicos del derecho internacional. Esta situación agravó la crisis económica que se arrastraba desde 2019. El conflicto armado provocó una importante merma del sector turístico, vital para la economía libanesa, con una caída superior al 32%. A ello había que sumar los cuantiosos gastos por los destrozos provocados por los ataques israelíes, en torno a los 8.500 millones de dólares, según la estimación del Banco Mundial.
El 27 de noviembre, con el auspicio del presidente estadounidense Joe Biden, libaneses e israelíes lograron acordar un alto al fuego por sesenta días que se extendió más tarde por tiempo indeterminado. El gobierno de Benjamin Netanyahu exigió el cumplimiento de la resolución 1701 de Naciones Unidas, que empujaba a las tropas irregulares al norte del río Litani mientras esas posiciones eran ocupadas por el Ejército libanés. Miqati, por su parte, pidió la salida de los soldados israelíes. El acuerdo no impidió que, desde entonces, Israel llevara adelante nuevos ataques a voluntad, más esporádicos, contra objetivos en territorio libanés. En todos los casos, el gobierno libanés emitió las quejas correspondientes ante los organismos internacionales. En total más de cuatro mil libaneses perdieron la vida en la contienda.
Por otro lado, tras dos años de crisis política, el contexto se mostraba propicio para la elección de un candidato presidencial que tuviese un indiscutido respaldo internacional y, al mismo tiempo, un gran consenso interno. La capacidad de bloqueo de Hezbolá se hallaba reducida al mínimo. El 9 de enero de 2025 la Cámara de Diputados nombró por abrumadora mayoría a Joseph Aoun como presidente de la República. General en actividad y jefe del Ejército hasta el momento de su elección, el nuevo jefe de Estado tenía aceitadas relaciones con Washington y la Unión Europea. Aoun nominó para el cargo de primer ministro a Nawaf Salam, un prestigioso jurista que estaba ejerciendo por entonces como titular de la Corte Internacional de Justicia. Cumplía con el requisito de las demandas populares: una persona independiente, que no tuviera nada que ver con el entramado político vigente, al frente de un gobierno de expertos. Salvando las distancias, Salam convocó a un Consejo de Ministros integrado por personalidades independientes y políticos de bajo perfil:
N. | NOMBRE | CARTERA | RELIGIÓN | PARTIDO |
1 | Nawaf Salam | Primer Ministro | Sunita | independiente |
2 | Tarek Mitri | Viceprimer Ministro | Ortodoxo griego | independiente |
3 | Michel Menassa | Defensa | Ortodoxo griego | independiente |
4 | Paul Morcos | Información | Católico melquita | independiente |
5 | Laura Al-Khazen | Turismo | Católica maronita | independiente |
6 | Michel Al-Hajj | Telecomunicaciones | Católico maronita | independiente |
7 | Fadi Makki | Reforma Administrativa | Chiíta | independiente |
8 | Ahmad Al-Hajjar | Interior | Sunita | independiente |
9 | Haneen Al-Sayyed | Desarrollo Social | Sunita | independiente |
10 | Rima Karami | Educación | Sunita | independiente |
11 | Amer Bisat | Economía y Comercio | Sunita | independiente |
12 | Ghassan Salameh | Cultura | Católico melquita | independiente |
13 | Youssef Rajji | Relaciones Exteriores y Emigrados | Católico maronita | Fuerzas Libanesas |
14 | Joe Issa Al-Khoury | Industria | Católico maronita | Fuerzas Libanesas |
15 | Joseph Saddi | Energía y Agua | Ortodoxo griego | Fuerzas Libanesas |
16 | Kamal Chehadé | Desplazados | Protestante | Fuerzas Libanesas |
17 | Fayez Rasamni | Obras Públicas y Transporte | Druso | Partido Progresista Socialista |
18 | Nizar Hani | Agricultura | Druso | Partido Progresista Socialista |
19 | Adel Nassar | Justicia | Católico maronita | Falange Libanesa |
20 | Nora Bayrakdarian | Juventud y Deportes | Ortodoxa armenia | Partido Tasgnag |
21 | Yassine Jaber | Finanzas | Chiíta | Movimiento Amal |
22 | Tamara Al-Zein | Ambiente | Chiíta | Movimiento Amal |
23 | Rakan Nasreddine | Salud | Chiíta | Hezbolá |
24 | Muhammad Haydar | Trabajo | Chiíta | Hezbolá |
El presidente Aoun encaró una importante agenda de viajes internacionales destinada a fortalecer la imagen del Líbano en el exterior y lograr el acceso a fondos frescos que permitiesen no solo financiar la reconstrucción del país sino también de los servicios públicos. Desde su asunción en enero, ya realizó visitas a Arabia Saudita y Francia (marzo), Qatar (abril), Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Egipto, Italia y El Vaticano (mayo), Irak y Jordania (junio), Bahrein y Chipre (julio). El primer ministro Salam, por su parte, visitó Siria (abril). Otro de los principales desafíos de la dupla consiste en sostener el alto al fuego con Israel en un contexto de creciente expansionismo de su vecino del sur y una guerra que, al parecer, se sostendrá en un futuro cercano. Para ello, deben mantener el principio del desarme de Hezbolá, que se podrá lograr siempre y cuando se asegure que Israel se mantendrá lejos del sur del Líbano, donde el llamado “Partido de Dios” concentra sus votantes. Por su parte, con su conducción diezmada, a Hezbolá no le queda otra opción más que negociar. Sin la asistencia iraní, la reconstrucción de los barrios beirutíes dañados por el conflicto sólo provendrá de lo que el Estado central pueda garantizar.
Es muy pronto para saber si Aoun y Salam, que apenas llevan seis meses en el poder, tendrán éxito en sus políticas, aunque el período de romance con la población todavía permanece intacto. En un contexto de enormes desafíos, deberán demostrar algunos éxitos en la gestión especialmente en la gestión económica. El sector turístico, por su parte, promete ser especialmente próspero en este verano boreal (junio-septiembre), lo que implicará el ingreso de divisas y dará cierto respiro a las autoridades.
[1] Doctor en Relaciones Internacionales. Secretario del Departamento de Medio Oriente del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de La Plata. Docente de la Universidad Austral.