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4 de febrero de 2003: unión estatal de Serbia y Montenegro

Yugoslavia fue un Estado creado después de la Primera Guerra Mundial; un Estado que albergaba a un conjunto de pueblos eslavos que, sin embargo, presentaban importantes diferencias a nivel cultural, religioso y económico.
Después de la II° Guerra Mundial, Yugoslavia fue liderada por el mariscal Josep Broz Tito, quien logró implantar un régimen federal socialista en el que convivían – de manera armónica – nada menos que seis repúblicas: Serbia, Montenegro, Eslovenia, Croacia, Bosnia- Herzegovina y Macedonia.
En los años 90, la gran Eslavia del Sur, comenzó a consumirse a partir de las guerras internas, provocadas por una serie de complejos conflictos. La primera república que proclamó su independencia fue Eslovenia; sin embargo, cuando Croacia la siguió en 1991, se desató la guerra. El enfrentamiento entre los croatas y el Ejército Federal Yugoslavo, apoyado por las guerrillas serbias, se complicó aún más cuando Bosnia-Herzegovina reclamó, a su vez, la independencia.

Durante el desarrollo de las acciones armadas, distintas potencias y organismos de la sociedad internacional intervinieron en el
conflicto, ya sea como observadores, como actores directamente involucrados o como negociadores. Los combates se prolongaron hasta 1995 y le costaron la vida a millones de personas; de hecho, las consecuencias de estas contiendas fueron consideradas por la ONU, un desastre humanitario.
Finalmente, en 1995 – y por la mediación del gobierno de Bill Clinton – se firmaron los acuerdos de Paz de Dayton. El resultado fue el surgimiento de 4 nuevos Estados: Eslovenia, Macedonia, Bosnia-Herzegovina y Croacia.
Más adelante, el 4 de febrero de 2003, la República Federal de Yugoslavia se convirtió en la Unión Estatal de Serbia y Montenegro; dos repúblicas que, en principio, quedaron unidas debido a que no pudieron definir claramente los límites fronterizos entre ambas. Mucho más adelante, en 2006, esta cuestión fue resuelta y Serbia se separó de Montenegro. Dos años después, y a raíz de un conflicto en la provincia serbia de Kosovo, este territorio también se escindió y se convirtió en un Estado autónomo.
Así, lo que una vez fue un Estado multiétnico, creado para contener a los eslavos del sur, desapareció, dando origen a 8 países independientes que se incorporaron a la ONU como Estados soberanos.
María Emilia Hassan
Colaborador de la Red Federal de Historia de las Relaciones Internacionales
Departamento de Historia
IRI – U.N.L.P