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Políticas presupuestarias y el Plan Nuclear Argentino 2025

Grupo de Estudios Espaciales y Nucleares (GEEyN)

Artículos

Políticas presupuestarias y el Plan Nuclear Argentino 2025

Renata Sato

Introducción

En el presente se expondrá las políticas presupuestarias destinadas a la actividad nuclear en Argentina para el año 2025. Éstas reflejan una combinación de desafíos financieros, compromisos estratégicos y ambiciosos proyectos de expansión tecnológica. Se abordará principalmente aquellas que se aplicaran a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), el organismo público de referencia del desarrollo nuclear en Argentina y un actor destacado dentro del sistema nacional de ciencia y técnica. Fue creada el 31 de mayo de 1950 mediante el Decreto del Poder Ejecutivo Nacional Nº 10936/50, con la misión de asesorar a las autoridades nacionales en la definición de la política nuclear y llevar a cabo investigaciones y desarrollos tecnológicos que contribuyan a mejorar la calidad de vida del conjunto de la sociedad, siempre en el marco de los usos pacíficos de la energía nuclear. Entres sus funciones se encuentran: asesorar al Poder Ejecutivo en la definición de la política nuclear; Promover la formación de recursos humanos de alta especialización y el desarrollo de ciencia y tecnologías en materia nuclear, comprendida la realización de programas de desarrollo y promoción de emprendimientos de innovación tecnológica; Propender a la transferencia de tecnologías adquiridas, desarrolladas y patentadas por el organismo, observando los compromisos de no proliferación asumidos por la República Argentina; Prestar los servicios que le sean requeridos por las centrales de generación nucleoeléctrica u otra instalación nuclear; Celebrar convenios con los operadores de reactores nucleares de potencia, a los fines de realizar trabajos de investigación; Desarrollar, construir y operar reactores nucleares experimentales; entre otras.

Así también, a la AUTORIDAD REGULATORIA NUCLEAR (ARN), el organismo del Estado argentino dedicado a la regulación y la fiscalización de la actividad nuclear en la República Argentina. La ARN es una entidad autárquica en jurisdicción de la Presidencia de la Nación, creada en 1997 mediante la Ley Nacional Nº 24804 de la Actividad Nuclear, como sucesora del Ente Nacional Regulador Nuclear (ENREN), establecido en 1994.

Igualmente, se indicarán los puntos esenciales del Plan Nuclear propuesto por el Gobierno nacional para el año 2025. Se desarrollarán las opiniones de distintas figuras destacadas en el área sobre el mismo, acerca de las privatizaciones de empresas que llevan a cabo la actividad nuclear, de los proyectos elaborados y de los trabajadores intervinientes.

Finalmente, se hará referencia a la repercusión en el capital humano y el destino de los proyectos nucleares que se encuentran en desarrollo hasta la fecha, como aquellos que se pretende iniciar.

Presupuesto de la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN) para 2025

El Artículo 24 de la Ley N° 24.804 le otorga a la ARN la misión de confeccionar anualmente un proyecto de presupuesto que será publicado y del cual se le dará vista a los sujetos obligados al pago de la tasa regulatoria prevista en el Artículo 26 de la citada Ley, quienes podrán formular objeciones fundadas, dentro del plazo preestablecido, a tales fines. El Artículo 26 del Anexo I del Decreto N° 1390/98 establece que la ARN fijará la tasa de fiscalización y elevará, a través de la PRESIDENCIA DE LA NACIÓN, su Presupuesto a efectos de su posterior aprobación por el HONORABLE CONGRESO DE LA NACIÓN.

En este sentido, la ARN aprobó un presupuesto total de $21.271 millones para el ejercicio 2025, con una estimación de recursos de $23.365 millones. Los principales gastos incluyen: $11.436 millones en personal; $2.956 millones en servicios no personales; $1.974 millones en gastos de capital; $4.148 millones en transferencias al exterior.

Además, se estableció una tasa regulatoria anual de $10.437 millones, que será abonada principalmente por Nucleoeléctrica Argentina S.A., responsable de las centrales nucleares del país.

Desafíos financieros y Operativos

A pesar del compromiso político establecido, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) enfrenta serios problemas presupuestarios debido a la política de ajuste fiscal del gobierno. Andrés Kreiner, subgerente de Tecnología y Aplicaciones de Aceleradores de la CNEA, explicó que el presupuesto para 2025 se reducirá en un 40% en términos reales respecto al año anterior, lo que ha paralizado proyectos estratégicos como la reactivación de la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) en Neuquén y el desarrollo de tecnologías avanzadas para tratamientos médicos contra el cáncer. Solo el Reactor Nuclear Argentino Multipropósito RA-10 en construcción en el Centro Atómico Ezeiza ha logrado mantener cierto apoyo. Otro aspecto, es que hay un atraso muy grande de los salarios, siendo que en 11 meses se perdió alrededor de 35%.

El reciente hackeo a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), que según ciertas fuentes comprometió la seguridad de proyectos estratégicos como el reactor CAREM-25, pone en evidencia no solo la fragilidad de la ciberseguridad en instituciones clave, sino también el impacto de la desinversión gubernamental en el sector nuclear. Este ataque ocurre en un contexto de lucha por parte de los trabajadores de la CNEA, quienes advierten sobre los riesgos de repetir las políticas de desmantelamiento de la década de 1990.

En este sentido, la ex presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), Serquis Adriana, refiere que uno de los principales problemas que enfrenta la CNEA tiene que ver con la falta de previsibilidad. Al desconocer el presupuesto es imposible saber si el flujo de fondos necesario para continuar con lo proyectado y con el cronograma de trabajo será suficiente. “Esto va a implicar no solo una demora en el cronograma que teníamos para la finalización de las obras, sino también la posibilidad de que haya costos hundidos que vuelvan muchísimo más caras las obras, al tener que pagar contratos quebrados con las empresas”.

Plan Nuclear Argentino: Expansión y Modernización

El presidente Javier Milei anunció el Plan Nuclear Argentino para el año 2025, que incluye la construcción de una cuarta central nuclear y el desarrollo de un reactor modular pequeño (SMR) en Atucha. Éste busca abastecer la creciente demanda energética impulsada por la inteligencia artificial y posicionar a Argentina como un centro de datos regional.

El plan enfrenta desafíos significativos, como la falta de financiación, la oposición social en algunas regiones y la necesidad de un marco jurídico estable

El presidente afirmó: “tenemos energía de sobra, tierras frías e inhóspitas de sobra, y recurso humano de calidad. Estos tres factores combinados forman una tormenta perfecta para atraer inversiones de altísimo grado en Inteligencia Artificial (IA). Que nadie se sorprenda si la Argentina se convierte en el próximo hub del mundo. El aumento de demanda de energía que implica la Inteligencia Artificial (IA) va a generar en el mundo entero un resurgimiento de la energía nuclear después de décadas de declive, y nosotros no nos vamos a quedar atrás”.

Además indicó que: “Vamos a diseñar un Plan Nuclear Argentino que contemple la construcción de nuevos reactores, así como la investigación de las tecnologías emergentes de reactores pequeños o modulares, manteniendo los máximos estándares de seguridad y eficiencia”. El proyecto estaría a cargo de Demian Reidel, jefe del Consejo de Asesores del Presidente quien el próximo 20 diciembre dará a conocer los detalles del plan.

Como inicio del proyecto se construirá un reactor modular pequeño (SMR) que facilitará el acceso a la energía en todo el país y disminuirá considerablemente los cortes de luz. Luego, se desarrollarán reservas de uranio, que aportaran a cubrir la demanda doméstica y posicionar al país como exportador de elementos combustibles de alto valor agregado.

Impacto social: Anti Política Nuclear y Privatización del Sector

El anuncio del presidente fue precedido por las declaraciones de Álvarez Alejandro, subsecretario de Políticas Universitarias, quien afirmó que Argentina “podría ser proveedor de reactores modulares pequeños (SMR) para bases en la Luna y Marte”.

Carlos Murúa, operador del reactor RA-10 en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y técnico encargado de formar a trabajadores, expresó: “Respecto al Plan Nuclear Argentino, tomamos con cautela el anuncio porque prácticamente no hay información al respecto. En el ámbito nuclear, un anuncio de ese tipo siempre es bien recibido, pero genera muchísimas preguntas”. Murúa destacó la importancia de definir claramente si el plan contempla únicamente la construcción de reactores o si incluirá la fabricación local, así como el grado de participación de la industria nacional.

Por otro lado, Nicolás Malinovsky, ingeniero y magíster en Gestión de la Energía, director del Observatorio de Energía, Ciencia y Tecnología, criticó la postura de Milei: “Contrariamente a su nuevo anuncio, Milei ha desarrollado una antipolítica nuclear basada en desfinanciar proyectos como la construcción del reactor CAREM (Central Argentina de Elementos Modulares) o el propio proyecto Atucha III”. El mismo señaló que la Ley Bases ha impulsado la privatización de empresas clave del sector nuclear como Nucleoeléctrica Argentina (NASA) e IMPSA, lo que podría comprometer la autonomía tecnológica y estratégica del país.

Según Malinovsky, el interés de Milei en la energía nuclear está ligado a su objetivo de posicionar a Argentina como un centro de IA. “Ya a mediados de año, Milei decía en una entrevista que Argentina debía convertirse en el cuarto polo de la inteligencia artificial en el mundo, después de China, EEUU y Europa”, afirmó. Igual advierte que esta orientación podría llevar a un modelo extractivista, donde Argentina presta tierras y vende energía barata, permitiendo que las ganancias generadas por estas inversiones se trasladen fuera del país. “Les prestamos un pedazo de tierra, les vendemos energía barata y toda la riqueza que se produce bajo esos servidores se va del país”, lamentó.

En otro orden de ideas, Martín Iofrida, secretario general de la Asociación de profesionales de la CNEA y la actividad nuclear, celebra que el Gobierno decidiera apostar por tecnología argentina y lo entiende como un reconocimiento a los profesionales locales y al desarrollo de una actividad que tuvo a Argentina como pionera en América Latina. Sin embargo, sostiene que hay tareas más urgentes: “Argentina tiene dos reactores en construcción demorados por falta de financiamiento y con mucha migración de personal capacitado por bajos salarios”, dice Iofrida. Atucha I, la primera central nuclear del país, está parada por obras de mantenimiento para extender su vida útil, un trabajo que podría demorarse hasta dos años.

A su vez, la privatización de Industrias Metalúrgicas Pescarmona S.A. (IMPSA) generó alarma entre los especialistas. IMPSA es una empresa argentina especializada en generación de energía a partir de recursos renovables y es la única compañía en Latinoamérica con tecnología propia para equipos de generación hidráulica y fabricación de componentes nucleares.

En ese sentido, Kreiner Andrés analizó el impacto de la falta de presupuesto en la CNEA y la propuesta del gobierno para que ingresen capitales privados a Nucleoeléctrica Argentina S.A. (NASA), la compañía operadora de las tres centrales nucleares del país: Atucha I y II y Embalse. Sobre esto refirió que “No comparto ningún proyecto de privatización. Desde APCENAN no apoyamos ninguna privatización. La inclusión de capital privado a NASA va a depender en qué condiciones se haga. NASA viene produciendo energía eléctrica barata o prácticamente al costo. La tarifa se la fija el Estado Nacional para que esencialmente cubra sus costos. Ante el plan del gobierno, la pregunta es para qué van a ingresar capitales privados en un esquema así. Uno de los principales proyectos que tiene NASA hoy es la extensión de vida de Atucha I. El año pasado, con la gestión de (José Luis) Antúnez en NASA, se consiguieron fondos a través de la emisión de bonos por US$ 180 millones y un crédito de la Corporación Andina de Fomento (CAF) de alrededor de US$ 200 millones. Con un poco más se podría llegar a cubrir todo el financiamiento necesario para la obra de Atucha I.”

Capital humano: desempleo y migración

El presupuesto de CNEA es el segundo en orden de magnitud después del de CONICET entre los organismos de Ciencias y Tecnologías, pero, a diferencia del CONICET, solo destina poco más del 30% a salarios, por lo que la falta de continuidad en su ejecución presupuestaria implica un fuerte desfinanciamiento en los proyectos y en los gastos de funcionamiento.

Kreiner Andrés refiere que una de las primeras consecuencias de la falta de presupuesto es que mucha gente que se fue de la CNEA. Dichos profesionales migran a trabajar al exterior o al sector privada. Esta situación es muy perjudicial para la CNEA ya que los profesionales son muy importantes en el sector nuclear.

Además, la caída del presupuesto repercute en todas las actividades. Se frenaron muchos proyectos como el de la reactivación de la PIAP en Neuquén, que lo está desde 2017 (cuando redujo sus empleados de 400 a menos de 100), pero que en 2023 se había reflotado sin éxitos para el 2024, por la falta de fondos. La PIAP podría producir 100 toneladas por año a un valor de US$ 100 millones, cuando se necesitan cerca de US$ 50 millones para ponerla operativa. En un año se amortizaría la inversión para que la PIAP opere de nuevo. El beneficio podría ser mayor porque las tres centrales nucleares del país también necesitan reponer agua pesada que podría aportar la PIAP, pero que hoy se está importando.

En este sentido, Adriana Serquis, manifestó que: “La falta de presupuesto y de pago ya está haciendo que algunos de los grandes proyectos tengan que empezar a detener trabajos ejecutados por subcontratistas, en el caso del reactor multipropósito RA-10 por INVAP y en el caso del CAREM, por NASA. En ambos casos ya se está despidiendo personal. Hasta ahora, al menos 169 personas perdieron su trabajo”. De igual forma refirió “Hoy resulta un despropósito que los trabajadores del sector nuclear en la CNEA perciban salarios tan bajos, lo que está generando numerosas renuncias. Esto implica una preocupante pérdida de capacidades en un sector estratégico para el país”.

Los trabajadores de la CNEA desconocen los detalles del plan, y advierten que el mismo requerirá financiación suficiente y mejoras salariales para el personal implicado.

Proyectos y financiamiento:

Se extendería la vida de Atucha I, ya que se firmó un acuerdo para extender la operación de esta central por 20 años adicionales, con una inversión de U$S 463 millones y la creación de 2.000 puestos de trabajo.

El Centro Argentino de Protonterapia, posee una inversión de 163 millones de dólares hasta el momento (96% del total), habiéndose requerido 7 millones adicionales (4%) para el año 2024. Aproximadamente 150 personas trabajan en esta obra, incluyendo personal de INVAP, empresas contratadas, IBA y la CNEA.

El Reactor Argentino Multipropósito RA-10, con un avance global del 78,2% para marzo de 2024. La obra civil está finalizada (100%), mientras que la instalación avanza al 45%. Se estima que la construcción concluirá en el segundo semestre de 2025, con una inversión acumulada de 365 millones de dólares y un faltante de 60 millones adicionales. Alrededor de 850 trabajadores están afectados a esta obra.

En cuanto a la Central Argentina de Elementos Modulares (CAREM), existía un avance físico del 63,54% para marzo de 2024. Esto incluye un 95% en ingeniería, 61% en provisión de suministros y 86% en construcción. Se destacan los progresos en la obra civil del edificio nuclear (86%), el liner de contención fabricado por CONUAR (99%) y el recipiente de presión del reactor en fabricación por IMPSA (74%). El primer generador de vapor completado se previó para junio de 2024, y los combustibles nucleares diseñados por la CNEA y fabricados por CNEA, CONUAR y DIOXITEK tienen un avance del 65%. La finalización del proyecto CAREM está programada para noviembre de 2028, con una inversión acumulada de 690 millones de dólares y un faltante de 260 millones adicionales. Más de 1500 personas trabajan actualmente en este proyecto. Al respecto, se expidió Serquis Adriana, quien entiende que “el proyecto del CAREM inició su construcción en 2014, lleva invertidos unos 700 millones de dólares y requiere 200 millones más. La obra civil tiene más del 85%, lo mismo la ingeniería, pero requiere órdenes de compra para los componentes. Su puesta en marcha estaba prevista para 2026 y se trasladó al 2028. Hay otros proyectos similares del mundo previstos para el 2030. De modo que el argentino es el primero de su clase”, y agregó que “la Agencia de Energía Nuclear analizó los 70 proyectos más avanzados del mundo y dentro de ellos, el CAREM es uno de los que tiene sus aspectos más desarrollados”.

La Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP), de Arroyito tiene como principal objetivo la producción de agua pesada, un insumo clave para refrigerar reactores nucleares. En el presupuesto 2025, la CNEA cuenta con una partida de 60.000 millones de pesos, de la cual una parte sería destinada a la PIAP, aunque no se especifica. Para que la PIAP vuelva a operar plenamente, se necesitarán aproximadamente 80 millones de dólares. Guillermo Francos, jefe de gabinete de la Nación, indicó que este financiamiento deberá provenir de fuentes externas, lo que agrega un elemento de incertidumbre sobre el futuro inmediato de la planta. El presupuesto contempla la conservación y acondicionamiento de los sistemas eléctricos, de control, de generación de vapor y de seguridad de las instalaciones, entre otros aspectos. Ésto podría significar una solución para los trabajadores de la planta que hace años temen por la continuidad de sus puestos laborales y reclaman por la reactivación.

Otra inversión en el ámbito energético para la región, será la finalización del Proyecto Multipropósito Nahueve, que recibiría 20 millones de dólares.

Conclusión

El presupuesto para la actividad nuclear en Argentina en 2025 refleja una intención de expansión y modernización del sector, pero también pone de manifiesto las tensiones entre los objetivos estratégicos y las limitaciones financieras. La capacidad del gobierno para equilibrar estos aspectos será crucial para determinar el futuro de la energía nuclear en el país.

Asimismo, podemos observar cuál es el presupuesto que se destinará a la CNEA elaborado por la ARN para este año, al igual que las dificultades que implica el mismo. En este sentido, encontramos un Plan Nuclear Argentino lleno de esperanzas de colocar a nuestro país en una posición estratégica, pero muy lejos de poder aplicar a la realidad actual. A su vez, este Plan carece de lineamientos claros, como de un presupuesto establecido a los fines de llevarlo a cabo. Tampoco queda claro qué se planea con las privatizaciones de empresas claves en el área y el desfinanciamiento de los últimos años de gobierno.

Esta situación lleva al desconocimiento, a frenar proyectos nucleares de gran envergadura, al despido de trabajadores capacitados, y su posterior migración al exterior o a la actividad privada.

Realizamos un recorrido por varias opiniones formadas de especialistas que entienden las problemáticas que genera la desinversión que las políticas presupuestarias de este gobierno proponen. Así se expiden acerca de las diferencias con años previos, el aumento de desempleo y pérdida de profesionales capacitados, el freno de proyectos que se encuentran en etapa de finalización y la imposibilidad de un progreso al que nuestro país podría llegar fácilmente.

De esta forma, entendemos que no solo se requiere de un plan, sino también de una propuesta formal y formada, donde se especifiquen los pasos a seguir, se asignen presupuestos acordes, se proteja el capital humano y se concluyan los proyectos en desarrollo previo a comenzar aquellos que no se conoce si lograran finalizarse.

Finalmente, no quiero dejar de mencionar lo que nuestros profesionales comparten, que la Argentina posee una gran potencial de desarrollo en el área nuclear, pudiéndose encontrar muy bien posicionada mundialmente, y pudiendo reforzarse económica y energéticamente.

Referencias: