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A2022 Seguridad Artículo Rial Ucrania

Departamento de Seguridad Internacional y Defensa

Artículos

90 días de guerra.
Apuntes de la invasión rusa a Ucrania

Juan Alberto Rial [1]

Hace cerca de tres meses se iniciaba la Operación Militar Especial de la Federación Rusa en Ucrania, tal como el régimen de Vladimir Putin se ha referido a la invasión al territorio de Ucrania, que perseguía (entre otros objetivos declarados) garantizar la seguridad de Moscú, a través de instrumentos escritos, formalizando los compromisos que los Estados Unidos le aseguró a la Federación en 1990; neutralizar el aparato militar ucraniano y “desnazificiar” al gobierno de Kiev[2].

La comunidad internacional se vio sorprendida por la envergadura del esfuerzo bélico ruso en tierra ucraniana desde el 24 de este año, a pesar de las persistentes denuncias de la inteligencia anglosajona de la inminencia de la agresión a Kiev desde fines de 2021[3], constantemente negadas al máximo nivel por Moscú, a pesar de todas las evidencias que indicaban lo contrario: la agresión a Georgia en 2008, la constante injerencia del régimen de Putin en Ucrania, la secesión de Crimea en 2014 (y posterior anexión a la Federación en marzo de ese año), el apoyo en todos los sentidos dados a los “separatistas” prorurrusos de la región del Donbass (Donetsk y Luhansk desde 2014) y la magnitud de los ejercicios militares rusos y bielorrusos desde setiembre y octubre de 2021 en la frontera del territorio ucraniano.

Los sucesos materializaron los peores vaticinios. Las fuerzas rusas invadieron a su vecino desde el Este (las fronteras con la Federación), desde el Sur (las fuerzas desplegadas en Crimea) y desde el Norte (fronteras con Bielorrusia). En un principio, los despliegues indicaban que el objetivo de Moscú era tomar Kiev. Sin embargo, en marzo el mismo tuvo que ser reajustado[4] ya que la reacción de Occidente (a través de una batería de sanciones sin antecedentes en la historia más un enorme apoyo militar a Ucrania), a lo que se sumó la resistencia de las fuerzas de defensa, hicieron impracticable (por lo costoso para Rusia) la completa anexión y ocupación de su vecino del Oeste. Así que se optó por un “second best”[5]: generar un corredor que uniera, sin solución de continuidad, la región del Donbass con Crimea (pasando por Mariupol, sobre el Mar de Azov) y que avanzara sobre la frontera con Moldovia (para lo cual debería caer la “ciudad heroica” de Odessa[6], sobre el Mar Negro) para, en una segunda etapa, anexar Trasnistria, donde ya están desplegadas desde 1992 las “fuerzas de paz” rusas[7]. Ello converitiría a Ucrania en un “Estado Vasallo inviable[8]” y mediterráneo, privándolo de los principales puertos que le permite colocar sus exportaciones[9].

Para ello, el 10 de abril Moscú puso al frente de las operaciones en Ucrania al general Alexander Dvornikov, conocido en el ambiente castrense como el “carnicero de Siria”, por la aplicación de una estrategia de “tierra arrasada”, tanto en Chechenia como en Siria[10]. De esta forma se subsanaba una crítica que unánimemente formulaban los expertos en Estrategia, ya que en lugar de tener un mando unificado en el terreno (el mismo parecía estar emplazado en el Kremlin) había tres, uno por cada uno de los frentes, lo que asemejaba al libramiento de tres guerras en simultáneo, sin la coordinación esperable de las diferentes operaciones.

Las acciones rusas han repercutido, negativa y severamente, en la situación económica a nivel global. La propia economía rusa caerá, en 2022, entre un 10 y un 12.4%, cuando las previsiones indicaban un crecimiento del 5%[11], en tanto Ucrania caerá un 35%, según los datos del Fondo Monetario Internacional[12]. La invasión, por otro lado, ha producido un fuerte aumento de los commodities alimenticios y energéticos, de los cuales Ucrania y Rusia, y Rusia por otro lado, son principales productores a nivel global, ejerciendo todo ello una presión alcista en la inflación, que ya se presenta como un problema a nivel mundial. Tan así es que el Banco Mundial ha definido a la guerra en Europa como el factor inflacionario con mayor influencia a nivel global desde la década de los ´70[13]. A todo ello hay que sumarle los costos que producen, tanto para Rusia como para la Sociedad Internacional, la importantísimas sanciones aplicadas por Occidente a la Federación[14]. Tan severas pueden llegar a ser (aún no se ha terminado con la sucesión ni la gravedad de las medidas adoptadas) que se analiza modificar radicalmente la matriz energética de la Unión Europea toda. En algún aspecto, Rusia ha querido disciplinar a la UE, cortándole el suministro de gas a Polonia, Bulgaria[15] y a Finlandia[16], ya que los mismos han sido identificados como “países hostiles”, lo cual los obligaría a pagar las importaciones en rublos, a los efectos de evadir las sanciones previamente mencionadas. La UE teme que se esté en vías de un racionamiento energético ruso (que cubre el 40% de las necesidades de gas del club comunitario y el 27% en el caso del petróleo)[17], por lo cual se encuentra elaborando planes de contingencia, con provisión de gas desde Lituania o Noruega (en el caso de Polonia), o de Qatar y Argelia (en el caso de Alemania e Italia, los más fuertemente dependientes del suministro de Moscú). Por otro lado, la UE ya decidió dejar de comprar carbón ruso (se estima que podría reemplazarse con el suministrado por Sudáfrica o Australia, o aumentando la producción en Polonia o Alemania)[18], en un primer paso que llevaría a reducir la dependencia energética del “Club Comunitario” con Rusia en un 66%[19]. En tal sentido, se entiende que el segundo paso a transitar en esta senda será la “bajada de la cortina” al crudo proveniente de la Federación (lo cual puede volver a traer al ruedo a Irán – acelerando la renegociación del acuerdo de no proliferación nuclear-, a la propia Venezuela – ya hay acercamientos tangibles entre Washington y Caracas en dicho sentido[20]-, o recurriendo a los tradicionales proveedores del Golfo, como Arabia Saudita)[21]. Lo que queda claro es que la transición del consumo del gas ruso hacia el de otros oferentes o a otras fuentes alternativas energéticas, acarreará grandes costos económicos, tanto para los compradores (la UE) como al proveedor (Rusia exporta commodities energéticos a la UE por cerca de 310.000 millones de dólares anuales[22]). De hecho, con el aumento del precio de los combustibles, producto de la guerra en Ucrania, Rusia ha ganado aún más dinero, y ese dinero lo ha pagado – paradójicamente – la UE, quien ha estado aplicando las sanciones económicas a la Federación[23]. De esta manera, Bruselas -sin quererlo- financia el aparato bélico al cual quiere debilitar. La inminencia del agravamiento de las sanciones pone ésto en entredicho, pero como en la fábula del escorpión y la rana, ambas partes saldrán perdidosas[24].

Por otro lado, la diplomacia no ha podido acercar posiciones. Una Cumbre Putin-Zelensky se visualiza extremadamente difícil por estos días, y las otras tandas de reuniones de Alto Nivel (la primera de las reuniones bilateral tuvo lugar el 28 de febrero en Gómel, Bielorrusia[25]), el 3 de marzo (sin acuerdos apreciables, más allá de los corredores humanitarios que, a la postre, no fueron respetados[26]), una tercera ronda de negociaciones el 7 de marzo[27], más las reuniones auspiciadas por el presidente de Turquía, Recep Erdogan, con la activa participación del Ministro de Relaciones Exteriores de ese país, Mevlüt Cavusoglu[28], más las visitas a Rusia y a Ucrania del Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres[29] no consiguieron acercar las posiciones. Recordemos, para graficar este punto, que el último de los encuentros entre los jefes de las delegaciones diplomáticas tuvo lugar el 22 de abril[30]: como se dice habitualmente: se necesitan dos para bailar el tango.

Ya transcurrió el 9 de mayo, la fecha en la cual los rusos festejan el “Día de la Victoria”, conmemorando cuando, en 1945, los soviéticos liberaron al mundo del Nazismo[31]. Al iniciarse la invasión rusa a Ucrania, el 24 de febrero, se estimaba que en esta fecha Putin le presentaría al pueblo ruso otra victoria, al “desnazificar” a Ucrania, con la expectativa puesta en que Kiev hubiera caído y se estuviera en proceso de colocar a un gobierno afín al frente del ejecutivo del país vecino. Ello no ha sucedido, y tampoco se ha conseguido aún el segundo objetivo, el de obtener un corredor desde la frontera ruso -ucraniana hasta la frontera ucraniana – moldava. Por el contrario, la Federación está lejos de haber obtenido una victoria: las fuerzas de defensa de Ucrania (con un ostensible apoyo occidental) siguen resistiendo, la economía rusa está sufriendo los devastadores efectos de las sanciones que se le han impuesto a Moscú. De hecho, en el discurso dado con motivo a los 77 años de la Victoria de la URSS sobre la Alemania nazi, Putin hizo referencias a que las tropas rusas se encontraban en Donbass luchando por la seguridad de Rusia, por su propia tierra y para erradicar a los “verdugos, represores y nazis”; a los reiterados intentos de Moscú por entablar diálogos honestos con Occidente sobre sus legítimas inquietudes en materia de seguridad, y las provocaciones desde la OTAN, lo que habría obligado a la Federación a una “respuesta preventiva a la agresión”, en “una decisión forzada, oportuna y la única correcta. La decisión de un país soberano, fuerte e independiente.”[32] Ninguna referencia a una victoria actual para celebrar, aunque -eso sí- muchos párrafos que justifican, desde la perspectiva del Kremlin, el accionar en su vecino occidental y un tono que permite deducir que se está frente a una operación militar de largo aliento.

China, por su lado, persiste en su rol “prescindente” frente a los sacudones que sufre el sistema internacional. Una primera lectura parecería indicar que se desentiende de su rol de potencia global, evitando involucrarse (de manera directa) en el tema que ha escalado al tope de la agenda internacional. Sin embargo, otra mirada indicaría que Beijing persiste en “jugar al ajedrez” frente al cortoplacismo de muchas otras capitales del mundo. Es indiscutible que todo lo que perjudique el normal flujo del comercio internacional, desfavorece el lugar que ocupa la República Popular en el Orden Internacional[33]. Sin embargo, anoticiado que fuera China de las inminentes “aventuras ucranianas” de Rusia – ésto se trata de una suposición -, el cálculo hecho por la nomenclatura del gigante asiático difirió – por mucho – del pergeñado por la Federación: la rápida victoria militar en Ucrania aparercía como improbable; la indefinición en el campo militar, el debilitamiento de los lazos comerciales con Europa, más las lógicas sanciones de Occidente contra el invasor y la posibilidad de persistencia de levantamientos nacionalistas en el territorio ucraniano que efectivamente ocupara, llevaría a Moscú a una situación de debilidad que enfatizaría la asimetría con Beijing, quitándole autonomía a la primera, la que lo convertiría en un “socio menor” más que en un tercer protagonista (junto con los EE.UU.) de la escena internacional. Por otro lado, despejaría de dificultades la posibilidad de que el Imperio del Centro plantara su pie – de manera definitiva – en Siberia Oriental[34], rebosante de los recursos que la economía china demanda para seguir creciendo. En conclusión, para la República Popular, cuanto más débil sea la Federación, mejor[35], ya que inclusive un levantamiento popular ruso derivado de la intervención armada en Kiev sería la excusa perfecta para que Beijing se viera obligada a “proteger ese espacio”[36].

La economía, a nivel global – como ya hemos dicho -, sufre un aumento de la inflación por los efectos directos de la guerra, y está claro más que Rusia saldrá debilitada (más allá de que logre controlar partes del territorio ucraniano, como el Donbass, Crimea, etc.) de esta aventura, la OTAN saldrá más fuerte (y con más socios) tras el aliento de vida que Putin, sin proponérselo, le ha prodigado y se llegará a un nuevo ¿equilibrio? en Europa, fruto del abandono de la tradicional política pacifista de Berlín, que convertirá a Alemania en la primera potencia militar de Europa Occidental (aunque sin capacidad nuclear ni asiento permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas), en desmedro de Reino Unido y (en el continente) de su principal socio en la UE, Francia. Nada de ésto será gratuito ni en el corto, ni en el largo plazo. El sistema internacional del 2023 no será igual al del 2021. El quantum de las diferencias depende las respuestas que encuentren muchas de las preguntas que insinuamos en estas líneas…

Hay foros en los cuáles la pregunta recurrente es cuál será un final aceptable para este conflicto: que Ucrania acepte alguna cesión de su territorio, así como de su soberanía, aquella que le permitiría guiar su política exterior basada en sus intereses y decidir a qué organizaciones pertenecer (ya sea la Unión Europea, la OTAN, o cualquiera otra); ir por una victoria militar definitiva sobre Moscú, de tal manera que se produzca una “derrota estratégica” rusa, que imposibilite a Putin reeditar una aventura similar en el futuro, que debilite a la Federación, fortalezca a la OTAN, y envíe un fuerte mensaje a Beijing, pero qué (por otro lado), radicalice a Rusia al aislarla del sistema internacional, convirtiéndola en un “Estado Paria” – riesgo sobre el cual llama la atención nuevamente Europa, que tiene que convivir son su vecino al Oriente[37]; o alguna solución intermedia, difícil de imaginar ahora mismo, que deje “relativamente” satisfechos a la mayoría, y de la cual nadie salga 100% victorioso ni 100% derrotado.

Una vez más somos testigos de cómo el Derecho Internacional se muestra impotente ante las decisiones unilaterales de las Potencias revisionistas[38]. Sus más básicos principios (igualdad soberana, buena fe, prohibición del ejercicio de la fuerza) son vulnerados una y otra vez ante los ojos de la Sociedad Internacional, y Naciones Unidas, la herramienta que dicha Sociedad se dio para evitar que esto pasara, no puede más que contemplar y condenar, sin resultados prácticos, dichas violaciones.

Pero no por eso debemos resignarnos y acostumbrarnos. Las condenas y las sanciones refrendan el hecho de que las demostraciones de fuerza no son compatibles con el siglo XXI y con el mundo en el cual deseamos vivir. Por más que ésto pase, y siga pasando.

Notas

[1]Profesor de Derecho Internacional Público de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales (JurSoc) de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP); Secretario del Instituto de Relaciones Internacionales (IRI) de la UNLP, Magíster en Relaciones Internacional (IRI – UNLP) y Coordinador del Departamento de Seguridad Internacional y Defensa (IRI – UNLP).

[2]Ver “¿Desnazificar Ucrania?”: la historia detrás de la justificación de Vladirmi Putin para invadir ese país – LA NACION

[3]Ver Joe Biden advirtió que «en cuestión de días» Rusia podría invadir en Ucrania y Europa denuncia que ya hay bombardeos (clarin.com)

[4]Ver La guerra Rusia-Ucrania: ¿Cuál es el objetivo de las fuerzas rusas en el este ucraniano? (clarin.com)

[5]Ver Análisis: ¿Cuál es la estrategia militar de Rusia tras salir de Kyiv? (cnn.com)

[6]Ver Guerra Rusia-Ucrania: Odessa, una ciudad bajo fuego que todavía resiste (clarin.com)

[7]Ver Moldavia: Transnistria, un polvorín anclado en la era soviética | Internacional | EL PAÍS (elpais.com)

[8]Ver Guerra Rusia-Ucrania: el plan A de Putin fracasó, ahora hay que evitar que su plan B tenga éxito – LA NACION

[9]Odessa es el principal puerto exportador de Ucrania, por donde sale el 50% de su producción cerealera y también el enlace marítimo con Occidente.

[10]Ver Alexander Dvornikov, el «carnicero de Siria» al mando de las fuerzas rusas en Ucrania (france24.com)

[11]Ver Guerra Rusia-Ucrania: Radiografía de una autodestrucción (clarin.com)

[12]Ver La gran diferencia entre Rusia y China (clarin.com)

[13]Ver Según el Banco Mundial, la inflación mundial continuará al alza hasta 2024 (france24.com)

[14]Ver Todas las sanciones a Rusia, de un vistazo: así actúa la UE para estrangular la economía de Putin | Economía | EL PAÍS (elpais.com)

[15]Ver Rusia y Ucrania: Gazprom anuncia la suspensión del suministro de gas a Polonia y Bulgaria, y la UE acusa a Moscú de «chantaje» – BBC News Mundo

[16]En este caso, es por el anuncio de Helsinki de su solicitud de ingreso a la OTAN. Ver Rusia le corta el gas a Finlandia, en acción simbólica – Infobae

[17]Ver Sanciones a Rusia: Europa teme un racionamiento energético si la guerra de Ucrania aboca al corte del gas ruso | Internacional | EL PAÍS (elpais.com)

[18]Ver https://elpais.com/internacional/2022-04-07/la-ue-acuerda-las-primeras-sanciones-energeticas-contra-rusia-al-vetar-la-importacion-de-carbon.html

[19]Ver Sanciones a Rusia: Europa teme un racionamiento energético si la guerra de Ucrania aboca al corte del gas ruso | Internacional | EL PAÍS (elpais.com)

[20]Ver Venezuela: EE.UU. anuncia que levanta ciertas sanciones contra el gobierno de Maduro y permite el diálogo sobre el petróleo – BBC News Mundo

[21]Ver https://fsr.eui.eu/event/eu-getting-rid-of-russian-energy-addiction-when-how/

[22]Ver La UE paga 800 millones diarios a Rusia por su energía e intensifica las compras de gas | Economía (elmundo.es)

[23]Ver Rusia habría duplicado sus ingresos por combustibles tras el inicio de la guerra, según informe – Economía (france24.com)

[24]Ver Rusia y Ucrania: la UE propone por primera vez un veto total a la importación de petróleo ruso y sanciona a militares señalados de crímenes de guerra – BBC News Mundo

[25]Ver Ucrania y Rusia se reunieron en un palacio bielorruso: Kiev exigió el retiro total de las tropas invasoras – Infobae

[26]Ver Las delegaciones de Ucrania y Rusia volvieron a reunirse y acordaron un nuevo encuentro para seguir negociando – Infobae

[27]Ver Finalizó la tercera ronda de negociaciones entre las delegaciones de Ucrania y Rusia – Infobae

[28]Ver Reunión entre Ucrania y Rusia “sin resultados”, pero Turquía habla de “vía abierta” | El Mundo | DW | 10.03.2022

[29]Ver En el Kremlin, el secretario general de la ONU desestimó la versión de Putin y aseguró que “Ucrania fue invadida” – Infobae y «El Consejo de Seguridad fue un fracaso»: secretario general de la ONU en su visita a Ucrania | Mundo | NoticiasCaracol (caracoltv.com)

[30]Ver «La guerra en Ucrania será sangrienta, pero el final será diplomático»: el pronóstico de Volodimir Zelenski (clarin.com)

[31]Ver Día de la Victoria — RT

[32]Ver https://www.elpais.cr/2022/05/09/la-otan-no-queria-escucharnos-el-discurso-de-putin-por-el-dia-de-la-victoria/

[33]Ver Opinion | Chinese ambassador Qin Gang: Where China stands on Ukraine – The Washington Post

[34]Una región que implica el 60% del territorio ruso, pero donde vive tan sólo un 10% de su población (14 millones de habitantes). En tanto China tiene, en las provincias lindantes con esta zona geográfica (Manchuria y Mongolia Interior) unos 123 millones de personas. Ver El gambito chino en la guerra de Rusia contra Ucrania (clarin.com)

[35]Son apreciaciones de Csaba Barnabas Horvarth, publicadas en Geopolitical Monitor. Ver El gambito chino en la guerra de Rusia contra Ucrania (clarin.com)

[36]Ver El gambito chino en la guerra de Rusia contra Ucrania (clarin.com)

[37]Ver ¿Cómo termina? Surgen fisuras sobre lo que constituye una victoria en Ucrania (clarin.com)

[38]Ver EEUU cataloga a Rusia y China como ‘potencias revisionistas’ – 18.12.2017, Sputnik Mundo (sputniknews.com) y Estados Unidos, una potencia revisionista – LA NACION 71